Voy a ir a cuchillo pues no tiene sentido morderse la lengua con los pobres argumentos que han presentado la gente que esta a favor del "socialismo" titista, estoy perplejo por la forma de ensuciar el hilo por estos usuarios mediante los comentarios de una línea vacilando a los otros usuarios, es de traca. Precisamente señor Razion ya que sé que conoces de sobra las opiniones del Ché Guevara sobre la centralización de la economía, y has mostrado perfectamente como precisamente todos los Estados revisionistas cuando degeneraron lo hicieron aplicando las técnicas yugoslavas en la economía, y como veo que hay más de un ignorante que cree que el modelo de autogestión era "centralizador", y veo que lo utilizan como único escudo practicamente para demostrar "similitudes" con el marxismo-leninismo. Rescataré las tesis de estos revisionistas para intentar ir cerrando el debate ya que veo que excepto defensas sobre las vías particulares ningún protitista aporta nada para poder debatir excepto comentarios irónicos y polladas varias. Que pena que en el foro se vea a gente del PCOE (habiendo sus miembros aportado grandes cosas al foro) por ejemplo creyendo en la teoría de tantas vías al socialismo como países existen haciendo piña con otros que están propagando la misma teoría eurocomunista como es el caso de Cheito, que aparte de igualar el anarquismo con el bolchevismo ignorando la lucha de clases durante la I internacional se permite insultar a otros camaradas como Pedro llamándole en términos que difícilmente pueden ser verdad al no ser que no tenga una base marxista para analizar y que quiera de paso hundir las opiniones de los clásicos del marxismo sobre esta rama del revisionismo. No hemos hablado de las políticas y "aportes" de Tito a las relaciones internacionales con sus teorías revisionistas como el mundo no alienado, teoría que por cierto saludaron los chinos, tanto Mao como Deng Xiaoping-Hua Ho feng para fines similares con la teoría de los tres mundos, osea: alineamientos con países capitalistas y construcción del socialismo en base a la invasión de capitales extranjeros. Creo sinceramente que SS-18 en este tema concreto no puede dar lecciones a Gbl_13, pues él mismo ha dado muestras de no saber " interpretar correctamente el asunto de Yugoslavia", ya que ha hecho un copia y pega de otro post sobre el antistalinismo de un ex-ministro cubano:
Y no se ha puesto a analizar el tema en cuestión, sino que simplemente ha hecho una defensa de la propiedad privada a baja escala, sin ahondar más y basándose en la constitución de un país que no fue precisamente el baluarte de la ortodoxia. Pero no ha dicho que opina de las técnicas titistas en la industria ya de por sí descentralizada, ni ha hablado de cómo ese "país socialista" tenía un campo donde predomina el kulak, del endeudamiento de un "país socialista" con los imperialismos, ni mucho menos de la labor anticomunista que llevo a cabo codo con codo con el imperialismo.
Gbl_13 ya aclarará su posición si cree que se ha equivocado, pues yo tampoco entiendo su frase inicial, es algo liosa, pero creo que recalca que el socialismo es un sistema superior al capitalismo, simplemente eso:
"mas que claro debemos de tener que el socialismo es la etapa superior a este, cosa que explica medidas como la NEP lmpuesta en la URS":Pero hay una cosa que es innegable y ha comentado:
"En el caso de Yugoslavia, esto se dio al reves, ya que en ningun momento hubo intencion de desarrollar el sector socialista de la economia, sino que al reves".En resumen creo que como los demás has ignorado el extenso material que te hemos proporcionado para analizar el tema y encima nos has ensuciado el debate con ese copia-pega. El señor kAARLnAVAS si su capacidad como marxista se lo permite, debería hacer un poco de honor a su Partido y en consecuencia adoptar una posición en base a los datos proporcionados por los demás camaradas que no se basan en otra cosa que no sean análisis marxista-leninistas sobre el titismo, recordemos además que fue el camarada Enrique Líster el que fue a Yugoslavia en 1948 para pedir ayuda para las guerrillas y Tito le tomo el pelo quizás sabiendo que pronto se destaparía el papel de sus polémicas con los albaneses, griegos, búlgaros y soviéticos. Desgraciadamente algunos como ya había anunciado prefieren las tesis de Jruschov de 1954 sobre que Yugoslavia era un país socialista, y callan celosamente las críticas de Stalin, Hoxha, Dimitrov, Bierut, Gottwald Guevara, Fidel, y todo un largo etc. de personas revolucionarias que al igual que con el trotskismo, rechazaron el titismo. Le comento esto porque los comentarios de una línea no aportan mucho al debate, más cuando es riéndose de los demás. Bueno sin más dilación pasó a desglosar la teoría titista centrándome en la descentralización, la situación de absoluta propiedad privada en el campo y brevemente las teorías sobre el Partido:
FROM TROTSKY TO TITO, James Klugmann, (1951) [Extractos Traducidos por NG]
Capítulo I: La resolución del Buró de la Kominform
La resolución señaló las tres maneras fundamentales en las que Tito, Kardelj, Djilas, Rankovic y otros dirigentes yugoslavos rechazaba la experiencia del movimiento obrero internacional, y sobre todo la experiencia de la construcción del socialismo en la URSS, y por tanto ignoraban y despreciaban la teoría y la práctica del marxismo-leninismo.
(1) Ellos planteaban la teoría de una transición suave y pacífica al socialismo, en el estilo y la tradición de los mencheviques y de Ramsay Macdonald.
"Niegan que en su país haya un crecimiento de los elementos capitalistas y, consecuentemente, niegan el agudizamiento de la lucha de clases en el campo".(2) Se niegan a reconocer ninguna clase de diferenciación de clase entre los campesinos. Sin embargo, si su objetivo de construir el socialismo era sincero, habrían tenido que diferenciar, tanto en la teoría y la práctica, y sobretodo demostrando a través de actitud el saber diferenciar las diferentes categorías de campesinos.
"Los líderes yugoslavos están llevando a cabo una política incorrecta en el campo, ignorando la diferenciación de la clase en el campo y dando a entender que todos los campesinos individuales son una sola entidad, todo ello está en contra de la tesis leninista conocida sobre que la pequeña producción engendra capitalismo y burguesía constantemente, cada día, a cada hora, de modo espontáneo y en masa".(3) Ellos rechazaban, tanto en la teoría como la práctica, las enseñanzas hechas por Marx, Engels, Lenin y Stalin, que a estas alturas han sido confirmadas por la historia del movimiento de la clase obrera, su negación concreta se basa en el pilar básico sobre que la clase obrera es la única clase revolucionaria que puede llevar el proceso como vanguardia de dicho proceso revolucionario, y que sólo bajo su liderazgo puede hacerse realidad la transición al socialismo.
"Sobre la cuestión del rol dirigente de la clase obrera, los líderes del Partido Comunista Yugoslavo al sostener que el campesinado es el "pilar más firme del estado yugoslavo" se están alejando del camino marxista-leninista y están siguiendo el camino populista de un partido kulak".En la resolución se procedió pues a criticar en los términos más severos la concepción del papel y de la organización del Partido Comunista que por esos días revelaba en la teoría y práctica el Partido Comunista de Yugoslavia.
