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CUÁNDO Y DÓNDE SE INICIÓ LA OFENSIVA DEL CAPITALISMO EUROPEO
Alemania del Este como banco de pruebas del dumping salarial
tomado del blog Púlsar en julio de 2012. Se publicó el texto en dicho blog en abril de 2012
Alemania del Este fue un banco de pruebas para el dumping salarial y el saqueo de las prestaciones sociales, para eludir los convenios colectivos y la práctica del experimento con nuevas relaciones sociales. En el Este, se pudo hacer cualquier cosa, y lo que salía mal, naturalmente, era siempre culpa del pasado. La ofensiva fue realizada por una sinfonía mediática contundente según la cual los "ossis" - es decir, los alemanes del Este -, eran perezosos y mimados, y no estaban acostumbrados a trabajar. Veinte años más tarde, la fanfarria de los medios de comunicación alemanes hoy utilizan la misma partitura, pero esta vez dedicada a los griegos o a los españoles.
El 14 septiembre del 2010, la cadena alemana ZDF emitió un reportaje sobre los aspectos económicos de la reunificación alemana. De él se pudieron aprender cosas increíbles. Nada menos que como fue el saqueo liquidación de la antigua República Democrática Alemana, la Alemania del Este. El documental presenta una imagen muy equilibrada del anterior economía de la RDA, muy distanciada del quiché de aquellas obsoletas fábricas grises que nos presenta la propaganda. Por supuesto, en el podemos ver las familiares imágenes de la industria de la época. Sin embargo descubrimos que en la RDA había también una economía moderna, muy poco conocida mundialmente. Y que había Bancos públicos que con la anexión por la RFA en 1990, se vendieron muy por debajo de su valor a los bancos privados de la Alemania Occidental. Cinco años más tarde es, el tribunal de cuentas de la República Federal extrajo la conclusión tardía de que la privatización había causado "un gran daño" a la economía de la Alemania Oriental.
El reportaje de la cadena ZDA hace también un balance de la llamada "Sociedad de Tutela" conocida en alemán con el nombre de "Treuhand", que se creó al ser engullida la RDA por la RFA, para gestionar los bienes públicos de la Alemania socialista desaparecida. En realidad, ni hubo "Sociedad de tutela" ni se gestionó nada: fue un auténtico robo. "La economía de la RDA no estaba en absoluto en la bancarrota. Sólo con la introducción del marco de la Alemania Occidental a una tasa completamente arbitraria, fue suficiente para que nos hundiéramos", dice Edgar Most, ex director del Banco del Estado de Alemania del Este, quien desde entonces trabaja para el Deutsche Bank. En la última época de las actividades de la "Treuhand", en 1994, miles de empresas públicas fueron vendidas al sector privado, generalmente a precios inferiores a su valor real. Al comienzo de la operación, en 1990, 4 millones de personas trabajaban en las 12,000 empresas bajo el control de la "Treuhand". Después de cuatro años de gestión de esta "Sociedad de Tutela" , sólo quedaba medio millón de personas. Por cierto que durante este periodo el director de la Treuhand fue el belga André Leysen, ex director general de Agfa-Gevaert y ex presidente de la Federación de Empresas de Bélgica.
Escribir esto en un período de "pensamiento único", no está bien visto. Abordar las prácticas mafiosas durante la anexión de la RDA es algo que "no se debe hacer"… Y sin embargo, la reunificación y la instauración de una nueva unión económica y monetaria alemana el 1º de julio de 1990, fue el punto de partida que condujo a un saqueo generalizado de la antigua RDA que significó la eliminación de aproximadamente 6 millones de puestos de trabajo en la Alemania del Este. El banquero Edgar Most insiste: "Fijaros en Görlitz, fijaros en Bautzen. Eran hermosas ciudades pequeñas, maravillosamente restauradas. Ahora son aldeas tipo Potemkin, casi totalmente desiertas. Millones de personas se tuvieron que marchar. Esto no sucede en ninguna otra parte del mundo industrializado. Ningún país lo permitiría."
LA ALEMANIA DEL ESTE: UN BANCO EXPERIMENTAL
Alemania del Este ha sido un banco de pruebas para el dumping salarial y el saqueo de las prestaciones sociales, para eludir los convenios colectivos y la práctica del experimento con nuevas relaciones sociales. En el Este, se podía hacer cualquier cosa, y lo que salía mal, naturalmente, era siempre culpa del pasado. La ofensiva fue realizada por una sinfonía mediática contundente según la cual los "Ossis" - es decir, los alemanes del Este -, eran perezosos y mimados, y no estaban acostumbrados a trabajar. Veinte años más tarde, la fanfarria de los medios alemanes utiliza la misma partitura, pero esta vez dedicada a los griegos o a los españoles, igualmente perezosos y corruptos.
