La verdad es que han corrido ríos de tinta en torno al tema y hay que decirlo, buenos argumentos se han dado para argumentar todas las pocisiones.
Los que dicen que Yugoslavia era una forma más cercana al socialismo de Marx y Engels están Marcel Prélot, el jurista Jovan Đorđević (a veces escrito erróneamente Djordjevich), Jesús Hernández Tomás (que participó en la fundación del PCE y que plasma su opinión sobre Yugoslavia en A los comunistas de España) entre otros. Por el lado de argumentar que yugoslavia era capitalista están el mítico dirigente comunista y partizano albanés Enver Hoxha (enemigo acérrimo de Tito), los comunistas chinos (véase ¿ES YUGOSLAVIA UN PAÍS SOCIALISTA? COMENTARIO SOBRE LA CARTA ABIERTA DEL CC DEL PCUS (III) Por la Redacción del Renmin Ribao y la Redacción de la revistaHongqi (26 de septiembre de 1963)), y otros tantos más.
Bueno este tema surge a la discusión en Tema: preguntas acerca de teoría marxista página 18 sobre lo siguiente:
En "Tres Países del Mundo Socialista" (1962) del economista socialdemócrata chileno Alberto Baltra (a pesar de ser socialdemócrata, el autor hace un análisis muy alagador de la URSS, la RDA y de la entonces República Popular Federativa de Yugoslavia) hace un análisis que es mejor leer directamente, haber si después de leerlo alguien cree que Yugoslavia era efectivamente capitalista. Tenía pensado digitalizar el libro en las vacaciones, pero igual me dí hoy el tiempo de digitalizar algunos capítulos de la tercera parte titulada: Yugoeslavia.
Ojalá se opine fundamentadamente.
Capítulo III
YUGOESLAVIA, DEMOCRACIA POPULAR.
Yugoeslavia puede clasificarse como una democracia popular, pues representa una etapa de transición entre el capitalismo y el socialismo. En su economía, hay grandes e importantes sectores socializados y otros en que aún subsisten for¬mas capitalistas.
La propiedad socializada de los medios de producción constituye la regla general. En Yugoeslavia se la prefiere llamar "propiedad popular". Esta propiedad comprende no sólo la industria fabril, sino que también el transporte, el comercio, los bancos, las minas, la producción de energía y, en parte, la agricultura y el artesanado.
En la agricultura, el sector socializado abarca sólo el 10% de la tierra cultivable. Comprende las granjas del Estado y las cooperativas de producción. Pero, este 10% de la agricultura socializada proporciona el 36% del producto total agrícola y el 56% del abastecimiento de trigo. Como puede apreciarse, entonces, aun cuando el porcentaje de suelo socializado es bajo, reviste bastante importancia atendida la cuantía relativa de su aporte a la producción agrícola del país. El 90% de la superficie agrícola es, pues, de propiedad privada. De acuerdo con la ley, esta propiedad no puede tener más de diez hectáreas de tierra apta para el cultivo. El límite se basa en que, con los medios técnicos de uso actual en Yugoeslavia, tal superficie puede explotarse por la propia familia del campesino, sin recurrir a mano de obra asalariada. El propietario tampoco puede tomar en arriendo o aparcería otras tierras cuando éstas, sumadas a las de su dominio, excedan del máximo legal de diez hectáreas. Si se trata de cooperativas familiares o de predios ubicados en zonas de tierra pobre, la ley acepta que el máximo se eleve a quince o treinta hectáreas, según los casos.
La industria fabril está casi íntegramente socializada. El artesanado lo está sólo en un 50%. En ambas actividades hay, en consecuencia, formas capitalistas o privadas de producción. En la industria fabril, la empresa particular tiene que ser de dimensiones pequeñas. La ley sólo acepta unidades que ocupen menos de cinco obreros y la misma limitación rige para los artesanos. En todo caso, la producción de bienes capitales —maquinarias, equipos, etc.— y de materias primas se lleva a cabo, exclusivamente, en industrias de propiedad popular.
Como en otras democracias populares, el Estado vigila y controla el crecimiento de las empresas que integran el sector capitalista, a fin de impedir su crecimiento exagerado. Este control se practica a través de los bancos y del aprovisionamiento de medios de producción.
El comercio interno se encuentra socializado en más de un 90% y el comercio exterior lo está totalmente. En lo que atañe a la propiedad sobre inmuebles, en virtud de una ley dictada en 1958, sólo las casas-habitación pueden ser objeto de apropiación privada. Cuando se trata de departamentos, la propiedad particular puede constituirse hasta sobre edificios, pero siempre que éstos consten, a lo sumo, de tres unidades pequeñas, con las cabidas que el texto legal indica.
Capítulo VI
LA EMPRESA SOCIALIZADA: SVETOZAREVO.
