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¿Es la izquierda abertzale socialdemócrata?
¿Es la izquierda abertzale socialdemócrata? (I)
El reformismo es un tipo de movimiento que apuesta por realizar cambios graduales a fin de mejorar un sistema político, social o económico. Estos cambios parciales lo son dentro de un todo que no se pone en cuestión, y eso es lo que lo diferencia de posiciones revolucionarias. El reformismo es la característica y eje principal de la socialdemocracia.
La socialdemocracia contemporánea mantiene que no existe contradicción entre la economía capitalista y la sociedad del bienestar, no entrando si quiera en la necesidad de cambio de sistema hacia un modelo socialista. Por lo tanto la socialdemocracia supone una cara más del capitalismo internacional. Tambien conocido como un intento de “capitalismo amable”.
La izquierda abertzale desde sus inicios ha tenido fuertes debates en torno a la caracterización de su proyecto social y económico para Euskal Herria y como se complementa con la liberación nacional. A lo largo de las décadas la izquierda abertzale ha conocido varias corrientes de pensamiento ya sea interna o paralelamente, lo cual ha llevado en algunos casos a escisiones.
De entre las formas de entender la coyuntura política y social destacan históricamente: La etnolingüística más pegada al nacionalismo vasco tradicional, la llamada “tercermundista” con similitudes con los movimientos de liberación nacional anti-coloniales, la obrerista con diversas tendencias y la autónoma de carácter insurgente y contraria al tacticismo. Así mismo también se han producido desaveniencias tácticas y estratégicas que a veces han podido llegar también al terreno ideológico. Ejemplos de ello serían el desarrollo histórico de EIA-ETApm hasta Euskadiko Ezkerra, Aralar o las disputas en Ipar Euskal Herria entre los sectores ideológicos de Iparretarrak con los pro-KAS.
La primera experiencia organizativa o embrión de la izquierda abertzale habría que situarlo en EAE-ANV, partido escisión del PNV en 1930 y de marcado caracter humanista y a caballo entre la socialdemocracia y el socialismo revolucionario, con un tendencia fuerte al rupturismo. “Por una euzkadi roja y sin sotanas” y “trabajador no importa de donde vengas sino a donde vamos”, lemas de ANV, reflejarían bien a las claras el cambio de paradigma dentro del nacionalismo vasco que representaría esta formación política. Un cambio radical y revolucionario en su contexto que rompía con una tradición conservadora en lo social y etnicista en lo nacional.
Posteriormente y al calor de la resistencia anti-franquista el nacionalismo vasco conocería nuevas experiencias organizativas de izquierda. A finales de 1958 surgía Euskadi Ta Askatasuna que en su V. Asamblea marcaría los pilares ideológicos aún vigentes en esta organización; El socialismo revolucionario. La lucha de liberación nacional y social complementadas hasta alcanzar el objetivo estratégico del Estado socialista vasco independiente.
A su vez , organizaciones políticas de marcado carácter socialista revolucionario confluirían en 1975 en la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS). Finalmente en 1978 se llevaría a cabo la fundación de la unidad popular, Herri Batasuna, como la expresión político-institucional de la confluencia del histórico EAE-ANV, el entorno político de KAS e independientes. Un proyecto plural que intentaba plasmar la unidad de las clases populares en apoyo de la independencia nacional y el socialismo, contando con la alternativa KAS como bandera táctica. Una unidad popular que tenía en su seno desde el comunismo y el socialismo revolucionario hasta sectores socialdemócratas e incluso libertarios. De esta manera se cerraba el círculo de lo que hoy en día es conocido como MLNV o izquierda abertzale, la cual iría evolucionando (también organizativamente) a lo largo del tiempo hasta el día de hoy.
