La explotación de la mujer trabajadora: Una explicación material.
Por Raquel Gómez, militante de Iniciativa Comunista
Un hecho incuestionable es que la ideología de la clase dominante es la ideología dominante en la sociedad y que dentro de ésta el patriarcado ordena y regula la división sexual del trabajo productivo y del trabajo socialmente necesario.
Por otra parte, de la misma forma que el Estado logró absorber y asimilar al movimiento comunista con el revisionismo eurocomunista o al movimiento obrero con el sindicalismo institucional, también logró reorientar al movimiento feminista y a la lucha por la liberación de la mujer en todo un entramado de asociaciones, fundaciones e “institutos”.
La habilidad de la burguesía y el capitalismo para cambiar mil veces de rostro a cambio de que su base económica de explotación siga intacta es magistral. Así podemos ver como el feminismo burgués ha ido ganando espacio dentro de la ideología dominante y por lo tanto dentro de la ideología mayoritaria entre las trabajadoras. Detalles como la supuesta paridad en las listas electorales, la promoción de una mujer profesional liberal o incluso de las pocas directivas o propietarias, unidas a políticas parche que dicen tratan de solucionar problemas como la violencia machista o la “conciliación familiar,” han servido para tratar de crear una ilusión de la plena o casi igualdad entre las mujeres y los hombres en la sociedad capitalista moderna.
Sin embargo lejos de todo esto, si una rebusca en las estadísticas económicas oficiales podemos ver como el castillo de la igualdad se desmorona ante una realidad material y objetiva directa.
Vamos a analizar los datos de la agencia tributaria, por lo que la muestra analizada son las mujeres y hombres trabajadores por cuenta ajena -las que difícilmente podemos defraudar- y aun sabiendo que el llamado trabajo informal o no declarado afecta especialmente a las mujeres -especialmente relativo a los cuidados y la limpieza- ya podemos sacar conclusiones contundentes.
Lo primero que nos encontramos es que las mujeres somos el 44% de la fuerza de trabajo regulada, siendo unos 8 millones de trabajadoras y es que como veremos a continuación, nuestra fuerza de trabajo es más barata para el explotador.
De las 8 millones de trabajadoras, más del 50% ganamos menos de 12 mil euros brutos al año, esto significa que no llegamos ni a los mil euros brutos al mes. Si bien antes éramos el 44% de la fuerza de trabajo, si miramos a nuestros compañeros trabajadores que cobran menos de 12 mil euros al año, las mujeres trabajadoras pasamos a ser el 52% sobre el total.
El siguiente extracto a analizar serían las trabajadoras que ganan entre 15 y 30 mil euros. En dicho punto las mujeres trabajadoras pasamos a ser el 40% del total de trabajadores que cobran en ese espectro.
Como os podéis imaginar el dato se dispara si nos vamos a las rentas más altas, aunque pese a su condición de asalariadas su estructura de clase seguramente no tenga nada que ver con la nuestra, sólo el 21% de las rentas asalariadas más elevadas son mujeres.
A los capitalistas les interesa el patriarcado, como les interesa el nacionalismo, y cualquier método que sirva para dividir a la clase obrera, entre otras cosas porque así puede hacer una discriminación salarial y aumentar la extracción de plusvalía de nuestro trabajo, es decir, el patriarcado hace ganar más a los capitalistas.
Este hecho objetivo que no podemos ignorar las mujeres trabajadoras de todo el mundo, no hace más que afianzar nuestra convicción revolucionaria, nuestro deber para con nuestras compañeras y compañeros de clase es el de la erradicación de la sociedad de clases. Nuestra lucha por nuestra libertad como mujeres y como trabajadoras es pareja contra la explotación capitalista y contra la hegemonía dominante patriarcal.
Nuestra lucha por la liberación de la mujer debe ser pareja a nuestra lucha por la liberación de la clase obrera.
Porque no habrá pleno socialismo sin liberación de la mujer ni plena liberación de la mujer sin socialismo.
¡Por un feminismo revolucionario!
