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[Este artículo sin firma –cuya primer parte publicamos ahora, y la segunda lo haremos próximamente- fue originalmente publicado en el número correspondiente a Noviembre-Diciembre de 1966 de Cahiers marxistes-léninistes, revista fundada a finales de 1964 por la sección de estudiantes de la Escuela Normal Superior de París de la Unión de Estudiantes Comunistas (UEC). En Diciembre de 1966, la revista se convirtió en el órgano teórico y político de la Unión de Juventudes Comunistas (Marxista-Leninista), organización formada tras una escisión en el seno de la UEC. La revista, en su número de Noviembre-Diciembre de 1966, destacará por su posicionamiento contra el revisionismo del Partido Comunista Francés. Los dos primeros números de la revista tras la escisión se centraron en la Gran Revolución Cultural Proletaria en China. Algunas fuentes atribuyen este artículo a Louis Althusser. La traducción al español es responsabilidad de Gran Marcha Hacia el Comunismo tomándolo de una versión en inglés.
Madrid, Enero 2013]
Sobre la Revolución Cultural (1ª parte)
Sea cual sea la posición que adopte él o ella sobre la Revolución Cultural china, a ningún comunista se le permite simple y automáticamente “afrontar” este tema, si ninguna otra forma de examen, como si se tratara de un mero hecho entre otros, como un argumento entre otros.
La R.C. no es, en primer lugar, un argumento: es, sobre todo y ante todo, un hecho histórico. No es un hecho entre otros. Es un hecho sin precedentes. No es un hecho histórico reducible a sus circunstancias, no es una decisión tomada “a la luz” de la lucha del Partido Comunista de China contra el “revisionismo moderno” o en respuesta al cerco político y militar de China. Es un hecho histórico de gran importancia y larga duración. Es parte del desarrollo de la Revolución china. Representa una de sus fases, una de sus mutaciones. Hunde sus raíces en el pasado, y se prepara para el futuro. Como tal, pertenece al Movimiento Comunista Internacional de igual forma que la Revolución china.
Es por tanto un hecho histórico que debe ser examinado por sí mismo, en su independencia y profundidad, sin reducirlo pragmáticamente a éste o aquel aspecto de la coyuntura actual. Es, además, un hecho histórico excepcional. De un lado, no tienen un precedente histórico y, de otro, presenta un interés teórico intenso.
Marx, Engels y Lenin siempre proclamaron que era absolutamente necesario dotar a la infraestructura socialista, establecida por una revolución política, la correspondiente –es decir, socialista- superestructura ideológica.
Para que ocurra esto, es necesaria una revolución ideológica, una revolución en la ideología de las masas. Esta tesis expresa un principio fundamental de la teoría marxista.
Lenin era plenamente consciente de esta necesidad, y el Partido Bolchevique hizo grandes esfuerzos en esta dirección. Pero las circunstancias no permitieron a la U.R.S.S. colocar en el orden del día una revolución ideológica de masas.
El P.C.Ch. es el primer partido en emprender él mismo junto con las masas este camino a través de la aplicación de nuevos medios, el primero en colocar en el orden del día esta revolución ideológica de masas –designada con la expresión “R.C.”.
Esta convergencia de una tesis teórica marxista que hasta la fecha permanecía en un estado teórico con un nuevo hecho histórico que es la realización de esta tesis, obviamente no puede dejar indiferente a ningún comunista. Esta fusión no puede sino suscitar interés, tanto político como teórico.
Por supuesto, la novedad, originalidad y formas inesperadas que el acontecimiento ha adoptado son necesariamente sorprendentes y desconcertantes, suscitando todo tipo de preguntas. Lo contario sería increíble.
Dadas estas condiciones, es inadmisible llegar a adoptar una posición sin un previo examen serio. Un comunista no puede, desde la distancia en que nos encontramos, hacer pronunciamientos sobre la R.C., y por tanto juzgarla, sin haber analizado, al menos en principio, las credenciales políticas y teóricas de la R.C. basándose en los documentos originales de que dispone él o ella y a la luz de los principios marxistas.
