CrustPunk escribió:Interesante aporte al debate:
Carta del Secretario Político Provincial de la UJCE en León
La motivación de esta carta pública tiene como finalidad expresar mi decisión política tras los últimos debates en el seno de mi organización y que me llevan a replantearme el proyecto de la UJCE.
En primer lugar, me gustaría recordar a todos y todas los/as camaradas de la UJCE en León con quienes he compartido militancia y luchas en estos últimos dos años y medio en infinidad de batallas en los frentes de masas por organizar a la juventud combativa en la perspectiva de construir una sociedad mejor, una sociedad socialista. El recuerdo que guardo es muy grato y esas experiencias en la lucha, en la adquisición de una formación teórica y práctica como militante, son hoy de un importantísimo valor para mí como militante de la revolución.
Como muchas cosas, el replantearme la herramienta de lucha comienza a raíz de interiorizar una premisa completamente determinante, que no es otra que la de que un comunista ha de militar en un proyecto comunista, que tenga como estrategia la toma del poder por la clase obrera y la construcción del socialismo, y no en un proyecto socialdemócrata, sumido en la continua batalla interna y encharcado en disputas dentro del orden burgués con el objetivo de gestionarlo, no de confrontarlo y destruirlo.
Hay muchas experiencias de cuadros leninistas que, en su día, al igual que hoy pretende la UJCE en León, intentaron dar la batalla político-ideológica en el seno del reformismo. De esas experiencias podemos extraer un valioso ejemplo, prueba de esa continuidad de la historia de nuestro movimiento que los y las comunistas no podemos olvidar.
Considero, como muchos otros antes que yo, que cuando la lucha interna se convierte en el ámbito donde se centran los esfuerzos de un colectivo comunista, automáticamente se restan recursos y dedicación de la tarea principal de todo militante comunista y de toda organización comunista: la organización de la clase obrera para la revolución. Si los militantes comunistas estamos enfrascados en permanentes disputas internas, no podemos dar lo mejor de nosotros mismos para la victoria de los trabajadores frente al enemigo de clase.
En el caso concreto de León, el trabajo diario de los colectivos de la UJCE se caracteriza por la confrontación con el PCE y con la dirección central de la UJCE, y todo ello fundamentalmente debido a las fuertes divergencias político-ideológicas que existen entre unos y otros. Al mismo tiempo, como he podido comprobar en mis años de militancia, en León ha sido posible llevar a cabo un prolongado y fructífero trabajo conjunto entre los colectivos de la UJCE y los de los CJC, ha sido posible desarrollar una unidad de acción que ha supuesto experiencias muy positivas para el conjunto de los comunistas de León, afrontándose las diferentes batallas de forma unificada y siempre desde la fidelidad a los principios del marxismo-leninsimo.
Todo este proceso, basado en la concepción práctica de la lucha de clases y de las necesidades actuales de la juventud de extracción obrera y popular de León, me ha llevado a extraer la conclusión de que la lucha por la recuperación del marxismo-leninismo en España pasa ya por el fortalecimiento del proyecto netamente comunista, que considero constituyen el PCPE y los CJC, y no por las interminables batallas internas que hasta el momento se han demostrado inútiles.
Respeto enormemente la decisión colectiva de mis camaradas de la UJCE en León tendente a encarar la batalla político-ideológica en el cercano XII Congreso, pero no la comparto. El intento de modificar la línea política y la estrategia revolucionaria de la UJCE para ajustarlas a los principios del marxismo-leninismo choca hoy, como ya ocurrió en otros momentos del pasado, con el proyecto estratégico del PCE y de IU, por tanto el único camino al que conducen, a la larga, es al desánimo y a la desmoralización, si no al abandono de los principios leninistas. En mi caso, opto por seguir siendo un militante de la revolución, aunque ello me cueste la incomprensión, espero que momentánea, de mis camaradas de la UJCE en León.
En la UJCE en León, con mis camaradas, he aprendido a analizar la realidad en base a las categorías del socialismo científico, he aprendido a diferenciar lo que es ser oportunista de lo que es ser revolucionario, me he desarrollado y he crecido como militante comunista y tras todo ello considero que no puedo seguir manteniendo una ficción basada en un hecho muy sencillo: no se puede ser militante de la revolución en un proyecto que sólo aspira a la gestión del capitalismo.
Considero que todo marxista-leninista debe plantearse hoy en día si en el momento histórico en el que vivimos debemos seguir dando cancha al reformismo y con batallas internas o comenzar a construir la revolución y a organizar a la clase obrera y a los sectores populares, y esto pasa indudablemente por formar parte de un proyecto con estas premisas. La actual crisis estructural y la coyuntura en la que el capitalismo está situando a la clase obrera requiere que un comunista sepa estar a la altura y comprenda que la pertenencia a un proyecto socialdemócrata resta cuadros para organizar la revolución socialista, única salida posible para la clase obrera de nuestro país.