Se demostró así mismo que se intentaba disolver al Partido dentro del Frente Popular:
"En Yugoslavia, el Frente Popular es considerado como la principal fuerza de liderazgo en el país. Los líderes yugoslavos menosprecian el papel del Partido Comunista y de hecho disuelven el partido en el Frente Popular".Dentro del Partido lo que la resolución pedía era el cese del "régimen guerrillero", ya que regía un sistema de despotismo militar ejercido por un pequeño grupo en lo alto del poder, el cual, había reemplazado a los principios marxista-leninista del centralismo democrático. Un sistema de emisión de órdenes de arriba, las cuales tenían que ser obedecidas sin cuestionamiento o discusión, había reemplazado a la crítica y la autocrítica dentro del partido:
"Dentro del Partido no hay democracia, ni elecciones, ni crítica y autocrítica".Lejos de hacer caso a las críticas del PCUS (B) y de los otros partidos comunistas hermanos, los dirigentes yugoslavos recibieron estas críticas de sus propios hermanos ideológicos de mala manera, de modo que lo tomaron como un insulto y groseramente rechazaron la ayuda sin debate alguno:
"En lugar de aceptar honestamente estas críticas y tomar el camino bolchevique de corregir estos errores, los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia, que sufren de una ambición, arrogancia y vanidad sin límites, tomaron esta crítica con beligerancia y de forma hostil".La famosa resolución dejó bien claro que el Partido Comunista de Yugoslavia no fue expulsado de la Kominform debido a sus errores y política incorrecta. Cualquier individuo comunista, Comité del Partido Comunista o Comité Central del mismo puede cometer errores. Ni siquiera fue expulsada porque no quiso aceptar las críticas. A menudo se debe tomar tiempo, un período prolongado de discusión profunda para que una organización del partido o miembro individual pueda llegar a comprender y corregir una política equivocada. Pero al negarse a discutir las críticas hechas por algunos de los comunistas más destacados y con experiencia en el mundo, sobre todo partiendo dichas críticas también del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, el hecho de rechazar discutir esas críticas de los miembros de dichos Partidos, negarse a venir y reunirse con los representantes de los otros ocho partidos comunistas, era una acción despectiva que no podía sino colocar el líder comunista yugoslavo fuera de la familia de los partidos comunistas:
"Los líderes del Partido Comunista de Yugoslavia se han colocado en la oposición a los partidos comunistas afiliados a la Kominform, han tomado el camino de la secesión del frente unido socialista frente al imperialismo, han tomado el camino de la traición a la causa de la solidaridad internacional de los trabajadores, y han tomado una posición puramente nacionalista. El Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia se ha colocado y así también el Partido yugoslavo fuera de la familia que componen el resto de Partidos Comunistas hermanos, fuera del frente comunista unido, y así como consecuencia posterior: fuera de las filas de la Kominform".La resolución se cerró con una severa advertencia. Los elementos nacionalistas, disfrazados con anterioridad, habían realizado acciones durante el curso del primer semestre de 1948 para alcanzar posiciones de control pleno en la dirección del Partido yugoslavo. El Partido había roto con sus tradiciones internacionales y tomado el camino del nacionalismo burgués. Tito, Kardelj, Djilas, Rankovic y su grupo estaban esperando ganarse el favor de los imperialistas occidentales haciendo concesiones a estos mismo imperialismos. Estaban poniendo adelante la tesis nacionalista burguesa de que "los Estados capitalistas son un peligro menor para la independencia de Yugoslavia que la Unión Soviética", quebrando su amistad con la Unión Soviética y buscando a la amabilidad del Oeste, dicha conducta sólo puede tener una extrema secuela no muy lejana:
"Los dirigentes yugoslavos evidentemente no entienden, o posiblemente pretenden no entender, que esa línea nacionalista sólo puede conducir a la degeneración de Yugoslavia en una república burguesa ordinaria, a la pérdida de su independencia y a su transformación en una colonia de los países imperialistas".Este anunciado peligro parecía algo demasiado duro para algunas personas de la época. Pero en los tres años que han transcurrido desde la primera publicación de la Resolución, se ha confirmado desde las cosas más elementales hasta el último de todos sus detalles. La lógica de la historia era ineludible. Entre el campo de la paz y el campo de guerra no hay tercer camino. Y la política nacionalista de la banda de Tito llevó directamente al campo de la reacción a Yugoslavia.
Capítulo VI: Dentro de la Yugoslavia de TitoLa Kominform, en su Resolución sobre Yugoslavia de junio de 1948, advirtió al pueblo yugoslavo que la falsa política del grupo de Tito conduciría inevitablemente a su país:
"Los dirigentes yugoslavos evidentemente no entienden, o posiblemente pretenden no entender, que esa línea nacionalista sólo puede conducir a la degeneración de Yugoslavia en una república burguesa ordinaria, a la pérdida de su independencia y a su transformación en una colonia de los países imperialistas".¿Se ha demostrado como correctas estas líneas trazadas anteriormente? Un estudio de las condiciones en el interior de la Yugoslavia de Tito desde la Kominform, muestra hasta qué extremos tan duros la miseria del Estado de los titistas ha traído al pueblo de Yugoslavia.
La clase obrera - Para la clase obrera era inevitable que los que estaban trabajando en secreto para traicionar al movimiento de liberación nacional de Yugoslavia, los cuales traicionarían también todos los objetivos de las luchas a largo plazo que tenían fijadas el Partido Comunista de Yugoslavia, debían odiar sin duda a la clase obrera yugoslava. Los titistas efectivamente expulsaron a los obreros industriales de las posiciones dirigentes en el Partido y el Estado, se les niegó el papel dirigente que tienen como clase obrera, menospreciaron así mismo el rol y las acciones de los obreros en el movimiento partisano.
La suerte de los obreros en Yugoslavia ha sido muy difícil. Sus condiciones de vida han ido a peor en los últimos tres años. El costo de vida se ha disparado, los salarios se han mantenido sin cambios. Las horas de trabajo se han alargado de manera constante, los sistemas de aceleración y las diversas formas de trabajo forzoso han sido introducidos, las medidas de seguridad en industrias peligrosas se descuidan y obviamente los accidentes están aumentando. En la fábrica de Ikarus, en Belgrado, por ejemplo, se está trabajando más horas de las debidas, a finales de 1949 se llegaba a la conclusión de que en la zona las doce horas por día eran el pan de cada día, encima los trabajadores se vieron obligados a ofrecer un número de horas de trabajo no remuneradas "voluntarias". En una serie de empresas se introdujo un sistema por el cual los trabajadores tenían que pagar una "compensación" a la empresa si no se alcanzan las normas establecidas por la dirección.
