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    LA «REESTRUCTURACION» DEL MECANISMO DE INTEGRACION DE LA ECONOMIA SOVIETICA EN EL CAPITAL MUNDIAL

    Dzerjinskii
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    Mensaje por Dzerjinskii Sáb Ene 05, 2013 9:10 pm


    «BASHKIMI» - Órgano Central del Frente Democrático de Albania

    LA «REESTRUCTURACION» DEL MECANISMO DE INTEGRACION DE LA ECONOMIA SOVIETICA EN EL CAPITAL MUNDIAL

    Revista “Albania Hoy”. Número 3
    Tirana, año 1987.




    El Partido del Trabajo de Albania analizó y desenmascaró a tiempo las causas y las consecuencias de la línea contrarrevolucionaria jruschovista en los países revisionistas. En marzo de 1970 el camarada Enver Hoxha señalaba: «La Unión Soviética ya se ha introducido de pies a cabeza en este proceso destructivo. En todas partes, y en todos los sectores, está en crisis. La agricultura atraviesa una gran crisis, al igual que la industria ligera y pesada, lo mismo se puede decir de la organización estructural del Estado y de la economía. Las reformas se sucederán una tras otra».

    Bajo la presión de la inevitable ampliación del campo de acción de las leyes del capitalismo ya restaurado y de la profundización del antagonismo de clases, como consecuencia de las reformas jruschovistas en la sociedad soviética, ahora se ha hecho imperativo apuntalar el edificio capitalista, edificado a lo largo de tres décadas, y poner en movimiento mecanismos más modernos de explotación de las masas trabajadoras. Estas medidas están siendo sancionadas también jurídicamente en las nuevas leyes y disposiciones a fin de acrecentar el papel de la ganancia y del mercado en la vida económica, de ampliar las competencias de autogestión de las empresas, de profundizar la diferenciación de clases en los salarios, de convertir los precios en valores, de permitir el trabajo y la propiedad privada, de crear empresas mixtas, de descentralizar las relaciones con los monopolios occidentales, de consolidar los mecanismos explotadores de integración en el COMECON, etc.

    Juzgando por los ritmos de desarrollo de la economía soviética en las últimas décadas, por las desproporciones que ha creado el restablecimiento del mecanismo capitalista en este país, la «nueva» estrategia económica del revisionismo soviético para recuperarse sigue siendo tan utópica como la anterior. En el IX Congreso del PTA se señala que «La campaña proclamada ahora en la Unión Soviética por Gorbachov contra el atraso y el marasmo económico, contra el burocratismo en su dirección, contra el parasitismo y la corrupción de los cuadros dirigentes, los abusos y las ganancias ilícitas, es una campaña demagógica que tiene por objetivo engañar y adormecer a los pueblos soviéticos. Estas lacras no son de ninguna manera fruto de errores subjetivos anteriores, como se pretende, sino producto del propio sistema capitalista restaurado en ese país, y no pueden superarse ni con decretos ni con reformas».

    Las reorganizaciones del mecanismo interno capitalista requieren al mismo tiempo reestructuraciones en los vínculos externos de integración del capital soviético con socios imperialistas. Análogamente a las reformas llevadas a cabo por los jruschovistas para hacer sucumbir el socialismo en la Unión Soviética, así como a las reformas económicas en otros países revisionistas, también la «Perestroika» de Gorbachov solicita créditos y nueva afluencia de capitales extranjeros, acuerdos y favores suplementarios y recíprocos a la burguesía internacional para que ésta apoye no sólo moralmente, como lo está haciendo, sino también materialmente la profundización de las transformaciones capitalistas en las sociedades «tradicionales» del Oriente revisionista. Estas necesidades lo expresan también las nuevas concesiones «doctrinarias» del Kremlin, que legalizan con los decretos del 23 de septiembre de 1986 y del 13 de enero de 1987 la supresión del monopolio estatal del comercio exterior para convenios directos de 20 organismos y 70 trusts económicos soviéticos con sus socios occidentales, así como la creación de empresas mixtas con hasta un 49 por ciento de participación de capitales de los monopolios internacionales en territorio soviético.