Esto significa:
1. Debemos en primer lugar analizar la R.C. como un hecho político, que requiere considerar, en conjunto, lo siguiente:
- la coyuntura política en que tiene lugar,
- los objetivos políticos que establece,
-los métodos y medios que adquiere y aplica.
2. Debemos examinar este hecho político a la luz de los principios teóricos marxistas (materialismo histórico, materialismo dialéctico), preguntándonos si este hecho político está, o no, en conformidad con estos principios teóricos.
Sin este doble análisis, teórico y político a la vez –un análisis que sólo podemos esquematizar brevemente aquí- es simplemente imposible para un comunista francés juzgar la R.C.
I. Análisis Político de la Revolución Cultural
a. Coyuntura de la Revolución Cultural
El P.C.Ch., en sus declaraciones oficiales, ha subrayado la razón política fundamental de la R.C. (los “16 Puntos”, descritos por el C.C., los editoriales de Renmin Ribao)
En los países socialistas, tras la mayor o menor completa transformación socialista de los medios de producción, existe aún está pregunta que permanece: ¿qué camino tomar? ¿Es necesario ir todo el camino hasta el final de la revolución socialista y gradualmente pasar al comunismo? ¿O, por el contrario, quedarse a medio camino y retroceder hacia el capitalismo? Esta cuestión se nos plantea de una forma particularmente aguda. (Editorial de Renmin Ribao, 15 de agosto de 1966)
La R.C.es aquí presentada de forma inequívoca como una respuesta política a una pregunta política extremadamente precisa. Esta pregunta es declarada “aguda” y “crucial”.
Esta pregunta crucial es una pregunta concreta que es planteada al P.C.Ch. en una coyuntura política definida.
¿Qué coyuntura?
En su esencia, esta coyuntura no es, como algunos comentaristas piensan, una coyuntura “global”, a saber, el serio conflicto provocado por la agresión norteamericana contra el Movimiento de Liberación de Vietnam del Sur, contra el Estado socialista de la República de Vietnam, y por las amenazas que afectan a China. La coyuntura que explica la R.C. es en su esencia interna al socialismo.
Pero esta coyuntura igualmente no está constituida, en su esencia, por el “conflicto” entre el P.C.Ch. y el P.C.U.S. Este “conflicto” es, en lo que concierne a la R.C., relativamente marginal. La R.C. es, por encima de todo, no una “respuesta” al “conflicto”, un argumento efectuado por el P.C.Ch. contra el P.C.U.S. La R.C. responde a otra cuestión fundamental, del cual éste conflicto es sólo un aspecto o efecto.
La coyuntura de la R.C. viene constituida por los actuales problemas de desarrollo de la Revolución socialista china. El P.C.Ch. habla de China cuando declara: “la cuestión se nos plantea de una manera particularmente aguda”. De hecho, el P.C.Ch. no plantea esta cuestión para otros países socialistas, ni sugiere que emprendan su propia R.C. Pero también está bastante claro que la coyuntura de la R.C. no se restringe sólo a los problemas de la Revolución china. A través de la coyuntura china, es la coyuntura de todos los países socialistas lo que está en juego. La coyuntura china aparece, de hecho, como un caso particular de la coyuntura de los países socialistas en general.
Para comprender el problema fundamental, crucial, que forma la base de la coyuntura política de la R.C., tenemos que buscarlo donde se plantea el problema. No debemos confundirnos sobre la coyuntura. Tampoco debemos buscar este problema en la coyuntura “global” (la agresión imperialista) o en la coyuntura del “conflicto P.C.Ch./P.C.U.S.”. Debemos buscarlo en la coyuntura de la revolución socialista china y, más en general, dentro de la coyuntura de los países socialistas.
Recordemos lo que es un país socialista.
Es un país donde una revolución socialista política ha tenido lugar (tomando el poder en condiciones históricas distintas, pero que conducen a la dictadura del proletariado), luego una revolución económica (socialización de los medios de producción, establecimiento de las relaciones socialistas de producción). Un país socialista así constituido “construye el socialismo” bajo la dictadura del proletariado y, cuando el momento llega, prepara la transición al comunismo. Es un proceso a largo plazo.