En este primer post de esta serie de artículos simplemente se ha hecho una pequeña aproximación histórica al recorrido del nacionalismo de izquierda de una manera muy esquemática para mostrar las bases en las que está construida la izquierda abertzale para así posteriormente hincarle el diente a la pregunta que da título a este post y que se intentará desarrollar mañana con los siguientes apartados:
• Críticas históricas al supuesto carácter socialdemócrata y reformista de la Izquierda abertzale
• Vanguardia política, partido comunista y marxismo-leninismo
• Unidad popular y acumulación de fuerzas
• Nuevo tiempo y coyuntura actual de la lucha de clases
• Izquierda abertzale y estado socialista vasco
¿Es la izquierda abertzale socialdemócrata? (II)
Críticas históricas al supuesto carácter socialdemócrata y reformista de la izquierda abertzale
A lo largo de la historia del proceso de liberación nacional y social vasco se han producido una serie de críticas cíclicas en torno al papel de la lucha de clases desarrollada por el motor principal de ese proceso de liberación (MLNV). Estas críticas se podrían dividir en dos apartados, las internas y las externas.
Las externas han sido principalmente emitidas por algunos sectores del comunismo español y la izquierda revolucionaria española y francesa, así como desde la miríada de sucursales políticas que esos sectores han instalado en Euskal Herria a lo largo del tiempo. Desde acusaciones de colaboración con la CIA como las lanzadas en su día por el PCE, pasando por todo tipo de achaques en relación al carácter pequeño-burgués de la lucha de liberación nacional así como denuncias por chovinismo, racismo, alianzas con la burguesía, desasistencia de la clase obrera, nacionalismo radical etc…
Todas estas críticas partían de la negación de Euskal Herria como marco nacional propio para el desarrolllo de la lucha de clases. En definitiva, de la negación de la realidad nacional vasca. Este debate histórico que aún hoy algunas fuerzas políticas insisten en continuar fue ya cerrado contundentemente por Argala:
“¿Qué es el internacionalismo obrero? ¿Ser internacionalista exige a los trabajadores de una nación dividida y oprimida renegar de sus derechos nacionales para de este modo confraternizar con los de la nación dominante? En mi opinión, no. Internacionalismo obrero significa la solidaridad de clase, expresada en el mutuo apoyo, entre los trabajadores de las diferentes naciones, pero respetándose en su peculiar forma de ser nacional. Si las relaciones entre las fuerzas obreras españolas y las patrióticas vascas no han sido mejores no se debe a las justas exigencias de estas últimas, sino a la incomprensión y actuación oportunista mostrada por aquéllas frente a la cuestión nacional vasca”.
“Si los partidos obreros españoles no lo comprendiesen así y buscasen frenar el proceso político vasco en un intento de integrarlo en el de sus respectivos estados, estarían haciendo un triste favor a los trabajadores vascos y a la clase obrera en general. La incomprensión que hasta el presente han demostrado a las peculiaridades de la lucha en Euskadi es consecuencia directa de su incomprensión de la existencia misma del Pueblo Vasco. Ella constituye precisamente el motivo de que el sector objetiva y subjetivamente más revolucionario de éste haya optado por la independencia y de que todo él tenga hoy una dinámica en ese sentido. Entre el Pueblo Español hemos encontrado también auténticos revolucionarios que han sabido reconocer la existencia y los derechos de nuestra pueblo; pero desgraciadamente muy pocos. Si los partidos obreros españoles hubiesen sido como ellos, quizá hoy quienes defendemos la independencia de Euskadi hubiésemos optado por otra solución más unitaria. De cualquier modo, los pueblos caminan hacia su integración económica y política y los trabajadores debemos potenciar la solidaridad y unidad internacionales siempre que no nos obligue a sacrificar nuestra personalidad nacional. De ahí que, frente a la tarea de evitar enfrentamientos y borrar suspicacias entre los trabajadores vascos y los españoles y franceses e iniciar un proceso de acercamiento y ayuda mutua, han de ser estos últimos quienes dejen de pensar en términos de imperio y comprendan de una vez que los trabajadores vascos no somos españoles ni franceses, sino única y exclusivamente vascos, y que lo que nos une con ellos no es la pertenencia a una misma nación sino a una misma clase”.
