Iconoclasta escribió:lo que dices al principio no cambia nada: sigues siendo teleológico! porqué no podrían surgir nuevas clases sociales? Porque Marx lo dijo? Marx no es dios hombre!
¡Sabrás tú lo que es la teleología! La cuestión no es si pueden o no surgir nuevas clases sociales, la cuestión es que eso hay que demostrarlo. Y si no se hace, que es exactamente lo que haces tú, es verborrea gratuita (a la que ya nos tienes bastante acostumbrados, por cierto).
Marx y Engels, a propósito de las clases sociales, dividen la sociedad en clases que poseen medios de producción (clases poseedoras) y clases que no tienen esos medios de producción (clases desposeídas, porque en su origen, siendo los medios de producción muy rudimentarios, estaban al alcance de cualquiera). Es exactamente esto último lo que define a las clases sociales y no otra cosa, como el poder adquisitivo o la categoria socio-profesional de cualquier individuo. Ya te dije hace bastante tiempo que tú, a Marx, lo has leído de segundas, y me ratifico en lo dicho.
Desde luego que Marx no es ningún dios, pero resulta que tú tampoco. Y mientras él sí definió claramente qué es una clase social, tú omites justamente hacer lo propio para inventarte clases sociales.
La clase burocrática no existe ni ha existido jamás, del mismo modo que la clase media tampoco existe. Ambas categorías socio-profesionales son sólo
clases subjetivas (lo que determinados individuos creen ser) del mismo modo que los dioses sólo tienen una existencia subjetiva (exclusivamente en la mente humana).
La burocracia es tan antigua como el Estado. ¿Sabes tú acaso el grado de burocratismo que existían en la civilización romana de la Antigüedad? Muchísima (no en vano se sigue estudiando Derecho romano como una de las bases del derecho actual moderno). Y hablamos de una época en la que la mayoría de la gente ni sabía leer ni escribir, con lo que un burócrata de aquella época, que sí sabía hacer ámbas cosas, tenía un poder enorme, máxime si su firma tenía valor jurídico.
Que haya que tener en cuenta estas realidades subjetivas a la hora de trazar estrategias de acción política y de lucha ideológica es una cosa, pero partir del análisis de que esas clases tienen una existencia objetiva es un punto de partida falso, fruto de un análisis no marxista de los elementos que componen una sociedad, es decir, las clases sociales.
Esto es como el cuento de las clases sociales del antiguo régimen feudal: nobleza, clero y pueblo llano. Sí, aquella sociedad decía que tal era su división estamentaria, pero la realidad es que el clero no ha constituido nunca una clase social, puesto que sabemos perfectamente que las altas jerarquías eclesíasticas procedían de la aristocracia, y el clero bajo, analfabeto en muchos casos, procedía de los estratos sociales más humildes. En aquella sociedad las clases sociales eran la nobleza, la burguesía urbana, el protoproletariado urbano (sin medios de trabajo y que trabajaba en los talleres de la burguesía) y los campesinos (siervos de la gleba u hombres libres sin tierras o con parcelas muy pequeñas en según que zonas de Europa). En el reino de Castilla, por poner la excepción de la regla, no existió nunca la servidumbre de la gleba y los campesinos siempre fueron hombres libres (contrariamente a Aragón donde la servidumbre era mayoritaria).
Así pues, ya estamos de lleno metidos en esa cosa que llamamos el
ser social (la realidad de la sociedad) y la
conciencia social (lo que la sociedad piensa de sí misma), vieja unidad dialéctica también descubierta y analizada por Marx y que nos permite estudiar de dónde vienen las ideas y qué papel desempeñan en la Historia.
Iconoclasta escribió:... quitale al burgués y al capitalismo la burocracia hoy en día y el sistema se desmorona, no quedará nadie que coordine el mercado
Y quítale el burócrata al cónsul o al cuestor del Imperio romano y el sistema también se desmoronaba, no quedando nadie para gestionar el Imperio y su enorme mercado. De hecho, es lo que ocurrió por la monumental crisis en la que se metió. Hasta tal punto que nadie quiso ser ni burócrata ni cónsul ni cuestor. ¡Ahí es ná! Que la burocracia es consustancial al Estado. Los estados no burocráticos no existen ni han existido jamás.
