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    Las condiciones históricas del nacimiento del revisionismo moderno - texto del albanés Fiqret Shehu - año 1969

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    Chus Ditas
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    Mensaje por Chus Ditas Sáb Mar 29, 2014 10:45 am

    Las condiciones históricas del nacimiento del revisionismo moderno

    texto Fiqret Shehu - Fragmento de “About some actual problems of the struggle against modern revisionism

    noviembre de 1969 - publicado en febrero de 2014 por Tiempos rojos

    Cuando se analiza cualquier problema social, es necesario que sea puesto en un contexto histórico determinado y, si se analizan los fenómenos que por su naturaleza y contenido son los mismos, es necesario tener en cuenta las peculiaridades concretas, que los distinguen unos de los otros sobre la base de las condiciones históricas en las que ocurren. De manera que, para entender correctamente algunos problemas que hoy se encuentran frente a los marxista-leninistas en relación a la lucha contra el revisionismo moderno, es importante conocer las condiciones históricas en las que surgió así como sus peculiaridades.

    El revisionismo moderno, al igual que el viejo revisionismo, no es algo accidental, no es sólo una traición de ciertas personas particulares, sino que es un producto social de toda una época histórica. «Cada problema más o menos ‘nuevo’, cada viraje de los acontecimientos» — dijo Lenin — «provocará siempre, sin falta, una u otra variedad de revisionismo.» [1].

    El revisionismo moderno surgió y se propagó después de la Segunda Guerra Mundial. Sus primeros signos fueron evidentes antes de la guerra, con el Browderismo. Una de las primeras y más peligrosas manifestaciones del revisionismo moderno fue el revisionismo Titoísta. Pero el revisionismo moderno se transformó en una tendencia retrógrada de proporciones internacionales más tarde, con la aparición del revisionismo Jruchovista, que afectó al partido más viejo, más grande y el que contaba con la mayor autoridad en el mundo, el Partido Comunista de la Unión Soviética, y sobre todo después del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, cuyas tesis oportunistas se convirtieron en el alimento ideológico de los revisionistas y renegados del marxismo-leninismo de todo el mundo.

    Después de la Segunda Guerra Mundial, que finalizó con el completo fracaso militar y político del fascismo, ocurrieron grandes cambios en el mundo. Las posiciones del capitalismo fueron sacudidas hasta sus cimientos, su crisis general entró en una nueva fase superior, la autoridad del primer país socialista del mundo, la Unión Soviética, creció como nunca antes. Una serie de países europeos y asiáticos emprendieron el camino al socialismo, los partidos comunistas crecieron y su influencia entre las masas se fortaleció, el movimiento de liberación nacional de los pueblos y naciones oprimidas tomó un nuevo impulso, en todas partes la revolución crecía, mientras que las posiciones del imperialismo se estaban debilitando continuamente.

    En estas circunstancias la burguesía imperialista elaboró su nueva estrategia y táctica para enfrentarse a las crecientes fuerzas de la revolución, para defender y ampliar su dominación en el mundo. El imperialismo norteamericano que se convirtió en el centro de la reacción mundial, en el enemigo más grande de los pueblos de todo el mundo, alzó la bandera del estrangulamiento de la revolución y de la salvación del capitalismo.

    1) Para conseguir sus objetivos las reaccionarias clases explotadoras siempre han empleado y todavía emplean dos métodos: la violencia y el engaño, dando prioridad a veces a uno y en otros tiempos al otro. Estos dos métodos fueron utilizados en amplia escala por el imperialismo, y sobre todo por el imperialismo norteamericano, tras la Segunda Guerra Mundial.