Sé lo que viene ahora, no de mis camaradas de León, sino de quiénes querrán escurrir el bulto. Inventarán todo tipo de peleas o relaciones personales, más propios del las tertulias del corazón que de una organización leninista. Así nos han explicado muchas veces las luchas intestinas y la acción de otros destacamentos leninistas. Insisto, no me refiero a mis hasta hoy camaradas de León. Sé que a ellos también se les acusará de haber enviado una avanzadilla y será una forma de estigmatizarles y evitar el debate congresual sobre ideas, en vez de entre bloques. Ante esa posibilidad, sólo me cabe desear a mis camaradas suerte y al resto afirmarles que mi decisión es fruto de una decisión política individual ante un proceso político en que progresivamente se deslindan los campos.
Por todo lo expuesto anteriormente, dimito de mi responsabilidad política provincial en la UJCE, causo baja en la militancia y solicito el alta en la organización de base de los Colectivos de Jóvenes Comunistas de León (CJC León).
Diego Crespo
Secretario Político Provincial de la UJCE en León
A mí, que pasaba por aquí, me apetecería responderle a este chico.
He leído la carta y yo no sé a qué CJC se refiere... la CJC que yo conozco está a años luz de la clase trabajadora y de los sectores populares ("son tan vanguardia que ya ni se les ve"), y aún a años luz de distancia se les ve desde "aquí" la boca tan insolentemente llena de marxismo-leninismo que cuando tratan de hablar con los trabajadores no les entienden bien (con la boca llena no se habla). Por otra parte está lo de las manos impolutas de no haber trabajado en su vida (ni en una asamblea ni en un centro de trabajo), que también se ven desde aquí por lo que brillan; que otra cosa no, pero impolutas son, y lo brillante siempre ha molao, al menos a los niños les gusta mucho. Es muy fácil vivir en internet y en los castillos aéreos, lo difícil es remangarse y meterse en el barro.
Con "aquí" me refiero al lugar en el que estamos o intentamos estar desde la UJCE que, sin saber si contamos o no con la rigurosidad científica que él dice blandir, está o intenta estar donde está la clase trabajadora, tratando de ser vanguardia, sin monopolizar ni copar los espacios de participación, participando codo a codo con la clase trabajadora (que somos nosotros/as, no sé si se sentirán así los hijitos de abogados, dentistas, notarios, etc. que dicen ser vanguardia proletaria).
El símil físico es el siguiente: si estallase la guerra entre Murcia y Cartagena en lo alto del Puerto de la Cadena (Marx lo quiera) y las comunistas decidiésemos defender Murcia (Marx nos libre), estos "auténticos comunistas" (o finlandeses
) estarían bañándose en Mazarrón, diciendo que ellos ya han conquistado el socialismo científico, mientras que nosotros estaríamos partiéndonos la cara de mejor o peor manera en las faldas y cuevas del Puerto de la Cadena (puerto de montaña que conecta mediante autovía Murcia con Cartagena).
El papel lo aguanta todo, y el poderío de la razón y todo lo que puede alcanzar desde una habitación con acceso a internet también; lo difícil, como dice Rajoy, es "hacer cosas", vamos, tener capacidad de intervenir (de existir!), de crear los movimientos sociales, participar en ellos desde la base y ser capaces de introducir discursos que van más allá de lo inmediato, que se refieran a lo político de la cuestión, tratando de poder generar movimientos sociales verdaderamente anticapitalistas que puedan volcar a la Troika. Y esto último es lo que hace y decide hacer la UJCE y no la CJC y sucedáneos (ver la siguiente frase de la carta del chico de León: "el trabajo diario de los colectivos de la UJCE se caracteriza por la confrontación con el PCE y con la dirección central de la UJCE", refiriéndose a su trabajo diario en León mientras estuvo en la UJCE, -vergonya-).
A veces creo que a quienes les preocupa tanto la situación más o menos pecaminosa/despachera/pordiosera (que en algunos casos la hay y hay que combatirla) de IU o el PCE es porque están también siempre en los despachos (o en sus habitaciones llenas de pósters de rojos y banderas) y coinciden con ellos, por lo que merecen la misma atención infantil. Si de verdad son tan comunistas como dicen ser deberían tener la gentileza de hacer un gran esfuerzo y hacernos ver que estamos condenando a la clase trabajadora, como ellos dicen, y así poder entre todos hacer la Revolución que tanto necesitamos. Por eso es de agradecer (y esto no lo digo irónicamente) que el resto de militantes del colectivo de León se queden para participar en el Congreso y echar un cable en lo ideológico (y en lo que ellas quieran). Lo ideal sería que cada cuál aportásemos en medida de nuestras capacidades; si alguien ha descubierto mediante conjeturas o conatos/pulsiones intelectuales la Verdad, que nos la cuente, por favor, pero que no nos combatan, que nos enseñen y juntas derribemos al Capitalismo; que aunque esté muy manida la idea, creo que muchas veces, de tanto mirar al cielo, hay a quien se le olvida dónde tiene los pies: derribemos al Capitalismo.