por Edgar Gil Miér Feb 17, 2010 3:07 am
Estimadas compañeras y estimados compañeros
Por ahora dedicaré sólo espacio al tema del índice de desarrollo humano (IDH) en la República Bolivariana de Venezuela. Como me solicita fuentes imparciales, me remito a las cifras oficiales de la UNESCO. Es importante señalar que metodológicamente no es comparable una cifra de un año con la de otros anteriores. Tampoco significa que si nos colocan por encima de otro país en términos del IDH signifique que el otro haya desmejorado en las variables consideradas. Puede deberse a que el país que ocupa el lugar del anterior ha avanzado más rápido que el otro.
De 45 países ubicados dentro de la categoría Desarrollo Humano Alto, la República Bolivariana de Venezuela ocupa el lugar 20. Esto se debe a una política de Estado en inversiones mayores en las áreas de salud, educación y generación de fuentes de empleo.
Educación para Todos
En el informe mundial de Educación para Todos la tasa de escolarización en la República Bolivariana de Venezuela se ubicó, según la UNESCO, entre las diez primeras de la región. El 28 de octubre del año 2005, fue declarada la República Bolivariana de Venezuela Territorio Libre de Analfabetismo. Este acto, por cierto silenciado por los medios de comunicación privados de nuestro país, fue realizado en la ciudad de Caracas entre el 25 y el 28 de octubre de 2005, durante La Primera Reunión Mundial de Comisiones Nacionales, Escuelas Asociadas y Clubes y Centros UNESCO, reunida en Caracas, quienes expresaron sus felicitaciones al Gobierno de Venezuela por los logros alcanzados en el cumplimiento de los objetivos de Educación para Todos, relativas a la erradicación del analfabetismo y a las Metas del Milenio para el Desarrollo y se unieron a la celebración de la DECLARATORIA DE VENEZUELA, TERRITORIO LIBRE DE ANALFABETISMO.
Tenemos problemas, por supuesto, pero la dialéctica y la base científica del materialismo histórico nos darán las bases para resolverlos. Fueron muchos años de opresión y sometimiento a los designios imperiales del norte, representados por una pseudodemocracia que no gobernaba, sino que imponía las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Hoy una patria libre se vislumbra en nuestro horizonte, y es hacia allá que nos dirigimos. Muchas estructuras están por derrumbarse, pero otras permanecen intactas, y hacia ellas enfilaremos las baterías de nuestra gesta libertaria.
Saludos,
Edgar Gil