En mi intento de comprensión del pensamiento marxista, me he topado con Rolando Astarita y su blog que para muchos marxistas es un todo un referente.
Mi sorpresa ha llegado al ver que por ejemplo en su defensa de la tésis de la la URSS no constituyó un verdadero sistema marxista hace unas afirmaciones que chocan frontalmente con mucho de lo que he leído en este foro. Rolando Astarita reconoce desabastecimientos masivos en la URSS, así como una dificultad tremenda en la introducción de mejoras tecnológicas en el sistema productivo.
Yo encuentro numerosos errores en la argumentación que despliega este autor, pero me llama la atención la división existente entre los marxistas:
1. Unos dice que la URSS sin ser totalmente marxista fue un sistema bastante bueno y que no sufrió los problemas que se le achacan (esta es la visión que me ha parecido observar en muchos participantes en este foro, de hecho hay hilos dedicados a desmentir los desabastecimientos).
2. Otros reconocen que la URSS fue un absoluto fracaso, pero que se debe a que no tenía nada de marxista y por tanto no es una refutación del marxismo. Esta es la opinión que se demuestra en este blog de referencia.
rolandoastarita.wordpress.com
¿Existe esta división entre los marxistas? ¿Cual pensais vosotros que fue la realidad soviética?
Os cito dos textos que aparecen el el blog de Astarita y que me han llamado poderosamente la atención.
Mi sorpresa ha llegado al ver que por ejemplo en su defensa de la tésis de la la URSS no constituyó un verdadero sistema marxista hace unas afirmaciones que chocan frontalmente con mucho de lo que he leído en este foro. Rolando Astarita reconoce desabastecimientos masivos en la URSS, así como una dificultad tremenda en la introducción de mejoras tecnológicas en el sistema productivo.
Yo encuentro numerosos errores en la argumentación que despliega este autor, pero me llama la atención la división existente entre los marxistas:
1. Unos dice que la URSS sin ser totalmente marxista fue un sistema bastante bueno y que no sufrió los problemas que se le achacan (esta es la visión que me ha parecido observar en muchos participantes en este foro, de hecho hay hilos dedicados a desmentir los desabastecimientos).
2. Otros reconocen que la URSS fue un absoluto fracaso, pero que se debe a que no tenía nada de marxista y por tanto no es una refutación del marxismo. Esta es la opinión que se demuestra en este blog de referencia.
rolandoastarita.wordpress.com
¿Existe esta división entre los marxistas? ¿Cual pensais vosotros que fue la realidad soviética?
Os cito dos textos que aparecen el el blog de Astarita y que me han llamado poderosamente la atención.
Los directores de empresas trataban de superar las metas fijadas por el plan, sin prestar atención a la calidad de los productos, a los costos, o a las necesidades de la demanda. Y el sistema burocrático daba pie a muchos comportamientos que no se regían por la rentabilidad. Por ejemplo, si a una empresa que fabricaba tornillos el plan le fijaba una x cantidad de unidades a producir, era racional (desde la lógica de la dirección) fabricar la mayor cantidad de tornillos (así fueran todos pequeños), para superar x. Si por el contrario se fijaba en y toneladas de tornillos fabricados, no se producían tornillos pequeños, porque era racional producir las unidades más pesadas. Si el objetivo se fijaba sobre una base financiera, la fábrica se esforzaría por producir las variantes más caras del producto. En todos los casos, el aspecto “calidad”, quedaba de lado. Dado lo generalizado de estos comportamientos, existían problemas crónicos, como falta de determinados productos, carencia de repuestos y fallas en los productos terminados. En un estudio realizado en zonas rurales cercanas a Moscú se encontró, en la década de 1980, que las granjas cooperativas mantenían, en promedio, unos seis tractores en stock, solo para utilizar sus piezas como repuestos. Esto se debía a que las fábricas de tractores no producían repuestos; y los equipos se rompían, en buena medida debido a su mala calidad. Nada de esto puede explicarse con las leyes de la acumulación capitalista, regida por la lógica del beneficio.
Algo similar ocurría con la innovación tecnológica. La URSS tuvo una producción científica relativamente avanzada, pero no se traducía en avances paralelos en los lugares de producción. Es lo que se conocía como el problema de “la introducción”. Es que antes de introducir nuevos métodos y tecnologías (que exigen tiempo para ponerse a punto, y pueden no dar resultados), las direcciones se atenían a lo ya probado. Después de todo no había presión por el cambio tecnológico, dada la ausencia de competencia de precios. Esta situación incluso dio lugar a la formación del Comité del Estado para la Ciencia y la Técnica, presidido por el vicepresidente del Consejo de Ministros, para estimular la innovación tecnológica. Sin embargo no se avanzó en la solución del problema de la “introducción”. En este respecto Volskensky anotaba que “la actitud frente al progreso técnico (en la URSS) … es exactamente la inversa de la que tiene el capitalismo” (p. 143). Esto se combinaba con una baja tasa de reemplazo de los equipos existentes, mantenimiento deficiente y defectos de construcción (Clarke, 2007). Paralelamente, la tecnología soviética se desarrollaba “de acuerdo a los recursos disponibles, y sin referencia a las restricciones de costos que estructuran a la tecnología occidental” (Clarke, 2007, p. 29). Por ejemplo, utilizaba más energía o metal que sus contrapartes occidentales. En los 80 la industria soviética consumía entre el 30% y el 50% más de energía y metales por unidad de producto terminado que los países adelantados (Lavigne, 1985).