¡Viva la lucha de las mujeres!
Por Raquel Gómez, militante de Iniciativa Comunista
Un hecho incuestionable es que la ideología de la clase dominante es la ideología dominante en la sociedad y que dentro de ésta el patriarcado ordena y regula la división sexual del trabajo productivo y del trabajo socialmente necesario.
Por otra parte, de la misma forma que el Estado logró absorber y asimilar al movimiento comunista con el revisionismo eurocomunista o al movimiento obrero con el sindicalismo institucional, también logró reorientar al movimiento feminista y a la lucha por la liberación de la mujer en todo un entramado de asociaciones, fundaciones e “institutos”.
La habilidad de la burguesía y el capitalismo para cambiar mil veces de rostro a cambio de que su base económica de explotación siga intacta es magistral. Así podemos ver como el feminismo burgués ha ido ganando espacio dentro de la ideología dominante y por lo tanto dentro de la ideología mayoritaria entre las trabajadoras. Detalles como la supuesta paridad en las listas electorales, la promoción de una mujer profesional liberal o incluso de las pocas directivas o propietarias, unidas a políticas parche que dicen tratan de solucionar problemas como la violencia machista o la “conciliación familiar,” han servido para tratar de crear una ilusión de la plena o casi igualdad entre las mujeres y los hombres en la sociedad capitalista moderna.
Sin embargo lejos de todo esto, si una rebusca en las estadísticas económicas oficiales podemos ver como el castillo de la igualdad se desmorona ante una realidad material y objetiva directa.
Vamos a analizar los datos de la agencia tributaria, por lo que la muestra analizada son las mujeres y hombres trabajadores por cuenta ajena -las que difícilmente podemos defraudar- y aun sabiendo que el llamado trabajo informal o no declarado afecta especialmente a las mujeres -especialmente relativo a los cuidados y la limpieza- ya podemos sacar conclusiones contundentes.
Lo primero que nos encontramos es que las mujeres somos el 44% de la fuerza de trabajo regulada, siendo unos 8 millones de trabajadoras y es que como veremos a continuación, nuestra fuerza de trabajo es más barata para el explotador.
De las 8 millones de trabajadoras, más del 50% ganamos menos de 12 mil euros brutos al año, esto significa que no llegamos ni a los mil euros brutos al mes. Si bien antes éramos el 44% de la fuerza de trabajo, si miramos a nuestros compañeros trabajadores que cobran menos de 12 mil euros al año, las mujeres trabajadoras pasamos a ser el 52% sobre el total.
El siguiente extracto a analizar serían las trabajadoras que ganan entre 15 y 30 mil euros. En dicho punto las mujeres trabajadoras pasamos a ser el 40% del total de trabajadores que cobran en ese espectro.
Como os podéis imaginar el dato se dispara si nos vamos a las rentas más altas, aunque pese a su condición de asalariadas su estructura de clase seguramente no tenga nada que ver con la nuestra, sólo el 21% de las rentas asalariadas más elevadas son mujeres.
A los capitalistas les interesa el patriarcado, como les interesa el nacionalismo, y cualquier método que sirva para dividir a la clase obrera, entre otras cosas porque así puede hacer una discriminación salarial y aumentar la extracción de plusvalía de nuestro trabajo, es decir, el patriarcado hace ganar más a los capitalistas.
Este hecho objetivo que no podemos ignorar las mujeres trabajadoras de todo el mundo, no hace más que afianzar nuestra convicción revolucionaria, nuestro deber para con nuestras compañeras y compañeros de clase es el de la erradicación de la sociedad de clases. Nuestra lucha por nuestra libertad como mujeres y como trabajadoras es pareja contra la explotación capitalista y contra la hegemonía dominante patriarcal.
Nuestra lucha por la liberación de la mujer debe ser pareja a nuestra lucha por la liberación de la clase obrera.
Porque no habrá pleno socialismo sin liberación de la mujer ni plena liberación de la mujer sin socialismo.
¡Por un feminismo revolucionario!
¡Viva la lucha de las mujeres!