Según el socialismo de Lenin la URSS no era socialista; Lenin en Obras escogidas, tomo VIII, página 64 escribió:A juicio mío, no ha habido una sola persona que, al ocuparse de la economía de Rusia, haya negado el carácter transitorio de esa economía. Ningún comunista ha negado tampoco, a mi parecer, que la expresión República Socialista Soviética significa la decisión del Poder soviético de llevar a cabo la transición al socialismo;
más en modo alguno el reconocimiento de que el nuevo régimen económico es socialista.
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La estructura económica y la formación social soviética en la etapa del comunismo de guerra, según Lenin, son;
Lenin, ibíd. escribió:…qué elementos de los distintos tipos de economía social existen en Rusia. Y ahí está todo el meollo de la cuestión.
Enumeremos esos elementos:
1. economía campesina patriarcal, es decir, natural en grado considerable;
2. pequeña producción mercantil (en ella se incluye la mayoría de los campesinos que venden cereales);
3. capitalismo privado;
4. capitalismo de estado;
5. socialismo…
…Está claro que en un país de pequeños agricultores predomina, y no puede menos de predominar, el elemento pequeñoburgués; la mayoría, la inmensa mayoría de los agricultores son pequeños productores de mercancías…
…No es el capitalismo de estado el que lucha contra el socialismo, sino la pequeña burguesía más el capitalismo privado los que luchan juntos, de común acuerdo, tanto contra el capitalismo de estado como contra el socialismo.
En la misma obra Lenin desarrolla la cuestión de las alianzas de clase de la siguiente manera;
Lenin, ibíd., página 65 escribió:Los obreros tienen en sus manos el poder del estado, tienen la absoluta posibilidad jurídica de ‘tomar’ todo el millar, es decir, de no entregar un solo kopek que no esté destinado a fines socialistas. Esta posibilidad jurídica, que se asienta en el paso efectivo del poder a los obreros, es un elemento de socialismo…
…El capitalismo de estado significaría un gigantesco paso adelante incluso si pagáramos más que ahora, […] pues merece la pena pagar ‘por aprender’, pues eso es útil para los obreros, pues vencer el desorden, el desbarajuste y el relajamiento tiene más importancia que nada, pues continuar la anarquía de la pequeña propiedad es el peligro mayor y más temible, que nos hundirá sin duda alguna (si no lo vencemos), en tanto que pagar un tributo mayor al capitalismo de estado, lejos de hundirnos, nos llevará por el camino más seguro hacia el socialismo. La clase obrera, después de aprender a proteger el orden estatal frente a la anarquía de la pequeña propiedad, después de aprender a organizar la producción a gran escala, a escala de todo el país, basándola en el capitalismo de estado, tendrá entonces a mano -perdón por la expresión- todos los triunfos, y el afianzamiento del socialismo estará asegurado.
El capitalismo de estado es incomparablemente superior, desde el punto de vista económico, a nuestra economía actual. Eso primero.
Y segundo, no tiene nada de temible para el Poder soviético, pues el estado soviético es un estado en el que está asegurado el poder de los obreros y de los campesinos pobres.