El terrero de experimentación en el Este sedujo a empresarios de toda Alemania. En 1993, Volkswagen declaró que tenía un superávit de treinta mil trabajadores. Poner a toda esa gente de patitas en la calle, es sin embargo, una operación costosa. De manera que el director de personal, Peter Hartz, elaboró una solución: reducir el tiempo de trabajo con pérdida salarial. Los trabajadores del automóvil de Volkswagen tuvieron que aceptar recortes salariales de aproximadamente una quinta parte, el 17,9% para ser precisos. El gran patrón de Volkswagen, Ferdinand Piech, no perdió ni un céntimo. Heredero de la empresa en tanto que hijo pequeño de Ferdinand Porsche, fundador de Volkswagen, ganó la nimia cantidad de mil millones de euros gracias a la operación de su director de personal, en 1993. Y, al final, treinta y dos mil trabajadores de VW acabaron perdiendo sus empleos.
Este fue el comienzo de la ofensiva de la patronal alemana contra los trabajadores. A partir de 1996, la congelación de los salarios se convirtió en su prioridad más absoluta. Más tarde, el ataque también vino de la política. En 1998, los votantes, cansados del canciller social-cristiano Helmut Kohl, llevaron al poder a los socialdemócratas. La coalición "roji-verde" de Gerhard Schröder quería menos regulaciones en el mercado laboral. Es decir, la desregulación. De este modo era más fácil - más barato - despedir a los trabajadores. La nueva coalición también estimaba que los costos laborales deberían reducirse. Sus declaraciones estaban llenas de expresiones acerca de costos "demasiado pesados" del trabajo: era necesario reducir los aportes patronales a la seguridad social. En este ámbito, los sindicatos se mantuvieron firmes en sus posiciones y las negociaciones fracasaron. Pero las cosas no se quedaron allí: los socialdemócratas estaban, de hecho, determinados a reformar el mercado laboral alemán.
LA TERCERA VIA DEL AMIGO DE LOS PATRONES
A inicios del nuevo siglo, justo antes del legendario año 2000, un nuevo viento se levanta, trayendo consigo potentes aires New Age: la llegada de una nueva era, ¡la de la mo-der-ni-dad! Socialdemócratas ebrios respiran a bocanadas el espíritu de la época. Para ellos, significa el Die Neue Mitte, el "nuevo centro" o la "tercera vía". ¿Dónde se situa, esta tercera vía? ¡Entre el liberalismo y el socialismo, por supuesto! Tony Blair y Gerhard Schröder ponen sobre el papel un manifiesto a favor de este "nuevo rumbo" con un título explícito: el camino a seguir para los socialdemócratas europeos. Aparece en agosto de 1999.
La primera frase no percibe "ningún fantasma que recorra Europa", pero afirma: " Ahora los socialdemócratas están en el poder en todas partes, en casi todos los países de la Unión Europea." Y el texto añade: "La socialdemocracia ha encontrado un nuevo enfoque, comienza a renovar sus ideas, y ésta consiste en modernizar la credibilidad de su programa, mientras que conserva sus valores tradicionales". ¿Modernizar para quién? ¿Creíble para quién? ¿Aceptable para quién? Estas preguntas son las que ya no se formulan.
Para la operación "modernización creíble", Gerhard Schröeder llama a sus amigos. No a los sindicatos. Tampoco a los del mundo académico o progresista. No, consulta al mundo de los negocios. Habla con su amigo personal Peter Hartz, el famoso director de personal de Volkswagen. Algunos le señalan como el mejor organizador de pequeños viajes de ocio en VW, callgirls incluidas.
En la víspera de las elecciones de 2002, Schröder pide a su amigo Hartz que reflexiones sobre una reforma del mercado de trabajo. Hartz se pone manos a la obra con su comisión de proyectos con la que elabora los planes: facilitar los despidos, reducir las cotizaciones sociales para los salarios más bajos, limitar las cotizaciones por desempleo en el tiempo, obligar a los desempleados a aceptar cualquier trabajo en cualquier lugar en Alemania, favorecer los contratos temporales... Una música, por cierto, que ya suena con fuerza por estos lares.
Toda esta modernización coloca una bomba bajo el concepto de "tener un trabajo." De hecho, el concepto de "empleo" sustituye al de "trabajo". Fin de los contratos fijos. Fin de los horarios fijos. Fin del salario que permite llegar a fin de mes. El nombre de Schröder pronto se convierte en sinónimo de amigo de los patrones. La socialdemocracia se hizo insoportable para el pueblo alemán. Lo que siguió después ya lo conocemos.
