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Gran Marcha Hacia el Comunismo ha decidido traducir al castellano el programa político del PCR-RCP Canada. Lo consideramos un importante documento tanto por su exhaustividad como por la claridad con la que expone los principios fundamentales del Marxismo-Leninismo-Maoísmo, y esperamos que su traducción sirva para hacer llegar su mensaje a todos los camaradas hispanohablantes del mundo. Dicho esto hacemos notar que su reproducción aquí no implica que GMHC necesariamente esté de acuerdo con todos y cada uno de los puntos y razonamientos expuestos en este documento.
Comenzamos publicando la primera parte que sirve de introducción, e iremos publicando las siguientes secciones en las próximas semanas.
Gran Marcha Hacia el Comunismo,
Diciembre 2012
Comenzamos publicando la primera parte que sirve de introducción, e iremos publicando las siguientes secciones en las próximas semanas.
Gran Marcha Hacia el Comunismo,
Diciembre 2012
1. Nuestro plan de acción para hacer la revolución
El Programa del Partido Comunista Revolucionario presenta el plan estratégico para que el proletariado canadiense derroque a la burguesía del país, destruya el capitalismo, construya el socialismo y trabaje hacia una sociedad comunista y sin clases. En este programa se encuentran los objetivos principales y las tareas más importantes que nuestra clase debe llevar a cabo para conseguir estos objetivos. Este documento es un camino a seguir, un plan de acción para llevar nuestra lucha histórica buen término y a la victoria decisiva para la liberación de nuestro pueblo, y del resto de la humanidad.
Un programa así es una necesidad para unir a la vanguardia, es decir los proletarios revolucionarios que quieren luchar por un cambio real en Canadá y que necesitan una visión común de la situación imperante y de lo que se debe hacer para conseguir este objetivo. También necesitamos este programa para apoyar la actividad del partido comunista revolucionario que estamos construyendo; un partido que es necesario para liderar nuestra lucha y empujarla hacia el comunismo.
Al contrario que los programas de los partidos burgueses, el nuestro no está construido sobre promesas huecas para seducir a los votantes. No pretendemos mejorar significativamente las vidas de los trabajadores dentro del sistema. No queremos que la gente piense que la buena voluntad o la gestión de los políticos profesionales (aunque se pongan la etiqueta de “socialistas” o “comunistas”) puede dirigir la batalla en vez de las masas explotadas. Éstas son las únicas capaces de transformar realmente la sociedad y dirigirla hacia una etapa más avanzada.
De hecho, nuestro programa es más bien lo opuesto a uno burgués. No pensamos de ninguna manera que este sistema pueda ser mejorado o que pueda satisfacer las necesidades de los oprimidos o ayudarles a emanciparse. Por eso, creemos que debemos librar la lucha revolucionaria contra el capitalismo para derrocarlo y destruirlo.
El programa comunista no pretende gustar a todo el mundo. La sociedad está dividida en distintas clases sociales con intereses antagónicos. En la cima, la burguesía: los capitalistas que poseen los medios de producción y se apropian, directa o indirectamente, de las plusvalías que le arrancan al proletariado. Al lado de los explotadores están los agentes que les son leales trabajando para mantener el sistema. Al otro lado está el proletariado, la inmensa mayoría, que solo puede sobrevivir con el sudor de su frente.
El programa comunista no es neutral. Está basado en los intereses de la clase oprimida, el proletariado, únicamente en sus intereses. Es una herramienta para la lucha que permite a la clase trabajadora aprender sobre sí misma, de dónde viene, contra quien está, en qué dirección debe moverse y, especialmente, cómo va a llegar hasta allí.
Marx y Engels, los fundadores del comunismo, demostraron claramente cómo la burguesía, a pesar de haber tenido un papel de lo más revolucionario históricamente al derrocar y acabar con el modo deproducción feudal, se ha convertido en una clase abiertamente reaccionaria, como fueron las clases explotadoras que laprecedieron. Ahora esta clase dificulta el desarrollo social y económico. Los autores de “El Manifiesto Comunista” han demostrado queal desarrollar los modos de producción y de intercambio capitalista: “la burguesía no solo ha forjado las armas que la llevarán a la tumba, también ha creado a los hombres que empuñarán esas armas: la moderna clase trabajadora, los proletarios.”