Lenin en Ibíd., páginas 160 y 161 escribió:Siempre que he escrito algo de la nueva política económica he citado mi artículo de 1918 sobre el capitalismo de estado. Eso hizo dudar en más de una ocasión a algunos camaradas jóvenes…
…Creían que no se podía calificar de capitalismo de estado a un régimen en el que los medios de producción pertenecen a la clase obrera y en el que ésta es dueña del poder estatal…
…Tampoco hay duda de que, en nuestra actual realidad económica, cuando al lado de empresas capitalistas privadas –habiéndose socializado sin falta la tierra y teniéndolas bajo el control obligatorio del poder del estado, que pertenece a la clase obrera- hay empresas de tipo socialista consecuente (cuando tanto los medios de producción como el suelo en que se halla enclavada la empresa y toda ella en su conjunto pertenecen al estado)
Como se puede leer, Lenin, califica de capitalismo de estado el régimen de producción existente en la URSS de su tiempo, negando explícitamente que sea socialista, a pesar que los fundamentales medios de producción incluida la tierra pertenecían al estado. Luego, que los medios de producción fundamentalmente pertenezcan al estado no implica que el régimen de producción no sea capitalismo de estado, siempre según el socialismo de Lenin, socialismo en perfecta consonancia con el de Marx y Engels;
- Friedrich Engels en Del socialismo utópico al socialismo científico:
Es esta rebelión de las fuerzas de producción cada vez más imponentes, contra su calidad de capital, esta necesidad cada vez más imperiosa de que se reconozca su carácter social, la que obliga a la propia clase capitalista a tratarlas cada vez más abiertamente como fuerzas productivas sociales, en el grado en que ello es posible dentro de las relaciones capitalistas. Lo mismo los períodos de alta presión industrial, con su desmedida expansión del crédito, que el crac mismo, con el desmoronamiento de grandes empresas capitalistas, impulsan esa forma de hsocialización de grandes masas de medios de producción con que nos encontramos en las diversas categorías de sociedades anónimas. Algunos de estos medios de producción y de comunicación son ya de por sí tan gigantescos, que excluyen, como ocurre con los ferrocarriles, toda otra forma de explotación capitalista. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, ya no basta tampoco esta forma; los grandes productores nacionales de una rama industrial se unen para formar un trust, una agrupación encaminada a regular la producción; determinan la cantidad total que ha de producirse, se la reparten entre ellos e imponen de este modo un precio de venta fijado de antemano. Pero, como estos trusts se desmoronan al sobrevenir la primera racha mala en los negocios, empujan con ello a una socialización todavía más concentrada; toda la rama industrial se convierte en una sola gran sociedad anónima, y la competencia interior cede el puesto al monopolio interior de esta única sociedad; así sucedió ya en 1890 con la producción inglesa de álcalis, que en la actualidad, después de fusionarse todas las cuarenta y ocho grandes fábricas del país, es explotada por una sola sociedad con dirección única y un capital de 120 millones de marcos.
En los trusts, la libre concurrencia se trueca en monopolio y la producción sin plan de la sociedad capitalista capitula ante la producción planeada y organizada de la futura sociedad socialista a punto de sobrevenir. Claro está que, por el momento, en provecho y beneficio de los capitalistas. Pero aquí la explotación se hace tan patente, que tiene forzosamente que derrumbarse. Ningún pueblo toleraría una producción dirigida por los trusts, una explotación tan descarada de la colectividad por una pequeña cuadrilla de cortadores de cupones.
De un modo o de otro, con o sin trusts, el representante oficial de la sociedad capitalista, el Estado, tiene que acabar haciéndose cargo del mando de la producción*. La necesidad a que responde esta transformación de ciertas empresas en propiedad del Estado empieza manifestándose en las grandes empresas de transportes y comunicaciones, tales como el correo, el telégrafo y los ferrocarriles.
A la par que las crisis revelan la incapacidad de la burguesía para seguir rigiendo las fuerzas productivas modernas, la transformación de las grandes empresas de producción y transporte en sociedades anónimas, trusts y en propiedad del Estado demuestra que la burguesía no es ya indispensable para el desempeño de estas funciones. Hoy, las funciones sociales del capitalista corren todas a cargo de empleados a sueldo, y toda la actividad social de aquél se reduce a cobrar sus rentas, cortar sus cupones y jugar en la Bolsa, donde los capitalistas de toda clase se arrebatan unos a otros sus capitales. Y si antes el modo capitalista de producción desplazaba a los obreros, ahora desplaza también a los capitalistas, arrinconándolos, igual que a los obreros, entre la población sobrante; aunque por ahora todavía no en el ejército industrial de reserva. Pero las fuerzas productivas no pierden su condición de capital al convertirse en propiedad de las sociedades anónimas y de los trusts o en propiedad del Estado. Por lo que a las sociedades anónimas y a los trusts se refiere, es palpablemente claro. Por su parte, el Estado moderno no es tampoco más que una organización creada por la sociedad burguesa para defender las condiciones exteriores generales del modo capitalista de producción contra los atentados, tanto de los obreros como de los capitalistas individuales. El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, es el Estado de los capitalistas, el capitalista colectivo ideal. Y cuantas más fuerzas productivas asuma en propiedad, tanto más se convertirá en capitalista colectivo y tanta mayor cantidad de ciudadanos explotará. Los obreros siguen siendo obreros asalariados, proletarios. La relación capitalista, lejos de abolirse con estas medidas, se agudiza, llega al extremo, a la cúspide. Más, al llegar a la cúspide, se derrumba. La propiedad del Estado sobre las fuerzas productivas no es solución del conflicto, pero alberga ya en su seno el medio formal, el resorte para llegar a la solución.