La posición de los mineros Yugoslava es la típica posición en general de la clase obrera. En 1949, unos 450.000 fueron empleados en las minas de Bosnia, Eslovenia y Croacia, y las tasas de accidentes fueron considerablemente muy altas. El envenenamiento por plomo y mercurio es frecuente en las minas de Trepca en Serbia. Se han repetido accidentes a través del colapso de las minas en Bor. En Mostar, los mineros están trabajando con el agua llegando a las rodillas. Incluso Borba, el diario oficial titista admitió el 7 de agosto de 1951 que en las minas de carbón Rastoka cerca Despotovac, "la condición es triste".
"Nosotros, los mineros", escribe un trabajador de las minas de plomo de Trepca, "vivimos en barracones derruidos, en zanjas y establos".La reacción de los trabajadores a sus condiciones de miseria se ha expresado en un cada vez mayor ausentismo de masas que ha alcanzado tales proporciones que incluso la prensa oficial titista se ha visto obligado a admitirlo. Los obreros salen de sus fábricas. Los campesinos más pobres, a pesar de sus propias condiciones de miseria en el campo, se niegan a entrar en la industria, y al movilizarse estas fuerzas fundamentales que alimentan a la industria contra la industria, hacen que la población huya lejos de las ciudades.
En 1949, el ausentismo en la mayoría de los sitios de construcción yugoslavas alcanzó un promedio de más del 60 por ciento, en las minas del 40 al 45 por ciento. El órgano sindical titista Rad informó a finales de 1949 que durante la primera quincena de julio de 1949, 4.306 nuevos obreros llegaron para trabajar en las minas de cobre de Bor, mientras que 5.070 mismos obreros de Bor durante el mismo período dejaron el trabajo. Borba admitió en julio de 1949, que no menos de 10.500 "obreros abandonaron las minas de Trepca de 11.000 que se habían dirigido allí".
En un discurso en Split de marzo de 1950, Tito admitió que 400.000 trabajadores de un total de 2,2 millones estaban ausentes. Escribiendo en Borba, en julio de 1950, el ministro yugoslavo del trabajo informó que la mayoría de los campesinos "movilizados" para trabajar en las minas había regresado al campo. "Aún no hemos tenido éxito", informó, "para conseguir que la mayoría de ellos se conviertan en trabajadores permanentes".
A mediados de 1951, 400.000 de unos 630.000 campesinos movilizados para el trabajo obligatorio se habían dado a la fuga.
Las "brigadas de trabajo voluntario" se han transformado en su contrario, en escuadrones de mano de obra forzada. En 1948, en noventa y seis minas yugoslavas, más de un millón horas fueron extorsionadas de modo no remunerado a los obreros. En 1949, 465.000 se matricularon, obligatoriamente, en las "brigadas de trabajo voluntario" en Croacia.
Para combatir el absentismo masivo, el gobierno titista ha tratado utilizar el hambre como arma de compulsión. En 1949, el gobierno trató de obligar a los trabajadores a firmar contratos de trabajo a largo plazo. Fueron recibidos en general con el rechazo generalizado y persistente. Así que ahí se inició un sistema de retirada de tarjetas de ración y se negó cualquier privilegio de racionamiento a los que se negaron a aceptar contratos a largo plazo, poniendo así a ellos, a merced de los especuladores del mercado libre para la comida, tela, y todas las necesidades de la vida, lo que significa la virtual inanición.
La organización sindical oficial (Zemeljski Sindikalni Savez - ZSS), en lugar de proteger a los trabajadores y defender las condiciones de vida mínimas, se ha transformado en un arma del régimen que fuerza a las duras condiciones existentes para los obreros. Todos los elementos molestos se han purgado de las posiciones oficiales y muchos han sido detenidos bajo el nombre de "Kominformistas". Todos los funcionarios importantes, desde Djuro Salaj hacia abajo, son titistas "confiables". El sindicato coincidió con la tónica de que los obreros que no firmaran contratos de trabajo a largo plazo debían ser castigados, expulsados de los sindicatos, y perderían sus tarjetas de alimentos y prendas de vestir, a menudo junto el mismo castigo para sus familias enteras.
El diario antititista de los exiliados políticos yugoslavos en Checoslovaquia publicó la siguiente carta de una fábrica de un obrero de Rijeka (Fiume):
"Aquí, en las obras, un nuevo método fue introducido, a partir de ahora, se ha decidido, la alimentación y las tarjetas de alimentación, se distribuyen en la oficina de gestión de las obras, y no en la oficina municipal de abastecimiento público como antes. En caso de una ausencia "injustificada" de un obrero, sus cupones para el día, incluidas las de su familia, se eliminan por la dirección. Los cupones textiles y del calzado son distribuidos por la dirección de la fábrica sólo a aquellos trabajadores que han trabajado tres a seis meses sin ausentarse de las obras.
La reunión en la que estos métodos terroristas titistas se dieron a conocer a los obreros de la fábrica, fue convocada por el comité de obrero de la unión. Después del anunciamiento obviamente la actitud de los trabajadores fue muy hostil. Aunque los que protestaban fueron amenazados con ser detenidos, muchos protestaron contra estas formas de esclavitud y declararon que iban a dejar de pagar las cuotas sindicales porque el sindicato representaba los intereses fascistas del régimen y no a los intereses de los trabajadores". (Nova Barba, No. 24, 1950)Belgrado entonces publicó mediante el diario República informando el 30 de enero 1951:
"Bajo la influencia de diversos factores, la depresión en particular mental, la cual parece estar extendiéndose como una enfermedad contagiosa, estamos preocupados por el futuro, muchos intelectuales y obreros, que hasta hace poco realizaban sus deberes a conciencia, ahora trabajan sólo por temor al castigo, es mejor que hagan su trabajo de forma mecánica".Incluso la prensa legal titista se ve obligada a admitir la creciente oposición de la clase obrera al régimen de Tito.
La posición de los campesinos - La posición de los campesinos que vimos en el primer capítulo que era precisamente una de las principales críticas a la política de los titistas formuladas en la primera resolución de la Kominform, su crítica se basaba en la actitud hacia el campesinado. Los titistas, alegando que estaban llevando Yugoslavia en el camino hacia el socialismo, no hicieron diferencia alguna en su actitud hacia el campesinado, ni tampoco hicieron esfuerzos para restringir a los kulaks, los campesinos ricos, ni sumaron esfuerzos para dar ayuda especial a los campesinos pobres y medios. Ellos por tanto negaron la existencia de la lucha de clases en el campo. Ellos desarrollaron la infame teoría de la "excepcionalidad yugoslava".