El recorrido histórico posterior confirmaría que precisamente la mayoría de los sectores que lanzaban esas críticas fueron uno tras otro cayendo en el reformismo , la asimilación política y la aceptación de la democracia española, mientras el MLNV continuaría siendo el enemigo prioritario a batir por parte del capitalismo y el estado español frente a una izquierda española que no supo responder a la reforma franquista y salvo honrosas excepciones fue pasto de la domesticación absoluta. Mientras tanto y durante las décadas posteriores, el MLNV construiría uno de los mayores referentes de lucha anti-sistémica de Europa, con el mayor movimiento popular conocido en su entorno y con un grado de incidencia en la lucha socialista más que notable.
Por otro lado, las críticas internas correspoderían a sectores propios o cercanos al MLNV que en debates históricos han plasmado posturas que tras resoluciones posteriores han ido dando cuerpo ideológico al proyecto de la izquierda abertzale. En muchos de esos casos se solventaron con escisiones. Una base importante de esas críticas contaban con los mismos baremos ideológicos que las de nivel externo. Es decir, que eran derivas españolistas que no entendían a Euskal Herria como marco propio para la lucha de clases. ETA berri que ayudó a crear MCE y se disolvería posteriormente, ETA VI con sus dos vertientes los mayos y los minos, los primeros se integrarían en LCR y los segundos en ORT, algunos en el PCE y otros volveríana ETA V.
ETA V. Asamblea que como ya se comentaba en el post anterior marcaría los pilares ideológicos aún vigentes en esta organización; El socialismo revolucionario.
Estas disputas ideológicas de la década de los 70 cerrarían un ciclo que no se volveria a abrir hasta la irrupción de los Comandos autónomos anticapitalistas que abrirían un nuevo debate pero esta vez desde otra perspectiva.
El movimiento autónomo explica así esta irrupción; “En 1975 nace la coordinadora KAS, con la participación de ETA (pm) y el apoyo de ETA (m), llegando el citado organismo a una presentación tactual en las elecciones de junio de 1977 (participaría EIA- Euskadiko Ezkerra, mientras que otros se mantuvieron expectantes). El análisis y las actitudes políticas frente a aquella situación, provocó una escisión en el partido leninista clásico (LAIA bai), y los que terminaron participando de un movimiento popular difuso y amplio, de raíz asamblearia (LAIA ez). En estas fechas, la organización con la máxima influencia ETA (pm), se desdobla en un partido político, EIA, y una organización armada que seguiría un progresivo proceso de auto-liquidación. Se produce la escisión entre «Bereziak», que se fusionan con ETA (m) entonces escasamente desarrollada. Esta última, sostenía la necesidad de desarrollar una estrategia militar, embrión del futuro Ejército Popular Vasco.”
“Un nutrido grupo de militantes de ETA pm y organizaciones de su órbita, disconformes con el proceso, inician el desarrollo de estructuras políticas con posible actividad armada, confluyendo con los sectores negadores del leninismo de LAIA bai y del pactismo del KAS. En esta convergencia participan también movimientos relacionados con importantes áreas autónomas de lucha como el denominado Batzarre y grupos provenientes de zonas de gran tradición obrera, evolucionados del anarquismo clásico. El valle del Urola, el alto Deba, Gasteiz, la comarca de Pasaia-Rentería, las macrozonas industriales de Iruña o del abra bilbaína, se convirtieron y no por casualidad, en los principales focos de consolidación de los «taldes» vinculados a luchas de carácter auto-organizativo, donde la lucha armada fue sometida a profundo debate, configurándose lo que vendría a conocerse como «comandos autónomos».”
Los debates ideológicos vividos entre la izquierda abertzale y el movimiento autónomo fueron muy intensos y en muchas ocasiones agrios. Desde la caracterización de la lucha armada, pasando por los esquemas organizativos, numerosos elementos estratégicos y tácticos, el rechazo a la alternativa KAS, la insurgencia permanente frente al tacticismo, y la forma de encarar la lucha social hacia la Euskal Herria independiente y socialista.