*Y digo que tiene que hacerse cargo, pues, la nacionalización sólo representará un progreso económico, un paso de avance hacia la conquista por la sociedad de todas las fuerzas productivas, aunque esta medida sea llevada a cabo por el Estado actual, cuando los medios de producción o de transporte se desborden ya realmente de los cauces directivos de una sociedad anónima, cuando, por tanto, la medida de la nacionalización sea ya económicamente inevitable. Pero recientemente, desde que Bismarck emprendió el camino de la nacionalización, ha surgido una especie de falso socialismo, que degenera alguna que otra vez en un tipo especial de socialismo, sumiso y servil, que en todo acto de nacionalización, hasta en los dictados por Bismarck, ve una medida socialista. Si la nacionalización de la industria del tabaco fuese socialismo, habría que incluir entre los fundadores del socialismo a Napoleón y a Metternich. Cuando el Estado belga, por razones políticas y financieras perfectamente vulgares, decidió construir por su cuenta las principales líneas férreas del país, o cuando Bismarck, sin que ninguna necesidad económica le impulsase a ello, nacionalizó las líneas más importantes de la red ferroviaria de Prusia, pura y simplemente para así poder manejarlas y aprovecharlas mejor en caso de guerra, para convertir al personal de ferrocarriles en ganado electoral sumiso al gobierno y, sobre todo, para procurarse una nueva fuente de ingresos sustraída a la fiscalización del Parlamento, todas estas medidas no tenían, ni directa ni indirectamente, ni consciente ni inconscientemente nada de socialistas. De otro modo, habría que clasificar también entre las instituciones socialistas a la Real Compañía de Comercio Marítimo, la Real Manufactura de Porcelanas, y hasta los sastres de compañía del ejército, sin olvidar la nacionalización de los prostíbulos propuesta muy en serio, allá por el año treinta y tantos, bajo Federico Guillermo III, por un hombre muy listo.
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A la luz de los acontecimientos posteriores, la afirmación de Lenin; "
No es el capitalismo de estado el que lucha contra el socialismo"; se puede considerar un error, incluso grave, ya que; quien se hizo con el poder en la URSS es el capitalismo de estado, una oligarquía financiera, y no la pequeña burguesía ni el capitalismo privado.
Para Lenin la URSS se hallaba en un periodo de transición entre el capitalismo y el socialismo. Esta posición de Lenin se encuentra en consonancia con el socialismo de Marx;
Karl Marx en Carta a Joseph Weydemeyer escribió:...Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases…
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Se puede considerar que es erróneo denominar al período de transición como dictadura del proletariado, debido a la propia definición de proletariado dada por Marx y Engels, pero no en cuanto a la necesidad del período de transición, y que en ese periodo de transición se puede revertir el proceso debido al insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas, como la propia historia de la URSS pone de manifiesto.
Hoy en día nadie duda que la URSS se haya transformado en una formación social donde el modo de producción dominante es el capitalismo, en su última fase de desarrollo, por lo que podemos afirmar que la experiencia de la Revolución de Octubre, al igual que la experiencia de la Comuna de París, se ha saldado con un fracaso. Si se quiere saber las causas de este fracaso, se deben responder las siguientes preguntas; ¿quién ha restaurado el capitalismo como modo de producción dominante en la URSS?, y lo que es más importante ¿cómo lo ha reinstaurado?
En general, la respuesta a la primera pregunta es la burguesía. La burguesía es la única clase social interesada en que el modo de producción dominante en una formación social sea el capitalismo. A la segunda pregunta la historia ha dado dos respuestas; una es mediante la revolución (contrarrevolución) burguesa. La burguesía, acumula capital hasta alcanzar el poder económico e ideológico, crea una corriente de opinión favorable para destruir el estado de la clase dominante e instaurar su propio estado, su propia dictadura. Otra es la conquista a través de la fuerza militar de otros estados, naciones y pueblos imponiéndoles el capitalismo mediante el control monopolista comercial o usurero y, lo que se ha conocido como colonialismo en la fase del capital comercial o imperialismo en la fase de la usura.