Después de la publicación de la resolución de la Kominforn, los titistas hicieron grandes esfuerzos para justificar su posición. El líder serbio y titista Neshkovic afirmó en una conferencia de Belgrado en un 8 de febrero de 1949, que los kulaks en Yugoslavia jugarían un papel progresista en la "construcción del socialismo":
"No hay ninguna necesidad de añadir ficción sobre una lucha de clases en nuestro campo. Nuestros kulaks no son los mismos que aquellos en la URSS. Ellos nos ayudaron durante la guerra. Ellos por lo tanto deberían ser agregados como la parte del campesinado trabajador. Debemos hacer entrar en kulaks en los comités populares, en el Frente Popular, en las cooperativas etc".Bebler, ministro asistente de relaciones exteriores, y uno de los colabores más inmediatos de Tito, Kardelj y Rankovic, desarrolló la misma tesis el 29 de Abril de 1949:
"No tenemos kulaks como los había en la URSS. Nuestros campesinos ricos participaron masivamente en la guerra de liberación del pueblo. Lo que es más, nuestros kulaks, han tomado en cuenta la existencia de la URSS y su experiencia, han aprendido mucho sobre el destino de los kulaks en la URSS. Teniendo esto en cuenta, se mostraron más sensibles y capitularon. ¿Tenemos que destruir a los kulaks, a fin de satisfacer las supervivencias dogmáticas fosilizadas? ¿Sería un error si logramos obtener de nuestro lado a los kulaks para pasar al socialismo sin lucha de clases?"El propio Tito fue más allá. Negó la existencia misma de los kulaks, o de clases en el campo. En el discurso de Skoplje, de principios de agosto, 1949 dijo:
"No podemos decir donde la frontera entre los campesinos medios y los kulaks comienza o termina. No se puede juzgar a una persona para ser un kulak en función del número de hectáreas de tierra en su economía".Esta es la teoría de las clases en el campo con la cual los titistas a diario dicen que "enriquecen el leninismo", pero lamentable no engañan a nadie, pues es una teoría que pretende acabar con el capitalismo, con la ayuda de los propios capitalistas, negando la existencia de las diferentes clases en el campo, negando el avance de las diferentes etapas revolucionarias para lograr encaminarse hacia el socialismo y además no sabiendo distinguir bien las diferentes alianzas de clase necesarias en las diferentes etapas que conforman dicho proceso.
Lenin demostró una y otra vez, que para construir el socialismo era necesario primero restringir los kulaks como clase, ayudando en ese momento a los campesinos pobres y medios, y preparando el camino para la eventual eliminación de los kulaks como clase. Mostró que la falta de hacer esto daría lugar a una restauración del capitalismo, con la explotación de los campesinos más pobres, siendo la traición a la lucha revolucionaria.
En los últimos dos años el desarrollo en el campo yugoslavo ha demostrado que la teoría titista de la negación de la lucha de clases en el campo ha dado lugar, ya en la práctica -y como estaba inevitablemente obligado a suceder- al crecimiento de la clase de los kulaks, ha hecho que impere la plena dominación del campo por los kulaks llevando al empobrecimiento al por mayor de la masa de los campesinos trabajadores, trayendo la explotación al por mayor de los campesinos más pobres por el campesinado rico, esto un hecho testificado.
Loas políticas fiscales titistas son la ruina de los campesinos pobres y medios. Los campesinos pobres que recibieron tierras en la reforma agraria tardía y limitada se quedaron sin la ayuda del gobierno en créditos baratos, semillas, equipo agrícola, animales de carga, y por lo tanto, con una carga fiscal que no podían soportar, lo que les hizo caer rápidamente bajo la dominación del kulak. Las cuotas establecidas por el Estado para la venta forzosa en la agricultura de los productos a precios bajos a las autoridades cayeron como una losa sobre los pobres y favorecieron a los campesinos ricos. Las cuotas obligatorias fijadas en octubre de 1949 obligaron a los pequeños campesinos con 5-7 acres de tierra a entregar en mano más de 450 kilogramos de trigo, sin importar la calidad de la tierra o el tamaño de la familia del campesino. Los campesinos con 11.7 hectáreas tenían que entregar más de 850 kilogramos, de los campesinos con 45 hectáreas o más unos 1.700 kilogramos. El resultado de estas y otras medidas similares ha sido mayor ruina de las masas de los campesinos de trabajadores, por el no cumplimiento de las contribuciones obligatorias en especie, las sanciones son muy pesadas. Aquellos que no cumplan en el tiempo y en su totalidad reciben multas de hasta 50.000 dinares, con una alternativa de tres meses de trabajo forzoso (limpieza de los bosques, la construcción de carreteras, el trabajo en las minas bajo vigilancia policial).
En su edición del 9 de septiembre de 1950, el órgano de los titistas en Croacia Vjesnik, elogió a las autoridades de una región por el aumento de la cuota obligatoria de grano de los campesinos pobres en un 20 por ciento, dejando a los campesinos sólo 63 kilos de grano por persona por año para ellos. Hizo un llamamiento a otros distritos a seguir su ejemplo. Un decreto que eximía a los campesinos más pobres de los impuestos ha sido anulado recientemente, y de acuerdo con el montenegrino diario Pobeda, que describe el trabajo de la administración "popular" en el área de Podgorica, los campesinos de esta zona pagan impuestos iguales independientemente de las diferencias en los ingresos y propiedad. El resultado ha sido que los campesinos pobres y medios, incapaces de satisfacer las cuotas obligatorias, y tratando de escapar de las fuertes sanciones, piden prestado a los kulaks, con los que se endeudan, y cuya explotación cada día aumenta.
Mientras tanto el panorama anuncia que los kulaks se nutren de dichas concesiones desde arriba. En 1948 se publicó un reglamento por el cual los campesinos, independientemente de su categoría, podría vender el grano de sus producción excedente para el Estado y recibir a cambio, en lugar de dinero, cupones que pueden ser canjeados por productos industriales baratos -ropa, herramientas, muebles, etc-, intentado sortear con esto la escasez extrema en la Yugoslavia de Tito. Esto permitió a los kulaks utilizar sus excedentes no sólo para el comercio de cereales, sino para especular en los cupones. Los kulaks que acumularon grandes cantidades de cupones o de productos industriales que habían intercambiado con el Estado, comenzaron a comerciar con estos productos en los pueblos. Así que en los mercados del pueblo gracias a los kulaks comenzó a ser visto no sólo la venta de animales de carga, granos, lácteos, grasas, sino incluso muebles, zapatos, botas, palas, guadañas, herramientas e incluso los gramófonos de América -eso sí- a precios inflados. Mientras tanto, los campesinos pobres, los obreros, los funcionarios públicos más bajos y los trabajadores intelectuales eran a menudo incapaces de comprar un cepillo de dientes. Para obtener estos bienes industriales de los comerciantes kulaks los campesinos pobres tenían que trabajar más porciones de sus tierras o ponerse a trabajar en las propias haciendas de los kulaks.
El ex-ministro de finanzas de Serbia, Todor Todorovic, quién hace poco se ha refugiado de los titistas en la hermana Bulgaria, reveló la orden secreta N º 17 fechada el 18 de marzo de 1949, en la cual el serbio ministro de finanzas instruía a las autoridades provinciales a revisar (por supuesto, a la baja) los impuestos del kulak. En los impuestos del distrito Pancevo, los impuestos al kulak se redujeron de 200 millones de dinares a 110 millones, en el distrito de Negotin de 112 millones a 65.
