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    Sobre el Trabajo Colectivo en la Dirección del PCUS y de la URSS

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    NG
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    Sobre el Trabajo Colectivo en la Dirección del PCUS y de la URSS Empty Sobre el Trabajo Colectivo en la Dirección del PCUS y de la URSS

    Mensaje por NG Jue Oct 31, 2013 4:49 am

    En esta ocasión proponemos la lectura de lo referente al trabajo colectivo -el ejercicio del centralismo democrático- desarrollado en la URSS aun cuando se encontraba en circunstancias tan excepcionales como lo fue la segunda Guerra Mundial... Se observará que el tal "totalitarismo stalinista" no es más que otra invención de la propaganda burguesa revisionista-imperialista al respecto del desempeño del camarada Stalin, creada con el único propósito de atacar al marxismo-leninismo.

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    Por Mijaíl Kilev

    En su informe, Jruschov escribe sobre esta cuestión, a saber: «Stalin no soportaba en absoluto la colegialidad en la dirección y en el trabajo... El que se oponía a su actitud, o intentaba demostrar su punto de vista, su razón, estaba seguro de ser apartado del colectivo dirigente, y después llevado a la destrucción moral y física». [32]

    Es la calumnia-mentira Nº 2 hacia Stalin en el informe Jruschov.

    Pero he aquí una prueba muy convincente de lo contrario, ofrecida por el mismo Jruschov en su informe:

    «Cuando en 1942 la región de Járkov, las condiciones de nuestros ejércitos se volvieron extremadamente difíciles, nosotros (es decir, el mando de los ejércitos, el propio Jruschov inclusive - nota del autor) tomamos la decisión de interrumpir nuestra acción de cerco de Járkov, porque en la situación real de entonces, seguir con operaciones de esta índole escondía peligros con fatales consecuencias para nuestros ejércitos.

    Se hizo un informe a Stalin, declarando que la situación nos imponía cambiar de plan de acción, para no dar al enemigo la posibilidad de aniquilar grandes unidades de nuestros ejércitos. Contrariamente a la razón, Stalin rechazó nuestra propuesta y dio la orden de ejecutar la operación de cerco de Járkov». [37]


    Constatamos que Jruschov defendió una postura contraria a la de Stalin. Pero por esta oposición no resultó que fuese apartado, ni le llevó a su destrucción moral y física. Al contrario, después de la guerra, Jruschov fue ascendido a un puesto de mayor responsabilidad. Esto concierne no sólo a Jruschov sino también a otros muchos dirigentes soviéticos del Partido y del Estado. Muy típicas en este sentido eran las discusiones entre Stalin y el Mariscal Zhúkov. Éste fue uno de los dirigentes militares soviéticos que mantuvo sus propias posiciones, a menudo contrarias a las de Stalin. Pero esto no estuvo acompañado del alejamiento del Mariscal Zhúkov de su papel dirigente en el Ejército Soviético, ni de su destrucción moral y física. Al contrario, el Mariscal Zhúkov fue el primer sustituto de Stalin en la Gran Guerra Patria y el que recibió más condecoraciones militares y títulos.

    En el transcurso de la Gran Guerra Patria, Jruschov estaba lejos del mando supremo y del estado mayor del Ejército Soviético. Para tener una idea precisa de los métodos de dirección de Stalin durante los años de guerra, es más interesante darles la palabra a los que trabajaron directamente con él y le proporcionaron informes sobre la situación dos o tres veces al día, incluso por la noche.

    Veamos lo que escribió el propio Mariscal Zhúkov a este propósito, después del XX Congreso:

    «Durante los largos años de guerra, siempre he tenido la convicción de que Stalin no era en absoluto un hombre ante el cual no se atrevía uno a preguntar cosas arriesgadas, o a debatir con él y mantener sus propias opiniones. Si hay alguien que mantiene lo contrario, diré que sus afirmaciones son simplemente falsas. El estilo de trabajo era serio, sin excitación, cada cual podía expresar su tesis. El dirigente supremo se comportaba con todo el mundo de la misma manera, severa y oficial». [38]

    Y el Mariscal Zhúkov sigue, a propósito de este tema:

    «Stalin estimaba en sumo grado el trabajo del estado mayor y tenia entera confianza en él. Por principio, nunca tomaba decisiones importantes sin haber escuchado el análisis de la situación hecha por el estado mayor y sin haber estudiado sus propuestas». [39]

