SOCIEDAD
25 de noviembre de 2017
Los familiares de los tripulantes del submarino no creen la versión oficial
“Que me expliquen con la verdad”
Son pocos los que guardan esperanzas de hallar con vida a los marinos desaparecidos en el ARA San Juan. “Siguen sin decirlo oficialmente, pero es obvio que están muertos”, reclaman.
Desde Mar del Plata
”Me aseguraron de mil maneras que el submarino estaba en perfecto estado de mantenimiento y de conservación, pero a mí, en lo personal, todo esto me genera muchas dudas”. Luis Tagliapietra es el padre de Alejandro Damián, de 27 años, uno de los 44 tripulantes del submarino desaparecido en aguas del Atlántico Sur. Ayer llegó a Mar del Plata desde la Capital Federal, donde vive, manejando su camioneta “a 180 kilómetros por hora” para encontrarse “cara a cara” con los jefes de la Base Naval. Mientras algunos familiares siguen alentando alguna esperanza y dejan sus mensajes en el santuario que han creado en el alambrado perimetral de la base (ver aparte), Tagliapietra fue contundente: “El jefe de mi hijo (se refiere al jefe de la Base Naval) me dio su pésame y cuando le pedí más información, me dijo que todos están muertos”. Por su parte, Itatí Leguizamón, esposa del cabo santafecino Germán Suárez, en diálogo telefónico con PáginaI12, ratificó con otras palabras lo que había dicho el jueves luego de la reunión con los jefes de la Base Naval: “Siguen sin decirlo oficialmente, pero es obvio que están muertos, ya no me quedan esperanzas, ya está”.
Luis Tagliapietra se había comunicado con algunos periodistas y citó a todos a la puerta de ingreso a la Base Naval sobre la Escollera Norte. “Estamos destruidos desde que llamaron de la Base Naval para decirme que los datos sobre el famoso ruido estaban corroborados, que era el submarino, que había sufrido esta implosión y que, por añadidura, estaban todos muertos; eso fue terrible”, declaró en medio de una sucesión de contactos masivos o personales con la prensa escrita, radial y televisiva. Tagliapietra dijo que cuando se vio personalmente con el jefe directo de su hijo, el capitán Fabián Rossi, se le acercó el jefe de la Base Naval, el almirante Gabriel González, para sincerarse: “Lo saludo para darle mi más sentido pésame, su hijo era un gran marino, lamento mucho esta situación”. Como respuesta él le preguntó “¿están todos muertos?”. La respuesta sólo tardó unos segundos: “Y… sí”.
Luego, Tagliapietra comenzó a analizar, en forma crítica, las explicaciones que le dieron sobre cómo ocurrieron los hechos. “En primer lugar, dicen que la implosión ocurrió a 30 millas del punto desde donde se tuvo la última comunicación, en la que supieron que la avería había sido en las baterías de proa, que las anularon porque iban a navegar con las de popa. Dicen que según la opinión del capitán y los jefes (del submarino) no tenían problemas”. En ese momento “les ordenan (desde la Base) hacer una ruta directa a cinco nudos”, según la información transmitida por Tagliapietra. Un nudo es equivalente a una milla náutica por hora y a 1852 metros por hora.
“Si la implosión ocurrió a las 10.45 (del miércoles 15), o sea tres horas después de la comunicación, en tres horas a cinco nudos tienen que haber recorrido 15 millas, no 30, como dicen. Para que eso sea así, el capitán tendría que haber desobedecido la orden e ir al doble de lo que dicen que fue, lo que es improbable”, recalcó el familiar de uno de los tripulantes. La segunda duda a la que hizo referencia es la siguiente: “Si le ordenaron ir directo a Mar del Plata y el lugar de la implosión estaría señalando que hubo un desvío, algo que también sería improbable porque esta gente (en referencia a los jefes del submarino) es muy profesional”.
La tercera cuestión señalada por Tagliapietra tiene relación con las posibles causas de la implosión. En ese sentido, relató que el jefe de su hijo le dijo que “según la teoría que ellos manejan, tendría que haber habido gran acumulación de hidrógeno producido por la sulfatación de la batería y que una chispa podría haber provocado la implosión; para que eso ocurriera tendrían que haber fallado los instrumentos porque en el submarino tienen detectores de hidrógeno”. Señaló que los jefes de la Base Naval “me aseguraron de mil maneras que el submarino estaba en perfecto estado de mantenimiento y conservación, pero esas tres cosas que he mencionado hacen que a mí, en lo personal, me generan muchas dudas y creo que lo están diciendo, supongo, para mantener una luz de esperanza” entre algunos familiares.
Sobre las razones de su viaje urgente a Mar del Plata, recordó que el jueves “estaba yendo a un canal de televisión y cuando iba manejando me llama el capitán Fabián Rossi, el jefe directo de mi hijo, y que fue el único con el que pude hablar todo el tiempo porque fue el que me atendió siempre el teléfono, me mandó mensajes y estuvo a disposición”. Rossi lo llamó para decirle que “lamentablemente se había confirmado que había ocurrido el tema del famoso ruido, de la implosión en el submarino en una zona cercana al talud que tiene entre 200 y 1000 metros de profundidad y que eso suponía la posibilidad de que no hubiera sobrevivientes”.