Mientras tanto, la teoría de los titistas sobre que el papel de los kulaks sigue su curso en "la construcción de la nueva Yugoslavia", se está poniendo en práctica con la admisión al por mayor de los campesinos ricos en posiciones clave en los órganos de la administración local en el campo y en los comités de "Frente Popular".
Las falsas colectividades - Nada ilustra mejor la duplicidad de titismo, la puesta en práctica de una política reaccionaria derechista bajo formas y frases de izquierda que las falsas granjas colectivas de Tito en Yugoslavia. Lo que se impulsó como un ejemplo notable de avance hacia el socialismo resultó en un examen más exhaustivo ser otra forma astuta de mantener la dominación del kulak en el campo yugoslavo.
Formalmente los titistas comenzaron a establecer sus "cooperativas agrícolas" en 1946. En enero de 1950 afirmaban que había 6.615 productores en las cooperativas con unos 4 millones de hectáreas. La forma de organización se basa en que los miembros "ingresan" su tierra, los animales de carga, los animales de granja y sacan tantos beneficios de acuerdo a lo que han ingresado. Dentro de la teoría marxista no se debe considerar a esta forma de organización como un primer paso para desarrollar la colectivización de una forma justa. Más bien esta organización debería ser tomada como la forma final de la agricultura colectiva cuando ya no existen desajustes entre las clases de campesinos que integran la colectividad, pero no puede aceptarse eso en el inicio pues concede claros beneficios a los campesinos ricos, los kulaks. En esta organización extraña a las experiencias marxistas, las relaciones entre campesinos pobres y kulaks son así conservadas permanentemente e incluso son reforzadas en estas falsas colectividades, ya que los kulaks no sólo ejercen económicamente su dominación, sino que se le conceden así toda prerrogativa. Por eso a menudo se oye que hay voluntad e incluso entusiasmo entre los kulaks por entrar en las "cooperativas" y que del mismo modo hay resistencia a la venta al por mayor de los campesinos pobres y medios.
Tomemos el ejemplo la rica zona agrícola de Vojvodina. Aquí hay unas 251.000 explotaciones, de las cuales 14.672 son haciendas de los kulaks. En 1946 las "cooperativas rurales" en la Vojvodina contenían 34 haciendas de los kulaks, en 1947, 217, en 1949, 7122 o traducido: un 50 por ciento de explotaciones kulak.
Los ingresos de los miembros más pobres de la "cooperativas" ponen de manifiesto la explotación que exteriormente ocultan. En la cooperativa Babic en el pueblo de Dragotin cerca de Prijedor, los campesinos reciben 15 dinares por unidad de trabajo-día, en la cooperativa (también del distrito de Prijedor) Naprijed cerca de 11 dinares. Las ganancias medias diarias de los campesinos pobres de las "cooperativas" son de 15 a 20 dinares. Hasta un 30 por ciento de los ingresos se van de sus manos igualmente como "alquiler" de la tierra. Además, hay grandes pagos a los diversos cargos titulares, que están adjudicados básicamente a kulaks. De los 28 cargos titulares de la "cooperativa" de Vrbanje en Croacia, 16 son kulaks. En el rango de los miembros de "cooperación" se reparten aproximadamente el 15 por ciento de los ingresos totales de la cooperativa en el pago por su trabajo. Pero incluso en estos pagos a menudo hay largas demoras.
El Presidente de una "cooperativa" titista en un pueblo de Bosnia pueblo sacó en efectivo y en especie más que todos los otros 15 miembros en conjunto, y eso mientras tuvo una acción ociosa, mientras que los campesinos pobres hicieron su trabajo y cultivaban su tierra. Algunos de los kulaks dividen su tierra poniendo parte en las "cooperativas" como una inversión rentable y utilizando las ganancias para pagar a los campesinos pobres que cultivaran dichas tierras. Esto fue anunciado en la conferencia del partido Eslovenia en 1950, donde también durante ese año los miembros de las "cooperativas" en Eslovenia habían aumentado en un 4 por ciento, mientras que la "agrupación" de tierras se había incrementado en un 17 por ciento. Esto demuestra el carácter de los campesinos que se están uniendo a este tinglado capitalista.
La prensa capitalista en todo el mundo se rompía la cabeza en los años veinte y treinta para calumniar en contra del desarrollo de la agricultura socialista colectiva de la Unión Soviética. Ha habido palabras que han sido lo suficientemente fuertes para compararse a esa vieja táctica en el desarrollo hacia una verdadera agricultura colectiva socialista en las democracias populares de Europa del Este. Pero en Yugoslavia, casualmente, no ha sucedido lo que en principio se podría esperar de hacer las cosas bien, puede parecer un milagro pero tiene explicación. Esto se entiende porque es un "nuevo tipo de comunismo" que cautiva a los capitalistas, "un nuevo tipo de colectividad" que calienta el corazón de los capitalistas. The Economist escribe el 18 de Febrero de 1950:
"En Yugoslavia la colectivización es más rápida que en otros lugares, pero la persecución de los kulaks es menos grave. Los kulaks no son, como en el resto de las "democracias populares", excluidos dentro de las granjas colectivas. Doctrinarios comunistas consideran que los intentos de la colectivización de la agricultura sin primero llevar a cabo liquidación de los kulaks como clase, se asimila a que un dentista considerare rellenar el interior de un diente sin necesidad de taladrar dicho diente previamente. La razón de Tito para esta política es, sin embargo, simple. Su política ya le ha ganado suficientes odios, si es que quiere mantener su régimen, debe al menos abstenerse de antagonizar toda la capa superior de los campesinos".Las falsas colectividades de Tito Yugoslavia, en donde los kulaks ansiosamente se unen, en donde los pobres campesinos aborrecen las alabanzas del diario aquí citado, más que parecerse a las colectividades del resto de las democracias populares se parece más bien a la asociación británica de industrias. Las granjas colectivas de las democracias populares reúnen a los pequeños y medianos campesinos, elevan su nivel de vida, y refuerzan su lucha contra el campesinado rico, los kulaks. En la Yugoslavia de Tito las falsas cooperativas reúnen alegremente a los kulaks para la explotación despiadada del campesinado trabajador.