    Por su parte, el Jefe del Estado Mayor del Ejército Soviético, S. M. Shchemenko, escribe:

    «La discusión de cada cuestión se desarrollaba en el Mando Supremo, en un ambiente laborioso y tranquilo. Cada uno de nosotros tenía la posibilidad de expresar su punto de vista». [40]

    El Mariscal I. S. Kónev escribe, acerca de la operación militar de Berlín:

    «Stalin escuchó atentamente las observaciones de los comandantes de los frentes, tuvo conocimiento de las consideraciones del estado mayor y definió las líneas de la operación de Berlín, tras lo cual estableció las tareas operacionales en cada frente». [41]

    El Mariscal A.M. Vassilievsky, quien fue durante mucho tiempo Jefe del Estado Mayor del Ejército Soviético, y segundo de Stalin durante la Gran Guerra Patria, escribe a este respecto:

    «El Buró Político del Comité Central y la dirección de las fuerzas armadas se apoyaban siempre sobre el cerebro colectivo en la elaboración de los planes estratégicos y para la toma de decisiones concernientes a los grandes problemas económicos». [42]

    Para comprender mejor la gran importancia que Stalin daba al trabajo colectivo, vamos a evocar el siguiente ejemplo:

    «En 1942, cuando el departamento fue definitivamente operacional (se trata del departamento de estudio de la experiencia de la guerra ante el estado mayor - nota del autor) y había adquirido ya cierta experiencia en su trabajo, fueron elaborados, a demanda de Stalin, los estatutos militares de la infantería. Según sus indicaciones, los estatutos fueron confeccionados de forma particular. Las primeras anotaciones sobre los estatutos fueron redactadas en Moscú, después de lo cual algunos grupos de comandantes partieron al frente. Y con la colaboración de los más capaces y los más experimentados –de compañías, de batallones, de regimientos- los estatutos fueron definitivamente establecidos y escritos «in situ». Luego, fue creada una comisión especial para revisarlos y para hacer las últimas modificaciones. Después, durante dos días de trabajo, se revisaron en una sesión del Mando Supremo, en presencia de los comandantes de distintos rangos, llamados desde el frente. Sólo después de este trabajo, el 9 de noviembre de 1942, el Comisario del pueblo para la Defensa, Iósif Stalin, aprobó los estatutos y los puso en aplicación». [43]

    Como se suele decir: sin comentarios.

    Un nuevo argumento de Jruschov: para demostrar su tesis de «la intolerancia» de Stalin hacia el trabajo colectivo en la dirección del PCUS, pone por delante «la irregularidad de los Congresos y de los Plenarios del PCUS». Escribe:

    «¿Se puede considerar como normal el hecho de que entre el XVIII y el XIX Congreso del Partido hayan transcurrido más de 12 años, durante los cuales nuestro Partido y nuestro país han vivido tantos acontecimientos? Estos acontecimientos exigían que nuestro Partido tomase decisiones que atañían a nuestra defensa en las condiciones de la Guerra Patria, y los problemas de la edificación pacífica en los años de posguerra». [44]

    Se puede llegar a dos conclusiones, según estos argumentos de Jruschov:

    En primer lugar insinúa que, de 1939 a 1952, cuando no se han celebrado los congresos y los plenarios del Partido, no fueron tomadas las decisiones necesarias sobre la defensa o sobre la reconstrucción de posguerra. Es apenas indispensable atacar esta sugerencia sin fundamento de Jruschov. El sólo hecho del desenlace victorioso de la Gran Guerra Patria denuncia esta idea insensata de Jruschov.

    Después, insinúa que desde que Iósif Stalin llegó al puesto de Secretario General del Partido, de 1922 a 1939, los congresos del Partido no habían tenido lugar regularmente, cuando no hubo más que el XIX Congreso, que fue aplazado hasta 1952.

    ¿Qué se puede decir de esta afirmación de Jruschov?

    En primer lugar, hay que situar el hecho de que después del XVIII Congreso del PCUS, celebrado en 1939, el proceso de reagrupamiento de las fuerzas sobre la arena internacional había empezado, la Gran Guerra Patria de la Unión soviética también había comenzado, y duró hasta septiembre de 1945. Celebrar congresos en tiempos de guerra es, por lo menos, irresponsable.

