Llamamos terrorismo individual a las acciones violentas llevadas a cabo por un pequeño grupo armado, en contraposición a un movimiento revolucionario, en el que está implicada la mayor parte de la clase trabajadora.
El auge de los grupos terroristas en la última mitad del siglo significa, por un lado, el auge de la rebeldía contra el sistema capitalista a nivel mundial; por otro lado, certifica la falta de confianza de ciertos sectores de la juventud en las direcciones reformistas de los partidos tradicionalmente obreros. No los ven como instrumentos para encauzar su lucha, y escogen el atajo de la lucha armada individual para derrocar el poder de los capitalistas y terratenientes.
¿Qué tipos de grupos terroristas hay y qué pretenden?
Existen, fundamentalmente, dos tipos de grupos armados que emplean la táctica del terrorismo:
a) Los grupos nacionalistas (como ETA, el IRA, etc) que luchan por la liberación de una nación oprimida contra un estado opresor. Este tipo de grupos, en el pasado, reclamaban para sí la bandera del socialismo, pero al concentrar su lucha en líneas nacionales y no en líneas de clase (es decir: luchar por la liberación del pueblo vasco frente al estado español, en lugar de aunar a los trabajadores de todas las nacionalidades contra el mismo estado burgués que les oprime), sus ideas entran en contradicción, aliándose frecuentemente con partidos declaradamente burgueses, como es el caso actualmente en Euskadi o en el Ulster, donde EH y el Sinn Fein mantienen alianzas interclasistas.
b) Los grupos armados que se reclaman del marxismo (como los GRAPO, las Brigadas Rojas en Italia, la Fracción del Ejército Rojo alemán, etc) que buscan mediante la propaganda de los hechos (robos a supermercados y entrega de los alimentos sustraidos en los barrios con altos índices de desempleo; "expropiaciones revolucionarias", es decir, robos en bancos; atentados en ETT's, y en ocasiones secuestros y ejecuciones de policías, militares o responsables de la represión) "motivar" a través del ejemplo a las masas. Mediante las acciones estos grupos buscan "desnudar" la naturaleza dictatorial y reaccionaria del estado que responde con la represión y el recorte de las libertades. Por tanto, la estrategia de estos grupos consiste en "cuanto peor, mejor". Cuanta más represión, más claro ante los ojos de las masas la ficción de la "democracia" que oculta en realidad, la dictadura de los monopolios y por tanto, más facilidades para la lucha revolucionaria.
¿Es lo mismo un grupo terrorista que una guerrilla?
Desde nuestro punto de vista, la guerrilla tiene características propias: mantiene zonas liberadas y por tanto, existen frentes definidos de combate con el ejército. La guerrilla, además, actúa en un ambiente predominantemente rural y con el auxilio y apoyo de la población. La estrategia guevarista del "foco guerrillero" está pensada para los países semi-coloniales, no para los estados industrializados. La estrategia maoísta de la "guerra propular prolongada" tampoco está dirigida para los países capitalistas desarrollados. Aunque mantenemos profundas diferencias con el guerrillerismo, no es lícito meter en el mismo saco a movimientos guerrilleros como las FARC -con cerca de 10.000 combatientes y dominando un tercio de Colombia- o el EZLN -con un amplio apoyo popular en las comunidades indigenas de México- junto a grupos como el GRAPO, que actúa en el ámbito úrbano y sin apoyo social. (Para más información sobre la guerrilla: Tesis sobre el gerrillerismo)
¿Por qué los marxistas nos oponemos al terrorismo?
Los marxistas siempre se han opuesto al terrorismo individual como método de lucha.
Somos conscientes de que los grandes problemas de la vida de los pueblos se resuelven generalmente por la fuerza, por eso no somos pacifistas. Las propias clases reaccionarias son generalmente las primeras en recurrir a la violencia, al terror y a la guerra civil, sobre todo cuando ven peligrar sus privilegios.
No nos oponemos al terrorismo individual por cuestiones morales sino porque la táctica de los grupos terroristas consigue lo contrario de lo que persiguen.
1º.-El terrorismo favorece la reacción.
La política de tiros y bombas practicada por estos grupos justifica la reducción de las libertades democráticas (como la Ley Corcuera o la Ley Anti-terrorista) y los continuos “errores” (niños o civiles víctimas de atentados) suministran argumentos a la reacción y pone a miles de trabajadores en contra de las ideas que esos grupos defienden. Los trabajadores y jóvenes que rechazan esos métodos se acercan todavía más a los dirigentes reformistas de los partidos obreros, que, como consecuencia, se ven fortalecidos. El sistema, como vimos en el caso de Miguel Ángel Blanco, es capaz de manipular a la opinión pública y sacar a las masas a la calle. Desde que ETA comenzó su campaña de atentados contra consejales del PP en Euskadi, el PP no ha hecho más que subir electoralmente. Hoy es el segundo partido del País Vasco, por delante del PSOE y de EH. Hace cinco años, el PP era el cuarto partido.
2º.- El terrorismo quema a muchos jóvenes luchadores.
El terrorismo despilfarra las energías revolucionarias de cientos de activistas que armados con el programa marxista pordrían contribuír decisivamente a la lucha obrera y revolucionaria. Muchos de ellos mueren o pasan años enteros en la cárcel por culpa de esos métodos equivocados cuando podrían estar organizando a los obreros y los jóvenes en la lucha contra el sistema, ayudando a construir el partido revolucionario, participando activamente en huelgas, movilizaciones y protestas.
3º.-El terrorismo no eleva el nivel de conciencia de los trabajadores.
