Decenas de organizaciones marchan este fin de semana en distintas ciudades de México y el exterior para pedir el cese del derramamiento de sangre y "devolver la dignidad a la nación". Entre ellas, una que durante más de dos años se ha mantenido en la sombra: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
El EZLN, que en 1994 se levantó en armas en el sureño estado de Chiapas para reivindicar los derechos de las comunidades indígenas, ha roto su autoimpuesto silencio para denunciar lo que a su juicio es la "campaña militar psicótica" del presidente Felipe Calderón. O traducido a la retórica gubernamental: el combate al crimen organizado.
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Desde enero, el subcomandante Marcos, líder del EZNL, se ha referido a la ofensiva contra el narcotráfico en distintas misivas dirigidas al poeta Javier Sicilia, quien convocó la Marcha Nacional por la Justicia y contra la Impunidad, y sobre todo al filósofo mexicano Luis Villoro.
En ellas, Marcos denuncia el "negocio" de la guerra y la destrucción del tejido social del país. Asimismo, exige "justicia para las víctimas de esta guerra", como el hijo de Sicilia, asesinado en Morelos a fines de marzo.
Será este sábado cuando, tras la convocatoria de Marcos, los indígenas zapatistas marchen en silencio por la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, y pronuncien un mensaje en español y en sus lenguas originarias.
Cuando este sábado los zapatistas caminen hasta la Plaza de la Paz de San Cristóbal, frente a la Catedral de la ciudad, el EZLN se encontrará con un México muy distinto al de 1994.
El EZLN se sumará desde Chiapas a las marchas por el fin de la violencia en México.
El narcotráfico, la migración, el tráfico de personas y el surgimiento de nuevos conflictos sociales han modificado el paisaje chiapaneco donde opera desde hace décadas la guerrilla, explica González.
Durante este tiempo, los llamados Municipios Autónomos Zapatistas han desarrollado proyectos de producción, educación y salud.
Sin embargo, ahora que el EZLN sale de la penumbra para manifestarse, no está nada claro si Marcos y su ejército asumirán el liderazgo de un movimiento social que acabe con el actual combate al narcotráfico.
De momento, éste da pocas pistas sobre su futuro. "Después de la marcha -dice el subcomandante- regresaremos a nuestras comunidades, pueblos y parajes".