La dominación kulak del campo, tanto dentro como fuera de las falsas colectividades, conduce al aumento de la resistencia de los campesinos trabajadores en el régimen de Tito, una resistencia que está creciendo de un modo tan extendido que incluso los órganos oficiales titista tienen que contar con dicha resistencia e incluso llega al punto que los más ardientes partidarios capitalistas de Tito en el extranjero tienen que opinar sobre ellos. Esto se ve reflejado en el rechazo de las masas de campesinos a sembrar sus cultivos. Incluso Tito tuvo que admitir en un discurso a mediados de marzo de 1950 en Drvar que los campesinos estaban dispuestos a cumplir con los pagos obligatorios en especie pero que era otro motivo el de su descontento, que la culpa no partía de ellos. Se vio obligado a reconocer que:
"Las autoridades locales han estado imponiendo incorrectamente los impuestos a los campesinos. Muchos de ellos han visto a causa de ello sus graneros vacíos completamente. Los campesinos por ello se niegan a sembrar el grano de pan".Y por supuesto también es reflejado en el rechazo de los campesinos a trabajar y unirse a las falsas colectividades o en su sabotaje a ellas cuando se ven obligados a hacerlo. Como Tito admitió en Drvar:
"Cuando se ven obligados a unirse a las cooperativas los campesinos venden sus aperos y masacran al ganado cometiendo así un delito".Pero su remedio fueron amenazas, y una nueva ley sobre "cooperativas", que prevé la pena de muerte para la "menor realización de zapa en las cooperativas" o "acción perjudicial en la propiedad cooperativa", y términos de pena de prisión para los que abandonan ilegalmente las cooperativas.
La resistencia de los campesinos se refleja en la negativa a pagar impuestos en efectivo o en especie, la resistencia está alcanzando cada vez más un nivel que se informa en la prensa titista como "disturbios" campesinos.
Todos estos elementos en la evolución del campo de Yugoslavia en los últimos tres años demuestra que la dominación del kulak se está extendiendo, que la camarilla de Tito está basándose en los kulaks en el campo, y es compatible la justa resolución que en su día hizo la Kominform en noviembre de 1949, donde se establecía que:
"Las obligatorias pseudocooperativas en el área del campo bajo dominación de los kulaks y sus agentes representan un nuevo instrumento para la explotación de las grandes masas de campesinos trabajadores".[...]
En el campo, como hemos visto, ellos se basan en los campesinos ricos, en los kulaks, que explotan en masa al campesinado trabajador y los conduce paulatinamente a un estado de miseria. Hoy 72,000 granjas de kulak poseen dos veces y media la tierra sostenida por 629,000 pequeñas granjas.
El sector nacionalizado de la industria yugoslava no opera en los intereses del pueblo trabajador. Nacionalizar, como sabemos por la propia experiencia británica, no implica por sí mismo el socialismo, incluso si el gobierno de turno se preocupa de describirlo como tal. Si el control estatal de la industria se socializa o no, depende, en última instancia del carácter del Estado que controla la industria y precisamente el Estado yugoslavo ha sido transformado por los titistas en una máquina reaccionaria en la que acaba operado una burocracia, una casta, y trabaja ésta para subordinar al país al imperialismo y, principalmente el imperialismo norteamericano llevando a cabo las tareas de restaurar el capitalismo. Las industrias nacionalizadas en Yugoslavia se han convertido esencialmente en un medio para la explotación de las personas en los intereses del capitalismo occidental. Al igual que las falsas granjas colectivas de Tito cubren la explotación del kulak al campesinado trabajador, por lo que las industrias nacionalizadas titista intentan encubrir la ley de la casta y la explotación del imperialismo extranjero.
La medida demagógica más reciente del titismo ha sido las medidas de descentralización, las cuales confirman de hecho la vuelta parcial a la propiedad privada capitalista en la industria. Tito mismo declaró a mediados de diciembre del 1950 que una serie de empresas industriales serían "desnacionalizadas" y devueltas a sus antiguos propietarios privados. Muy significativo es también la disolución de toda una serie de estaciones estatales de maquinaria agrícola y la entrega de las máquinas a las falsas colectividades, es decir a los kulaks. El proceso de colocación de ciertas empresas industriales en las manos de lo que los titistas llaman "colectivos de obreros", -mientras que en la realidad quién controla estas empresas está en el Estado titista-, están más cercas estos colectivos de las corporaciones (fascistas) de trabajo de Mussolini que a otra cosa. "La descentralización" muy jactada, o la abolición de ministerios y los órganos centrales estatales que anteriormente actuaron como las formas de regulación estatal de la economía nacional (cinco ministerios económicos y la comisión de planificación central), simplemente cubren, de un modo típicamente demagógico, la fiebre que da el control de la economía yugoslava al imperialismo extranjero. Esto es que es proclamado por "los teóricos" titistas como la "extinción del Estado".
La base de clase del estado de Tito consiste en los kulaks en el campo y en la clase de capitalista que se reanima en las ciudades. El comercio ahora ha vuelto casi completamente a manos de comerciantes privados. El monopolio estatal del comercio exterior ha sido suprimido y se conceden facilidades para que las empresas puedan comerciar con firmas extranjeras. Más de 100 firmas de exportación- importación y nueve agencias de exportación están ahora mismo funcionando allí.
El imperialismo occidental abiertamente celebra esta victoria suya, como consecuencia de su "persuasión" a Tito, Yugoslavia ha vuelto al capitalismo. El órgano de negocios americano, U.S. News y World Report, llevaron un artículo en su publicación del 3 de agosto de 1951, titulado: "Tito encuentra que el Comunismo no puede afrontar la bancarrota, se vuelve al Oeste". Este titular evidencia la conexión de la ayuda Occidental y la renuncia hacia el socialismo en el Estado yugoslavo:
"Ahora mismo se está lejos de la planificación y el control rígido, Tito ahora está instalando medidas que se parecen cada vez más a las del Oeste debido a la ayuda que él sabe que necesita. Una medida de economía de libre mercado ha sido restaurada, substituyendo el método comunista de hacer negocios. Como pequeño ejemplo, los hombres que han sido responsables de distribuir los bienes manufacturados a las tiendas tienen sido sobre salarios directos. Ahora van a ser puestos en comisiones de ventas. Los banqueros están llegando como contadores para conseguir un poco de orden en la contabilidad industrial, los especialistas entrenados en los negocios y la producción están siendo puestos por encima de los jefes del partido. La distribución central de materias primas es limitada. Permitirán a empresas conservar el 70 por ciento de beneficios neto para la reinversión, con la idea de fomentar mejoras y la competición libre. Los cambios del sistema de salario se hacen fijándose en EE UU más que en Rusia. Los críticos dicen que ya era hora de todo esto, porque el país iba a la bancarrota".Este órgano propagandísticos de los negocios de los monopolio estadounidenses, que con regularidad condena el "desarrollo del socialismo" entre los obreros de Gran Bretaña, encuentra en el satisfacción en "la economía de libre mercado", "acumulación de ganancias", "libre competición" y "salarios moldeados al estilo estadounidense" que Tito ha introducido en Yugoslavia.
En Londres, The Economist el 9 de Enero de 1951 se hizo eco del entusiasmo de su diario amigo de los Estados Unidos, Por ello escribió sobre "una espectacular declaración de nuevas reformas internas en Belgrado" que iban a entrar en vigor no más tarde del 1 de enero de 1952, reformas que "tocaban el corazón de la economía yugoslava mucho más cerca de lo que cualquiera de los pasos previos hacia la descentralización administrativa y la reducción de los privilegios políticos hubieran hecho antes". Las reformas, anunció The Economist, se había publicado con el título "Los preparativos para la institución de un Nuevo Sistema de Planificación Económica y Financiera".