    En cuanto a la regularidad de los Plenarios del Comité Central del PCUS, Jruschov escribe:

    «No se convocaron casi Plenarios del Comité Central. Basta decir que durante todos estos años de guerra patriótica, no se han celebrado prácticamente plenos del C.C. Efectivamente, se intentó convocar un plenario en octubre de 1941, cuando los miembros del Comité Central de todo el país fueron invitados a Moscú. Esperaron dos días para que el plenario se inaugurase, pero en vano. Stalin ni siquiera quiso entrevistarse o hablar personalmente con los miembros del Comité Central». [45]

    Si se sigue con esta lógica, se puede añadir que Stalin ni siquiera quiso sentarse y beber un vodka. Es decir poco el afirma que son palabras de un individuo necio. No reflejan más que una palabrería irresponsable pero tendenciosa. Basta con recordar la situación en Moscú en octubre de 1941. Los ejércitos alemanes no estaban más que a unos 25 kilómetros de Moscú y se disponían a invadirla. Cuando el destino de Moscú se estaba decidiendo y, por ende, el destino de toda la Unión Soviética, apartar a Stalin de sus tareas, cuando en esas fechas trabajaba de 15 a 16 horas al día, arrancarlo de la dirección de las acciones militares de los ejércitos, con el fin de celebrar un plenario del Comité Central o conversar con los miembros del C.C., habría sido un disparate. Lo que escribe Jruschov, sólo puede tacharse de charlatanería, nada más.

    En estos días de octubre, Stalin estaba día y noche en su puesto como Comandante Supremo, trabajando con el órgano más competente: el Estado Mayor del Ejército Soviético. Las medidas más importantes y decisivas para el país se tomaban sobre la base de las propuestas del plenario del Estado Mayor del Ejército Soviético, compuesto de varios centenares de miembros. Este plenario particular permanente trabajaba día y noche durante todos los años de la Gran Guerra Patria. No se puede subestimar su aportación a la victoria sobre el ejército fascista. Jruschov, como quien dice, no ha visto, no ha entendido, no ha estimado todo esto en su justo valor. O, más bien, no ha querido admitirlo y reconocerlo, con un objetivo preciso.

    Los congresos del Partido pueden ser reemplazados en algunos casos por conferencias o plenarios del Partido. Esto depende de la situación. Pero, incluso la celebración de dos congresos por año no es una garantía de que el trabajo colectivo en la dirección del Partido esté asegurado. Jruschov, que sí reunía regularmente los plenarios y los congresos del Partido, ¿no ha utilizado éstos para restaurar su línea revisionista en el PCUS? Y Gorbachov, ¿no ha podido realizar su demagogia y su traición celebrando regularmente congresos y plenarios del PCUS?

    El trabajo colectivo también puede realizarse en las sesiones del Buró Político del Comité Central, en las sesiones del Consejo de Ministros y los órganos del Estado. Incluso los encuentros ordinarios y las discusiones de Stalin con los distintos ministros, quienes le emplazaron propuestas y recomendaciones concernientes a los colectivos ministeriales, presentaban por excelencia un intercambio de ideas y experiencias entre los ministerios y el primer dirigente de la URSS.

    El Ministro de Agricultura bajo el mando de Stalin, I. A. Benediktov, dice:

    «A pesar de la opinión difundida, en aquellos años todos los asuntos, también el cambio de personas en el equipo dirigente, eran decididos colectivamente en el Buró Político. Las sesiones del Buró Político eran animadas, había discusiones, se exponían diferentes propuestas. No hubo unanimidad silenciosa y sumisa. Stalin y sus colaboradores no podían aceptar tal cosa. Es verdad que la opinión de Stalin triunfaba a menudo, porque consideraba los problemas bajo todos sus aspectos, objetivamente, y veía más lejos y más profundamente que los demás». [46]

    El 13 de diciembre de 1931 tuvo lugar un encuentro entre Stalin y el escritor alemán Emil Ludwig. El escritor le hizo a Stalin la siguiente pregunta:

    «En esta mesa, donde estamos sentados en este momento, hay 16 sillas. En el extranjero se sabe que, por una parte, la Unión Soviética es un país donde todo debe decidirse colectivamente y, que por otra, todo se decide por una sola persona. ¿Quién decide?».

