Los recientes ataques a instalaciones de telefonía y cajeros automáticos inquietan a la candidata bildutarra a 25 días de las elecciones autonómicas.
La Ertzaintza no tiene dudas de que los sabotajes contra un cajero automático, dos instalaciones de telefonía móvil y el incendio de contenedores llevados a cabo en distintos municipios del País Vasco durante los últimos días deben interpretarse como un repunte, aunque leve, de la «kale borroka». Una estrategia que debería estar ya completamente desactivada, según el compromiso contraído por ETA cuando hace casi un año anuncio el «cese definitivo de la actividad armada».
Estos episodios de violencia callejera han provocado cierta preocupación en Bildu y, en concreto, en el equipo electoral de la candidata Laura Mintegi, que, a fin de echar balones fuera, recientemente llegó a atribuir los sabotajes a sectores del PP que, en su opinión, estarían interesados en cuestionar la presunta apuesta de la «izquierda abertzale» por las vías exclusivamente políticas. A falta de 25 días para las elecciones autonómicas vascas, Euskal Herria Bildu está centrada en su estrategia de «acumulación de fuerzas soberanistas», esto es, captar el voto de sectores del nacionalismo moderado como única forma de poder llegar a Ajuria Enea. Un repunte de la «kale borrroka», como días antes las movilizaciones a favor del asesino de ETA Jesús María Uribetxebarria Bolinaga, pueden ahuyentar a muchos de estos sectores que intentan atraer los herederos de Batasuna.
«Kale borroka» calculada
Los responsables de Bildu ya detectaron semanas antes de las pasadas elecciones generales un núcleo duro en la «izquierda abertzale» que difundió carteles llamando a la abstención, disconforme por el excesivo «institucionalismo» en el que había incurrido la «izquierda abertzale» tras su irrupción en los ayuntamientos. Este núcleo es partidario de que la actual apuesta por la vía política sea compatible con medidas de presión, como la «kale borroka», sin llegar a cuestionar el cese de la actividad terrorista de ETA. La coalición formada por Sortu, EA, Alternatiba y Aralar teme que de cara a los comicios autonómicos los más ortodoxos impulsen actos de «kale borroka», más o menos calculados, pero que sí pueden repercutir negativamente en las expectativas electorales. De ahí que hayan abierto una investigación interna, según han asegurado fuentes de la lucha antiterrorista.
La Ertzaintza no tiene dudas de que los sabotajes contra un cajero automático, dos instalaciones de telefonía móvil y el incendio de contenedores llevados a cabo en distintos municipios del País Vasco durante los últimos días deben interpretarse como un repunte, aunque leve, de la «kale borroka». Una estrategia que debería estar ya completamente desactivada, según el compromiso contraído por ETA cuando hace casi un año anuncio el «cese definitivo de la actividad armada».
Estos episodios de violencia callejera han provocado cierta preocupación en Bildu y, en concreto, en el equipo electoral de la candidata Laura Mintegi, que, a fin de echar balones fuera, recientemente llegó a atribuir los sabotajes a sectores del PP que, en su opinión, estarían interesados en cuestionar la presunta apuesta de la «izquierda abertzale» por las vías exclusivamente políticas. A falta de 25 días para las elecciones autonómicas vascas, Euskal Herria Bildu está centrada en su estrategia de «acumulación de fuerzas soberanistas», esto es, captar el voto de sectores del nacionalismo moderado como única forma de poder llegar a Ajuria Enea. Un repunte de la «kale borrroka», como días antes las movilizaciones a favor del asesino de ETA Jesús María Uribetxebarria Bolinaga, pueden ahuyentar a muchos de estos sectores que intentan atraer los herederos de Batasuna.
«Kale borroka» calculada
Los responsables de Bildu ya detectaron semanas antes de las pasadas elecciones generales un núcleo duro en la «izquierda abertzale» que difundió carteles llamando a la abstención, disconforme por el excesivo «institucionalismo» en el que había incurrido la «izquierda abertzale» tras su irrupción en los ayuntamientos. Este núcleo es partidario de que la actual apuesta por la vía política sea compatible con medidas de presión, como la «kale borroka», sin llegar a cuestionar el cese de la actividad terrorista de ETA. La coalición formada por Sortu, EA, Alternatiba y Aralar teme que de cara a los comicios autonómicos los más ortodoxos impulsen actos de «kale borroka», más o menos calculados, pero que sí pueden repercutir negativamente en las expectativas electorales. De ahí que hayan abierto una investigación interna, según han asegurado fuentes de la lucha antiterrorista.