¿Qué eran en verdad estas reformas que, según este diario merecían el merecido respeto de todo el Oeste? En primer lugar, "el gobierno federal propone delegar la planificación económica detallada a las república por separado, y ellos a su turno delegarán responsabilidad a los ayuntamientos y las empresas económicas de los particulares". En segundo lugar, "a las empresas se les deben permitir conservar sus beneficios netos". En tercer lugar, "los trabajadores deben compartir en esta liberación de ganancias por pagos de prima, y a la inversa, si la empresa no hace suficiente para cubrir el salario base, los trabajadores no cobraran". En cuarto lugar, (y presentado como "nuevo", como "revolucionario", como gran "desarrollo del marxismo") "los precios deben ser determinado por el mercado, es decir por la oferta y demanda".
Estas últimas propuestas llenan al economista de alegría. Ellos "sólo pueden ser recibidos de buena por el Oeste" se declara encantado. El corresponsal del Daily Mail, Alexander Clifford, esta más encantado ante la perspectiva de una nueva reforma económica de Tito. "Si se llevan a cabo", escribe el 3 de agosto de 51: "Yugoslavia parece que terminará mucho menos socializadas que Gran Bretaña". Pasando a los puntos de la revista concernientes a las medidas económicas, parece que le causa satisfacción las medidas de Tito: "el precio de los bienes serán determinados por el mercado, es decir, por la oferta y la demanda, los sueldos y salarios serán fijados en función de los ingresos de la empresa, y dichas empresas económicas deciden de modo independiente qué producir y en qué cantidades".
EL TITISMO EN ACCIÓN : Las reformas después de 1948 [Extractos Traducidos por NG]
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Nota de NG: Debido a que es un libro burgués he recortado una sería de epítetos antistalinistas)
Tal vez la esencia de la nueva doctrina yugoslava fue que el Estado debía de empezar de inmediato a "extinguirse". Habiendo levantado las líneas generales de su nueva ideología, los yugoslavos, en 1950, comenzaron a implementar mediante una serie de reformas que transformaron el carácter político y económico del estado. Las nuevas reformas eran para protegerse contra el "estado burocrático stalinista capitalista" y poner en marcha la "extinción" del Estado.
"La clave del desarrollo es la descentralización - la descentralización del gobierno, la descentralización de la economía, la descentralización del Partido comunista. La descentralización" -dice Mose Pijade, uno de los líderes teóricos de los yugoslavos-, "es el primer y más importante paso para la democracia y el camino del socialismo".
Aunque en un sentido las reformas sean un todo, ellas se ordenaban lógicamente en categorías.
La primera, estaba relacionada con la industria y la economía en general: la autogestión de las fábricas, modernización del mecanismo de planificación y descentralización de la gestión económica del Estado. (...)
El segundo grupo de reformas fue en el terreno de la organización política, y fue abrazado, al igual que la mayor parte de los cambios administrativos, en la constitución de 1953. Aquí estaba la extensión del mayor autonomía política a la gobernación de las diferentes repúblicas, una gran ampliación de las facultades de los gobiernos municipales, y la cierta representación directa de los trabajadores en los órganos legislativos de los distritos. Así en la constitución estaba reflejada la nueva teoría de la separación de poderes entre las funciones políticas y administrativas, así como una nueva forma de poder ejecutivo.
El tercer grupo de reformas fueron toda una serie de medidas agrícolas que reflejaban el fracaso de la colectivización y finalmente marcaron el fin del sistema de koljoses. Las reformas agrarias, sin embargo, estaban en una categoría separada de las demás, debido tanto a factores teóricos y operativos. Se comenzaron como medidas temporales, y los yugoslavos sólo de mala gana consideraron como una parte integral de todo el sistema nuevo.
Finalmente, estaban las reformas relajantes de la naturaleza del totalitarismo en Yugoslavia, incluido en este grupo no sólo eran el nuevo código penal y la nueva ley electoral, sino también el nuevo y descentralizado papel del Partido Comunista en cuanto a responsabilidad y su anterior autoridad ampliada para el Frente Popular.
Con una excepción importante, estas reformas parecen configuraron un patrón que los dirigentes yugoslavos continuaron durante algún tiempo utilizando. La excepción era la comuna. Exactamente la comuna iba a ser es un tema de mucha discusión en Yugoslavia, pero los dirigentes yugoslavos han subrayado en repetidas ocasiones que lo consideran una parte esencial de la estructura definitiva que estaban creando.
Como lo establece Kardelj y otros teóricos, la comuna es el producto final de la descentralización política y económica combinada que abarca tanto el campo y la agricultura, por una parte, como la ciudad y la industria, por otra. Sería una unidad administrativa más o menos autónoma y autosuficiente local que integra la producción industrial y agrícola con las necesidades del consumidor. Algunas comunas se formaron en 1955, pero el desacuerdo sobre su papel y su forma organizativa exacta se ha mantenido desde entonces.
Tal como fue concebido originalmente, las reformas fueron vistas como un "retomo al leninismo real" del qué dirección soviética se había en el movimiento comunista. (...) Las implicaciones de esto componen una de las principales facetas de un conflicto dentro del partido comunista y contribuir a una contradicción política fundamental en el nuevo sistema. Teóricos yugoslavos, en la discusión de los nuevos desarrollos, en constante hincapié en su diferencia con respecto a la práctica soviética. No hay duda de que no difieren. La descentralización, por ejemplo, llegó en ciertos casos a dibujarse criticas de las autoridades estadounidenses en la Misión de la FOA en Belgrado, ya que algunos observadores han concluido que la motivación principal Yugoslava era "hacer las cosas tan diferente como sea posible de la forma en que se llevan a cabo en Rusia y pretender todavía mantener una pretensión de marxismo".
Al mismo tiempo, la nueva estructura económica y política en Yugoslavia ha dibujado en cierta medida un calco de las instituciones occidentales. Esto es admitido libremente por los yugoslavos, aunque niegan enfáticamente "la presión por Occidente" que obligó a los nuevos desarrollos, o que la ayuda occidental fue un factor esencial en estas reformas. (...)
Las partes más potencialmente significativas de la nueva doctrina yugoslava, quizás, son aquellas concernientes a un tipo de socialismo particular basado en las condiciones nacionales y la negación del papel del Estado en los medio de producción. Ya se llame "comunismo nacional" o no, este primer concepto proporciona no sólo una base teórica para el socialismo nacional marxista sin relaciones con otro movimiento organizado mundial previo, sino que también además lanza la crítica necesaria marxista sobre las teorías soviéticas de política internacional para justificar las propias. La interpretación yugoslava sobre los conceptos marxistas de la plusvalía y sobre la "extinción" del Estado han dado unos propios toques que oscurecen la teórica del marxismo sobre estas cuestiones.