    Stalin contesta: «No, no tiene que decidir una sola persona. Las decisiones personales son siempre, o casi siempre, unilaterales. En todas las colegialidades, en cada colectivo, hay gente cuya opinión debe ser tomada en consideración. En cada colectivo, hay gente que puede expresar opiniones erróneas. Sobre la base de nuestra experiencia de tres revoluciones, sabemos que aproximadamente de cien soluciones personales, no verificadas, no corregidas por el colectivo, noventa son soluciones unilaterales». [47]

    Acusando a Stalin de trasgresión del principio de colegialidad en el trabajo dirigente, Jruschov escribe:

    «Stalin había actuado en nombre del Partido, e incluso en nombre del Buró Político, sobre problemas muy importantes del Partido y del Estado, a menudo sin informarle de sus decisiones personales». [48]

    En muchos problemas, sobre todo en el transcurso de la Gran Guerra Patria, las circunstancias obligaban a Stalin, como jefe supremo del Ejército Soviético, a tomar decisiones muy rápidamente. Sin embargo, para ello se basaba en los principios del Comité Central del PCUS y, antes de tomar la decisión, consultaba siempre a sus colaboradores más competentes y que se encontraban en puestos de responsabilidad. Veamos lo que escribe el Mariscal Zhúkov a este respecto:

    «Después de la muerte de Stalin, se ha divulgado el rumor de que él tomaba a solas decisiones de estrategia militar. Yo no puedo aceptarlo». [49]

    Para confirmar la opinión del Mariscal Zhúkov, vamos a tomar un ejemplo de gran importancia histórica: la preparación y la realización del desfile histórico del Ejército Rojo sobre la Plaza Roja, el 7 de noviembre de 1941.

    El jefe de la guarnición de Moscú, el Teniente General Artemiev describe la preparación de este desfile de la siguiente manera:

    «Un día, a finales de octubre, informé al Comandante Supremo, Iósif Stalin, de la situación sobre el flanco oeste, el avance en la edificación de las líneas de defensa, la llegada de las reservas. Dichos informes se realizaban a diario. Esta vez, después de haber escuchado mis noticias, me preguntó si se consideraba el preparar unidades de la guarnición de Moscú para el desfile militar. Refiriéndome a la situación, emití dudas sobre la utilidad de organizar tal desfile. El Comandante Supremo llamó mi atención sobre el significado político de esta empresa y ordenó que el desfile tuviese lugar el 7 de noviembre, exigiendo que participasen tanto la artillería como los carros de combate. La orden dada fue que el desfile fuese recibido por el Mariscal de la Unión Soviética, Budionni, y yo tenía que tomar su mando. Stalin subrayó que hasta el momento sólo éramos tres los que estábamos al corriente de la preparación del desfile. Budionni sería informado un día antes: es un jinete experimentado, no necesita preparación preliminar.

    El desfile empezó el 7 de noviembre a las 8 h. En él participaban alumnos de la Escuela Militar en nombre del Consejo Superior de la República Soviética de Rusia, unidades de tiro, militara de marina, secciones de obreros moscovitas armados, escuadrones de caballería, y unidades de artillería; y la demostración acabó con la escolta de 200 carros de combate. El desfile dio confianza a los Soviéticos, a los soldados del Ejército Rojo, y la certeza de que Moscú iba a resistir, que el enemigo sería aniquilado». [50]


    ¿Por qué Stalin había actuado así? ¿Es que no tenía confianza en los miembros del Buró Político del Comité Central y en el Comité de Estado para la Defensa? Pues claro que sí. Pero Iósif Stalin había actuado así porque había analizado bien la situación político-militar en vísperas del 7 de noviembre de 1941, cuando los ejércitos alemanes se preparaban para su último asalto sobre Moscú... Cuando todos sus servicios de información tenían los ojos y los oídos clavados en Moscú, el secreto más absoluto se imponía para la organización del desfile.

    Iósif Stalin había actuado así porque sabía que para la organización del desfile bastaba con los esfuerzos de un representante del Estado Mayor y del Jefe de la guarnición de Moscú.

    Iósif Stalin había actuado así porque, por experiencia, sabía que era posible que por gestos involuntarios de los mismos miembros del Comité Central, se pudiera poner al corriente de la preparación del desfile a los servicios de información alemanes.

