Con esta política el sueldo de los trabajadores no llega a fin de mes.
1. ¿Qué está pasando?
Aumentó la yerba, la leche, el pan, la carne, los combustibles, los alquileres: se disparó la inflación. Empezaron los despidos y suspensiones en fábricas de autopartes, camioneros, textiles, comercio, molinos, y muchas más, sobre todo de contratados y en negro. Los estibadores del puerto cobran 18 días del mes. Hay fábricas que suspendieron un turno, otras que lo anuncian. Rebajan salarios en Frávega. Cierran pequeñas fábricas y comercios.
La industria funcionaba con fuerza hasta noviembre del año pasado, usaba el 84% de su capacidad. A fines de enero de este año, bajó un cambio, al 68%. La producción cayó pero no tanto: las patronales le hacen producir más a los trabajadores, aumentan la superexplotación con condiciones de trabajo brutales.
La mayoría de las economías regionales están en crisis. Hay productores de fruta al borde de cortar las rutas, igual que los tamberos. A los yerbateros no le cumplen el precio acordado. En la pampa húmeda, la soja tiene un precio récord, pero aumentaron los insumos y los impuestos, y bajó la cosecha por la seca: quedan endeudados. Muchos que arriendan están en la lona. Engordan grandes terratenientes y pooles.
Muchas provincias dicen que no tienen plata para pagar aumentos, como La Pampa, o Santa Cruz. Otras aumentaron el impuesto inmobiliario rural, como Entre Ríos (hasta el 600%), y Santa Fe y Buenos Aires hasta el 1.000%. ¿Cómo lo van a pagar los chacareros endeudados?
Crece el hambre en los barrios y en las zonas pobres del campo. Y el gobierno nacional dice que no tiene plata para aumentar la asignación por hijo y los planes sociales.
2. La ley del gallinero
No estamos, hoy, como en el 2001. Pero reaparecen síntomas de que el país vuelve a ser golpeado por la crisis. La situación es overa: en algunos lugares ya golpea duro, en otros menos, y en otros no golpea. Pero comenzó a empeorar.
El centro de la crisis mundial está hoy en Europa. Italia y España tienen que pagar deudas por un billón cien mil millones de euros antes del 2014: imposible. En Brasil se frena la economía. China, “la locomotora”, en el primer trimestre del año creció menos que en los últimos tres años, se desacelera (ver Grageas, pág. 3).
Los países imperialistas que generaron la crisis la descargan sobre sus trabajadores, y sobre los países dependientes como el nuestro. Cierran sus sucursales, despiden, aumentan los precios de los productos que nos venden, nos cobran deudas ilegítimas y usurarias, entre otros mecanismos de opresión nacional. Es la ley del gallinero: la de arriba c… a la de abajo.
3. La política K
El gobierno kirchnerista no toma medidas de fondo para impedir que los imperialismos descarguen la crisis sobre el país. No prohíbe despidos y suspensiones, ni declara la emergencia alimentaria, de la salud y la educación públicas.
Más de la mitad de los trabajadores cobran menos de $ 2.500 (según el Observatorio Social de CTA). El gobierno, en lugar de impulsar la producción aumentando salarios, jubilaciones y planes sociales, le puso tope a los aumentos salariales, mantiene jubilaciones de hambre y congeló los planes sociales. En lugar de frenar la brutal superexplotación de los jóvenes y las mujeres en las fábricas, lo que crearía puestos de trabajo, mantiene las leyes de “flexibilización laboral” que permiten esa superexplotación.
La presidenta dijo que los monopolios “la juntaron con pala”, pero no les aumenta los impuestos. Lo que crece en la “caja” del gobierno es el IVA (que pagan hasta los desocupados), y el impuesto al salario que pagan todos los obreros que se arriman a la canasta familiar (le llaman “ganancia”, como si el obrero fuera un patrón), el impuesto inmobiliario urbano y rural, que pagan los trabajadores que tienen vivienda y los campesinos por sus quintas y chacras.
