Ya dije en otro tema del foro, cuya discusión no tuve tiempo de continuar, que la naturaleza de la URSS era más compleja.
Ludo Martens, La revisión de nuestro análisis de la URSSVarias fueron las razones que nos llevaron a la decisión de revisar el conjunto de nuestro análisis de la URSS desde Jruschov.
Para empezar, desde 1987 estábamos confrontados a un número considerable de hechos incompatibles con nuestro análisis de la URSS.
En 1987, Gorbachov denunció la corrupción, el parasitismo, las evasiones de dinero, el enriquecimiento ilegal de la mafia alrededor de Brezhnev y otros dirigentes superiores.
Criticó la falta de democracia, denunció la esclerosis ideológica y le dio vía libre a las informaciones y los debates sobre las taras del brezhnevismo. Decidió restablecer las relaciones con el Partido Comunista Chino, al que reconoció su autonomía y su independencia – China habiendo sido, durante el periodo de Brezhnev, el enemigo a batir, una “potencia social-chovinista, expansionista, funcional al imperialismo, que aspira a la hegemonía mundial”.
El social-imperialismo, la “superpotencia más agresiva”, retiró sus tropas de Afganistán, Angola y Etiopía, empujó a los vietnamitas a retirarse de Kampuchea, en fin, liquidó todas sus “colonias” en el tercer mundo.
Desde 1987, se produjeron otros acontecimientos que no encajaban con nuestro antiguo análisis.
Según éste, el grupo de Jaruzelski ejercía, desde comienzos de 1980, la “dictadura colonial soviética” en la “colonia” polaca. Sin embargo en 1989 el grupo de Jaruzelski hizo un pacto con la derecha nacionalista de Solidarnosc para restablecer el capitalismo privado y emprender una vía pro-occidental.
En Hungría, la feroz “dictadura de la burguesía compradora pro-rusa” se derrumbó como un castillo de naipes. Prácticamente sin oponer resistencia, la “nomenklatura” del partido perdió el poder.
En la RDA, donde reinaba el “capitalismo de Estado” más dinámico, la “gran burguesía” se suicidó. Los cuadros del SED no solamente perdieron el poder y sus funciones, sino que se rindieron desarmados ante la burguesía, la verdadera, la gran burguesía alemana.
Los “nuevos zares” deciden interrumpir todo control sobre sus “colonias” en Europa del Este e incluso llegan a organizar golpes de Estado, como en Bulgaria y Rumanía, contra aquellos que rechazan entregarse al imperialismo, dejando las armas .
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Jruschov usurpó el poder en 1956, después de tres años de preparativos. Después, tuvo que consolidar su poder en la dirección del partido eliminando a la mayoría del Buró Político, durante la lucha contra la “camarilla anti-partido Molotov-Malenkov-Kaganovich”. Mediante ataques ideológicos y políticos contra principios esenciales de la construcción socialista, Jruschov primero cambió la orientación fundamental del PCUS. Esto era necesario para permitir a los cuadros burocratizados y oportunistas adquirir posiciones confortables y privilegios y constituirse en una capa social distinta.
Incluso después de la eliminación de Jruschov, algunos cuadros dirigentes han hecho esfuerzos para volver a los principios marxistas-leninistas. Las bases socialistas de la sociedad aún no habían sido destruidas y millones de comunistas perseveraban en su trabajo revolucionario. Durante el periodo Brezhnev, la capa dirigente acumuló privilegios y se enriqueció de manera ilegal, pero de alguna manera lo que hacía era parasitar una base económica y social que no le pertenecía. Los comunistas auténticos defendían un cierto número de conquistas de la clase obrera. Las medidas socialistas, las leyes socialistas y la ideología marxista-leninista seguían ocupando posiciones importantes en la sociedad.
En las relaciones exteriores, Brezhnev desarrolló una hostilidad desmesurada hacia China y Albania y hacia algunos partidos auténticamente marxistas-leninistas. No obstante, los lazos basados en el internacionalismo proletario y la solidaridad antiimperialista, forjados durante la era de Stalin, siguieron ejerciendo una cierta influencia y la Unión Soviética continuó aportando una ayuda real a algunos países socialistas y antiimperialistas y a fuerzas comunistas y antiimperialistas. Pero durante la época de Brezhnev se acentuó la tendencia a transformar estos lazos en relaciones de dependencia y a utilizarlos para practicar una política de esferas de influencia. Apoyando a fuerzas reformistas-burguesas y pequeño-burguesas que se oponían al imperialismo, Brezhnev sustituyó el internacionalismo proletario por una política de rivalidad con las potencias imperialistas. Esto condujo, en algunos casos, a una política de injerencia, control y hegemonía militar.
Haciendo una caricatura del marxismo y alentando o tolerando toda clase de corrientes ideológicas pro-occidentales y reaccionarias, la capa dirigente reforzó las tendencias pro-capitalistas entre las masas. En un número creciente de sectores, los nuevos elementos burgueses transformaron los medios de producción o los bienes del Estado para convertirlos en su propia propiedad privada, y se ligaron a los nuevos capitalistas del sector informal, cuya extensión alentaron. Al final del periodo Brezhnev, se había constituido una nueva clase capitalista con intereses propios, antagónicos a los de los trabajadores. Ahora estaba madura y lista para luchar por instaurar su dictadura burguesa abierta, destruyendo los elementos de origen socialista en la política interior y exterior soviética.