[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Es interesante ver también el aspecto político de la caída de los países socialistas y no sólo el aspecto económico.
Kim Il Sung, presidente del país hasta 1994, concluye que aunque existen numerosas dificultades externas, los verdaderos problemas que condujeron a la caída del socialismo son de tipo interno.
“La historia del movimiento comunista internacional nos enseña una lección importante: cuando se debilita el partido y se castra su papel dirigente, las masas populares se debilitan en lo orgánico y en lo ideológico. Esto les hace perder el objetivo y la orientación en la lucha y caen en un estado de confusión, con lo que al final se va a pique la revolución.”
La crítica de Kim Il Sung enfatiza la pérdida de sentido revolucionario de la dirección de muchos partidos obreros y comunistas. Sin embargo, de cara a lo interno, la lección más importante que Corea toma de la caída del bloque socialista es que la conciencia ideológica y la unidad son elementos esenciales.
Para ello, a partir de 1992 se refuerza la célula como organización de base. Se pretende evitar el burocratismo y mejorar la conexión entre Partido y masas.
Algo que se debería tener muy en cuenta, especialmente por aquellos sectores comunistas que rechazan la experiencia de la Revolución Coreana, es que en momentos tan súmamente difíciles como los que se daban en los años 90, Corea vivió el relevo generacional de su dirección.
En muchos países, este relevo fue aprovechado por los sectores revisionistas para tomar el poder. Tal es el caso de China, con la destitución de Hua Guofeng a manos de Deng Xiao Ping. Es de entender que desde la burguesía y los medios occidentales, se critique a Kim Jong Il, dado que las mismas condiciones que tenía Corea habían permitido en otros países la destrucción del socialismo. Pero Kim Jong Il, precisamente, hizo lo contrario: defendió las conquistas de la revolución e inició un proyecto que a medio plazo ha significado la permanencia y avance del socialismo en Corea. Esto tiene mucho mérito y eso es lo que provoca el odio acérrimo de Occidente.
El compromiso de Corea con el socialismo científico se refuerza en 1992, cuando el país convocó la Conferencia de Pyongyang, para conseguir la reafirmación de muchos partidos en el marxismo-leninismo. Más de 150 partidos de todo el mundo han firmado este manifiesto. A nivel subjetivo, tiene una gran importancia, ya que en 1992, tras la caída de la Unión Soviética, muchos partidos y proyectos sufrían la confusión y el derrotismo.
Por último, añado una cita de Kim Il Sung:
“Dado que nadie ha transitado antes por el camino del socialismo, es probable que se tropiece con sucesos imprevistos y se sufran retrocesos. Debemos mejorar el método de construcción del socialismo y perfeccionarlo en función de la realidad cambiante.
No obstante, sigue vigente la verdad histórica de que la humanidad debe marchar necesariamente por el camino del socialismo.”