6.
¿Cómo opera la empresa socializada yugoeslava? Para responder a esta pregunta nos referiremos al caso concreto de una de las fábricas que visitamos: La fábrica de cables de cobre ubicada en Svetozarevo. Esta fábrica es una empresa socializada. Es de propiedad popular. Se terminó de construir en 1955 y a su edificación contribuyeron 13 mil estudiantes que, en sus días y horas libres, trabajaron gratuitamente. La fábrica proporciona empleo a tres mil obreros y empleados. Al llegar a la ciudad fuimos recibidos, en la sede municipal, por el presidente del Distrito, Vitomir Petkovich, quien nos explicó la influencia que el establecimiento del centro industrial de Svetozarevo había tenido sobre la actividad y la vida de la región. En seguida, nos trasladamos a la empresa misma, donde nos atendió su Director, un joven ingeniero, quien, en su oficina, nos proporcionó todas las informaciones que le solicitamos y que, en seguida, con el Ingeniero-Jefe, nos acompañó a recorrer la empresa.
El Director de las empresas socializadas se nombra por el comité popular de la comuna a propuesta de una comisión en que están representados el Gobierno, la autoridad comunal y el consejo obrero. Su nombramiento es por tiempo indefinido; pero, actualmente, se propicia una reforma que tiende a establecer un período determinado. El Director organiza y dirige el proceso de la producción. Es el responsable directo de que la actividad de la empresa se sujete a las leyes en vigencia. En consecuencia, tiene el derecho y la obligación de vetar todo acuerdo del consejo obrero que infrinja esas disposiciones. En caso de diferendo, somete el asunto ante el comité popular de la comuna.
En las empresas con más de treinta obreros hay un consejo, que puede tener de 15 a 120 miembros, y que se elige anualmente por sufragio directo de los trabajadores. Es el consejo obrero que, en principio, es el más alto organismo en la gestión de la empresa. El consejo resuelve sobre muchas materias. Entre otras, en lo que se refiere a las siguientes: El plan anual de producción; el balance de la empresa; las inversiones; los créditos; la distribución del ingreso neto entre salarios y fondos de reserva o acumulación, etc.
El consejo obrero elige lo que, en cierto sentido, es su órgano ejecutivo: El comité de gestión de la empresa, compuesto de tres a once personas y del cual forma parte, por derecho propio, el Director de la empresa quien, cada tres meses, debe informar acerca de la marcha del plan anual de producción. Hay algunos asuntos que son de la competencia privativa del Comité. Es lo que sucede, por ejemplo, con el nombramiento de obreros para cargos superiores dentro de la empresa.
¿Cómo distribuye sus ingresos una empresa socializada?
El ingreso bruto de una empresa es el que obtiene con la venta de los productos. Con cargo al ingreso bruto se deducen el costo de los materiales empleados en la producción y el fondo de amortización, que se calcula atendiendo a la duración de los bienes de capital y cíe acuerdo con las normas que rigen sobre la materia. En la fábrica de Svetozarevo, estas cleducciones constituyen, más o menos, el 60% del ingreso bruto. El saldo —40%— es el ingreso neto. Como la sociedad es dueña de los medios de producción, la empresa le paga una suma por su uso. En seguida, el consejo obrero resuelve lo que se hace con el resto, es decir, acerca cíe la parte que debe destinarse al pago de salarios, a la inversión y al llamado consumo colectivo, o sea, la construcción de viviendas, escuelas, hospitales, casas de cultura, etc. El consejo obrero es, en principió, libre para resolver. Tal derecho se encuentra establecido expresamente en una ley de 1957, pero, como lo reconoce el doctor León Gerskovic, "debido a las contradicciones que subsisten en el mecanismo económico y a las serias dificultades que entorpecen la economía, la sociedad todavía limita este derecho de tal suerte que aún no alcanza su pleno desarrollo" (2).
¿Cuáles son las dificultades que, a veces, recomiendan no entregar por completo esta decisión a los consejos obreros? Es un hecho de la experiencia yugoeslava. Hay casos en que el trabajador aún no tiene formada clara conciencia de su responsabilidad en la decisión de distribuir el ingreso neto entre salarios e inversión. Ha ocurrido que, dejándose llevar por consideraciones de orden netamente personal, el obrero se incline a sacrificar la inversión en favor del salario. Es un problema de cultura y de responsabilidad. Así lo reconocen las propias autoridades yugoeslavas. Por ejemplo, el profesor Mijalko Todorovic, Vicepresidente del Consejo Ejecutivo Federal, en un informe rendido en 1959, denunció esta actitud irresponsable de ciertos obreros (3). En la empresa de Svetozarevo. el saldo —40% del ingreso bruto— se distribuía 35% en salarios, 25% para inversiones, 15% para el consumo colectivo y 25% para el pago de impuestos y otras obligaciones con la Federación, la República y la comuna.