    Iósif Stalin había actuado así para asegurar el éxito del desarrollo del desfile que, como él mismo decía, debía tener un impacto psicológico importante. Efectivamente, el desfile militar del 7 de noviembre de 1941 fue una sorpresa para el mando alemán y para el mundo entero. Cumplió con el papel histórico imaginado por Stalin. Mostró la fuerza inagotable de la URSS y perturbó la intervención de Japón y de Turquía contra la Unión Soviética. Reforzó la coalición anti-hitleriana y elevó la moral del Ejército Soviético y de los pueblos soviéticos.

    ¿El hecho de que Stalin no convocase un plenario especial del Comité Central del PCUS o incluso una sesión del Buró Político a propósito de la organización del desfile del 7 de noviembre de 1941, significa que Stalin había trasgredido el principio de la dirección colectiva del PCUS? Pues claro que no.

    Hubo otros casos en los que Stalin había tomado decisiones secretas. Una de esas decisiones fue la preparación de la batalla de Stalingrado. Es de notoriedad pública que después de una larga reunión únicamente con sus sustitutos, los Mariscales Zhúkov y Vassilievsky, Stalin, como Comandante Supremo del Ejército Rojo, había tomado la decisión de preparar la operación de Stalingrado. El Mariscal Zhúkov cita en su libro Memorias y reflexiones las indicaciones de Stalin a propósito del secreto en la preparación de la operación de Stalingrado:

    «La discusión sobre esta operación se reanudará más tarde. Por ahora, lo que se discute aquí no debe ser conocido por nadie más que por nosotros tres». [51]

    ¿Era justo actuar así? Sí. La historia muestra que el secreto en la preparación de un acontecimiento de tal magnitud histórica, es la condición de su éxito. Éste era lo más importante para Stalin y, el secreto, decisivo para la victoria.

    Pero Jruschov, en su informe, intentando a toda costa acusar a Stalin de trasgresión del principio de colegialidad, escribe:

    «Stalin no viajaba a ningún sitio, no se entrevistaba con obreros o koljósianos, no conocía la situación real «in situ». No aprendía nada del país ni de la agricultura más que por películas». [52]

    Es la mentira-calumnia Nº 3 de Jruschov hacia Stalin. ¿Es posible dirigir la construcción del socialismo en un gran país como la URSS, conociéndolo únicamente a través de películas?

    Según Jruschov, más un dirigente viaja, más aplica el principio de colegialidad. Es un desconocimiento del trabajo colectivo, una simplificación, una ingenuidad.

    Jruschov tenía una meta precisa: mancillar y calumniar la personalidad de Iósif Stalin.

    Notas:

    36. «Informe Jruschov», pág.12.

    37. Ídem, págs.44-45.

    38. G K. Zhúkov, «Memorias y reflexiones», págs.320-321. Sofía, 1983.

    39. Ídem, págs.307-308.

    40. S. M. Shchemenko, «El Estado mayor durante la guerra», Libro 1, pág.223. Sofía, 1969.

    41. S. Kónev, «Notas del comandante del frente», pág.454. Sofía, 1975.

    42. A. M. Vasilevski, «Una obra para toda la vida», pág.122. Sofía, 1976.

    43. S. M. Shchemenko, «El Estado mayor durante la guerra», Libro 11, pág.24. Sofía, 1974.

    44. «Informe Jruschov», págs.20-21.

    45. Ídem, pág.21.

    46. I.A. Benediktov, Entrevista al periódico «Tribouna» nº 23, 1992.

    47. I. Stalin, «Obras Completas», Volumen 13, pág.91. Sofía, 1952.

    48. «Informe Jruschov», pág.19.

    49. G K. Zhúkov, «Memorias y reflexiones», pág.561. Sofía 1983.

    50. Pavel Artemiev, Teniente general, en el periódico «Narodna armia» del 5 de diciembre de 1976.

    51. G K. Zhúkov, «Memorias y reflexiones», pág.479.

    52. «Informe Jruschov», pág.65.

    Jruschov y la Disgregación de la URSS


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    Sobre el Trabajo Colectivo en la Dirección del PCUS y de la URSS Empty Re: Sobre el Trabajo Colectivo en la Dirección del PCUS y de la URSS

    Mensaje por AlejoSola Jue Oct 31, 2013 8:29 pm

    Camarada NG, te estás marcando unos temas impresionantes.
    Me quito el ushanka.
    Salud!

      Fecha y hora actual: Lun Nov 18, 2024 12:34 am