por Duende Rojo Mar Abr 29, 2014 4:47 pm
Hay cosas que nos hacen dormir mejor, una de ellas es pensar que todo es culpa de la sociedad, o del capitalismo más concretamente. Y no es tan sencillo, camarada, nosotros no somos como una religión que otorga todo a la voluntad de dios o que éste nos hace a todos iguales. Como digo no es tan sencillo, no podemos parecernos a la falacia de que si un niño lo crían dos homosexuales, el niño saldrá gay o amanerado, o si lo maltratan o violan saldrá un psicokiller. Todo eso son falacias que han sido rebatidas por la ciencia hace décadas. El ser humano tiene su naturaleza, y el hombre y la mujer, tienen matices diferentes en ella, puesto que su genética es diferente. El caso de los niños y los juguetes es precisamente un claro ejemplo que desmiente esa teoría, sin base cientfífica ni estudios psicosociales, de que nuestros gustos y preferencias están tan condicionados, ya que el niño precisamente al poco de nacer ya siente preferencia por unos juguetes u otros. Y no es mi paja mental, hay estudios y la cosa está muy clara: un niño tiene preferencia por objetos más dinámicos y agresivos y la mujer más organizativos y sencillos, lo que se refleja además en los colores y en las actividades que prefiere realizar. Un niño sí entiende de juguetes, y sabe lo que le gusta y lo que no.
Que tú hayas jugado con muñecas no viene a decir nada. Yo tb jugaba con muñecas de niño, solo que yo les arrancaba la cabeza por que me daban repelús. En cualquier caso no es determinante, todos los niños exploramos la sexualidad opuesta alguna vez, pero eso no cambia lo que somos o lo que queremos ser o las actividades a que nos van a hacer felices o infelices.
Por otra parte, como digo, la publicidad no modela el ser humano y la sociedad, si no que potencia los atributos de la naturaleza humana para la construcción de mensajes y la venta de productos... Pero eso de la clasificación es muy exagerado... Al hombre ya le gustaba el bricolaje y conducir coches mucho antes de la creacción de cánones publicitarios. Igual que a la mujer estar guapa y tener su casa limpia.
La publicidad sexista es otra historia diferente, porque se refiere a lo discriminatorio y vejatorio del mensaje.