    Sacudido por las victorias del socialismo y por el ascenso del movimiento comunista internacional y el movimiento de liberación nacional, inmediatamente luego de la guerra, el imperialismo, encabezado por el de los Estados Unidos, comenzó una ofensiva general contra los países socialistas, los partidos comunistas y los pueblos del mundo, utilizando todas las formas de presión: económica, política, ideológica y militar. El carácter agresivo de la política del imperialismo norteamericano, sus preparativos militares, sus amenazas de una guerra recurriendo al uso de medios de exterminio masivo se pronunciaron especialmente. El chantaje atómico se convirtió en la política oficial de los EE.UU. La capitulación ante esta presión del imperialismo, a sus amenazas de una guerra devastadora, fue una de las circunstancias que llevaron al nacimiento del revisionismo moderno, fue una de las fuentes del nacimiento del revisionismo en la actualidad. Fue sobre esta base que los lemas notoriamente pacifistas y capitulacionistas de Jruschov por una paz a toda costa fueron sacados y abandonados todos los ideales revolucionarios, se alcanzó el punto de sumisión y rendición al imperialismo, algo que constituye una de las características singulares del revisionismo moderno.

    Cuando se volvieron evidentes los primeros signos del oportunismo Jruchovista, el imperialismo, sin descuidar el empleo de los medios de violencia, comenzó a practicar en una más amplia escala la táctica del engaño, del socavamiento del movimiento comunista y obrero, de la revolución y el socialismo desde adentro, una táctica que había empezado a utilizar muchos años antes en varios países capitalistas. Por una parte, aumentó su presión, con el fin de obtener de los revisionistas aún más grandes nuevas concesiones, mientras que, por otra parte, se hizo eco de las consignas pacifistas y capitulacionistas con el objetivo de empujarlos aún más a lo profundo de la ciénaga de la traición. El empleo de tal táctica fue dictado por el hecho de que en las condiciones de la proporción de fuerzas creada tras la Segunda Guerra Mundial, era muy difícil para el imperialismo lograr su objetivo de expansión de su dominación en el mundo por medio de la agresión armada. Por lo tanto, concentró sus esfuerzos en el socavamiento desde adentro de los países socialistas y partidos comunistas. Los socialdemócratas desempeñaron este papel en el pasado, pero en las nuevas condiciones, cuando el socialismo se había convertido en un sistema mundial, el imperialismo no estaba satisfecho con los «partidos burgueses de la clase obrera» dentro de los países capitalistas. Tuvo que encontrar otra arma más conveniente que serviría para suprimir el movimiento comunista, minar el socialismo y sabotear la lucha de liberación nacional de los pueblos. Esta arma la encontró al principio en el revisionismo Titoísta, que era un revisionismo en el poder y que mantenía la etiqueta de un país «socialista». Pero, al igual que la socialdemocracia, el nuevo aliado del imperialismo, la camarilla de Tito, fue también desenmascarado. El imperialismo necesitó otro apoyo más poderoso, más autoritario. Y este apoyo lo encontró precisamente en los revisionistas Jruchovistas.

    2) La finalización de la Segunda Guerra Mundial con la victoria completa de la Unión Soviética sobre el fascismo fue un éxito de importancia histórica internacional. Pero, como dijo Stalin, incluso los éxitos tienen su lado oscuro. De hecho la victoria de importancia histórica que se logró tras la Segunda Guerra Mundial, por distintas razones creó en algunos cuadros de muchos de los partidos comunistas, principalmente en la Unión Soviética, una especie de embriaguez de éxitos, un auto-satisfacción, un deseo de vida fácil y relajación después de los esfuerzos y sufrimientos de la guerra. La enorme destrucción material y humana y el daño causado por la guerra influyeron en el nacimiento, entre algunas personas vacilantes, de un deseo de encontrar caminos «más tranquilos», «más fáciles», un camino «sin sacrificio», para lograr la victoria de la revolución y la edificación del socialismo y el comunismo. Recordemos en este punto la especulación de los revisionistas modernos con los deseos y las aspiraciones de las personas por la paz, para difundir el lema de la «coexistencia pacífica», la «competencia pacífica», el «transito pacífico al socialismo», que creó ilusiones reformistas en muchas personas.

