por El diccionario rojo Dom Oct 08, 2017 6:58 pm
Muy buenas y bienvenidx al foro;
1. Se puede atraer inversión extranjera de distintas formas; las más características es rebajar las condiciones laborales, el sueldo y la bajada exhaustiva por la parte de los impuestos: el Estado se llevaría una buena parte de la producción. Ejemplos actuales, los tenemos en Cuba -de forma tímida-, Corea del Norte, con trabajadores subordinados y sumisos o en la Unión Soviética, con acuerdos con Ford y otras empresas.
Sin embargo, todas estas prácticas solo retratan lo complejo de las relaciones de producción en una economía capitalista de Estado, donde el Estado se llevaría una parte, la empresa, la plusvalía originaria y los trabajadores, son explotados sin acceder de forma total al fruto de su trabajo, por lo que la pregunta cae en: ¿deben los países socialistas basar su economía en inversiones extranjeras? ¿pueden avanzar estos países hacia el socialismo-comunismo si parte de sus trabajadores están siendo explotados, primero, por empresas extranjeras, y segundo, sin recibir jamás la plusvalía robada? Yo, no lo creo.
Sin embargo, los países del Este hasta bien entrados los 70, tenían acuerdos y conciertos económicos que hacía que la inversión extranjera no fuese necesaria, a la par que casi no se emitía deuda externa.
2. Hagamos un repaso rápido del materialismo histórico.
En la Edad Antigua, las relaciones de producción mayoritariamente estaban basadas entre un amo, que era o pertenecía a la clase dominante, y un esclavo, que el subordinado de este en todo en lo que se le encomendase. En la Edad Media, lo más destacado en los señores feudales latifundistas, que poseían ingentes parcelas de terreno para el cultivo y otras actividades de campo; el latifundista, estimaba de siervos que trabajasen la tierra, a cambio, se les daba una miseria y protección. Pasado el tiempo, desde la Revolución Industrial, encontramos que una nueva clase dominante surge y se mantiene hasta día de hoy: hablamos de la burguesía. La burguesía, como sus antiguos predecesores, son dueños de los medios de producción, las tierras, y todo lo que se puede comprar con dinero. Al poseer el burgués los medios de producción, este, necesita a la clase obrera para llevar a cabo la producción. En el proceso laboral, el trabajador debe renunciar al fruto de su trabajo a cambio de un salario. El beneficio neto del burgués es la plusvalía que se queda este del trabajo del obrero. Los y las comunistas entendemos que el burgués es un parásito, ya que no sirve absolutamente para nada en el proceso de producción, ya que él ni trabaja, ni es autor de lo producido, sin embargo, se lleva una parte de lo producido, explotando a los trabajadores.
Expropiándose los medios de producción, lo único que se hace es poner como dueño de los medios de producción a la clase trabajadora. Los bienes consumo -u otros bienes para otras funciones- pueden ser vendidos, o repartidos por y para la clase obrera.
Objetivamente, en las economías planificadas, la tasa de paro era prácticamente inexistente hasta entrado los años 70 y 80, donde se empezó a descentralizar la economía.
El dinero, por necesidad histórica, acaba desapareciendo según la evolución de la sociedad. En una sociedad comunista, el dinero deja de tener sentido ya que los medios de producción pertenecen a todos y los bienes de consumo son repartidos según las necesidades de los miembros de tal sociedad.