Entonces incontrolable, yo no soy quien determino mis capacidades, es la comunidad en última instancia. Tampoco se cumple eso de a cada cual segun su necesidad porque me restringe el acceso a bienes. ¿Cómo lo hará? con un ente autoritario, que como dices de manera simplista también, pero que a mí me vale, es un Estado. Y es que no hay que calentarse mucho la cabeza para definirlo, sabemos lo que es. Me puede gustar mas o menos el comunismo, participar de él o no, pero decir que es la sociedad sin Estado ni clases, para mí, es faltar a la verdad. La burocracia es inherente al comunismo, puede ser que como dices todo el mundo arrime el hombro, que no haya necesidad de guardias, que la autoridad sea mínima, que el Estado sea un simple ente administrativo y coordinador y que todo vaya a las mil maravillas. Pero Autoridad la hay, y diferencias sociales, privilegios, prebendas, gente que trabaje en la mina y otros detrás de un escritorio, y todo lo que se derivará de pretender gestionar los recursos de todos.
La asamblea y orgános burocráticos del comunismo, tal como yo los imagino serán autoritarios. Van a imponer sus decisiones a toda la población, y nadie va a poder impedirlo. Aunque puedan protestar, boicotear, incluso luchar contra esas decisiones que por el bien común deben realizarse.
Muy interesante lo del concejo abierto, debería darsele más publicidad a estas experiencias, investigarlas más.. Algunas de sus formas de pensar y actuar todavía coletean en pueblos españoles, no todo está perdido. Lo que no me ha gustado mucho es el estilo rosa del articulista, parece que estás leyendo un cuento de Arcadia.
carlos3 escribió:la verdad es que no entiendo nada ,, polo que es eso de comunismo anarquista y comunismo marxista??, creo que no existe tales categor{ias,,
Es lo mismo carlos3, aspiran a lo mismo, pero con una diferencia importante: mientras que para los marxistas el comunismo es algo utópico hoy por hoy, para los anarquistas se puede intentar realizar en cualquier momento, sin miedo de que salga bien o mal. Es como si un marxista, para llegar a un punto eligiera dar un rodeo por un camino despejado, y el anarquista fuera por el recto, aunque con malezas y obstáculos de mil tipos. El anarquista dice: Hagamos el camino caminando, sin miedo. El comunista no se lanza, y prefiere coger ese camino despejado pero de destino incierto. Y esto es así porque los marxistas no se han preocupado por teorizar el comunismo, algo que los anarquistas tienen machacado.