A pesar de su insistencia en la necesidad de la democracia en el socialismo, la teoría yugoslava abraza la doctrina leninista del Estado con partido único. Pero al revivir el concepto de la "extinción" del partido comunista, su teoría cae presa de una contradicción esencial. Si, como dice Tito, cuando "el Estado realmente se marchita, el Partido necesariamente se extingue con él," entonces, ya que los yugoslavos tienen en su descentralización, como ellos dicen, una etapa de "extinción", el "Partido lógicamente también debería estar también en extinción", pero esto no está sucedió y pareció ser una ilustración de la alteración de la teoría y la lógica para satisfacer las necesidades prácticas de los líderes comunistas yugoslavos. La nueva teoría del partido, sin embargo, sigue siendo una desviación significativa de la doctrina comunista anterior.
Había, de hecho, un silencio oficial notable referente al papel del partido en el nuevo sistema comunista Yugoslavia. ¿Habría cambios en su rol? Como se ha anunciado arriba, sí los hubo. Al igual que la descentralización del gobierno y la economía, la propagación de la autonomía local, y una política de liberalización hacia la colectivización de la agricultura, en contraste se presentaba aún una posición de poder de monopolio de un partido comunista altamente centralizado. Pero en la primavera de 1952 en la Cuarta Sesión Plenaria del Comité Central fue tratado este problema, los comités de las directivas centrales de junio de 1952, no sólo comenzaron a aplicar el principio de la descentralización en la organización del partido, sino que también tomaron medidas para limitar el papel directo del partido en los gobiernos locales. Según las directivas de junio de ese mismo año los, secretarios de organizaciones locales del Partido debían dejar sus posiciones como jefes de organizaciones locales del gobierno, por ejemplo, eso les llevaba a renunciar a sus puestos dentro de los comités populares. Fue sostenido como excusa que las personas no podían sostener a la vez ambos puestos, que era incompatible con la nueva autonomía que se extendia al gobierno local, ya que ello interfiere con el desarrollo de la labor ideológica del partido y se actuaba así para impedir la crítica de la actividad del gobierno local mediante acusaciones de "partidismo". Ya que casi todas las cabezas de administración local eran también jefes de los comités locales del Partido, locales, los comités populares eran un poco más que las extensiones de la organización de partido. Ya que esta situación en la Unión Soviética tipificó lo que para los yugoslavos llamaron "legalización de la casta burocrática en el sistema", en la nueva Yugoslavia ahora debía ser cambiado. Desde el mismo punto de vista, las directivas de junio instruyeron al partido local oficialista a limitar su interferencia en operaciones económicas.
Respondiendo a la llamada de Tito, el Frente Popular en su IV Congreso celbrado en Belgrado en febrero de 1953, se reorganizó. Se cambio el nombre llamándose "Frente de la Alianza Socialista", declaraba por entonces Kardelj, en su calidad de secretario general que la nueva organización, junto con el cambio de nombre del Partido a "La Liga de los Comunistas", "un componente inseparable de todos los cambios sociales que se han llevado a cabo en nuestro país durante los últimos años se ha institucionalizado aquí". Kardelj negó que el cambio fuera sólo de nombre, sino que insistió en que se habían producido "cambios sustanciales en el carácter y el papel de la República Popular frente a las nuevas condiciones sociales". La Alianza Socialista, dijo, "no es una organización política de los socialistas, sino una alianza de la clase obrera y el conjunto de las personas trabajadores que a través de esta alianza, intentaran complementar politicamente su gobierno y determinar la política socialista del gobierno, así como todos los demás órganos sociales. La plataforma política debe ser lo suficientemente amplia con el fin de permitir la participación en ella de todos los ciudadanos que conlleven el mismo honor a la comunidad social y acepten los objetivos generales del socialismo, sin importar su ideología y otros diferencias de opinión".
Kardelj vio el nuevo rol de la Liga de Comunistas como el "del liderazgo general ideológico en el trabajo político y educativo entre las masas, mientras que la Alianza Socialista debía tratar "cuestiones políticas y sociales concretas". En resumen, los yugoslavos, armándose como una liga, debían hacer una política amplia y general y luego, individualmente, conducir en la Alianza Socialista la aplicación de las cuestiones políticas específicas.
Sería injusto concluir dado las ilustraciones de arriba que el partido en Yugoslavia en realidad no tienía un nuevo papel o que no ha cambiado significativamente desde 1950. Sin embargo, parece claro que el nuevo papel no era siempre lo que uno podría esperar de los pronunciamientos de los dirigentes del partido y, además, pues muchos comunistas no tenían idea clara de cual se suponía que era este "nuevo papel" en el Partido acorde a las condiciones sociales que habían hecho cambiar dicho rol. "Se sabe", escribió Stalin, "que si una teoría, es realmente una sólida teoría, da en la práctica la fuerza y la orientación a las personas, da una claridad de perspectiva, da confianza en el trabajo, da fe en lo que se realiza. Pero en el caso de Yugoslavia, los miembros del PCY parecían preguntarse, en lo que se refiere al Partido, que si realmente existía una teoría, mientras que otros perplejos les parecía que había varias teorías que encima eventualmente se volvían contradictorias, o en el mejor de los casos era una teoría vaga".
Los comunistas habían hecho trabajar a sus obreros individualmente en lugar de confiar en su Partido y sus directrices. Les habían dicho trabajaran, pero que no dominarían dentro la Alianza Socialista. Se les había dicho que no pidieran prerrogativas en el gobierno para que no se criticara su actividad Les habían dicho que deben hacer hincapié en la democracia y tolerar diferentes opiniones. Se les había dicho que el partido ya no tenía el monopolio de la creación de la línea política. Se les había dicho que el partido, al cual se esperaba que dedicaran su vida, iba a "extinguirse".
De hecho, Djilas sostenía en la teoría al Partido sólo de modo virtual en la sociedad. Sostuvo que ya no había necesidad de desarrollar la lucha de clases en Yugoslavia porque todos los enemigos del socialismo efectivos habían sido liquidados. "El nuevo enemigo", escribió, "es la burocracia, que es aún más peligrosa que el anterior enemigo, el capitalismo", lo que señala la confusión entre los comunistas yugoslavos es lo siguiente, Djilas ha añadido por su cuenta: "Las organizaciones de base de la Liga Comunista, han llegado a un callejón sin salida. Desde arriba se les pide hacer algo, y no sé saben que hacer. De hecho no tienen nada que aportar en la forma antigua. Los temas sobre la llamada educación y trabajo ideológico son obsoletos y tediosos".
No teniendo nada que hacer ni representar y siendo un peligro positivo el desarrollo democrático socialista, la Liga de Comunistas, según siempre Djilas , debería "marchitarse" combinándose con la Alianza Socialista, y los comunistas individuales deberían combinarse con las masas sin-partido. Djilas no sólo cuestiona la necesidad del partido sino de sus organizaciones auxiliares como organizaciones juveniles y sindicales. "En mi opinión," escribe él, "el partido profesional, la juventud y otras organizaciones son superfluas, el estilo leninista tanto de partido como de la dictadura estatal mediante el partido se ha hecho anticuado".