PequeñoBurgués escribió:Así es Granados, tiene que ver con la biología humana, de sentirse parte de algo, y luchar por ese algo. En la prehistoria era sencillamente, la supervivencia, como cualquier animal social. A mí también me pasa con el fútbol y eso que no soy ni de lejos, un gran fanático, pero me pasa por sentimentalismo más que otra cosa.
El tema es que cuando no se tiene un fin por el que luchar y sobre todo sentirse partícipe real de esa lucha, el humano suple ese vacío con por ejemplo los deportes sociales de masas, véase el fútbol. Es una forma de autoengaño.
Y este sentimiento de luchar por algo y participar de esa lucha (animar a tu equipo con el que te identificas mientras se bate en el campo), esa necesidad de los animales sociales, ya lo conocían desde la antigüedad las clases dirigentes y sus políticos, y han sabido canalizarlo para sus fines... o no, según interesara.
En la época de Roma simplemente se financiaban grandes espectáculos, con sus correspondientes hinchadas, en el Imperio Bizantino la vida social la modulaba el hipódromo, en la Europa Cristiana estaban auténticos fanáticos del cristianismo, más tarde Napoleón puso a todos los franceses a participar en la lucha por instaurar el modelo de producción capitalista en Europa en contra del feudalismo.
Los primeros dirigentes de la URSS también supieron utilizar ese sentimiento primitivo (Hitler también lo supo manejar pero con otros fines) para incluir a los trabajadores y hacerlos sentirse partícipes de la lucha por literalmente, la supervivencia, en palabras de Serguei Kara-Murza:
Pero la triste realidad era que precisamente la lucha por la existencia era, para muchos, la manera más natural de satisfacer la necesidad de la aventura. Desaparecido este factor, tal hombre se quedaba en vacío y empezaba a aburrirse.
Es muy significativo que el proyecto socialista no tenía estas grietas en los períodos duros, cuando el desafío de la realidad era evidente y real para todos, y la vida de todos era, precisamente, vencer obstáculos. Todo era batalla: batalla por la industrialización, por el trigo, por la sanidad, etc. En mayor parte, batalla por algo positivo, y en algunos casos contra algo negativo (contra el fascismo o "los enemigos del pueblo"). No había manera de aburrirse.
La situación cambió radicalmente en los años 70. era década de relativa prosperidad en constante aumento y de la "distensión" de Brezhnev. primer suspiro de alivio y descanso, tachado después por Gorbachev como "período de estancamiento".
Conclusión: en los periodos de distensión, los gobiernos de la URSS no supieron dar suficiente circo, para suplir esa necesitad biológica humana de sentirse partícipe de una lucha vital.
PequeñoBurgués te pasaste con esta respuesta, y me has echo pensar en esto y realmente es verdad y que los comunistas deberían tener en consideración, podríamos decir que es mantener la ''llama'', o el espiritu revolucionario, o de lucha, o de avance en las masas, aunque suene duro mantenerlos entretenidos en los distintos frentes de lucha por el socialismo, es importante quizás el discurso, siempre hablar sobre que el enemigo esta ahí esperando a reaparecer para volver a restaurar el capitalismo, sea en forma de fascismo, reacción, contrarrevolución, etc. Excelente aporte.
zbt escribió:Entiendo el argumento de los antifútbol sobre su vinculación con el capitalismo, como opio del pueblo, o las descripciones grotescas Satori_Ruben. De hecho, lo entendemos muchos de los que nos gusta el fútbol, y generalmente lo expresamos con la fórmula "Odio eterno al fútbol moderno".
No obstante, también creo que del mismo modo que aquellos a los que nos gusta el fútbol tratamos de buscar alguna excusa para seguir consumiéndolo y minimizar sus efectos negativos como espectáculo, muchos de los que son antifútbol hacen lo contrario, en algunas ocasiones hasta extremos infantiles, como cuando eres un joven consumidor de música underground que jamás perdonará que un grupo haga algo "comercial". Del mismo modo que hay fanáticos del fútbol, hay fanáticos del antifútbol que sobredimensionan su efecto en las masas o que, mejor dicho, ocultan deliberadamente otros comportamientos personales también "circenses".