De inmediato tomó la decisión de viajar a Mar del Plata para pedir explicaciones “cara a cara”. Primero intentó viajar en avión, pero como no era posible hacerlo de inmediato, se vino en su camioneta “a 180 kilómetros por hora”. Cuando llegó a la Base Naval lo atendieron “muy amablemente y de inmediato”. Pero allí le dieron explicaciones “que no me terminan de cerrar”, aunque recibió el compromiso de que “la búsqueda va a seguir hasta que los encuentren, por más que lleve el tiempo que lleve”. Después lo recibió el comandante de la Base Naval, el almirante González. Allí fue que, según dijo, le estrechó la mano y le dio el pésame. Por lo expuesto, no tiene dudas: “Mi hijo, los otros 42 chicos y la chica, no están más. Lo único que pido es que me expliquen lo que pasó, con la verdad”.
Por su parte, en diálogo telefónico con este diario, Itatí Leguizamón consideró, al igual que Tagliapietra que “ya no quedan esperanzas, ya está”. La esposa del cabo Germán Suárez señaló que “primero nos dijeron que había ocurrido una falla leve, cuando es obvio que sabían ya lo que nos dijeron recién el jueves, lo del incendio y lo de la implosión o la explosión”. Recordó que cuando escucharon ese informe “la gente se abalanzó sobre los que informaban y no pudieron terminar de leer el parte”. Cuando ella se fue, “los otros familiares estaban rompiendo todo porque nos mintieron todo el tiempo y había mucha bronca con los que daban los partes”.
Leguizamón, que es abogada, dijo que hay que “iniciar un juicio contra el Estado, porque desde 1970 nunca invirtieron en nada”. Sobre su marido dijo que “siempre estaba preparado para la muerte y me hablaba de eso. Yo lo voy a recordar siempre bien y por él tengo que estar tranquila como me lo decía a cada rato, para que lo recuerde de la mejor manera”.
https://www.pagina12.com.ar/78281-que-me-expliquen-con-la-verdad
http://www.laizquierdadiario.com/ARA-San-Juan-una-crisis-politica-que-abona-un-discurso-reaccionarioARA San Juan: una crisis política que abona un discurso reaccionario
Hasta ahora no hay rastro de la nave, solo un registro sonoro que da cuenta de una explosión submarina. Una crisis política que golpea al oficialismo.
Rosa D'Alesio
Sábado 25 de noviembre
La búsqueda del ARA San Juan se ha convertido en una importante crisis para Cambiemos. En este marco, el dolor de las familias estalló en bronca cuando reconocieron que la Armada y el gobierno no informaron lo que realmente sucedía y que incluso fueron tardías las medidas que tomaron para rescatar a la tripulación.
En los primeros días hubo varios voceros de la Armada que informaban, primero a los familiares y luego a la prensa, sobre el estado de situación de la búsqueda de la nave. Aunque no siempre coincidían en lo que trasmitían, los voceros parecían estar de acuerdo en un solo punto: “las medidas que tomamos es lo que indica el protocolo”. Así continúan justificándose de los reproches que reciben.
Doce países se sumaron a la búsqueda, aportando embarcaciones de última generación para localizar al ARA San Juan sin hasta ahora obtener resultados favorables.
Trascurridos los días, la crisis abierta en el gobierno no pudo esconderse. El Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Mauricio Macri, el fin de semana largo abandonó su descanso en Chapadmalal para dedicarles media hora a los familiares de los tripulantes. Así es que llegó a Mar del Plata para encontrarse con ellos y correr de nuevo a su descanso.
Por su parte el ministro de Defensa, Oscar Aguad, se limitó a escribir unos desafortunados tuits desmentidos por la Armada. A su vez, voceros del ministro, dejaron trascender que éste se había enterado por los medios de la desaparición del submarino.
Este viernes el presidente Mauricio Macri se reunió en el edificio Libertad con Aguad, y los altos mandos militares. La segunda visita del jefe del Estado en las últimas 72 horas a la sede de la Armada Argentina. Posteriormente brindó una conferencia de prensa desde el Edificio Libertad y aseguró que seguirá “hasta el final” la búsqueda del ARA San Juan. Según transcendidos, Macri está furioso con su ministro, aun cuando éste le hizo un enorme favor condonando la deuda del correo a su padre.
En la conferencia, Macri cerró filas con la Armada (más allá de los rumores de que descabezará a toda la cúpula cuando encuentren el submarino, algo de lo que todavía no están seguro). “No tenemos que aventurarnos a buscar culpables”, dijo mandatario y añadió que hay que esperar hasta contar con información suficiente sobre lo que pasó con el submarino ARA San Juan. Además agradeció a la “comunidad internacional” por brindar apoyo en el operativo de búsqueda.
“Esto va a requerir de una investigación seria que arroje certezas. Tenemos que entender cómo un submarino, que se había llevado a reparación y estaba en condiciones, sufrió aparentemente esta explosión”, dijo Macri.