Debido a un análisis incorrecto que sugería que Euskal Herria se encontraba entonces en una fase pre-insurrecional, unido a diversas problemáticas técnicas, organizativas, represivas y a desencuentros estratégicos y políticos con el grueso principal del MLNV, a mediados de los 80 CAA desaparecería del escenario político en su vertiente armada.
L*s autonom*s han seguido adelante.(…) Las relaciones conflictivas con el MLNV han continuado. Alguno se ha sentido abandonado y marginado en cárceles y pueblos; otros, en cambio, se han integrado a tope en colectivos del MLNV. En mi opinión, os encontrareis ante luchador*s valientes y sincer*s. Si algun día hay revolución, si la hacemos, vendrá por el camino que ell*s defendieron. Perdieron su apuesta sobre la reforma, pero ello no quiere decir que sus valores no fuesen adecuados. La victoria poco tiene que ver con la justicia. Pero siguen con hambre de justicia y eso les da pie para seguir. Y siendo todo esto así, porque eran l uchador*s sincer*s, porque anhelamos justicia. Emilio López Adán
Al final de la década de los 80, en 1989 se produjeron las negociaciones de Argel que no culminaron con éxito cerrandose un ciclo. No se producirían en adelante debates ideológicos en torno la lucha de clases de la intensidad de los expuestos hasta ahora. El socialismo revolucionario era la base de ETA, KAS y contaba gran influencia en la unidad popular.
En los siguientes posts entraremos en los puntos que faltan así como en el análisis de los últimos 20 años desde la perspectiva de la lucha de clases, finalmente entrando en la respuesta a la pregunta que da título a este artículo que pensaba que iba a ser hoy pero se va a alargar la conclusión debido a la extensión final que va a tener, mas larga de la esperada.
• Vanguardia política y partido comunista
• Unidad popular y acumulación de fuerzas
• Nueva tiempo y coyuntura actual de la lucha de clases
• Izquierda abertzale y estado socialista vasco
¿Es la izquierda abertzale socialdemócrata? (III)
Vanguardia politica y partido comunista
• Unidad popular y acumulacion de fuerzas
Históricamente el movimiento revolucionario de bases marxista-leninistas ha optado por formaciones “políticas de combate” como guías para la lucha de clases que en algunos casos ha sido llevada a cabo centralizada y exclusivamente por partidos comunistas clásicos pero no en otros, como es el caso por ejemplo del MLNV que a su vez aparte de llevar adelante la lucha de clases ha llevado la lucha por la liberación nacional.
La tendencia menchevique optaba por un partido flexible basado en la afiliación. Lenin por otro lado apostaba por una estructura cohesionada y altamente disciplinada que tuviera como objetivo realizar la revolución. La posición menchevique fue duramente criticada por los bolcheviques: “Los mencheviques pedían abrir las puertas del partido a los individuos pequeño-burgueses inestables; negaba el papel que el partido desempeña como destacamento avanzado y organizado de la clase obrera; rechazaba la rigurosa disciplina y tenía una actitud hostil hacia el centralismo democrático”.
El MLNV casi desde un principio siguió el modelo leninista pero incluso con el transcurrir del tiempo lo hizo de una manera muy sofisticada y diversificada. Uno de los episodios clave (si exceptuamos el papel de vanguardia histórica de Euskadi Ta Askatasuna a lo largo del tiempo) es el surgimiento de KAS hasta su definición como bloque dirigente de la revolución vasca, lo cual hacía llenar la funcion de “partido de combate” y ser la “estructura cohesionada y altamente disciplinada” como así era definida y requerida por los bolcheviques. Por otro lado, la unidad popular sería el elemento flexible y plural de cara a la acumulación de fuerzas populares.