Dotado de este conocimiento, el proletariado luchó la batalla contra la burguesía para librarse de ella. La Comuna de París y la Revolución China, al igual que la histórica Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, fueron todas tremendas victorias para el proletariado, que ha escrito las páginas más bellas de la Historia de la humanidad. Esta batalla no ha hecho más que comenzar.
El capitalismo en la era imperialista ha expandido su dominio por todo el mundo. Tras más de 200 años de existencia ha demostrado ser el sistema más feroz que haya existido nunca.
En Canadá, las arcas de la clase dominante están desbordadas. Cada mes en este país se venden veinte mil millones de dólares en bienes. Aún así, la mayoría de los trabajadores tienen cada vez más problemas para disponer de lo básico, como ser capaces de pagar un alquiler y comida decente. Durante los últimos quince o veinte años, a escala internacional, la clase trabajadora se ha empobrecido cada vez más. Los sueldos han bajado y la inseguridad crece. Al mismo tiempo, las tres personas más ricas del planeta poseen más que el grupo de países más pobres, ¡habitados por 600 millones de personas! Los capitalistas claman que su sistema es el mejor de todos los posibles, pero solo nos pueden ofrecer más sufrimiento, explotación, racismo y división. Promueve las ideas más atrasadas y miserables, violencia contra los oprimidos, las guerras más bárbaras y la destrucción del medio ambiente. Y el futuro pinta igual de negro.
Sin embargo, con la experiencia que hemos conseguido en los últimos 150 años, tanto negativa como positiva, el proletariado puede y debe izar la bandera roja, la bandera comunista. De hecho, el movimiento revolucionario es más fuerte ahora de lo que ha sido nunca. Su renacimiento está teniendo lugar en países dominados por el imperialismo, en Perú, Filipinas, India, Nepal, Bangladesh y Turquía, donde las guerras populares están ganado fuerza cada día.
Depende de nosotros, el proletariado Canadiense, contribuir al movimiento nacional que se está desarrollando para poder terminar con la barbarie capitalista. Debemos tomar en nuestras manos la lucha para derrocar a la burguesía canadiense y garantizar el triunfo del socialismo y el comunismo. Y debemos hacerlo ahora.
El Programa del Partido Comunista Revolucionario presenta el plan estratégico para que el proletariado canadiense derroque a la burguesía del país, destruya el capitalismo, construya el socialismo y trabaje hacia una sociedad comunista y sin clases. En este programa se encuentran los objetivos principales y las tareas más importantes que nuestra clase debe llevar a cabo para conseguir estos objetivos. Este documento es un camino a seguir, un plan de acción para llevar nuestra lucha histórica buen término y a la victoria decisiva para la liberación de nuestro pueblo, y del resto de la humanidad.
Un programa así es una necesidad para unir a la vanguardia, es decir los proletarios revolucionarios que quieren luchar por un cambio real en Canadá y que necesitan una visión común de la situación imperante y de lo que se debe hacer para conseguir este objetivo. También necesitamos este programa para apoyar la actividad del partido comunista revolucionario que estamos construyendo; un partido que es necesario para liderar nuestra lucha y empujarla hacia el comunismo.
Al contrario que los programas de los partidos burgueses, el nuestro no está construido sobre promesas huecas para seducir a los votantes. No pretendemos mejorar significativamente las vidas de los trabajadores dentro del sistema. No queremos que la gente piense que la buena voluntad o la gestión de los políticos profesionales (aunque se pongan la etiqueta de “socialistas” o “comunistas”) puede dirigir la batalla en vez de las masas explotadas. Éstas son las únicas capaces de transformar realmente la sociedad y dirigirla hacia una etapa más avanzada.