En esta empresa, el salario medio es de 28 mil dinares al mes, es decir, más o menos 50 dólares, o sea, aproximadamente 100 mil pesos chilenos. De esta suma, el alquiler significa un 1.5% y la alimentación, 50%. La distribución del ingreso personal es muy igualitario. No hay grandes diferencias. De ahí que el consumo superfluo sea casi desconocido y que las vitrinas de Belgrado o Zagreb no ofrezcan artículos de lujo.
El énfasis en la capitalización significó reducir los consumos. Hasta 1956, puede advertirse una disminución en las cantidades disponibles de bienes para el consumidor. La tendencia cambia a partir de 1957, en que el consumo por habitante crece a razón de un 10% al año. No cabe duda, sin embargo, que la masa campesina y el obrero industrial no calificado o semi-calificado elevaron considerablemente sus condiciones de existencia con relación a las que soportaban hasta antes de la guerra. Desde 1957, el mejoramiento es, sobre todo, de los empleados y obreros industriales de cierta calificación. Sin embargo, es mucho lo que aún resta por hacer. "En el último quinquenio —1957 a 1961— la tasa media anual de incremento de la producción industrial en Yugoeslavia fue de 12,8%. El standard de vida creció a un ritmo superior aún al mismo crecimiento de la producción material. En el período en cuestión, los ingresos personales aumentaron en más de un 50%. Hay pocos países en el mundo en que el consumo individual haya aumentado a un ritmo tan rápido como en Yugoeslavia" (4).
No olvidemos que, en Yugoeslavia, el ingreso nacional per cápita es de 360 dólares por año, o sea, más o menos el de países como Chile, por ejemplo. Claro está que ese ingreso es apreciablemente superior al de 115 dólares que Yugoeslavia tenía antes de la guerra o al de 80 dólares que tuvo inmediatamente después del conflicto. Por otra parte, no significa lo mismo, en términos de bienestar colectivo, un ingreso nacional per cápita de 360 dólares al año, en un país donde la distribución del ingreso es falta de equidad y justicia, que en otro donde esa distribución es muchísimo más igualitaria y justa. Además, debe reconocerse que, en Yugoeslavia socialista, el ingreso nacional per cápita aumenta a razón de 5% al año. Es decir, allá se trata de una sociedad que progresa; de una economía en crecimiento, que abre a sus componentes la posibilidad cierta de mejorar los niveles de consumo y alcanzar condiciones de vida cada vez más altas.
(4) M. Milosevic. "Las nuevas medidas económicas y las viejas tesis". "Política Internacional", 1962, pág. 15.
(2) León Gerskovic. "Social and economic system in Yugoslavia", Belgrado, pág. 24.
(3) Mijalko Todorovic. "Problemas actuales de la economía yugoeslava", Belgrado, pág. 27.
Capítulo VII
LA ECONOMÍA YUGOESLAVA Y LAS FUERZAS DEL MERCADO
7.
A menudo se afirma que la economía yugoeslava asigna un papel importante a las fuerzas del mercado. Este es un punto que conviene analizar con algún detenimiento. En las economías capitalistas, el mercado desempeña un rol preponderante. En un capítulo anterior, ya se dijo que en esas economías el mercado determina el empleo de los recursos productivos, o sea, indica los bienes a cuya producción deben destinarse. La acción del mercado se cumple a través del precio, guía y regulador de la actividad económica. En las economías socialistas, el plan determina el uso de los recursos y fija los objetivos de la actividad económica. El plan reemplaza al mercado. La economía socialista, centralizada y planificada, está en oposición esencial con una economía orientada y dirigida por el libre juego de las fuerzas del mercado. La oposición surge con toda claridad si pensamos que resulta perfectamente posible que los objetivos fijados por el plan no coincidan con aquellos que el mercado, por su parte, determina. Puede, por ejemplo, que el plan asigne la prioridad a la inversión destinada a crear la industria productora de bienes capitales, pero que el mercado, a través del mecanismo de los precios, promueva el establecimiento de industrias ligeras, productoras de bienes para el consumo. Si una economía socialista deja actuar libremente las fuerzas del mercado en los dos papeles que desempeña en la economía capitalista, ello estaría significando, lisa y llanamente, que no sería centralizada ni planificada. En una palabra, que no sería socialismo.