El gobierno tiene plata. ¿Para qué cambió la Carta Orgánica del Banco Central? Para usar las reservas. Y las reservas tienen que ser para la emergencia que va creando la crisis al pueblo y a la economía nacional. No para pagar deuda externa ni para los negocios del “capitalismo de amigos”.
4. Las Grietas
La crisis se veía venir, pero el gobierno lo tapó para sumar votos. Por eso, apenas pasaron las elecciones largó el ajuste de “sintonía fina”, le puso “techo” al aumento de salarios, y aprobó la ley “antiterrorista” para meter preso a cualquier luchador como si fuera de Al Qaeda.
Creció el descontento frente al ajuste de “sintonía fina”, la represión a Famatina, la ley “antiterrorista”, la masacre de Once, el ataque a los maestros y el abandono de millones de habitantes del Gran Buenos Aires y la Capital Federal, castigados por la tormenta. Brotaron luchas de trabajadores ocupados, desocupados y jubilados. No hubo cheque en blanco al gobierno. En los cuerpos de delegados y asambleas se reclaman aumentos salariales y no a los despidos.
Por otra parte, las fuerzas del gobierno K se agrietan. La CGT da pasos hacia la fractura: Moyano marcha al Confederal y a renovar la dirección en el Congreso del 12/7. El gobierno trata de tumbarlo, pero los colaboracionistas le piden a la presidenta el pago por adelantado del servicio. También se agrieta el peronismo: el gobierno se rodea de La Cámpora, Kolina y Evita; mientras Scioli arma la Juan Domingo, y Moyano tiene la Juventud Sindical Peronista.
5. Un otoño caliente
Con la superexplotación y los bajos salarios surgen y crecen corrientes combativas en las fábricas, entre los obreros rurales; también en los estatales y docentes. Se incorporan a la lucha nuevas camadas de jóvenes trabajadores y mujeres, hartos de las patronales que los superexplotan y de la corrupción de la mayoría de sus dirigentes. Buscan abrirse paso en las elecciones de delegados, comisiones internas y sindicatos. También crean nuevas organizaciones donde no hay o tienen una dirección fascista.
Anidar en esas corrientes es el desafío para la CCC y el PCR, para desplegar las luchas y avanzar en la recuperación de las organizaciones obreras. Creando así las condiciones para que la clase obrera se coloque en el centro de la escena política. La pelea es para torcerle el brazo a la política K, que lleva a que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo. En esa dirección, tiene gran importancia preparar el paro nacional activo de la CTA, el 8 de junio.
El gobierno trata de adueñarse del centenario del Grito de Alcorta (25/6). De esa histórica rebelión campesina surgió la Federación Agraria Argentina. Fue lo contrario de lo que expresa el kirchnerismo asociado a los más grandes terratenientes y pooles, a las cerealeras imperialistas. Es decir, asociado a los grandes enemigos de los campesinos, junto al Estado que los saquea con sus impuestos. Es tarea de las fuerzas obreras y populares apoyar a FAA, junto a la Federación Nacional Campesina; y la marcha de la Juventud de FAA por la tierra, el 15 de mayo.
El 18/5, se moviliza por sus reclamos el estudiantado de las federaciones universitarias combativas, junto a los docentes de la Conadu Histórica. El 22/5 se realiza una jornada nacional de la Juventud de la CCC. En ese marco de lucha juvenil, la Juventud Comunista Revolucionaria realizará un gran acto por sus 40 años manteniendo en alto las banderas de la revolución y el comunismo.
La pulseada con el gobierno K es social y política. Sigue intentando sacar al pueblo de las calles, como se vio en las amenazas de la presidenta a los petroleros. Arma su juego preparando el terreno para las elecciones del 2013 y el 2015, polarizando con las derechas opositoras que salen a defender a Repsol y hasta a los kelpers y sus patrones ingleses.
Con el gobierno K ya lanzado a las elecciones del 2013, la campaña por la personería del PTP es fundamental para la disputa política con el kirchnerismo por la dirección de las masas obreras, campesinas y populares. Hay provincias y zonas que han discutido y retoman la campaña para llegar con la personería antes de fin de año.
Fuente; PCR