Un breve extracto de la sección 7 del capitulo 15, tomo I de El Capital. No es ninguna novedad, pero me parece de mucha actualidad ahora que se acercan las protestas contra la reforma laboral.
La enorme capacidad de expansión del régimen fabril y su dependencia del mercado mundial imprimen forzosamente a la producción un ritmo frenético seguido de un colapso de los mercados que, al contraerse, producen un estado de paralización. El ciclo de la industria se desarrolla en una serie de períodos de actividad moderada, de prosperidad, de superproducción, de crisis y de estancamiento. La inseguridad y la falta de estabilidad a las que el trabajo se ve sometido debido al uso de maquinaria, se convierten también en inseguridad y falta de estabilidad en la vida de los trabajadores, debido a estos cambios periódicos del ciclo industrial. Descontadas las épocas de prosperidad, se desata entre los capitalistas una lucha encarnizada por el reparto individual del botín de los mercados. La parte correspondiente a cada capitalista se halla en razón directa a la baratura de sus productos. Y, aparte de la rivalidad que esto determina en cuanto al empleo de máquinas mejores que suplan la fuerza de trabajo y de nuevos métodos de producción, llega siempre un punto en que los fabricantes aspiran a abaratar las mercancías disminuyendo violentamente los salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo.Nt149
149.En un una reclamación hecha en julio de 1866, a la sociedad inglesa de comercio, por los zapateros de Leicester, que habían sido lanzados a las calles por un cierre patronal, se dice: "Hace 20 años el ramo del calzado de Leicester fue revolucionado por la introducción del remachado en lugar del cosido. En esa época se pagaban buenos sueldos. Había una gran competencia entre las distintas firmas por fabricar los zapatos más atractivos. Poco después surgió, sin embargo, un tipo de competencia peor, una competencia por bajar los precios hasta expulsarse unos a otros del mercado. Las nefastas consecuencias pronto se manifestaron en una reducción de sueldos, y la caída del precio de la mano de obra fue tan rápida, que muchas firmas pagan hoy la mitad de lo que pagaban originalmente. Y mientras los salarios caen más y más, los beneficios parece que suben, con cada nueva bajada de sueldos. Incluso las épocas de crisis son utilizadas por los patrones para conseguir beneficios excepcionales mediante nuevas bajadas de sueldos, es decir, robando directamente a los trabajadores sus medios de subsistencia. Un ejemplo (se refiere a la crisis en la industria de la seda de Coventry):- Por informaciones que he recibido tanto de patrones como de obreros, parece que no hay duda de que los sueldos se han reducido en una escala mayor de la que pueda ser causada por la competencia extranjera, o por otras circunstancias... la mayoría de los tejedores reciben salarios reducidos en un 30 o 40%. Por elaborar una pieza de tela que hace 5 años reportaba al trabajador 6 o 7 peniques, hoy no cobra más de 3 y medio; otros trabajos que hoy se pagan a poco mas de 2 peniques, hace unos años se pagaban a más de 4 peniques. La reducción de sueldos parece bastante mayor de lo necesario para reactivar la demanda de productos. De hecho, la reducción en el precio de la mano de obra, en muchos de los casos descritos, no ha sido acompañada de la correspondiente reducción en el precio de venta de los artículos manufacturados.
(Mr. F. D. Longes Report. ―Ch. Emp. Corn., V. Rep., 1866,‖ p. 114, 1.)
Cuando este domingo vayamos a esas manifestaciones que ya sabemos que estarán abarrotadas de reformistas y defensores del estado del bienestar, del capitalismo humano, y que consideran por ejemplo los beneficios extraoridnarios del santander o de telefonica una muestra de la maldad de Botin y cia., hay que taparles bien la boca con Marx.
La enorme capacidad de expansión del régimen fabril y su dependencia del mercado mundial imprimen forzosamente a la producción un ritmo frenético seguido de un colapso de los mercados que, al contraerse, producen un estado de paralización. El ciclo de la industria se desarrolla en una serie de períodos de actividad moderada, de prosperidad, de superproducción, de crisis y de estancamiento. La inseguridad y la falta de estabilidad a las que el trabajo se ve sometido debido al uso de maquinaria, se convierten también en inseguridad y falta de estabilidad en la vida de los trabajadores, debido a estos cambios periódicos del ciclo industrial. Descontadas las épocas de prosperidad, se desata entre los capitalistas una lucha encarnizada por el reparto individual del botín de los mercados. La parte correspondiente a cada capitalista se halla en razón directa a la baratura de sus productos. Y, aparte de la rivalidad que esto determina en cuanto al empleo de máquinas mejores que suplan la fuerza de trabajo y de nuevos métodos de producción, llega siempre un punto en que los fabricantes aspiran a abaratar las mercancías disminuyendo violentamente los salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo.Nt149
149.En un una reclamación hecha en julio de 1866, a la sociedad inglesa de comercio, por los zapateros de Leicester, que habían sido lanzados a las calles por un cierre patronal, se dice: "Hace 20 años el ramo del calzado de Leicester fue revolucionado por la introducción del remachado en lugar del cosido. En esa época se pagaban buenos sueldos. Había una gran competencia entre las distintas firmas por fabricar los zapatos más atractivos. Poco después surgió, sin embargo, un tipo de competencia peor, una competencia por bajar los precios hasta expulsarse unos a otros del mercado. Las nefastas consecuencias pronto se manifestaron en una reducción de sueldos, y la caída del precio de la mano de obra fue tan rápida, que muchas firmas pagan hoy la mitad de lo que pagaban originalmente. Y mientras los salarios caen más y más, los beneficios parece que suben, con cada nueva bajada de sueldos. Incluso las épocas de crisis son utilizadas por los patrones para conseguir beneficios excepcionales mediante nuevas bajadas de sueldos, es decir, robando directamente a los trabajadores sus medios de subsistencia. Un ejemplo (se refiere a la crisis en la industria de la seda de Coventry):- Por informaciones que he recibido tanto de patrones como de obreros, parece que no hay duda de que los sueldos se han reducido en una escala mayor de la que pueda ser causada por la competencia extranjera, o por otras circunstancias... la mayoría de los tejedores reciben salarios reducidos en un 30 o 40%. Por elaborar una pieza de tela que hace 5 años reportaba al trabajador 6 o 7 peniques, hoy no cobra más de 3 y medio; otros trabajos que hoy se pagan a poco mas de 2 peniques, hace unos años se pagaban a más de 4 peniques. La reducción de sueldos parece bastante mayor de lo necesario para reactivar la demanda de productos. De hecho, la reducción en el precio de la mano de obra, en muchos de los casos descritos, no ha sido acompañada de la correspondiente reducción en el precio de venta de los artículos manufacturados.
(Mr. F. D. Longes Report. ―Ch. Emp. Corn., V. Rep., 1866,‖ p. 114, 1.)
Cuando este domingo vayamos a esas manifestaciones que ya sabemos que estarán abarrotadas de reformistas y defensores del estado del bienestar, del capitalismo humano, y que consideran por ejemplo los beneficios extraoridnarios del santander o de telefonica una muestra de la maldad de Botin y cia., hay que taparles bien la boca con Marx.