¿Leninismo o socialimperialismo?
texto publicado en el blog Crítica Marxista-Leninista en mayo de 2013
incluye extractos del artículo:
¿Leninismo o socialimperialismo?
En homenaje al Centenario del Nacimiento del Gran Lenin
Por los comités editoriales de Renmin Ribao, Hongqi y Jiefangjun Bao - 22 de abril de 1970
Fuente: Peking Review nº 17, 24 de abril de 1970.
Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por Jiang Yucmoi y Thiago R.
se presenta el texto en el blog Crítica Marxista-Leninista:
En la lucha contra el revisionismo jruschovista-brezhnevista, el Partido Comunista de China fue reconocido como la cabeza de los partidos y organizaciones marxista-leninistas. En la década de 1960 y hasta la muerte de Mao, los partidos marxista-leninistas eran considerados “maoístas” por el revisionismo y la reacción mundial. Y no pocos se consideraban a sí mismos maoístas. Sin embargo, el significado que tuvo esa denominación dista mucho de tener similitud con el que tiene hoy, desde que un sector del movimiento marxista-leninista se desgajó de él para constituirse en un movimiento maoísta, que reconoce al llamado “maoísmo” como tercera etapa del marxismo.
Cuando la discrepancia entre el revisionismo jruschovista y el marxismo-leninismo se hizo pública, los renegados revisionistas etiquetaron a los marxista-leninistas del mundo como “pro-chinos”, “pekineses” o “maoístas”, atribuyéndoles cierto exotismo a estos irreverentes que desafiaban la autoridad de la supuesta “ortodoxia” representada por el partido soviético. Desde fuera del movimiento comunista internacional, la lucha se veía como una disputa entre “prosoviéticos” y “prochinos”, o “moscovitas” y “pekineses”. Era conveniente para los traidores jruschovistas-brezhnevistas que la lucha entre los marxista-leninistas y los revisionistas se viera de ese modo, como una pugna por la hegemonía en el movimiento comunista internacional antes que una lucha en el terreno de los principios.
Los marxista-leninistas del mundo asumieron de manera natural, por decirlo así, el liderazgo del PCCh, el partido comunista más grande del mundo que había dirigido la revolución más importante después de la Revolución de Octubre. En los primeros años de la década de 1960, todavía estaba fresco el impacto de la liberación de China en 1949 y la imagen de Mao había adquirido proporciones de leyenda, que sus cultores elevarían aún más. Los artículos que el PCCh publicaba y la difusión del semanario Pekín Informa jugaron un papel importante en la defensa y propagación del punto de vista marxista-leninista en oposición al revisionismo soviético. Poco o nada se conocía que el PTA había sido el primero en denunciar al revisionismo jruschovista y, después, el primero en romper con él. Poco o nada se sabía que antes de asumir una posición definida, el PCCh había colaborado en el reforzamiento de la posición de los jruschovistas en el PCUS; y poco o nada se sabía de las vacilaciones e inconsecuencias y de posiciones oportunistas del PCCh.
Incluso Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania eran considerados parte del ala “maoísta” del movimiento comunista internacional. Sus puntos de vista y documentos eran poco o nada conocidos fuera de las conferencias internacionales de partidos comunistas. En la década de 1960, no contaba con los recursos para difundir ampliamente su experiencia de lucha y de construcción del socialismo, así como su visión de los acontecimientos internacionales y del movimiento revolucionario y comunista. Es a principios de la década de 1970 cuando las masas del movimiento comunista se dan cuenta que el PTA no era ni había sido un apéndice del PCCh en la lucha contra el revisionismo soviético, y mucho menos en cuestiones ideológicas y políticas. Los militantes de base de los partidos y organizaciones marxista-leninistas pudieron conocer que ese pequeño partido había deslindado clara y resueltamente, de forma principista, con el revisionismo jruschovista, en el histórico discurso de Enver Hoxha en la Conferencia de Partidos Comunistas en 1960, en la que por primera vez se expuso sin concesiones la verdadera naturaleza del revisionismo soviético y el significado de la lucha que los marxista-leninistas del mundo debían emprender contra los renegados traidores soviéticos.
Cuando en medio de vacilaciones –que ahora conocemos–, el PCCh decide en 1962 iniciar el debate con el PCUS, los documentos y las cartas que publicaron desde entonces jugaron un papel importante para unificar ideológica, política y orgánicamente a las fuerzas marxista-leninistas del mundo. Aunque en esos documentos se encuentran tesis oportunistas propias del maoísmo, se defienden en lo fundamental los principios básicos del marxismo-leninismo que los revisionistas soviéticos habían abandonado. Corresponde valorar correctamente la contribución del PCCh a la lucha contra el revisionismo jruschovista, resaltando su defensa de principio del marxismo-leninismo y señalando a la vez las manifestaciones oportunistas características del maoísmo.