A diferencia del caso yugoslavo, intervención militar de la OTAN, en la URSS no ha sido una potencia imperialista la que ha invadido e instaurado un estado al servicio de una burguesía monopolista extranjera. El caso de la URSS tampoco ha sido el de la Comuna de París donde la burguesía destronada se reorganiza y destruye el incipiente nuevo estado y retoma el poder. El poder blanco fue destruido y de él nunca más se supo. La burguesía que se ha hecho con el poder en la URSS es una burguesía de nuevo tipo que se ha generado en el PCUS y en el estado soviético. De hecho, incluso hoy en día, tras veinte años de la desaparición de la URSS, los políticos profesionales que detentan el poder en el nuevo régimen ruso aún son ex-miembros de la dirección del PCUS y del estado soviético.
El PCUS y la URSS son un ejemplo de la transformación de un partido del proletariado y un estado al servicio de los trabajadores en un partido y un estado capitalista. Cabe señalar que este caso no es exclusivo del PCUS, la experiencia práctica enseña que todas las asociaciones obreras, ya sean políticas o sindicales, organizadas en torno a profesionales liberados, cuanto antes alcanzan cotas de poder antes se transforman en organizaciones burguesas reformistas y revisionistas. Los políticos y sindicalistas, profesionales de la defensa de los intereses de trabajadores asalariados, a la vez que proclaman que su objetivo es conseguir que el trabajo humano deje de ser una obligación para convertirse en la primera necesidad humana, huyen de la necesidad vital de trabajar como alma que lleva el diablo.
Cuando el PCUS, en 1917, tomó el poder en la URSS la mitad de los militantes eran trabajadores asalariados, pero los cuadros y la dirección eran ideólogos y políticos, profesionales de la revolución, cuyo origen de clase era burgués. Los cuadros liberados, profesionales de la revolución, son el caldo de cultivo de la ideología burguesa y la base material de la que surge la nueva burguesía. Las relaciones de producción por la que estos profesionales obtenían sus rentas no eran las de trabajadores en un proceso de producción, creando valores de uso, sino del cargo que ocupaban en el PCUS o en el estado soviético, de su papel como ideólogos o de control político y económico. Estas rentas no eran obtenidas por la aportación voluntaria de los trabajadores, por lo que no son otra cosa que plusvalía creada en las empresas de propiedad del estado. Estos profesionales de la política expropiaron a los trabajadores de los medios de producción, convirtiéndolos en trabajadores asalariados y a ellos mismos en sus empleadores. Estas rentas también podían provenir de otra forma de explotación; la tributación. Cuando un trabajador asalariado era ascendido a un cargo ideológico o político, en el PCUS o en el estado, entraba a formar parte de la nomenclatura e inmediatamente quedaba exento de la necesidad de trabajar. En algún momento, entre diciembre de 1917 y la desaparición de la URSS, los dirigentes y cuadros del PCUS transformaron la estructura económica de la sociedad soviética.
Después de la Revolución de octubre de 1917, el primer decreto del nuevo poder fue el que aprobó el reparto de la tierra entre los campesinos, a la espera de confirmación por la Asamblea Constituyente. El 12 de noviembre de 1917 se celebran las elecciones a la Asamblea Constituyente.
En diciembre de 1917 se firmó un armisticio con las potencias de la Triple Alianza, y se abrieron negociaciones sobre la paz, que concluyeron con el tratado de Tratado de Brest-Litovsk, tratado en el que la URSS a cambio de la paz cedió Bielorrusia, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Polonia, Transcaucásica y Ucrania. Sin duda, estos hechos son el mejor exponente del carácter popular de la Revolución Rusa de Octubre, al hacer realidad los anhelos de paz, tierra y libertad del pueblo. También explica la intervención militar de las potencias imperialistas en apoyo del ejército blanco, tras el fin de la 1ª Guerra Mundial, para tratar de evitar la expansión de la experiencia revolucionaria a sus propias metrópolis. Guerra tras la cual la URSS recuperó Bielorrusia, Estonia, Letonia, Lituania, Transcaucásica y Ucrania. Las elecciones de la Asamblea Constituyente arrojan los siguientes resultados:
Resultado que pone de manifiesto que, en Rusia, en noviembre de 1917, no estaban dadas las condiciones subjetivas en el pueblo ruso para que los comunistas tomaran el poder político, la aceptación de las propuestas comunistas por parte del pueblo ruso no alcanzaba el 25 %. La Asamblea Constituyente de todas las Rusias se reunió a lo largo de 12 horas, desde las 4 de la tarde del 18 de enero hasta las 4 de la mañana del 19 de enero de 1918, cuando fue disuelta por el Gobierno bolchevique. Esto también puede considerarse un error del socialismo de Lenin, al convocar unas elecciones y por no estar de acuerdo con el resultado anularlas. En febrero de 1918 se aprobó la ley territorial por la que el estado se convertía en el propietario de toda la tierra salvo la de aquellos campesinos que no contrataban mano de obra.