KAS así mismo iría evolucionando organizativamente, contando con diversas organizaciones en su seno, algunas de las cuales perderían su función al ser sobrepasadas por la propia definición y praxis de KAS como bloque llegando a su desaparición como es el caso de HASI y otras como es el caso de Jarrai haciendose autónomas y así mismo “partido de combate” por si mismas, en este caso como vanguardia juvenil. De esta manera tras diversos debates se pasaría de bloque coordinado de organizaciones a organismo único con militancia. Aquí hacemos una parada y el posterior recorrido se lo dejamos a los historiadores del futuro y volvemos a los primeros años de la década de los 90.
Década de los 90 tras las fallidas conversaciones de Argel y en uno de los golpes represivos más graves que ha sufrido ETA en su historia, si exceptuamos las redadas masivas en los inicios de la organización, la operación de Bidarte en 1992.
Hasta entonces pese a que la lucha de clases había tenido momentos más o menos intensos, álgidos y ofensivos en diversos apartados y luchas concretas, la tónica general en los ejes principales del conflicto (tanto nacional como social) se resumía en un combate de boxeo entre organizaciones armadas vascas y el estado español, siendo la sociedad una espectadora. La izquierda abertzale se encontraba en un peligro evidente de “guetizarse” y su conexión con la sociedad vasca peligraba. Los esfuerzos titánicos de marginación hacia la izquierda abertzale y la represión hacían el resto.
Son ya prácticamente dos décadas desde que se llevó a cabo un cambio de paradigma en la forma de encarar diversos aspectos de la lucha política y social en el MLNV. La aportación política del puño y la hoja en ese aspecto fue fundamental.
“Se abandonó” la herriko taberna y el carácter endogámico de las iniciativas políticas, se hizo una autocrítica potente ante actitudes vanguardistas sin sentido y se dieron los primeros pasos en el abandono del “partidismo”.
Efectivamente, se dio inicio a una estrategia de construcción nacional y social que no requería galones de revolucionarios para participar en ella pese a que fuera impulsada por estos. Y fue precisamente el “sector duro” como le gusta llamar a la prensa en sus campañas de desinformación, los que se lanzaron de lleno en esa tarea a modo de avanzadilla.
De abajo a arriba, pueblo a pueblo, barrio a barrio y a nivel nacional. Se empezó a trabajar mas intensamente que nunca en todos los sectores estratégicos; cultura, euskara, lucha de clases, enseñanza… y no solo con el sector clásico simpatizante de la izquierda abertzale. No, para nada. Se activó a toda persona que compartiera los objetivos concretos en cada iniciativa. Y se estrecharon lazos con movimientos muy diferentes.
La izquierda abertzale no esperó que la sociedad fuera a ella sino que fue a buscarla. La activó, trabajó con ella y se fueron creando esos lazos que aún perduran y que han ido creando poco a poco un tejido social idóneo para los intereses abertzales de izquierda. Con paciencia y mucho trabajo de fondo. Una lucha anónima y profundamente revolucionaria. Con frutos que tardan en recogerse pero que llegan.
El movimiento popular vasco ha capitalizado esa lucha y no es casualidad que la sociedad vasca cuente con el mayor movimiento social y contestatario de Europa.
A modo de resumen se podría decir que la izquierda abertzale ha tenido los mecanismos y herramientas adecuadas para la lucha de clases durante las últimas dos décadas, ha presentado batalla en el frente social de una manera fuerte, el sindicalismo ha sabido diferenciarse del amarillismo imperante en su frente, el feminismo ha ganado cada vez más espacios, el movimiento estudiantil ha logrado una referencia importante, la lucha institucional previa a las ilegalizaciones ha contado con fuerte complementarización popular y el movimiento juvenil ha sido ejemplo mundial de como llevar a cabo la lucha social organizada.
Por lo tanto hay que decir alto y claro que la izquierda abertzale lejos de postulados socialdemócratas ha llevado a cabo un lucha socialista de carácter revolucionario de la cual puede estar orgullosa.
