Arriba se pelean, para abajo ajustan
Grietas, divisiones y fracturas en el gobierno kirchnerista.
1. La crisis ya golpea duro“Se nos cayó el mundo encima”, dijo la presidenta. Fue su forma de reconocer que la Argentina está en crisis. Sigue sin reconocer la inflación, usando las mentiras del Indec.
Por ahora, los empresarios “que juntaron la plata con pala”, como también dijo la presidenta, cortan horas extras, suspenden, dan vacaciones adelantadas: Renault, Fiat, Alpargatas, y una larga lista. La producción automotriz cayó en junio 34,4%, la de máquinas y equipos 18,4%, la construcción 8,4%, la industria 4,5%. Las economías regionales se derrumban; las exportaciones cayeron en mayo: frutas 27%, pesca 9%, ajo 53%, cebolla 32%, algodón 36%, carne de oveja 62%, frutilla 15%, té 12%, etc.
No se cuentan miles de despidos encubiertos con lano renovación de contratos, el trabajo en negro o por agencia. La oferta de nuevos empleos es casi cero. Además, cada gran empresa o rama que se frena, arrastra a una cadena de pequeñas y medianas empresas o productores. La automotriz arrastra a decenas de autopartistas. El cierre de la exportación de cítricos de Entre Ríos golpea a cientos de productores y 20.000 obreros rurales.
Las provincias tienen sus cuentas en rojo y el gobierno nacional les reclama más ajuste.
Con la economía en caída se achican los ingresos del Estado. De esa caja achicada, el gobierno nacional se queda con el 76% de la recaudación de impuestos y paraliza las obras públicas: “No hay plata” es la respuesta a gobernadores e intendentes en la Casa Rosada.
2. Que paguen los que la juntaron con palaEn la campaña electoral, para ocultar los síntomas de la crisis, el gobierno saqueó las “cajas”: Anses, PAMI, la APE de las obras sociales, Banco Central, etc. Se quedó sin plata bajo “el colchón”. Ahora imprime montañas de billetes: trabajan a toda máquina las imprentas de la Casa de la Moneda, las de Ciccone, y hace imprimir billetes en Brasil. El resultado es el desboque de la inflación, con lo que aumenta la recaudación de impuestos como el IVA y ganancias, a costa de “licuar” y recortar los salarios con los topes a los aumentos en las paritarias, cobrarle a más trabajadores el absurdo impuesto a las ganancias y no pagarle las asignaciones familiares a millones de obreros. La inflación también “licua” planes sociales y jubilaciones.
También, el gobierno armó un “corralito” para los dólares, que necesita para su política de pagar las deudas ilegítimas y fraudulentas; y para la importación de combustibles por el fracaso de su política energética: fue cómplice de la privatización menemista del petróleo, fue cómplice del vaciamiento de YPF por Repsol, y ahora busca un “socio” imperialista para YPF.
No toda la economía entró en crisis. La soja, y el oro y otros minerales tienen precios récord; pero con la política kirchnerista, esas ganancias fabulosas van a parar a los bolsillos de un puñado de monopolios imperialistas: Cargill, Dreyfus, Deheza, Nidera, Alumbrera, Monsanto; junto a un puñado de grandes pooles y grandes terratenientes. 50 monopolios concentran el 61,5% de las exportaciones. Petroleras como Pan American y Chevron siguen exportando pese al déficit de combustibles. Las automotrices siguen con grandes ganancias, igual que Aluar, Techint, Telefónica, Telecom, entre otros pulpos.
3. El malhumor y la broncaCambia el estado de ánimo de las masas. Crecen el malhumor y la bronca. Después de haber tratado de vagos a los docentes, la presidenta ofendió a millones llamando “aristocracia obrera” a trabajadores que laburan sábados y domingo para que su familia llegue a fin de mes. Ninguno de esos “aristócratas” tiene millones de dólares en los bancos e inversiones también millonarias.
Se agravó la contradicción entre los de arriba y los de abajo. Y esto se expresó en los paros del 8 y el 27 de junio, y en la confluencia de fuerzas de esos paros, que produjeron un cambio profundo en la situación política, colocando a la clase obrera en el centro de la escena. De hecho, la CGT se ha fracturado.
Y se muestra también el agravamiento de la contradicción entre los de arriba y los de abajo en hechos como el centenario del Grito de Alcorta y la conquista en el Chaco de 415 hectáreas luego de tres meses de ocupar tierras. Hay muy buenas condiciones para la unidad obrero-campesina.
El cambio en las masas repercutió por arriba. Sin más “caja” que lo que recauda, y por ahora sin reelección, el cristinismo ya no puede seguir llevando al peronismo sindical y político a la rastra, o ningunearlo como en Vélez. El gobierno hace campaña para una reforma constitucional que habilite la reelección de la presidenta, operó para una CGT dócil sin Moyano, y busca incinerar a posibles rivales como Scioli. El resultado fue abrir la puerta a la fragmentación del peronismo.
Por otra parte, el fortalecimiento de la unidad de acción del movimiento obrero, con un programa que atienda a las urgencias y necesidades de las masas, va a ir repercutiendo en la unidad con el campesinado, el estudiantado y demás sectores populares. Y también, en las fuerzas y corrientes políticas populares.
4. Muy buenas condicionesSe han creado muy buenas condiciones para avanzar hacia un centro coordinador de las luchas obreras y populares con un programa que enfrente la política kirchnerista, de los monopolios y grandes terratenientes, de hacerle pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo.
Se han creado muy buenas condiciones para afiliar al PTP a miles de trabajadores, jóvenes y mujeres que pierden las expectativas en el gobierno K y buscan un camino de lucha.
Se han creado muy buenas condiciones para reagrupar a las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, con un programa como las 5 medidas y los 10 puntos del PCR para que los trabajadores y el pueblo no paguen la inflación y la crisis. Que ayude a masificar las luchas y que pueda jugar en todos los escenarios. Que una a las fuerzas y sectores de izquierda y centroizquierda, como se esbozó en las elecciones del 2011, y que sume a la izquierda peronista.
Además, la creciente combatividad de las nuevas camadas de obreras y obreros, y la fractura que evidenció el paro del 27 de junio en los sindicatos con direcciones colaboracionistas y traidoras, crean condiciones excepcionales para encabezar las luchas y la confluencia de esas luchas en un masivo paro nacional activo que dé comienzo a un plan de lucha. Y también, para cambiar la correlación de fuerzas en los cuerpos de delegados de las grandes empresas y demás centros de concentración. Tareas que exigen trabajar para fortalecer al PCR, y prepararnos y preparar a las masas para las grandes tormentas sociales y políticas que anuncian los cambios políticos, la inflación y la crisis.
Fuente; PCR