¿En qué consiste el socialismo para Lenin?;
Lenin en El estado y la revolución, capítulo V escribió:En el fondo, cuando los sabios profesores, y tras ellos los filisteos, y tras ellos señores como los Tsereteli y los Chernov, hablan de utopías descabelladas, de las promesas demagógicas de los bolcheviques, de la imposibilidad de "implantar" el socialismo, se refieren precisamente a la etapa o fase superior del comunismo, que no sólo no ha prometido nadie, sino que nadie ha pensado en "implantar", pues, en general, no se puede "implantar".
Y aquí llegamos a la cuestión de la diferencia científica existente entre el socialismo y el comunismo, cuestión a la que Engels aludió en el pasaje citado más arriba sobre la inexactitud de la denominación de "socialdemócrata". Políticamente, la diferencia entre la primera fase o fase inferior y la fase superior del comunismo llegará a ser, con el tiempo, probablemente enorme; pero hoy, bajo el capitalismo, sería ridículo hacer resaltar esta diferencia, que sólo tal vez algunos anarquistas pueden destacar en primer plano (si es que entre los anarquistas quedan todavía hombres que no han aprendido nada después de la conversión "plejanovista" de los Kropotkin, los Grave, los Cornelissen y otras "lumbreras" del anarquismo en socialchovinistas o en anarquistas de trincheras, como los ha calificado Gue, uno de los pocos anarquistas que no han perdido el honor y la conciencia)…
…Así, pues, en la primera fase de la sociedad comunista (a la que suele darse el nombre de socialismo) el "derecho burgués" no se suprime completamente, sino sólo parcialmente, sólo en la medida de la transformación económica ya alcanzada, es decir, sólo en lo que se refiere a los medios de producción. El "derecho burgués" reconoce la propiedad privada de los individuos sobre los medios de producción. El socialismo los convierte en propiedad común. En este sentido —y sólo en este sentido— desaparece el "derecho burgués".
Sin embargo, este derecho persiste en otro de sus aspectos, persiste como regulador de la distribución de los productos y de la distribución del trabajo entre los miembros de la sociedad. "El que no trabaja, no come": este principio socialista es ya una realidad; "a igual cantidad de trabajo, igual cantidad de productos": también es ya una realidad este principio socialista. Sin embargo, esto no es todavía el comunismo, ni suprime todavía el "derecho burgués", que da una cantidad igual de productos a hombres que no son iguales y por una cantidad desigual (desigual de hecho) de trabajo.
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Para el socialismo de Lenin el socialismo es el mismo modo de producción que el comunismo, una sociedad sin clases y sin estado, donde los trabajadores son los propietarios de los medios de producción, y el desarrollo de las fuerzas productivas todavía no permite satisfacer todas las necesidades sociales. Este socialismo-comunismo está en perfecta consonancia con el socialismo-comunismo de Marx;
Karl Marx en Crítica al Programa de Gotha escribió:Pero estos defectos son inevitables en la primera fase de la sociedad comunista, tal y como brota de la sociedad capitalista después de un largo y doloroso alumbramiento. El derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado.
En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!
Cabe, entonces, preguntarse: ¿qué transformación sufrirá el régimen estatal en la sociedad comunista? O, en otros términos: ¿qué funciones sociales, análogas a las actuales funciones del Estado, subsistirán entonces? Esta pregunta sólo puede contestarse científicamente, y por más que acoplemos de mil maneras la palabra pueblo y la palabra Estado, no nos acercaremos ni un pelo a la solución del problema.
Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado
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A lo que Lenin comenta;
Lenin en El estado y la revolución, capítulo V escribió:"…Y cabe la pregunta: ¿qué transformación sufrirá el Estado en la sociedad comunista?
Dicho en otros términos: ¿qué funciones sociales quedarán entonces en pie, análogas a las funciones actuales del Estado? Esta pregunta sólo puede contestarse científicamente, y por mucho que se combine la palabra 'pueblo' con la palabra 'Estado', no nos acercaremos lo más mínimo a la solución del problema. . ."
Poniendo en ridículo, como vemos, toda la charlatanería sobre el "Estado del pueblo", Marx traza el planteamiento del problema y en cierto modo nos advierte que, para resolverlo científicamente, sólo se puede operar con datos científicos sólidamente establecidos.
Y lo primero que ha sido establecido con absoluta precisión por toda la teoría de la evolución y por toda la ciencia en general —y lo que olvidaron los utopistas y olvidan los oportunistas de hoy, que temen a la revolución socialista— es el hecho de que, históricamente, tiene que haber, sin ningún género de duda, una fase especial o una etapa especial de transición del capitalismo al comunismo.
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Tanto para el socialismo de Marx como de Lenin el socialismo no es un período de transición entre el capitalismo y el comunismo, sino que es el comunismo en la primera fase de desarrollo. Por más que se trate de juntar la palabra "estado" con la palabra "pueblo".
Parece que el socialismo de Stalin, en este punto, se parece más al socialismo de Lasalle y de Bebel que al socialismo de Marx y de Lenin;
Constitución de la URSS (1936) escribió:Capítulo I
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Artículo 5.— La propiedad socialista tiene en la URSS dos formas: propiedad del Estado (patrimonio de todo el pueblo) y propiedad cooperativo-koljosiana (propiedad de cada koljós, propiedad de las asociaciones cooperativas)
Artículo 6.— Son propiedad del Estado, es decir, patrimonio de todo el pueblo, la tierra, el subsuelo, las aguas, los bosques, las fábricas, las minas, el transporte ferroviario, acuático y aéreo, los bancos, los medios de comunicación y las grandes empresas agropecuarias organizadas por el Estado (sovjoses, estaciones de máquinas y tractores, etc.), así como las empresas de servicios municipales y el fondo fundamental de viviendas en las ciudades y localidades industriales.
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Parece que la constitución de la URSS, inspirada en el socialismo de Stalin, mezcla las palabras estado y pueblo, como el socialismo de Lasalle y de Bebel, pero no por ello la URSS se encontraba en el comunismo, en su primera fase, según el socialismo de Marx y Lenin.
¿Cuándo, según el socialismo de Stalin, la URSS alcanzó el comunismo, en su primera fase de desarrollo? En 1934, en el
Informe ante el XVII Congreso del Partido, tras un período de tiempo de siete años de planes quinquenales, Stalin establece que; las relaciones de producción capitalistas y en consecuencia la burguesía han desaparecido en la URSS, la transformación comunista en su primera fase de desarrollo, fase que Mao Zedong denominaría de nueva democracia, se ha completado de forma absoluta y analiza la estructura económica de la formación social soviética como sigue;
Stalin en Obras completas, tomo XIII, página 122 escribió:Resulta que, en la URSS, la economía capitalista ha sido ya liquidada, y el sector campesino individual, desplazado a posiciones de segundo orden.
Lenin decía, al implantarse la NEP, que en nuestro país existían elementos de cinco estructuras económico-sociales: 1) la economía patriarcal (economía natural en grado considerable), 2) la pequeña producción mercantil (la mayoría de los campesinos que venden grano), 3) el capitalismo privado, 4) el capitalismo de estado, 5) el socialismo. Lenin afirmaba que, de todas estas estructuras económico-sociales, la socialista era la que, al fin y a la postre, debía salir triunfante. Hoy podemos decir que la primera, la tercera y la cuarta estructuras económico-sociales no existen ya, la segunda ha sido desplazada a posiciones de segundo orden, y la quinta, la socialista, es la que predomina de una manera absoluta y es la única fuerza rectora en toda la economía nacional. (Clamorosos y prolongados aplausos.)