Sinceramente creo que la izquierda abertzale, hoy por hoy, no está sufriendo un proceso de socialdemocratización pronunciado aunque existe un peligro evidente. El MLNV, a día de hoy (desde la ilegalidad mas absoluta) cuenta con al menos dos organizaciones socialistas revolucionarias, una unidad popular plural y un trabajo de base en el movimiento popular que aún con todas las dificultades refleja una combatividad algo lejana del concepto de socialdemocracia aunque en algunos aspectos pueda llegar a bordear.
Ahora bien, algunos elementos de la coyuntura política de los últimos tiempos, (aunque también algunos arrastrados de tiempo atrás), evidencian que hay un peligro de desviación en diversos apartados que si no son corregidos a nivel ideológico y práctico si podrían desvirtuar una línea política adecuada para los intereses de clase.
Lo que estamos viviendo es una fase de unidad de la izquierda vasca desde la socialdemocracia hasta sectores de izquierda radical y comunistas. (Ya el marxismo-leninismo clásico incitaba a todo movimiento de liberación nacional a crear frentes nacionales (soberanistas) del conjunto de las diferentes ramas de la izquierda. Obviamente la apuesta institucional queda del todo coja y se mostraría ineficaz sin el trabajo en otros campos y frentes además de diversas presiones y lineas de tensionamiento, sin el contra-poder y sin la superación o desbordamiento de los límites legales. De hecho será mediante un buen engranaje e interconexión de todos ellos la clave del avance hacia el estado socialista vasco previo paso por la resolucíon del conflicto político desatando los nudos de la territorialidad y autodeterminación.
Y es de eso de lo que finalmente se tratará en el último post que cerrará esta serie de artículos. ¿Es la izquierda abertzale socialdemócrata?. La respuesta es no. Pero en mi opinión puede llegar a serlo ya que nos encontramos en un punto de inflexión decisivo de cara al futuro de la lucha de clases si no se tienen en cuenta algunos elementos y no se eleva la alarma ante diversas tendencias que se tratarán en el capítulo final.
• Nueva tiempo y coyuntura actual de la lucha de clase
• Izquierda abertzale y estado socialista vasco
¿Es la izquierda abertzale socialdemócrata? (y IV)
Ya se respondía con un no en el anterior capítulo de esta serie que se cerrará hoy a la pregunta ¿Es la izquierda abertzale socialdemócrata?. Pero también se afirmaba que podría llegar a serlo ya que nos encontramos en un punto de inflexión decisivo de cara al futuro de la lucha de clases si no se tienen en cuenta algunos elementos y no se eleva la alarma ante diversas tendencias.
El nuevo ciclo político abierto, la crisis sistémica,la propia evolución de la izquierda abertzale, el proceso de acumulación de fuerzas soberanistas, progresistas y de izquierda, elementos que conjuntamente con sus consecuencias positivas junto a las negativas crean una coyuntura que necesitará por fuerza cierta reorientación, redefinición y plan de actuación para por una parte responder ante la ofensiva brutal del capitalismo, alimentar el proyecto estratégico socialista para llevar a cabo el cambio social, y encuadrar ese cambio en el camino hacia la consecución del estado vasco soberano. Estado que se conformará de una manera u otra dependiendo de la correlación de fuerzas de las clases populares frente a las burguesas. Un proceso que no se da en un día ni a renglón seguido de la independencia nacional sino que lo estamos viviendo ahora en un lucha permanente e histórica.
Paradójicamente existen dos tremendas fuerzas a favor: Las que son liberadas precisamente por la ofensiva capitalista y las contradicciones que genera y por otra parte la propia caracterización reaccionaria del estado español que imposibilita un proceso de liberación nacional que no sea encabezado por las clases populares vascas debido a que los intereses de la oligarquía y alta burguesía vasca están protegidos bajo el estado español.