Más importante, si cabe, es el hecho de que los grupos terroristas desprecian a las masas, minusvaloran la capacidad de lucha de los trabajadores y se erigen en modernos “Robin Hoods”, auto-proclamándose salvadores del pueblo. Nadie va a salvar al pueblo sino el propio pueblo: el marxismo parte de la idea fundamental de que "la emancipación de la clase obrera es tarea de la propia clase obrera o no será"(Marx)
Métodos de lucha revolucionaria
Sólo pueden justificarse como métodos de lucha aquellos que facilitan la tarea de ayudar a la clase trabajadora a elevar su nivel de conciencia, es decir, aquellos métodos que ayudan a los trabajadores a auto-organizarse y a darse cuenta de su fuerza y su capacidad para cambiar la sociedad.
Por ejemplo, manifestaciones, campañas de solidaridad, huelgas, huelgas generales, insurrrección,... son métodos que, además de conseguir su objetivo inmediato (por ejemplo, impedir la reducción de plantilla de una empresa), hacen que los trabajadores trabajen codo con codo y adquieran conciencia de clase, reconociendo que sus problemas son compartidos por un amplio sector de la sociedad, su clase, la clase trabajadora.
Los seguidores del terrorismo individual parten de una concepción del mundo y de la lucha de cllases que nada tiene que ver con el marxismo. Piensan que el sistema capitalista descansa sobre unos individuos determinados, y por eso mata o amenaza a esos individuos, representantes del poder de la burguesía (empresarios, gobernantes, militares,...). Sin embargo, para los representantes conscientes de la burguesía, la muerte de uno de ellos no significa más que la necesidad de colocar a otra persona en ese mismo puesto.
El sistema capitalista es la dominación de una clase, la clase burguesa (propietaria de los medios de producción: empresas, latifundios, bancos...), sobre la clase trabajadora (aquellos que sólo poseemos nuestra fuerza y capacidad para trabajar a cambio de un salario). La lucha contra este sistema es la lucha para que la clase trabajadora -la aplastante mayoría de la sociedad- sea la clase que gobierne, administre el estado y dirija el futuro de la humanidad en un sistema socialista. Sólo la lucha unificada de toda la clase obrera por encima de fronteras y nacionalidades puede conseguir un objetivo tan ambicioso. Además, esta lucha debe ser consciente, ya que, si no lo es se corre el riesgo de acabar en una degeneración burocrática y posteriormente, en una contrarrevolución, como fue el caso de Rusia.
Los grupos terroristas no entienden que la lucha por la transformación de la sociedad es una lucha larga y dura, en la que la mejor medicina para un revolucionario es la paciencia. Lenin decía que la labor de un revolucionario consistía en la explicación paciente de las ideas. Antes de que se den las condiciones para la insurrección armada y la toma del poder político por las masas de la clase trabajadora, el partido revolucionario tendrá que ganar a la mayoría de los trabajadores para su causa o al menos, los centros industriales decisivos, como fue el caso de Petrogrado y Moscú durante la revolución rusa.
Los terroristas caen en la impaciencia de buscar un atajo como es la sustitución de la fuerza organizada de la clase trabajadora por las acciones de un pequeño grupo armado. Pero la fuerza de la clase trabajadora es insustituible: sin su permiso, ni gira una rueda, ni brilla una bombilla. Y por supuesto, sin la clase trabajadora, es imposible iniciar siquiera un moviento serio para transformar la sociedad en líneas socialistas.
Los métodos del terrorismo individual son métodos pequeño burgueses que nada tienen que ver con los métodos de lucha de la clase obrera (la huelga, las movilizaciones, la insurrección) que siempre se caracterizan por aplicar la máxima fuerza a la acción, por tanto, por propia naturaleza son acciones de masas, nunca minoritarias ni aisladas.
El marxismo se opone a la represión estatal
El hecho de que no estemos de acuerdo con los métodos terroristas no implica que nos coloquemos de lado de la represión estatal. Al contrario, los revolucionarios debemos defender, ante todo, que la existencia del terrorismo hunde sus raíces en la crisis de la sociedad burguesa incapaz de hacer avanzar a la humanidad.
Tenemos que señalar que los principales responsables de la violencia -incluso, de rupturas de treguas, etc- es siempre el estado que en el caso de Euskadi, por ejemplo, se niega a reconocer el derecho de los vascos a decidir libremente su destino. Debemos oponernos con todas nuestras fuerzas a un eventual reestablecimiento de la pena de muerte para delitos de terrorismo, -consigna aceptada por el ala más derechista del PP-. De igual forma, debemos exigir el total esclarecimiento del caso GAL y todas las tramas paralelas de terrorismo de estado, así como el castigo ejemplar para los responsables, incluidos los responsables políticos.
Asimismo, debemos oponernos a cualquier ley que conculque los derechos y las libertades individuales, como la ley Corcuera o la Ley Anti-terrorista, bajo la cual se tortura y maltrata impunemente a los detenidos, muchos de los cuales no tienen nada que ver con el terrorismo.
Los marxistas debemos exigir una profunda depuración de todos los elementos fascistas del aparato del estado y un control sindical y democrático de las academias militares y de policías.
Estamos en contra de la posible ilegalización de HB o cualquier otro partido. Es más, estamos a favor de la legalización sin condiciones de todos los partidos, incluso aquellos que defienden la lucha armada y se muestran contrarios a la actual Constitución monárquica.
Estamos por el traslado inmediato y sin condiciones de los presos vascos a Euskadi y en general, de todos los presos, sean políticos o comunes, a sus comunidades de origen.
Estamos por la puesta inmediata en libertad sin condiciones de los presos de ETA y del GRAPO que hayan cumplido 2/3 de su condena o que padezcan enfermedades incurables. Asimismo, exigimos el final de los malos tratos, torturas físicas o sicológicas a los presos de ETA y del GRAPO. Finalmente, exigimos una nueva amnistía para aquellos presos políticos que no pudieron acogerse a las anteriores.