Alemania del Este como banco de pruebas del dumping salarial
tomado del blog Púlsar en julio de 2012. Se publicó el texto en dicho blog en abril de 2012
Alemania del Este fue un banco de pruebas para el dumping salarial y el saqueo de las prestaciones sociales, para eludir los convenios colectivos y la práctica del experimento con nuevas relaciones sociales. En el Este, se pudo hacer cualquier cosa, y lo que salía mal, naturalmente, era siempre culpa del pasado. La ofensiva fue realizada por una sinfonía mediática contundente según la cual los "ossis" - es decir, los alemanes del Este -, eran perezosos y mimados, y no estaban acostumbrados a trabajar. Veinte años más tarde, la fanfarria de los medios de comunicación alemanes hoy utilizan la misma partitura, pero esta vez dedicada a los griegos o a los españoles.
El 14 septiembre del 2010, la cadena alemana ZDF emitió un reportaje sobre los aspectos económicos de la reunificación alemana. De él se pudieron aprender cosas increíbles. Nada menos que como fue el saqueo liquidación de la antigua República Democrática Alemana, la Alemania del Este. El documental presenta una imagen muy equilibrada del anterior economía de la RDA, muy distanciada del quiché de aquellas obsoletas fábricas grises que nos presenta la propaganda. Por supuesto, en el podemos ver las familiares imágenes de la industria de la época. Sin embargo descubrimos que en la RDA había también una economía moderna, muy poco conocida mundialmente. Y que había Bancos públicos que con la anexión por la RFA en 1990, se vendieron muy por debajo de su valor a los bancos privados de la Alemania Occidental. Cinco años más tarde es, el tribunal de cuentas de la República Federal extrajo la conclusión tardía de que la privatización había causado "un gran daño" a la economía de la Alemania Oriental.
El reportaje de la cadena ZDA hace también un balance de la llamada "Sociedad de Tutela" conocida en alemán con el nombre de "Treuhand", que se creó al ser engullida la RDA por la RFA, para gestionar los bienes públicos de la Alemania socialista desaparecida. En realidad, ni hubo "Sociedad de tutela" ni se gestionó nada: fue un auténtico robo. "La economía de la RDA no estaba en absoluto en la bancarrota. Sólo con la introducción del marco de la Alemania Occidental a una tasa completamente arbitraria, fue suficiente para que nos hundiéramos", dice Edgar Most, ex director del Banco del Estado de Alemania del Este, quien desde entonces trabaja para el Deutsche Bank. En la última época de las actividades de la "Treuhand", en 1994, miles de empresas públicas fueron vendidas al sector privado, generalmente a precios inferiores a su valor real. Al comienzo de la operación, en 1990, 4 millones de personas trabajaban en las 12,000 empresas bajo el control de la "Treuhand". Después de cuatro años de gestión de esta "Sociedad de Tutela" , sólo quedaba medio millón de personas. Por cierto que durante este periodo el director de la Treuhand fue el belga André Leysen, ex director general de Agfa-Gevaert y ex presidente de la Federación de Empresas de Bélgica.
Escribir esto en un período de "pensamiento único", no está bien visto. Abordar las prácticas mafiosas durante la anexión de la RDA es algo que "no se debe hacer"… Y sin embargo, la reunificación y la instauración de una nueva unión económica y monetaria alemana el 1º de julio de 1990, fue el punto de partida que condujo a un saqueo generalizado de la antigua RDA que significó la eliminación de aproximadamente 6 millones de puestos de trabajo en la Alemania del Este. El banquero Edgar Most insiste: "Fijaros en Görlitz, fijaros en Bautzen. Eran hermosas ciudades pequeñas, maravillosamente restauradas. Ahora son aldeas tipo Potemkin, casi totalmente desiertas. Millones de personas se tuvieron que marchar. Esto no sucede en ninguna otra parte del mundo industrializado. Ningún país lo permitiría."
LA ALEMANIA DEL ESTE: UN BANCO EXPERIMENTAL
Alemania del Este ha sido un banco de pruebas para el dumping salarial y el saqueo de las prestaciones sociales, para eludir los convenios colectivos y la práctica del experimento con nuevas relaciones sociales. En el Este, se podía hacer cualquier cosa, y lo que salía mal, naturalmente, era siempre culpa del pasado. La ofensiva fue realizada por una sinfonía mediática contundente según la cual los "Ossis" - es decir, los alemanes del Este -, eran perezosos y mimados, y no estaban acostumbrados a trabajar. Veinte años más tarde, la fanfarria de los medios alemanes utiliza la misma partitura, pero esta vez dedicada a los griegos o a los españoles, igualmente perezosos y corruptos.
