Desde mi punto de vista, es estúpido negar la realidad del movimiento comunista en España hoy en día. La plataforma política y social llamada Izquierda Unida, de la cual el PCE forma parte integrante, tiene una línea política totalmente socialdemócrata que dista muchísimo de cualquier planteamiento revolucionario o marxista. Debemos tener en cuenta que su discurso de convergencia lleva debilitando la postura ideológica del PCE desde su comienzo durante la fundación de IU. Es importante resaltar, además, que el Partido Comunista de España comenzó el abandono de sus tesis históricas basadas en el marxismo-leninismo con la Pasionaria, y de forma más acentuada con Santiago Carrillo y la introducción del eurocomunismo que éste llevó a cabo; pero considero que no se produjo una ruptura con la línea de Carrillo una vez que éste fue relevado en el cargo por Gerardo Iglesias. Por tanto, a partir de la ruptura con el modelo soviético se entró en un declive que tan solo se relantizó bajo el mandato de Julio Anguita, que marcó una línea más marxista. Aún así, la trayectoria del Partido ha sido descendente y, a día de hoy, no dudo en afirmar que el PCE no es un partido comunista, ni defiende las tesis marxistas; se encuentra inmerso en el revisionismo, el reformismo e incluso la socialdemocracia.
Pero el referente juvenil del PCE no siguió la misma trayectoria, según considero. La defensa del modelo soviético y del marxismo-leninismo se alargó mucho más tiempo y, a día de hoy, continúa teniendo una definición marxista-leninista. Si bien es cierto que es la praxis la que define a una organización, debemos tener en cuenta que el eje fundamental es la práctica de los grupos de base y de la militancia, no de los máximos dirigentes a nivel estatal. La militancia de la Juventud Comunista es muy variada a nivel estatal, pues es posible encontrar desde gente a favor de IU, hasta gente marxista-leninista que defiende la ruptura y toma como referente histórico a Stalin -entre los cuales me incluyo-. Este abismo ideológico entre la UJCE y su partido de referencia (el PCE) se ve plasmado en el día a día, existiendo dentro de la propia UJCE corrientes rupturistas y corrientes más convergentes.
Aunque el PCE lleve una trayectoria burguesa desde hace más de cuatro décadas, no debemos olvidar que se trata del único partido que se define como comunista, que abarca a una cantidad considerable de masas. Bajo mi punto de vista, romper con el partido supone renunciar a recuperar su línea histórica y, además, perder a las masas que éste congrega; pero este movimiento es aún más nocivo para el movimiento comunista si se realiza de una manera descontrolada, pues el resultado es una fragmentación insostenible de los partidos comunistas y entrar en una situación de marginalidad política absoluta. Aunque reconozco abiertamente que prefiero la marginalidad política antes que la moderación, reconozco otra posibilidad que consiste en trabajar desde la UJCE para corregir los defectos de la propia organización juvenil, e intentar recuperar al partido histórico del movimiento comunista en España. En el pasado fue un partido marxista-leninista, por lo que existe la posibilidad de devolver al partido su ideología. Este proceso implicará muchísimos conflictos internos y enfrentamientos directos, pero lo considero preferible antes que el escisionismo o la moderación revisionista (aunque prefiero éste primer concepto antes que la moderación).
No puedo concluir este mensaje sin hacer un llamamiento a todos los camaradas del foro: creo que juzgar un movimiento sin unos fundamentos muy sólidos es algo imprudente y contraproducente para la ideología por la que abogamos. Me gustaría recibir todo tipo de críticas constructivas, comprender la postura de otros camaradas y dar a conocer la mía; pero los juicios tajantes sin una experiencia sólida espero que sean escasos en el transcurso de este debate. Yo, como militante de la UJCE, estaré encantado de compartir mi experiencia con cualquier persona que venga a construir, a debatir.