Iconoclasta escribió:Existe también otra cosa que ha ocurrido con la complejidad del sistema: los trabajadores se han dividido en dos estratos: los precarios y los integrados. Los primeros no reciben ninguna especialización y terminos marxistas podrían ser llamados los "proletarios de hoy", mientras que los segundos están rondando los circulos burocraticos (y dependiendo de ellos) o derechamente son parte de la tecnocracia. Ellos participan del proceso productivo y obtienen y extraen plusvalía gracias a su experticia...
jajajaja... ¿La complejidad del sistema? jajajajaja.... Hombre, Iconoclasta, parece mentira que vengas ahora a descubrir el Océano Pacífico. De eso que tú llamas trabajadores
integrados ya hablaba el propio Marx, y es de esos trabajadores de donde procede la corriente reformista en el seno de la clase obrera. Y no sólo son los trabajadores de "cuello blanco" de las administraciones públicas o privadas, sino también obreros manuales muy cualificados, que también cobran salarios bastante altos y hasta manifiestan su diferencia de la masa obrera creando sus propios sindicatos corporativos. Pero, vamos, que esto es bastante antiguo, hombre; no es producto de la revolución científico-tecnológica ni del llamado
Estado del bienestar. Existe desde el siglo XIX.
Iconoclasta escribió:Un profesor universitario aceptaría que le quitaran su "sueldo" millonario? un ingeniero que actue sobre las politicas públicas aceptaría que no le dieran sus regalías por participar en esa sección? un sindicalista cooptado por el estado aceptaría dejar de percibir 600 mil pesos por su posición social (mientras un trabajador precario gana con suerte 180 mil)? y acaso un jefe de ventas en un supermercado también aceptaría ganar el salario promedio?
De verdad, que lo tuyo resulta bastante grave. Las diferencias salarias dentro de una misma empresa existen desde que las empresas existen. Si un capataz o encargado cobrarse lo mismo que un obrero normal no querría hacer ese trabajo, a menos que sea tonto. ¡Menudo descubrimiento nos haces! Pero el empresario necesita capataces, sobre todo en las empresas grandes o las que funcionan 24 horas diarias. Y no sólo hay esa modalidad, sino también incentivos por producción para determinados tipos de empleados: los de la escala superior.
Pero esas diferencias salarias tan grandes que citas entre profesores, ingenieros y demás en tu país no existen ya en España, por ejemplo. Aquí, en Madrid, un profesor de secundaria del Estado gana prácticamente lo mismo que un conductor de autobús: en torno a 1.800 euros sin tener en cuenta la experiencia que puedan acumular a lo largo de su vida profesional. Ya ves cómo se igualan las cosas y cómo se proletariza al funcionariado del Estado. Y los dos, tanto el funcionario como el conductor de autobús forman parte de la clase obrero bien cualificada, pero lo que desde luego ya no están tan claro es que sean de la "clase media", porque con 1.800 lereles al mes, como tengas que pagar una hipoteca y tengas un par de hijos vas bastante justo para llegar a fin de mes y no te va a sobrar gran cosa para ocio.
Iconoclasta escribió:más que frenar eso, genera una division terrible entre el trabajo manual (mecanico y explotado) y el intelectual (que es libre y creativo)... el proletario aparece entonces como una mera máquina servil al capital
Tampoco esto es así; en buena medida, el trabajador
intelectual se creerá muy libre y creativo, pero en realidad no hace más repetir a los cuatro vientos el discurso que le dicta la oligarquía financiera, con lo que, en la práctica, es igual de servil o más que el trabajador manual.
Y te digo más: ese trabajador
intelectual que no se aparte mucho del guión que le imponen porque irá a la puta calle de cabeza. Eso para que veas lo libre que es, sobre todo si sus creaciones las desarrolla de una empresa privada (periodismo, por ejemplo).