En ese propósito, nada nos une con las magdalenas del revisionismo soviético en el mundo, que luego de la desintegración de la URSS han decidido reciclarse, posando como revolucionarios, afilando su discurso, pero manteniendo tesis revisionistas fundamentales en abierta contradicción con el marxismo-leninismo. Han pasado sesenta años desde la muerte del gran Stalin, han pasado 57 años desde el XX Congreso del PCUS que abrió públicamente el camino de la traición revisionista, han pasado 49 años desde que Brezhnev subió al poder para profundizar la restauración del capitalismo en la URSS, han pasado 22 años desde la desintegración de la URSS revisionista, y estos herederos del jruschovismo-brezhnevismo que ahora “defienden” a Stalin, que han “abandonado” a Jruschov, que “critican” tibiamente a Brezhnev, que aún sostienen que el “socialismo” en la URSS se acabó recién en 1991, que dicen que están retornando al “leninismo” pero temen a la lucha revolucionaria de las masas, estos seudocomunistas, no han aprendido nada, su “autocritica” –si la hicieron– no es marxista y no se traduce en práctica revolucionaria, y en consecuencia no tienen nada que decir acerca de las discrepancias en el movimiento comunista.
Los auténticos marxista-leninistas reivindicamos la revolución china aunque criticamos la incorrecta dirección del PCCh, particularmente en el tránsito de la revolución democrática a la revolución socialista que permitió la restauración capitalista; reivindicamos la contribución del PCCh a la lucha contra el revisionismo contemporáneo y la defensa de los principios del marxismo-leninismo, aunque criticamos las desviaciones oportunistas que estuvieron en la base de sus inconsecuencias y vacilaciones y en su posterior incorporación al revisionismo contemporáneo.
En ese espíritu presentamos el artículo “¿Leninismo o socialimperialismo?” publicado con motivo del centenario del nacimiento de Lenin, en abril de 1970. Como el título sugiere, el artículo expone el abandono del leninismo por parte de la camarilla Jruschov-Brezhnev y caracteriza como socialimperialista a la Unión Soviética revisionista, centrándose en su política internacional. Publicamos cuatro capítulos del mismo, el texto completo puede ser descargado al pie de la presente página.
Nota: Hemos traducido el artículo porque no lo hemos encontrado en la red en castellano. Llamamos a los que tengan los documentos y artículos impresos originales en castellano, que los digitalicen y los suban a la red. Sería una valiosa contribución.
se puede leer el texto en el enlace:
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se puede descargar texto completo de “¿Leninismo o socialimperialismo?” desde el enlace: (22 páginas de muy buen formato pdf)
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texto publicado en el blog Crítica Marxista-Leninista en mayo de 2013
incluye extractos del artículo:
¿Leninismo o socialimperialismo?
En homenaje al Centenario del Nacimiento del Gran Lenin
Por los comités editoriales de Renmin Ribao, Hongqi y Jiefangjun Bao - 22 de abril de 1970
Fuente: Peking Review nº 17, 24 de abril de 1970.
Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por Jiang Yucmoi y Thiago R.
se presenta el texto en el blog Crítica Marxista-Leninista:
En la lucha contra el revisionismo jruschovista-brezhnevista, el Partido Comunista de China fue reconocido como la cabeza de los partidos y organizaciones marxista-leninistas. En la década de 1960 y hasta la muerte de Mao, los partidos marxista-leninistas eran considerados “maoístas” por el revisionismo y la reacción mundial. Y no pocos se consideraban a sí mismos maoístas. Sin embargo, el significado que tuvo esa denominación dista mucho de tener similitud con el que tiene hoy, desde que un sector del movimiento marxista-leninista se desgajó de él para constituirse en un movimiento maoísta, que reconoce al llamado “maoísmo” como tercera etapa del marxismo.
Cuando la discrepancia entre el revisionismo jruschovista y el marxismo-leninismo se hizo pública, los renegados revisionistas etiquetaron a los marxista-leninistas del mundo como “pro-chinos”, “pekineses” o “maoístas”, atribuyéndoles cierto exotismo a estos irreverentes que desafiaban la autoridad de la supuesta “ortodoxia” representada por el partido soviético. Desde fuera del movimiento comunista internacional, la lucha se veía como una disputa entre “prosoviéticos” y “prochinos”, o “moscovitas” y “pekineses”. Era conveniente para los traidores jruschovistas-brezhnevistas que la lucha entre los marxista-leninistas y los revisionistas se viera de ese modo, como una pugna por la hegemonía en el movimiento comunista internacional antes que una lucha en el terreno de los principios.