Estas frases del mandatario no son dichas al azar. Por el contrario pretende responder a las críticas de aliados y opositores que hablan de que el submarino no se encontraba en condiciones para sumergirse. Los primeros, para culpar al gobierno anterior, algo que rápidamente se volvió contra el gobierno actual, su ministro y la Armada por la impericia de botar al agua una nave que podría no haber estado en condiciones.
Mientras tanto se desconoce cuáles son los motivos que llevaron a la expedición del submarino. Una de las versiones habla de que partió para realizar tareas policiales, de control en la zona económica exclusiva de Argentina, algo prohibido por las leyes de Seguridad y Defensa.
La jueza federal de Caleta, Olivia Marta Yáñez, quien interviene en la investigación por la desaparición del submarino, sostuvo: “Hay información sensible bajo secreto de Estado”. Y agregó: “Estamos hablando de una embarcación de guerra y no me aventuraría a hacer otras consideraciones”. La magistrada resumió de este modo que hay secreto de Estado en torno a una misión reservada de defensa nacional, cuando se desconoce cuál sería el ataque.
La crisis, una oportunidad para la derecha pro Fuerzas Armadas
El dolor de los familiares, que a diez días de no saber nada sobre qué sucedió con sus allegados, es utilizada por sectores del oficialismo, militares retirados y un arco político que pretende rearmar a las FFAAA.
A poco de desparecer el submarino, no solo en un diario pro doctrina militar como La Nación sino en debates televisivos, se trató de explicar que los hechos pueden atribuirse a la falta de presupuesto para las Fuerzas Armadas.
Algunas voces hablaron sobre el escarnio social al que son sometidos los militares, haciendo referencia al repudio, legítimo, del pueblo argentino por los crímenes genocidas y la capitulación ante las tropas inglesas en la guerra de Malvinas.
Una reciente columna en el portal Infobae, titulada “El submarino San Juan expone el rencor hacia los militares” y firmada por el Gral (R) José Luis Figueroa, afirma: “El submarino San Juan expone también el miedo, rencor e indiferencia hacia los militares... El advenimiento de la democracia trajo aparejado el juzgamiento de los responsables del gobierno militar y los jefes de la guerrilla que envolvieron al país en una guerra insólita, que solo podía terminar como terminó, en una tragedia. Sin embargo, los juzgados en democracia, en pleno estado de derecho fueron solamente los militares. Paradójicamente, fueron los únicos actores con capacidad de autocrítica y reconocimiento de los errores y horrores cometidos en la historia reciente”.
Federico Pinedo, presidente provisional del Senado y una figura clave del gobierno de Cambiemos, también habló sobre la desaparición del submarino ARA San Juan y se quejó de cómo están las Fuerzas Armadas. “Nosotros hemos trabajado bastante tiempo en una política de defensa y tenemos nuestras ideas sobre el rumbo en Argentina y en el continente sudamericano. Pero cuando llegó Macri era tal el nivel de destrucción del sistema de defensa argentino, que lo único que se empezó a hacer es su reconstrucción”, alegó.
Pinedo se refirió a los militares como “gente con una altísima vocación de servicio por el país y su gente” y habló de “recuperar los sistemas de armas”.
La oportunidad que le brinda esta dramática crisis al gobierno y sus aliados se inscribe en el marco del proyecto de derogar decretos de Seguridad y Defensa para utilizar a las Fuerzas Armadas en la seguridad interior.
Como explicamos acá, el gobierno se prepara para reconvertir el alcance e incumbencias militares. Este plan, que implica un reforzamiento de la represión, se inscribe en las pretensiones del gobierno de aprobar la contrarreforma laboral, ajustar a los jubilados y despedir aun más trabajadores.
La "desaparición" (encomillo, porque todavía no hay otras certezas de lo que ocurrió, sólo hipótesis), abre el debate sobre el presupuesto para las FFAA y la Defensa en general, y de las responsabilidades del Estado en éste hecho en particular.
Escuchaba, que pese a los anuncios rimbombantes respecto a compra de armas y equipamientos para las FFAA (que mayoritariamente deben apoyar al macrismo), la verdad es que se redujo el presupuesto para mantenimiento y que de ese presupuesto reducido se sub-ejecutó.
Considero que el desarrollo de las industrias y tecnologías militares, son fundamentales para el desarrollo de la gran industria e ingeniería en cualquier país. En el gobierno del GOU y posteriormente el de Perón, fue el pilar sobre el que se asentó el intento de desarrollo de la industria pesada y de maquinarias. Ahora bien, el problema es político respecto a quién ejerce el control sobre las fuerzas armadas y a que clase social responden -en nuestro país, han sido un ejército de ocupación que defendió intereses imperialistas y del gran capital-. En las revoluciones triunfantes fueron disueltas y refundadas bajo el control del partido revolucionario, pero ¿cuál es el papel que se defiende desde los diferentes partidos de izquierda en el marco actual?¿cómo se posicionan frente a crisis o tragedias como ésta? En ese sentido coloco la nota de opinión de la Izquierda Diario.
Saludos