La desinformación y la desestabilización
JESÚS SOTILLO BOLÍVAR
Una de las técnicas utilizadas por los medios de comunicación adversos al proceso revoluciona- rio en Venezuela es la desinformación como arma política y desestabilizadora. En sí misma comprende una serie de características, pero en esta oportunidad vamos a analizar sólo unas
de ellas, nos referiremos al silencio informativo.
El silencio informativo tiene dos caras, por un lado omitir cualquier tipo de información positiva, es decir, desechar cualquier iniciativa del Gobierno Nacional que proyecte cualquier vestigio de proyección social y de ejecución de proyectos y labores que redunden en beneficio de la población. La otra cara es la de maximizar cualquier tipo de falla, cualquier desliz, cualquier descuido, cualquier deficiencia en la administración de los servicios públicos. En otras palabras: ocultar lo bueno y destacar lo negativo.
Esta es una conducta deshonesta y anti-ética de los empresarios medios de comunicación a la que, lamentablemente, se
pliegan muchos periodistas que se meten en el bolsillo los preceptos éticos de la profesión por un bozal de arepa o sencilla- mente porque se consideran integrantes de ese invento empresarial “la gran familia de tal o cual medio”, ocultando la verdadera realidad: la condición de asalariado del periodista o el comunicador social, en cual- quier área donde desempeñe sus funciones.
Por esta orientación mediática usted puede observar, por ejemplo, tanto en los periódicos impresos como en sus sitios web, que omiten la información sobre la ejecución de obras de gran interés social que benefician a
los sectores más empobrecidos de la nación e incluso que favorecen a sectores tradicional- mente relegados como adultos mayores, sectores juveniles relegados de las actividades laborales y estudiantiles, incluso de medidas que favorecen a la clase media en general y a todo
el país, porque cualquier medida que contribuya a mejorar un sector de la vida nacional, en general, es beneficiosa para todo el país.
La Misión Vivienda, por ejemplo, una de las iniciativas más exitosas del proceso revolucionario, no es informada por los medios señalados, por el contrario, están a la caza de
cualquier manifestación de algunos aspirantes que protestan por algún retardo en la entrega
de las mismas para darle carácter noticioso y publicarlas en primera plana. La entrega de viviendas no es noticia, pero algún pequeño descontento, algún retardo en la entrega sí es noticia para ellos y la despliegan hasta el cansancio.
No verá usted que sean noticia los operativos de Mercal, donde se benefician millones de venezolanos que acuden a esas instalaciones para aprovechar los bajos precios de los artículos allí ofrecidos, en comparación con los grandes supermercados y centros comerciales. Pero basta que por algún descuido o por negligencia de uno que otro funcionario se descompongan algunos, para que los medios hagan una gran fiesta, pidan investigaciones de todo tipo y hagan el coro a la derecha fascista a la caza de cualquier
gazapo administrativo para sacar las uñas.
Hay que ver lo que cuesta llevar electricidad y agua a millones de hogares venezola- nos. Miles de millones se invierten en personal, manteni- miento y equipamiento. Pero el trabajo del Estado y la labor de miles de ciudadanos que ponen lo mejor de sí para con su esfuerzo llevar ese bienestar a la sociedad, no es tomado en cuenta por los medios. Eso no es noticia. Pero basta que haya cualquier falla en estos servicios para que sean noticia de
primera plana y la oposición haga fiesta. Hasta ruegan para que las fallas continúen y hacer política con las necesidades del pueblo.
Fíjense que ahora el Gobierno Nacional ha lanzado la opera- ción Patria Segura, al sacar la Fuerza armada para resguardar la seguridad y la vida de los venezolanos afectada por una
ola de violencia que, a mi juicio, en gran parte es inducida y esto no ha sido investigado. Los medios clamaban hipócritamen- te por medidas y la oposición casi lo único que vociferaba era que se actuara contra la violen- cia. Pero como se toma la iniciativa de controlar la violencia con esta plausible medida, salen a decir: ¿Para que sacan la fuerza armada a la calle?; y a criticar con argumentos pueriles la medida. En el fondo lo que se pretende es que la violencia continúe, fomentarla, como yo creo que lo hacen, porque no les interesa su erradicación, ya que se queda- rían sin discurso político.
En materia de salud, el Gobierno Revolucionario ha generado un conjunto de iniciativas, entre las cuales podemos mencionar el traslado a Cuba de decenas de venezolanos para ser tratados gratuitamente, acompañados en muchos casos
de familiares; se han instalado
en varias regiones los CDI, donde se atiende también gratuitamente a las misión imposible poder realizarlos. También se han creado sitios para la entrega en forma
gratuita de medicamentos para enfermedades crónicas y graves donde acuden regularmente cientos de venezolanos. Pero esto no es noticia para los medios de comunicación social, por el contrario, la invisibilizan y sólo alarman a la ciudadanía frente a cualquier situación sanitaria que se presenta para generar estados de intranquilidad y descontento, materia en la que son expertos. Y podríamos seguir enumerando muchas situaciones más, como las descritas con anterioridad, que desdicen de unos medios que deberían hacer una crítica constructiva y que desdicen de una oposición que debería trabajar honestamente en beneficio del país, pero, por el contrario, los medios oposito- res y la mediocre oposición en nuestro país, viven como los zamuros, con el perdón de estos zopilotes, de la basura y el albañal. El estercolero y la carroña son el fundamento del discurso y la base programática de la oposición venezolana.