    La plena integración de la economía soviética y de la zona del rublo (el COMECON) en la economía capitalista mundial es un hecho relacionado con el período de «distensión» en las relaciones Oriente-Occidente (1966-1976). Este período de «luna de miel», del flirteo burgués-revisionista, como lo ha calificado el camarada Enver Hoxha, sintetiza los grandes intereses de ambas partes que en determinadas situaciones superan todas las rivalidades y enfrentamientos. La «distensión» de ayer y sus actuales reminiscencias expresan las necesidades económicas y políticas del social-imperialismo soviético y los intereses siempre presentes del Occidente capitalista de aliviar la crisis, descargando sus consecuencias en los mercados del Oriente, con objetivos comunes y opuestos de dominar a los pueblos y repartirse las esferas de influencia.

    El mecanismo existente de las relaciones de integración soviético-occidental actúa en el terreno de la producción, de la circulación de mercancías, en el terreno financiero y en la cooperación técnica y científica. Mediante este mecanismo se realiza anualmente un volumen de convenios comerciales por un monto de 40 mil millones de dólares. Se están realizando decenas de «acuerdos de cooperación» tecnológicos en las ramas claves de la economía soviética, como en la industria química y petroquímica, del petróleo y el gas, la metalurgia y el carbón, la madera y el papel, etc. Con inversiones de cientos de millones de dólares con plazos de 10 y 20 años. Se desarrolla la «producción en común» con firmas occidentales en múltiples empresas químicas, de construcción de maquinaria, de electrónica, de la industria alimenticia, el transporte, etc. Y se realizan operaciones comerciales con miles de patentes, alquilando ordenadores, plataformas y tanques de petróleo, así como para la explotación conjunta de los bosques de Kamchatka y las minas de carbón de Shpicbergen, etc.

    En este marco se han creado y actúan decenas de sociedades mixtas soviético-occidentales en el extranjero. En los países del COMECON y en el «tercer mundo», con una proporción de participación del capital occidental del 10 hasta el 50 por ciento. A comienzos de los años 80 comenzaron a actuar «silenciosamente» incluso en la Unión Soviética.

    Las filiales de los bancos soviéticos como «Narodi Bank», el «Banco del Danubio», etc. así como toda una red de monopolios comerciales y de transporte con participación de capital soviético como la Stanko-Frans, Skaldin-Volga, Stanitaliana, Stan Kanada, Anglo-Soviet Shiping, Pakinter, etc., operan desde hace años en los mercados internacionales con el padrinazgo de los burgueses occidentales que «administran» los intereses del Estado burgués-revisionista.

    La reciente legalización del estatuto jurídico de los híbridos soviético-occidentales en la economía interna es un «fruto madurado gradualmente» en este clima favorable. El Kremlin se vio obligado a decretar las leyes respectivas, en conformidad con los intereses de los capitales extranjeros, pero tras varios años de grandes presiones ejercidas sobre el capital soviético por parte de socios «de peso» como son la «General Motors» en la fábrica de camiones de Kames, la «Occidental Petroleum» en las grandes fábricas de productos y fertilizantes químicos, los monopolios del petróleo como «Esso», «Shell» y «British Petroleum», los monopolios japoneses para la explotación de Siberia, los de aviación «Boing», «Lokhid», etc. Estas multinacionales exigieron y quieren estar presentes asimismo como personas jurídicas, incluso «no someterse a la disciplina del plan» en territorio soviético, como condición para un mayor empeño de su padrinazgo. Las actuales exigencias de competencia y rivalidad interimperialistas se han acrecentado y Gorbachov se ve «obligado» a quitarse la máscara. En esta cuestión se mantiene leal a sus predecesores que señalaban que «en la Unión Soviética se ha estudiado desde hace tiempo tal modo de intercambio tecnológico, como son las empresas mixtas productivas. En los años 80 éstas se harán realidad».

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