Por lo tanto, el proceso final de liberación nacional será desde abajo y por la izquierda o no será. Todo avance hacia el cambio social mejora las condiciones nacionales de cara a una ruptura democrática soberana hacia la independencia y así mismo todo avance nacional que ponga en manos de la sociedad vasca mayores cotas de capacidad de decisión aumentan las condiciones sociales para el cambio. La dos caras de la misma moneda.
De esta manera la independencia y el socialismo no son conceptos enfrentados entre sí, ni se deben solapar uno a otro pese a que el conflicto nacional sea el eje principal donde la lucha de clases toma forma en Euskal Herria. Precisamente la independencia es el paso imprescindible para llevar la lucha de clases a otro nivel. Dicho de otra forma; No habrá socialismo en Euskal Herria sin independencia nacional. Y una independencia nacional sin socialismo impediría la soberania real de las clases populares (90% de la sociedad) poniendo el estado vasco al servicio de elementos ajenos a la mayoría. Teniendo en cuenta que esos elementos ajenos hoy y ahora son los que controlan a Euskal Herria es imposible el cambio político y social sin una confrontación con ellos.
De hecho, una socialdemocratización de la izquierda abertzale en la coyuntura vasca realmente tendría el signicado profundo de eliminar el motor del proceso de liberación tanto en la vertiente nacional como en la social. Ya que sería una herramienta incapaz de gestionar las contradicciones generadas en el estado español y en la sociedad vasca para propiciar la ruptura democrática y se vería abocada a un proceso de asimilación de consecuencias previsibles.
¿Qué elementos pueden propiciar una socialdemocratización?
▪ El no impulso de una teoría socialista vasca de carácter revolucionario que partiendo de la experiencia de la lucha generada en décadas y la propia historia, cultura e idiosincracia vasca vaya dibujando el plano de la democracia socialista para Euskal Herria.
▪ El creer que ese esfuerzo teórico no sea necesario en la actual fase histórica del proceso de liberación o que sea incompatible con un proceso de acumulación de fuerzas soberanistas.
▪ No incrementar la formación política. La formación política es de las armas más poderosas del pueblo.
▪ La falta de “partidos de combate” u organizaciones socialistas revolucionarias. No puede haber unidad popular si falta esa pata.
▪ El no entender que el parlamentarismo burgués genera siempre corrupción y aburguesamiento si no existe tensionamiento, conflictividad y enfrentamiento con los ejes de opresión. HB no fue asimilada por ese mismo motivo.
▪ No realizar un proceso de radicalización sostenida entre todos los sectores que se han acercado a la izquierda abertzale, con pedagogía, ejemplo y paciencia. Lo cual hace necesario también que la propia izquierda abertzale se refuerce a ese nivel si quiere ser motor.
▪ Que el trabajo de hormiga no de un salto cualitativo o que directamente se abandone la construcción nacional y social.
▪ Que falte un diseño estratégico global de la lucha de clases lo cual hace no generar un avance integral en toda Euskal Herria cuando se producen avances sectoriales, sino que se quedan como luchas inconexas con el resto de dinámicas y no ayudan a alimentar en toda Euskal Herria una línea de trabajo concreto, coordinado y organizado.
▪ Que se cumplan las 20 maneras de cargarse a la izquierda abertzale.
▪ Que no exista un debate conjunto sobre el modelo sindical, el movimiento popular, el frente institucional y las necesidades derivadas de ello que pueda dar cohesión a la lucha social. Posiblemente sea urgente un gran debate de todo el amplio movimiento politico, social y sindical para colocarlo en un carril estratégico y no cortoplacista e inconexo entre sí. Debate y debate , coordinación y coordinación.
▪ No entender como se complementan el frente institucional, el movimiento popular, el sindical y el poder popular.
▪ Relativizar la ética revolucionaria en busca de beneficios instantaneos. A la larga se paga.
Que los sectores revolucionarios, el pueblo más concienciado y combativo no tome a la unidad popular y a las alianzas soberanistas como herramientas referentes independientemente de otras dinámicas.