No es esto lo que ocurre en la economía yugoeslava. El problema es sustancialmente distinto. El mercado juega cierto papel en cuanto a la orientación de lo que produce cada empresa. Pero, no tiene influencia alguna en la determinación de las inversiones, o sea, en el establecimiento de nuevas empresas. y en la ampliación de la capacidad productora de las que ya existen. Por ejemplo, el plan asigna a la fábrica de alambres de cobre de Svetozarevo ciertas tareas, es decir, la producción de tantas o cuantas toneladas de alambre de cobre en cada una de las dimensiones, etc. Pero, la Dirección de la fábrica, previas las autorizaciones correspondientes, puede variar los tipos producidos, según cual sea la demanda de ellos en el mercado. Otro ejemplo. Una fábrica de calzado también tiene su plan anual de producción que le fija obligaciones en cuanto al número de unidades, calidad, tamaño, etc. Pero, el Director de la empresa, en vista de los requerimientos de la demanda, puede resolver producir más unidades de un tipo y menos de otro, y así sucesivamente. Como, por regla general, los equipos de producción son específicos, es decir, sirven para la producción de un bien o de una cierta categoría de bienes, este papel que se asigna al mercado no altera ni puede alterar los objetivos del plan en cuanto a la prioridad en la producción de bienes de capital sobre bienes de consumo o a establecer cierta determinada relación entre las producciones relativas de ambas clases de artículos. La fábrica de textiles seguirá produciendo tejidos. Lo único que puede hacer es elaborar más cantidad de un tipo o menos de otra, según las exigencias o preferencias del mercado. Pero, no podrá variar el giro de su producción. Tampoco puede hacerlo la fábrica de alambres de cobre, ni la siderúrgica, ni la planta de ácido sulfúrico, etc.
Pero, el mercado no desempeña ningún papel en la determinación de las inversiones. Es la autoridad planificadora yugoeslava la que resuelve sobre este aspecto tan importante del proceso de desarrollo económico. Ello es muy explicable. No puede ser de otra manera. Es de la esencia del sistema socialista. La sociedad es la que establece los objetivos que, dentro del período comprendido por el plan, debe alcanzar el crecimiento económico. En Yugoeslavia, la dirección centralizada de la economía tiene como finalidades últimas el pleno uso de todos los recursos materiales y sociales con el objeto de lograr un desarrollo económico constante; la coordinación entre el rápido aumento de la producción y la mejoría en los niveles de vida; y el mejor empleo posible de las oportunidades para el desarrollo uniforme de las diversas regiones y zonas del país. Sobre la base de estos grandes fines, el plan señala sus objetivos y propósitos. En lo que concierne a la creación de nuevas empresas o medios de producción, el plan prevé las inversiones necesarias para ello. El plan es, en consecuencia, el que determina el empleo de los recursos productivos en cuanto a las nuevas actividades que van a emprenderse. Aquí nada tiene que ver el mercado. Así es como Yugoeslavia ha conseguido desarrollar notablemente su industria pesada. Del total de las inversiones hechas hasta ahora, más o menos un 80% lo ha sido en la producción de energía y en las actividades industriales básicas. La orientación y composición de las inversiones habría sido muy distinta si hubiera quedado entregada al libre juego de las fuerzas del mercado.
¿Cuáles son los organismos que, en Yugoeslavia, proporcionan los recursos para las inversiones? Estos organismos actúan en tres niveles. Está, en primer lugar, un organismo federal. Es el Fondo Central de Inversiones. En seguida, tenemos los organismos de las Repúblicas y de las comunas. Por último, están las empresas mismas.
El organismo federal dispone de un tercio del total de los recursos destinados a la inversión. Pero, sin duda, su importancia es predominante, dada, además, la influencia que ejerce sobre el sistema bancario. Las Repúblicas y comunas, por su lado, disponen de otro tercio, pero, por regla general, éste se compone de recursos con destino fijo o pre-establecido como lo son, por ejemplo, los fondos para la construcción de escuelas, viviendas, centros culturales, etc. Las empresas, finalmente, disponen del tercio restante. Este tercio proviene de los fondos acumulados por la empresa para la amortización y ampliación de la capacidad productora. En cierta medida, son, también, recursos para inversiones ya determinadas.
En apariencia, hay una pluralidad de organismos que resuelven sobre la inversión. En el hecho, todas las inversiones se hacen respetando los objetivos prescritos por el plan. En un estudio publicado, no hace mucho, en Belgrado, se dice textualmente: "Aunque los órganos centrales disponen del tercio de los fondos de inversión, la estructura planificada de las inversiones se ha realizado casi completamente, tal como lo preveían los planes generales, debido especialmente al hecho de que, en la mayoría de los casos, la asignación de los recursos se hace con la obligatoria estipulación de su destino" (5).
Este es el verdadero alcance del "socialismo de mercado", según se complacen en llamarlo ciertos autores que quisieran que el socialismo yugoeslavo no fuera un socialismo.
(5) "Las inversiones en Yugoeslavia después de la segunda guerra mundial", Belgrado, 1960, pág. 7.