Los marxista-leninistas del mundo asumieron de manera natural, por decirlo así, el liderazgo del PCCh, el partido comunista más grande del mundo que había dirigido la revolución más importante después de la Revolución de Octubre. En los primeros años de la década de 1960, todavía estaba fresco el impacto de la liberación de China en 1949 y la imagen de Mao había adquirido proporciones de leyenda, que sus cultores elevarían aún más. Los artículos que el PCCh publicaba y la difusión del semanario Pekín Informa jugaron un papel importante en la defensa y propagación del punto de vista marxista-leninista en oposición al revisionismo soviético. Poco o nada se conocía que el PTA había sido el primero en denunciar al revisionismo jruschovista y, después, el primero en romper con él. Poco o nada se sabía que antes de asumir una posición definida, el PCCh había colaborado en el reforzamiento de la posición de los jruschovistas en el PCUS; y poco o nada se sabía de las vacilaciones e inconsecuencias y de posiciones oportunistas del PCCh.
Incluso Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania eran considerados parte del ala “maoísta” del movimiento comunista internacional. Sus puntos de vista y documentos eran poco o nada conocidos fuera de las conferencias internacionales de partidos comunistas. En la década de 1960, no contaba con los recursos para difundir ampliamente su experiencia de lucha y de construcción del socialismo, así como su visión de los acontecimientos internacionales y del movimiento revolucionario y comunista. Es a principios de la década de 1970 cuando las masas del movimiento comunista se dan cuenta que el PTA no era ni había sido un apéndice del PCCh en la lucha contra el revisionismo soviético, y mucho menos en cuestiones ideológicas y políticas. Los militantes de base de los partidos y organizaciones marxista-leninistas pudieron conocer que ese pequeño partido había deslindado clara y resueltamente, de forma principista, con el revisionismo jruschovista, en el histórico discurso de Enver Hoxha en la Conferencia de Partidos Comunistas en 1960, en la que por primera vez se expuso sin concesiones la verdadera naturaleza del revisionismo soviético y el significado de la lucha que los marxista-leninistas del mundo debían emprender contra los renegados traidores soviéticos.
Cuando en medio de vacilaciones –que ahora conocemos–, el PCCh decide en 1962 iniciar el debate con el PCUS, los documentos y las cartas que publicaron desde entonces jugaron un papel importante para unificar ideológica, política y orgánicamente a las fuerzas marxista-leninistas del mundo. Aunque en esos documentos se encuentran tesis oportunistas propias del maoísmo, se defienden en lo fundamental los principios básicos del marxismo-leninismo que los revisionistas soviéticos habían abandonado. Corresponde valorar correctamente la contribución del PCCh a la lucha contra el revisionismo jruschovista, resaltando su defensa de principio del marxismo-leninismo y señalando a la vez las manifestaciones oportunistas características del maoísmo.
En ese propósito, nada nos une con las magdalenas del revisionismo soviético en el mundo, que luego de la desintegración de la URSS han decidido reciclarse, posando como revolucionarios, afilando su discurso, pero manteniendo tesis revisionistas fundamentales en abierta contradicción con el marxismo-leninismo. Han pasado sesenta años desde la muerte del gran Stalin, han pasado 57 años desde el XX Congreso del PCUS que abrió públicamente el camino de la traición revisionista, han pasado 49 años desde que Brezhnev subió al poder para profundizar la restauración del capitalismo en la URSS, han pasado 22 años desde la desintegración de la URSS revisionista, y estos herederos del jruschovismo-brezhnevismo que ahora “defienden” a Stalin, que han “abandonado” a Jruschov, que “critican” tibiamente a Brezhnev, que aún sostienen que el “socialismo” en la URSS se acabó recién en 1991, que dicen que están retornando al “leninismo” pero temen a la lucha revolucionaria de las masas, estos seudocomunistas, no han aprendido nada, su “autocritica” –si la hicieron– no es marxista y no se traduce en práctica revolucionaria, y en consecuencia no tienen nada que decir acerca de las discrepancias en el movimiento comunista.
Los auténticos marxista-leninistas reivindicamos la revolución china aunque criticamos la incorrecta dirección del PCCh, particularmente en el tránsito de la revolución democrática a la revolución socialista que permitió la restauración capitalista; reivindicamos la contribución del PCCh a la lucha contra el revisionismo contemporáneo y la defensa de los principios del marxismo-leninismo, aunque criticamos las desviaciones oportunistas que estuvieron en la base de sus inconsecuencias y vacilaciones y en su posterior incorporación al revisionismo contemporáneo.
En ese espíritu presentamos el artículo “¿Leninismo o socialimperialismo?” publicado con motivo del centenario del nacimiento de Lenin, en abril de 1970. Como el título sugiere, el artículo expone el abandono del leninismo por parte de la camarilla Jruschov-Brezhnev y caracteriza como socialimperialista a la Unión Soviética revisionista, centrándose en su política internacional. Publicamos cuatro capítulos del mismo, el texto completo puede ser descargado al pie de la presente página.
Nota: Hemos traducido el artículo porque no lo hemos encontrado en la red en castellano. Llamamos a los que tengan los documentos y artículos impresos originales en castellano, que los digitalicen y los suban a la red. Sería una valiosa contribución.
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¡Viva la amistad entre China y Albania!
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