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Para Stalin, en la URSS de 1935, las fuerzas productivas han alcanzado tal grado de desarrollo que han provocado la desaparición de las viejas y caducas relaciones de producción capitalistas, para ser sustituidas por las nuevas y más avanzadas relaciones de producción socialistas. La historia se ha encargado de demostrar el trágico error de Stalin. Por otro lado, la concepción “dialéctica” de Stalin sobre el socialismo la manifiesta en 1925 en el
Informe Político del XIV Congreso del PCUS.
Stalin en Obras completas, tomo VII, página 109 escribió:Tomemos otro tipo de empresas, las del estado. ¿Son éstas empresas capitalistas de estado? No, no lo son. ¿Por qué? Porque en ellas no se hallan representadas dos clases, sino una sola, la clase obrera, que, personificada en su estado, posee los instrumentos y medios de producción y que no es explotada, porque el máximo de lo que rinde la empresa, aparte de los salarios, se destina a desarrollar la Industria, es decir, a mejorar la situación de toda la clase obrera.
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El proletariado es una clase social cuyos miembros solo poseen su fuerza de trabajo y se ven en la necesidad de venderla, por lo que sufren la explotación de la burguesía. Para Stalin el socialismo es un modo de producción con una sola clase social, la clase obrera o el proletariado. Ahora bien, en la URSS, sabemos que existían trabajadores asalariados y clase obrera, es decir vendedores de la mercancía; fuerza de trabajo, ante esta realidad contrastada cabe preguntarse ¿a quién vendía su fuerza de trabajo la clase obrera y el resto de trabajadores asalariados?, o lo que es lo mismo, ¿quiénes eran los compradores de la fuerza de trabajo que vendían los asalariados? El subjetivismo metafísico es la concepción filosófica que a partir de 1934 difunde el PCUS. El capitalismo ha desaparecido de la estructura económica de la URSS. La burguesía solo existe en la superestructura ideológica y política, no como una manifestación de las relaciones de producción capitalistas en el seno de la estructura económica sino, como agentes al servicio de burguesías imperialistas extranjeras. La estructura económica no es ya la base determinante de la superestructura, es la superestructura ideológica y política la que determina la estructura económica, el ser social no es el que crea la conciencia, por el contrario, es la conciencia la que determina el ser social. Las relaciones de producción dejan de ser objetivas, y se convierte en una cuestión de la voluntad subjetiva de los políticos, profesionales de la “revolución”. Con la negación de la existencia de la burguesía, como clase social, en los análisis de la formación social soviética por parte del PCUS, se consuma la toma del poder del estado en la URSS de una burguesía de nuevo tipo. Frente a esta interpretación de la realidad social en la URSS cabe preguntarse ¿de dónde y cómo surgieron los actuales capitalistas en Rusia?, es decir, ¿cómo se expropiaron los medios de producción a los trabajadores, y se apropiaron de ellos dichos capitalistas? y ¿a quién vendía su fuerza de trabajo?, es decir, ¿quiénes eran los compradores de la fuerza de trabajo que vendían los asalariados?
La cuestión de Stalin en particular, y la de la URSS en general, es la cuestión de la defensa de un Estado de Dictadura de los Trabajadores, la toma de posición respecto al carácter dominantemente proletario o no del Partido Comunista de la Unión Soviética y de todo el Movimiento Comunista Internacional en este periodo. No obstante, el PCUS cometió errores que tuvieron dañinas consecuencias para la revolución mundial. Algunos de estos errores fueron de principios, tenían por tanto un carácter muy grave.
Los estudios del PCUS adoptaban un punto de vista metafísico a la hora de analizar la sociedad soviética, No partían que la existencia de obreros que venden su fuerza de trabajo implica la existencia de los capitalistas que la compran, no partían suficientemente del principio esencial de la ciencia del materialismo histórico, todas las formaciones sociales sin el suficiente desarrollo de las fuerzas productivas para satisfacer sus necesidades, incluso las formaciones sociales socialistas, son formaciones sociales cuya base es la lucha de clases. No distinguía en cada etapa entre las luchas en el seno del pueblo y las luchas con los enemigos del pueblo. Esto le llevó a tratar como luchas de clases antagónicas luchas que no lo eran, y viceversa. Amplios sectores de las clases populares y trabajadoras soviéticas y de buenos comunistas del Partido Bolchevique pagaron duramente este error, y los capitalistas de estado se beneficiaron hasta llegar a hacerse con el poder del estado.
Saludos.