Se muy bien que Stalin se refiere mas al Partido Comunista en si y no a las amistades "normales" digamos fuera del partido sin tener un Estado Socialista a las espaldas donde no se puede ser tertulia claramente pero su formulación es interesante y me hizo pensar
¿creen ustedes que el marxismo influye en la amistad? ¿Se debe ante poner la la causa antes que la amistad? ¿Dejarían de ser amigos porque su ideologia es totalmente contraria? o digamos ¿Es realmente profunda la amistad con alguien que es opuesto o atenta a la causa que defendemos? ¿Han cambiado su manera de ver la amistad siendo marxistas?
¿creen ustedes que el marxismo influye en la amistad? ¿Se debe ante poner la la causa antes que la amistad? ¿Dejarían de ser amigos porque su ideologia es totalmente contraria? o digamos ¿Es realmente profunda la amistad con alguien que es opuesto o atenta a la causa que defendemos? ¿Han cambiado su manera de ver la amistad siendo marxistas?
Sobre la DESVIACIÓN DERECHISTA en el P.C.(b) de la URSS escribió: Camaradas: No voy a referirme al factor personal, aunque en los discursos de ciertos camaradas del grupo de Bujarin es cosa que ha jugado un papel bastante impresionante. No me referiré a él, porque el factor personal es una minucia y las minucias no merecen la pena de que nos paremos en ellas. Bujarin hablaba de su correspondencia personal conmigo. Ha leído varias cartas, de las que se desprende que nosotros, ayer todavía amigos personales, discrepamos ahora en política. Las mismas notas han sonado en los discursos de Uglánov y Tomski. Cómo es eso, vienen a decir: somos viejos bolcheviques y de repente nos hablan de discrepancias entre nosotros; no sabemos respetarnos. Creo que todas estas jeremiadas y lamentaciones no valen un comino. No somos una tertulia familiar, no somos una peña de amigos personales, sino el partido político de la clase obrera. No se debe permitir que los intereses de la amistad personal se coloquen por encima de los intereses de la causa. Si por lo único que nos llamamos viejos bolcheviques es por ser viejos, mal van nuestras cosas, camaradas. Los viejos bolcheviques no gozan de respeto por ser viejos, sino porque, al mismo tiempo, son revolucionarios siempre nuevos, que nunca envejecen. Si el viejo bolchevique se desvía de la revolución o se abandona y se apaga en el sentido político, podrá tener aunque sea cien años, pero no estará autorizado a llamarse viejo bolchevique, no tendrá derecho a pedir al partido que se le respete. Además, los problemas de la amistad personal no pueden colocarse en un mismo plano con los problemas de la política; pues, como suele decirse, una cosa es la amistad y otra cosa es el deber. Todos nosotros estamos al servicio de la clase obrera, y si los intereses de la amistad personal divergen de los intereses de la revolución, la amistad personal debe pasar a un segundo plano. De otro modo no podemos plantear el problema como bolcheviques. No me referiré tampoco a las alusiones y acusaciones embozadas de carácter personal que salpican los discursos de los camaradas de la oposición bujarinista. Al parecer, estos camaradas quieren encubrir con insidias y equívocos las razones políticas de nuestras discrepancias. Quieren suplantar la política por la politiquería. En este sentido, es particularmente característico el discurso de Tomski, discurso típico de un politicastro tradeunionista que trata de suplantar la política por la politiquería. Pero no les saldrá este número.