Es por todos conocida la vinculación estrecha entre el Estado y la Iglesia en nuestro país actualmente y a los largo de toda la historia. Los gastos generados al erario público por la convocatoria de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, y el fuerte empeño de la delegación del gobierno y de la Unidad de Intervención Policial por acallar las protestas del pueblo madrileño frente a la ''ocupación de los peregrinos'', deja buena constancia de ello.
Los jóvenes comunistas queremos denunciar los acontecimientos que todos los que asistimos a la manifestación hemos sufrido. Esto es la brutal represión de las fuerzas de policiales del Estado y su defensa de los ultracatólicos provocadores que se encontraban en la Puerta de Sol, demostrando, nuevamente, la vinculación entre el Estado y la Iglesia Católica.
En los hechos está la constatación. La Manifestación Laica discurrió con total normalidad, a pesar de cruzarse con asistentes a la JMJ, a lo largo de la Plaza de Jacinto Benavente y la Calle Carretas. Fue solo al entrar en la Puerta de Sol -parte del recorrido legalizado ante Delegación del Gobierno- cuando la oposición, provocación, desafío y bloqueo del acceso a la Plaza por parte de los ultracatólicos asistentes a la JMJ –incluso se pudo observar el despliegue de una bandera franquista, seguida de cánticos del mismo caracter-, lleva a que se produzca la confrontación verbal, sin la que la Policía defienda el “derecho de manifestación” y adoptando una posición beligerante contra los manifestantes. Lo que sí defendió la Policía fue el “derecho” de los ultracatólicos a la provocación y a bloquear a los manifestantes su más que legítimo acceso a la Puerta del Sol. Cosa que supuso, además, un retraso de casi dos horas en el desarrollo de la marcha.
No conforme con ello, la Policía comenzó a cargar y reprimir con el objetivo de desalojar la Plaza, cuando aun estaban llegando los últimos manifestantes, para permitir la vuelta de los “peregrinos” de la JMJ. Como ya sucedió en las manifestaciones del movimiento 15-M, los periodistas pudieron atestiguar, en primera persona, la represión brutal y las arbitrariedades que venimos sufriendo, desde hace décadas, todo movimiento popular contrario al sistema capitalista y sus consecuencias contra los derechos de todos los trabajadores.
Asimismo, durante los días posteriores a la manifestación, hemos podido ser testigos y víctimas de una represión cada vez mas brutal y arbitraria por parte de la U.I.P, que han realizado una labor de hostigamiento generalizado con el único objetivo de impedir la movilización pupular contra el pillaje de la Iglesia Católica de los fondos públicos con la excusa de la J.M.J.
Todos los asistentes a las diferentes convocatorias hemos podido constatar que las fuerzas de represión del Estado actúan para defender los intereses de los empresarios y de la Iglesia Católica. Siendo ésta histórica y actualmente una institución que sirve a los intereses del sistema capitalista alienando a los trabajadores para evitar que luchen por sus derechos e intereses, como ya denunciamos en el anterior comunicado.
Nuevamente se hace papel mojado el derecho de manifestación, al igual que el derecho a la vivienda digna, al trabajo digno, etc. La garantía del cumplimiento de los derechos solo es real si somos los trabajadores quienes tenemos el poder. Solo si establecemos una democracia de, por y para los trabajadores.
Por todo lo anteriormente expuesto, exigimos:
Libertad sin cargos para los detenidos
La separación total entre el Estado y la Iglesia Católica, así como de otros ámbitos de la gestión pública, como la sanidad o la educación.
No a la financiación de la Iglesia y sus actos con dinero público
Dimisión de la Delegada del Gobierno y del Ministro del Interior
Organizaciones firmantes:
CJC-Madrid
JCE (m-l)
UJC-Madrid