El autor es profesor de la UCV
JESÚS SOTILLO BOLÍVAR
Una de las técnicas utilizadas por los medios de comunicación adversos al proceso revoluciona- rio en Venezuela es la desinformación como arma política y desestabilizadora. En sí misma comprende una serie de características, pero en esta oportunidad vamos a analizar sólo unas
de ellas, nos referiremos al silencio informativo.
El silencio informativo tiene dos caras, por un lado omitir cualquier tipo de información positiva, es decir, desechar cualquier iniciativa del Gobierno Nacional que proyecte cualquier vestigio de proyección social y de ejecución de proyectos y labores que redunden en beneficio de la población. La otra cara es la de maximizar cualquier tipo de falla, cualquier desliz, cualquier descuido, cualquier deficiencia en la administración de los servicios públicos. En otras palabras: ocultar lo bueno y destacar lo negativo.
Esta es una conducta deshonesta y anti-ética de los empresarios medios de comunicación a la que, lamentablemente, se
pliegan muchos periodistas que se meten en el bolsillo los preceptos éticos de la profesión por un bozal de arepa o sencilla- mente porque se consideran integrantes de ese invento empresarial “la gran familia de tal o cual medio”, ocultando la verdadera realidad: la condición de asalariado del periodista o el comunicador social, en cual- quier área donde desempeñe sus funciones.
Por esta orientación mediática usted puede observar, por ejemplo, tanto en los periódicos impresos como en sus sitios web, que omiten la información sobre la ejecución de obras de gran interés social que benefician a
los sectores más empobrecidos de la nación e incluso que favorecen a sectores tradicional- mente relegados como adultos mayores, sectores juveniles relegados de las actividades laborales y estudiantiles, incluso de medidas que favorecen a la clase media en general y a todo
el país, porque cualquier medida que contribuya a mejorar un sector de la vida nacional, en general, es beneficiosa para todo el país.
La Misión Vivienda, por ejemplo, una de las iniciativas más exitosas del proceso revolucionario, no es informada por los medios señalados, por el contrario, están a la caza de
cualquier manifestación de algunos aspirantes que protestan por algún retardo en la entrega
de las mismas para darle carácter noticioso y publicarlas en primera plana. La entrega de viviendas no es noticia, pero algún pequeño descontento, algún retardo en la entrega sí es noticia para ellos y la despliegan hasta el cansancio.
No verá usted que sean noticia los operativos de Mercal, donde se benefician millones de venezolanos que acuden a esas instalaciones para aprovechar los bajos precios de los artículos allí ofrecidos, en comparación con los grandes supermercados y centros comerciales. Pero basta que por algún descuido o por negligencia de uno que otro funcionario se descompongan algunos, para que los medios hagan una gran fiesta, pidan investigaciones de todo tipo y hagan el coro a la derecha fascista a la caza de cualquier
gazapo administrativo para sacar las uñas.
Hay que ver lo que cuesta llevar electricidad y agua a millones de hogares venezola- nos. Miles de millones se invierten en personal, manteni- miento y equipamiento. Pero el trabajo del Estado y la labor de miles de ciudadanos que ponen lo mejor de sí para con su esfuerzo llevar ese bienestar a la sociedad, no es tomado en cuenta por los medios. Eso no es noticia. Pero basta que haya cualquier falla en estos servicios para que sean noticia de
primera plana y la oposición haga fiesta. Hasta ruegan para que las fallas continúen y hacer política con las necesidades del pueblo.
Fíjense que ahora el Gobierno Nacional ha lanzado la opera- ción Patria Segura, al sacar la Fuerza armada para resguardar la seguridad y la vida de los venezolanos afectada por una
ola de violencia que, a mi juicio, en gran parte es inducida y esto no ha sido investigado. Los medios clamaban hipócritamen- te por medidas y la oposición casi lo único que vociferaba era que se actuara contra la violen- cia. Pero como se toma la iniciativa de controlar la violencia con esta plausible medida, salen a decir: ¿Para que sacan la fuerza armada a la calle?; y a criticar con argumentos pueriles la medida. En el fondo lo que se pretende es que la violencia continúe, fomentarla, como yo creo que lo hacen, porque no les interesa su erradicación, ya que se queda- rían sin discurso político.
En materia de salud, el Gobierno Revolucionario ha generado un conjunto de iniciativas, entre las cuales podemos mencionar el traslado a Cuba de decenas de venezolanos para ser tratados gratuitamente, acompañados en muchos casos
de familiares; se han instalado
en varias regiones los CDI, donde se atiende también gratuitamente a las misión imposible poder realizarlos. También se han creado sitios para la entrega en forma
gratuita de medicamentos para enfermedades crónicas y graves donde acuden regularmente cientos de venezolanos. Pero esto no es noticia para los medios de comunicación social, por el contrario, la invisibilizan y sólo alarman a la ciudadanía frente a cualquier situación sanitaria que se presenta para generar estados de intranquilidad y descontento, materia en la que son expertos. Y podríamos seguir enumerando muchas situaciones más, como las descritas con anterioridad, que desdicen de unos medios que deberían hacer una crítica constructiva y que desdicen de una oposición que debería trabajar honestamente en beneficio del país, pero, por el contrario, los medios oposito- res y la mediocre oposición en nuestro país, viven como los zamuros, con el perdón de estos zopilotes, de la basura y el albañal. El estercolero y la carroña son el fundamento del discurso y la base programática de la oposición venezolana.
El autor es profesor de la UCV