El terrero de experimentación en el Este sedujo a empresarios de toda Alemania. En 1993, Volkswagen declaró que tenía un superávit de treinta mil trabajadores. Poner a toda esa gente de patitas en la calle, es sin embargo, una operación costosa. De manera que el director de personal, Peter Hartz, elaboró una solución: reducir el tiempo de trabajo con pérdida salarial. Los trabajadores del automóvil de Volkswagen tuvieron que aceptar recortes salariales de aproximadamente una quinta parte, el 17,9% para ser precisos. El gran patrón de Volkswagen, Ferdinand Piech, no perdió ni un céntimo. Heredero de la empresa en tanto que hijo pequeño de Ferdinand Porsche, fundador de Volkswagen, ganó la nimia cantidad de mil millones de euros gracias a la operación de su director de personal, en 1993. Y, al final, treinta y dos mil trabajadores de VW acabaron perdiendo sus empleos.
Este fue el comienzo de la ofensiva de la patronal alemana contra los trabajadores. A partir de 1996, la congelación de los salarios se convirtió en su prioridad más absoluta. Más tarde, el ataque también vino de la política. En 1998, los votantes, cansados del canciller social-cristiano Helmut Kohl, llevaron al poder a los socialdemócratas. La coalición "roji-verde" de Gerhard Schröder quería menos regulaciones en el mercado laboral. Es decir, la desregulación. De este modo era más fácil - más barato - despedir a los trabajadores. La nueva coalición también estimaba que los costos laborales deberían reducirse. Sus declaraciones estaban llenas de expresiones acerca de costos "demasiado pesados" del trabajo: era necesario reducir los aportes patronales a la seguridad social. En este ámbito, los sindicatos se mantuvieron firmes en sus posiciones y las negociaciones fracasaron. Pero las cosas no se quedaron allí: los socialdemócratas estaban, de hecho, determinados a reformar el mercado laboral alemán.
LA TERCERA VIA DEL AMIGO DE LOS PATRONES
A inicios del nuevo siglo, justo antes del legendario año 2000, un nuevo viento se levanta, trayendo consigo potentes aires New Age: la llegada de una nueva era, ¡la de la mo-der-ni-dad! Socialdemócratas ebrios respiran a bocanadas el espíritu de la época. Para ellos, significa el Die Neue Mitte, el "nuevo centro" o la "tercera vía". ¿Dónde se situa, esta tercera vía? ¡Entre el liberalismo y el socialismo, por supuesto! Tony Blair y Gerhard Schröder ponen sobre el papel un manifiesto a favor de este "nuevo rumbo" con un título explícito: el camino a seguir para los socialdemócratas europeos. Aparece en agosto de 1999.
La primera frase no percibe "ningún fantasma que recorra Europa", pero afirma: " Ahora los socialdemócratas están en el poder en todas partes, en casi todos los países de la Unión Europea." Y el texto añade: "La socialdemocracia ha encontrado un nuevo enfoque, comienza a renovar sus ideas, y ésta consiste en modernizar la credibilidad de su programa, mientras que conserva sus valores tradicionales". ¿Modernizar para quién? ¿Creíble para quién? ¿Aceptable para quién? Estas preguntas son las que ya no se formulan.
Para la operación "modernización creíble", Gerhard Schröeder llama a sus amigos. No a los sindicatos. Tampoco a los del mundo académico o progresista. No, consulta al mundo de los negocios. Habla con su amigo personal Peter Hartz, el famoso director de personal de Volkswagen. Algunos le señalan como el mejor organizador de pequeños viajes de ocio en VW, callgirls incluidas.
En la víspera de las elecciones de 2002, Schröder pide a su amigo Hartz que reflexiones sobre una reforma del mercado de trabajo. Hartz se pone manos a la obra con su comisión de proyectos con la que elabora los planes: facilitar los despidos, reducir las cotizaciones sociales para los salarios más bajos, limitar las cotizaciones por desempleo en el tiempo, obligar a los desempleados a aceptar cualquier trabajo en cualquier lugar en Alemania, favorecer los contratos temporales... Una música, por cierto, que ya suena con fuerza por estos lares.
Toda esta modernización coloca una bomba bajo el concepto de "tener un trabajo." De hecho, el concepto de "empleo" sustituye al de "trabajo". Fin de los contratos fijos. Fin de los horarios fijos. Fin del salario que permite llegar a fin de mes. El nombre de Schröder pronto se convierte en sinónimo de amigo de los patrones. La socialdemocracia se hizo insoportable para el pueblo alemán. Lo que siguió después ya lo conocemos.