    Los elementos vacilantes siempre han tendido a evaluar las situaciones desde puntos de vista oportunistas y trazando de ellos conclusiones igual oportunistas. Así, interpretaron los grandes cambios en la proporción de fuerzas a favor del socialismo, que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, como si ahora cualquier cosa podía ser impuesta al imperialismo, como si, ante la fuerza e influencia del socialismo, incluso las leyes objetivas del capitalismo habían perdido su eficacia. Sobre esta base, los revisionistas Jruchovistas llegaron a la conclusión general de que la naturaleza del imperialismo había cambiado o podría ser cambiada, que ahora, mientras todavía existía el imperialismo, la guerra podría ser eliminada de la vida de la sociedad, que el desarme general y completo podría lograrse, que podría ser creado un mundo sin armas, sin ejércitos y sin guerras, que la transición al socialismo podría hacerse sin la violencia revolucionaria, sin romper por la fuerza la vieja maquinaria estatal burguesa, y luego establecer sobre sus ruinas la dictadura del proletariado.

    3) Otra circunstancia histórica que favoreció el nacimiento del revisionismo moderno fue el período de «tranquilidad» relativa, de desarrollo «más o menos pacífico» que tuvo lugar después de la Segunda Guerra Mundial en Europa y sobre todo en América del Norte, y el nivel relativamente alto de los contactos económicos en este período. Después de la Segunda Guerra Mundial, también surgieron algunos nuevos fenómenos del desarrollo del mundo capitalista, como pueden ser la ampliación de la esfera de la actividad del capitalismo monopolista de Estado, la transición del viejo colonialismo al neocolonialismo, etc. Todos estos factores fueron explotados por la propaganda burguesa para propagar ilusiones respecto a la «prosperidad permanente del capitalismo», sobre el cambio de su carácter, en resumen, para difundir ilusiones reformistas. Mientras tanto crecía la llamada «aristocracia de la clase obrera», que es la base social principal del oportunismo y el revisionismo en el movimiento comunista.

    Las filas de la clase obrera en los países capitalistas se llenaron durante este período con nuevos «reclutas», con elementos de la pequeña burguesía, como comerciantes en quiebra y agricultores. Además de esto, sobre todo en Francia e Italia, muchos elementos vacilantes, pequeñoburgueses, intelectuales, arribistas y oportunistas entraron en las filas de los partidos comunistas. Esto aumentó la presión de la ideología pequeñoburguesa y burguesa sobre la clase obrera y sobre los partidos de la clase obrera en los países capitalistas, y esto provocó la revisión, también en esta ocasión, de la tesis marxista-leninistas de que el desarrollo del movimiento en amplitud siempre está asociado con una cierta disminución de su nivel revolucionario y teórico.

    Junto con la liberalización general y con el uso de una política más astuta para el socavamiento del movimiento comunista y obrero por la burguesía internacional y, como consecuencia de esto, en este periodo se desarrolló en los partidos comunistas de los países capitalista el legalismo, la absolutización de las formas legales de lucha, cayendo en el «cretinismo parlamentario», persiguiendo puestos de gobierno, la reducción de todo el trabajo del partido a las campañas electorales.

    Todas éstas fueron circunstancias y condiciones adecuadas para el nacimiento del revisionismo moderno, porque, como dijo Stalin, «El paso del auge a la calma, ya de por sí, por su misma naturaleza, aumenta las probabilidades del peligro de derecha… engendra ilusiones socialdemócratas, reformistas, haciendo que el fundamental sea el peligro de derecha.» [2]

    4) Por mucho tiempo, después del estallido revolucionario que ocurrió durante la Primera Guerra Mundial e inmediatamente después, las tareas más importantes que enfrentaron los partidos comunistas fueron de un carácter democrático. En este período, el principal lugar fue ocupado por la lucha por la defensa de los regímenes democráticos contra el peligro fascista que tomó el poder en Italia y Alemania, y más tarde en España. Durante la Segunda Guerra Mundial la tarea fundamental fue la lucha contra los fascistas ocupacioncitas para la defensa y liberación nacional. Las tareas democráticas tomaron una importancia especial también después de la Segunda Guerra Mundial. En el XIX Congreso del PCUS, José Stalin planteó correctamente el deber histórico de los partidos comunistas de tomar en sus manos y alzar la bandera de las libertades democráticas, de la independencia nacional y soberanía y de la preservación de la paz en el mundo. La lucha en este sentido no fue una lucha directa por el socialismo. Sin embargo, sin las tareas anteriores solucionadas, no podría realizarse ninguna tarea de un carácter directamente socialista. Por otra parte, el marxismo-leninismo enseña que los partidos comunistas y el proletariado progresista deben dirigir tanto la lucha directa por el socialismo, así como la lucha por la democracia, por la independencia nacional, etc.

