Y para empezar bien se empieza con el camarada Karl
La alienación religiosa es una alienación de segundo grado. Expresa en forma de teoría justificativa lo absurdo que la hace nacer. La alienación religiosa tiene su origen en la alienación económica y no podrá superarse mientras no se supere ésta. La lucha contra la religión es la lucha contra aquel mundo cuyo aroma espiritual es la religión. La miseria religiosa, es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra ella. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.
Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión.
Los economistas tienen un modo singular de proceder. Para ellos no hay más de dos clases de instituciones, las artificiales y las naturales. Las instituciones del Feudalismo son instituciones artificiales; las de la burguesía, naturales. En esto se parecen a los teólogos, que establecen dos clases de religiones. Toda religión que no sea la suya propia es un invento de los hombres, mientras que la suya propia es una emanacion de Dios.
«Yo quiero vengarme de aquel que reina por encima de nosotros.» «Yo lanzaré mi guante a la faz del mundo y me esforzaré por hundir a ese gigante pigmeo.» Estas frases lanzadas contra Dios pertenecen a Karl Marx en sus años de Universidad.
La religión aporta satisfacciones imaginarias o fantasticas que desvían cualquier esfuerzo racional por encontrar satisfacciones reales
El cristianismo... imparte a los hombres una doble vida y ofrece los goces imaginarios del cielo como un solaz para las miserias reales de esta vida