De hecho, nuestro programa es más bien lo opuesto a uno burgués. No pensamos de ninguna manera que este sistema pueda ser mejorado o que pueda satisfacer las necesidades de los oprimidos o ayudarles a emanciparse. Por eso, creemos que debemos librar la lucha revolucionaria contra el capitalismo para derrocarlo y destruirlo.
El programa comunista no pretende gustar a todo el mundo. La sociedad está dividida en distintas clases sociales con intereses antagónicos. En la cima, la burguesía: los capitalistas que poseen los medios de producción y se apropian, directa o indirectamente, de las plusvalías que le arrancan al proletariado. Al lado de los explotadores están los agentes que les son leales trabajando para mantener el sistema. Al otro lado está el proletariado, la inmensa mayoría, que solo puede sobrevivir con el sudor de su frente.
El programa comunista no es neutral. Está basado en los intereses de la clase oprimida, el proletariado, únicamente en sus intereses. Es una herramienta para la lucha que permite a la clase trabajadora aprender sobre sí misma, de dónde viene, contra quien está, en qué dirección debe moverse y, especialmente, cómo va a llegar hasta allí.
Marx y Engels, los fundadores del comunismo, demostraron claramente cómo la burguesía, a pesar de haber tenido un papel de lo más revolucionario históricamente al derrocar y acabar con el modo deproducción feudal, se ha convertido en una clase abiertamente reaccionaria, como fueron las clases explotadoras que laprecedieron. Ahora esta clase dificulta el desarrollo social y económico. Los autores de “El Manifiesto Comunista” han demostrado queal desarrollar los modos de producción y de intercambio capitalista: “la burguesía no solo ha forjado las armas que la llevarán a la tumba, también ha creado a los hombres que empuñarán esas armas: la moderna clase trabajadora, los proletarios.”
Dotado de este conocimiento, el proletariado luchó la batalla contra la burguesía para librarse de ella. La Comuna de París y la Revolución China, al igual que la histórica Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, fueron todas tremendas victorias para el proletariado, que ha escrito las páginas más bellas de la Historia de la humanidad. Esta batalla no ha hecho más que comenzar.
El capitalismo en la era imperialista ha expandido su dominio por todo el mundo. Tras más de 200 años de existencia ha demostrado ser el sistema más feroz que haya existido nunca.
En Canadá, las arcas de la clase dominante están desbordadas. Cada mes en este país se venden veinte mil millones de dólares en bienes. Aún así, la mayoría de los trabajadores tienen cada vez más problemas para disponer de lo básico, como ser capaces de pagar un alquiler y comida decente. Durante los últimos quince o veinte años, a escala internacional, la clase trabajadora se ha empobrecido cada vez más. Los sueldos han bajado y la inseguridad crece. Al mismo tiempo, las tres personas más ricas del planeta poseen más que el grupo de países más pobres, ¡habitados por 600 millones de personas! Los capitalistas claman que su sistema es el mejor de todos los posibles, pero solo nos pueden ofrecer más sufrimiento, explotación, racismo y división. Promueve las ideas más atrasadas y miserables, violencia contra los oprimidos, las guerras más bárbaras y la destrucción del medio ambiente. Y el futuro pinta igual de negro.
Sin embargo, con la experiencia que hemos conseguido en los últimos 150 años, tanto negativa como positiva, el proletariado puede y debe izar la bandera roja, la bandera comunista. De hecho, el movimiento revolucionario es más fuerte ahora de lo que ha sido nunca. Su renacimiento está teniendo lugar en países dominados por el imperialismo, en Perú, Filipinas, India, Nepal, Bangladesh y Turquía, donde las guerras populares están ganado fuerza cada día.
Depende de nosotros, el proletariado Canadiense, contribuir al movimiento nacional que se está desarrollando para poder terminar con la barbarie capitalista. Debemos tomar en nuestras manos la lucha para derrocar a la burguesía canadiense y garantizar el triunfo del socialismo y el comunismo. Y debemos hacerlo ahora.
Fuente; GMHC