Ahora, a los ojos del P.C.Ch., un examen crítico de las “experiencias positivas y negativas” de las revoluciones socialistas –sus victorias y derrotas, sus dificultades, su progreso, su grado de avance (en la U.R.S.S., en los países socialistas de Europa Central, en Yugoslavia, en China, en Corea del Norte, en Vietnam del Norte, en Cuba) –muestra que cada país socialista se ha encontrado, o se encuentra, o se encontrará, incluso cuando ha completado “más o menos” la socialización de los medios de producción, enfrentado con un problema crucial: el relativo al de los dos “caminos”.
El problema es el siguiente. Lo presentaremos en forma de preguntas.
En las diferentes fases de las transiciones revolucionarias que hacen que una forma social de capitalismo pase al socialismo y luego al comunismo, ¿no existe, en cada una de estas fases, un riesgo objetivo de “regresión”? ¿No es este riesgo el resultado de la política seguida por el partido revolucionario, su corrección o falsedad; no sólo su línea general, sino también las formas específicas que es aplicada? ¿En el modo que la jerarquía y articulación de los objetivos está determinado y en los mecanismos objetivos (económicos, políticos, ideológicos) llevados a cabo por esta política? ¿No existe una lógica y una necesidad a estos mecanismos de tal modo que puedan causar al país socialista “regresar hacia el capitalismo”? Más aún, ¿acaso este riesgo no está exacerbado por al existencia del imperialismo, por su medios (económicos, políticos, militares, ideológicos), por el apoyo que puede inspirarse de ciertos elementos dentro del país socialista, ocupando algunos de los vacíos de este país (como por ejemplo la ideología), utilizando sus mecanismos para neutralizar y utilizarlo políticamente, y luego dominarlo económicamente?
Considerando este riesgo general, y utilizando los términos actualmente desplegados por el Partido Comunista de China, está el futuro del socialismo en un país completamente, es decir, definitivamente, irreversible, cien por cien asegurado basado en el mero hecho que este país ha logrado una doble revolución, tanto política como económica? ¿No puede regresar al capitalismo?
¿Acaso no tenemos un ejemplo de una regresión tal: Yugoslavia?
¿No es posible, entonces, que un pais socialista pueda conservar, incluso durante un largo tiempo, la forma o formas externas (económicas, políticas) de socialismo, al tiempo que se va dejando progresivamente neutralizado y luego utilizado políticamente y dominado económicamente por el imperialismo?
Este problema guarda relación con la tesis del P.C.Ch. sobre el riesgo que un país socialista puede “retornar” al capitalismo. Es sobre la base de esta tesis general que es posible afirmar que los países socialistas se encuentran constantemente confrontados con una alternativa entre los dos “caminos”. Esta alternativa puede, en determinadas circunstancias, convertirse en particularmente crítica, incluso hoy. Por tanto, dos caminos se abren ante los países socialistas, a la vista de los resultados obtenidos en su revolución:
- el camino revolucionario, que conduce más allá de los resultados obtenidos, hacia la consolidación y desarrollo del socialismo, luego hacia el paso al comunismo.
- el camino regresivo, que se repliega de los resultados obtenidos, hacia la neutralización y posterior utilización y más tarde dominación y “digestión” económica de un país socialista por el imperialismo: el camino de la “involución hacia el capitalismo”.
Así pues, la alternativa entre los dos caminos es esta: o bien “detenerse a medio camino”, que en realidad significa dar marcha atrás, o no “detenerse a medio camino”, es decir, seguir avanzando hacia adelante.
En los textos oficiales chinos, el primer camino se caracteriza, en forma abreviada, como el camino “capitalista” (es la cuestión de “los dirigentes que toman el camino capitalista”), y el segundo camino se caracteriza, nuevamente en forma abreviada, como “el camino revolucionario”.
Tal es el problema político dominante planteado por la coyuntura política de la R.C.
Última edición por Platon el Miér Ene 16, 2013 8:29 pm, editado 2 veces