    La lucha por la democracia no se encuentra en oposición a la lucha por el socialismo. Por el contrario, aproxima y facilita la victoria de la revolución socialista. Pero es innegable que en unas circunstancias en las que las tareas de un carácter democrático general aparecen en el primer plano, si los partidos comunistas no están siempre guiados por el principio de clase de que la lucha por la democracia debe servir a la lucha por el socialismo y que la primera debe estar sometida a la segunda, si no muestran atención por unir los intereses del momento del movimiento con los intereses de su perspectiva, con el objetivo final de la clase obrera: la realización del comunismo, se crean entonces condiciones favorables para la nacimiento del oportunismo de derecha, del revisionismo. De hecho, los revisionistas modernos reducen toda la lucha por el socialismo a la lucha por la democracia dentro de los límites por la legalidad burguesa y las constituciones, convirtiéndose así en esclavos de la democracia burguesa que incluso los revisionistas que se encuentran en el poder tratan de imitar.

    Nos parece que estas son las condiciones históricas más generales que favorecieron el nacimiento del revisionismo moderno. No vamos a insistir aquí en las causas objetivas y subjetivas concretas de este fenómeno retrógrado, ni en la relación entre ellas. Nuestro Partido, en muchos de sus documentos y materiales importantes, y el camarada Enver Hoxha, en una serie de discursos y escritos de importancia histórica, han analizado esta cuestión de una manera científica y han sacado conclusiones revolucionarias de lo que ocurrió en la Unión Soviética y en los otros lugares. Y nuestro Partido considera que es absolutamente necesario el conocimiento profundo de las condiciones históricas y de las causas que dieron lugar al revisionismo para poder así evitar en el futuro eso que ocurrió en nuestros días en una serie de antiguos países socialistas, porque, en el análisis final, el ascenso del revisionismo no es una inevitabilidad fatal. Naturalmente, las causas del ascenso del revisionismo están basadas en la realidad objetiva. Sin embargo, como un fenómeno retrogrado el revisionismo no puede representar una ley objetiva, como los ideólogos burgueses tratan de presentar el problema, sino sólo un retroceso temporal en el proceso del desarrollo de la revolución socialista mundial. Como tal, no es necesario que surja inevitablemente en cada país por separado. El hecho que hasta el momento el revisionismo no haya sido capaz de pasar en Albania, en China y en varios otros partidos comunistas y que en la lucha con él se han creado decenas de nuevos partidos marxista-leninistas, es la prueba más convincente que el revisionismo es una posibilidad, un peligro, que, si es reconocido y si son cortadas las raíces que lo nutren, puede ser evitado y derrotado. Para esto el factor subjetivo desempeña un rol decisivo, y en primer lugar, la posición del partido comunista. Cuando el partido reconoce y aplica las leyes objetivas de la sociedad, sigue una línea marxista-leninista correcta, tiene como su base ideológica la teoría marxista-leninista y educa a sus miembros, la clase obrera y todas las masas con ella, desarrolla la lucha de clases consecuentemente y sin interrupción, aplica las normas Leninistas en la vida interna del partido, conserva sus filas puras, fortalece continuamente sus vínculos con las masas, trabaja para el revolucionarización del partido y toda la vida del país, agudiza la vigilancia revolucionaria de cada comunista y obrero, se evita el peligro del nacimiento del revisionismo.

    Notas:

    [1] V. I. Lenin (1908): Marxismo y revisionismo.

    [2] J. V. Stalin (1925): Sobre el Partido Comunista de Checoslovaquia


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