Voy a poner ejemplos de ocio masivos y consumidor por muchos comunistas, y los voy a poner de manera grotesca, que es como se suele ridiculizar al fútbol:
1. ¿Acaso no es también circense ir al Viñarock el primero de mayo, a juntarte con 120.000 personas sudorosas en un asqueroso pogo rodeado de publicidad de cervezas y refrescos, berreando a coro y consumiendo más drogas -alcohol incluido- que en las tres mil viviendas? Ah, bueno, que es que en el Viña tocan Boikot y la gente lleva camisetas del Ché. Bueno. En el fútbol, si miras las gradas del Heliodoro, del Rayo, de Balaídos, del Sánchez Pizjuán, etc. también las encuentras.
2. ¿Acaso es más edificante que el fútbol juntarte en la plaza del pueblo a beber como cosacos porque es fin de semana, carnavales, fiesta de la primavera, hogueras de san juan, la feria del lugar... y ver como con frecuencia la noche acaba con peleas a tu alrededor, cuando no en actitudes manifiestamente machistas contra las mujeres del lugar?
3. ¿Y las discotecas? Mezcla de los dos puntos anteriores, y a las que seguramente ningún comunista ni nadie de este foro habrá ido jamás (ironía).
El fútbol es cierto que puede desmovilizar, pero es mucho menos lesivo que las drogas (alcohol incluido). Generalmente, más que para desmovilizar sirve para mantener inmóvil a quien nunca se movió. Pero las drogas sí son capaces (no hace falta que ponga ejemplos, todos conoceremos a alguien) de desmovilizar a elementos con conciencia de clase. Se me ocurre mirar al norte en los años 80, o a los miles de trabajadores que después del tajo van al bar a gastarse lo poco que les queda. Y seguramente, pocos de vosotros tendréis una postura tan agresiva contra el alcohol, el tabaco, los porros, etc. -o lo que es lo mismo, muy pocos de vosotros seréis abstemios- como contra el fútbol.
Y un apunte histórico: hubo un tiempo que el fútbol fue bastante movilizador en sectores de la clase obrera, sobre todo en Inglaterra. Los estadios, a veces, eran hervideros de rebelión, punto de encuentro de la clase trabajadora, cumpliendo la misma función que las tabernas obreras del siglo XIX. El fútbol moderno, a la par que todos los objetos de consumo de la sociedad, empezó a acercarse más a lo que falsamente se ha denominado clase media, subiendo sus precios y con el pago por visión, entre los 80 y 90. Y ahí se fue todo al carajo, y por eso "Odio eterno al fútbol moderno". El fútbol fue un símbolo de la clase obrera y el poder, en su lucha por conquistar más y más consenso, se apropió de su significado. Por eso entiendo que para muchos el fútbol sea escoria; porque el poder ha hecho que signifique eso. En nuestras manos está recuperar para la clase trabajadora su identidad.
También soy hincha de un equipo y soy de la idea de ''odio eterno al fútbol moderno'', también creo en que los equipos de fútbol, todo lo que conlleva puede ser un escenario para crear conciencia, y por esto de la modernidad se ve la lucha de clases a nivel micro, y siempre la politica a querido sacar provecho de los equipos de futbol, es cosa de ver casos como en Chile con Colo-colo (del cual soy hincha), o en España con el Real-Madrid, barras totalmente politizadas como Ultra sur de tendencia ultraderechista, o equipos como Livorno y las BAL, GATE9, rayo vallekano, etc. que dejan de ser un mero encuentro entre ''personas descontentas de la sociedad y que se emborrachan para ver a su equipo'' para ser ''espacio de debates, y de lucha de clases, o de lucha contra el fascismo''.
Es cosa de ocupar los espacios, y obviamente ante todo primero el pueblo, luego lo que viene.