Cláudio Forján escribió:.La "violencia machista" no es una categoría marxista ni tampoco leninista.
La violencia machista ya se daba en tiempos de Marx y Lenin. Como pegar a tu mujer, gritarla, no dejarla salir de casa..., que a día de hoy utilicemos «violencia machista» es solo una herramienta léxica para definir una realidad palpable por entonces y ahora.
F. Engels citando a Marx en El origen de la familia y la propiedad privada escribió:
Y añade Marx: «La familia moderna contiene en germen, no sólo la esclavitud (servitus), sino también la servidumbre, y desde el comienzo mismo guarda relación con las cargas en la agricultura. Encierra, in miniature, todos los antagonismos que se desarrollan más adelante en la sociedad y en su Estado».
Esta forma de familia señala el tránsito del matrimonio sindiásmico a la monogamia. Para asegurar la fidelidad de la mujer y, por consiguiente, la paternidad de los hijos, aquélla es entregada sin reservas al poder del hombre: cuando éste la mata, no hace más que ejercer su derecho.
En síntesis, a toda la estupidez escrita por "arabista". El feminismo liberal, sin perspectiva de clases, que no le mueve un pelo al capitalismo, viene a solucionar el problema de la "doble" explotación de la mujer, JA ! ... Si quieren comprobar que es la verdadera igualdad entre hombres y mujeres proletarias, alcanza con observar el rol de la mujer en los países de los bloques socialistas. Para darse cuenta que el "feminismo" no es la solución (no lo fue, ni busca serlo) a la explotación de la mujer obrera. El socialismo, si lo fue, con mayor o menor éxito. Destruir la infraestructura y superestructura heredada no es tarea fácil, claramente se necesita dar una batalla cultural.
La tasa de homicidios, de indigencia y de pobreza, de muertes en accidentes laborales, etc, afecta en mayor porcentaje a los hombres (supongo que algunos de los beneficios de vivir en una sociedad patriarcal). Ni por asomo me imagino una corriente ideológica destinada a la problemática de los hombres dentro del capitalismo, es tan absurdo como el feminismo burgués, carente de toda perspectiva de clases. La mujer burguesa "no se diferencia" de la mujer obrera, la mujer de clase media, media alta, "no se diferencia" de la mujer de clase humilde. Una anécdota, hace un tiempo atrás, la directora del FMI (que hambrea a millones de mujeres en mi país con sus recetas de ajuste), le reprocho a Nicolas Dujovne (actual ministro de Hacienda de la Argentina) que en su gabinete habían "pocas mujeres". Christine Lagarde es tan feminista como los mismos idiotas que piensan en que "con mas mujeres en un gabinete político burgués se esta logrando "la igualdad" y derrotar al "patriarcado". O quizás se necesitarían mayor cantidad de mujeres empresarias, para equiparar la vara contra el predominio empresarial de los hombres ¿Se entiende, no? ... Claramente el capital financiero se siente muy cómodo con el feminismo, que hasta se dan el lujo de promoverlo y financiarlo. Y por supuesto, los idiotas marxistoides que piensan que todo este movimiento de mujeres es "super revolucionario" jaja. Sigan así, el capitalismo necesita descerebrados dóciles, útiles y serviles a sus intereses.
Por cierto, la violencia dentro de una sociedad merece un análisis mucho mas profundo y científico, que reducir todo a una conjetura única, "el patriarcado" (en el caso de la violencia dirigida de un hombre contra una mujer). Porque si hablamos de violencia, también la hay de mujeres a hombres, de mujeres a mujeres, de hombres contra hombres, etc. No puede haber un análisis tan superficial que de una respuesta única a una determinada problemática.
En fin, particularmente ya no tengo nada mas que agregar. Hay dos posiciones irreconciliables, que cada uno saque sus conclusiones, esta a la vista que intereses defienden unos y que intereses defendemos otros.
Por cierto, este hijo de puta merecería alguna sanción, es una lacra de mierda. Otro cobarde que fue humillado en cada debate por el Camarada Iona, pero lo menciona ahora que ya no puede responderle.
Arabista escribió:No hubiese faltado el obtuso y difunto IonaYakir
Así son estas ratas de alcantarilla, se delatan solitos ...
Cláudio Forján escribió:.La "violencia machista" no es una categoría marxista ni tampoco leninista.
La violencia machista ya se daba en tiempos de Marx y Lenin. Como pegar a tu mujer, gritarla, no dejarla salir de casa..., que a día de hoy utilicemos «violencia machista» es solo una herramienta léxica para definir una realidad palpable por entonces y ahora.
F. Engels citando a Marx en El origen de la familia y la propiedad privada escribió:
Y añade Marx: «La familia moderna contiene en germen, no sólo la esclavitud (servitus), sino también la servidumbre, y desde el comienzo mismo guarda relación con las cargas en la agricultura. Encierra, in miniature, todos los antagonismos que se desarrollan más adelante en la sociedad y en su Estado».
Esta forma de familia señala el tránsito del matrimonio sindiásmico a la monogamia. Para asegurar la fidelidad de la mujer y, por consiguiente, la paternidad de los hijos, aquélla es entregada sin reservas al poder del hombre: cuando éste la mata, no hace más que ejercer su derecho.
Fuente: marxists.org
No. Marx y Engels no hablan de "violencia machista" por ningún lado. Y mucho menos en el sentido "culturalista" que le da el feminismo oficial actual. Al contrario sitúan los episodios de violencia dentro de una determinada división del trabajo entre sexos. Yo no digo que lo que hoy en día llamamos "violencia machista" no se diera en tiempos de los clásicos. Estoy diciendo que no es ése el enfoque con que éstos abordaban el problema. Engels no se plantea por ningún lado la "deconstrucción cultural" del hombre, sino el cambio en las relaciones de producción.
pablo13 escribió:Por cierto, la violencia dentro de una sociedad merece un análisis mucho mas profundo y científico, que reducir todo a una conjetura única, "el patriarcado" (en el caso de la violencia dirigida de un hombre contra una mujer). Porque si hablamos de violencia, también la hay de mujeres a hombres, de mujeres a mujeres, de hombres contra hombres, etc. No puede haber un análisis tan superficial que de una respuesta única a una determinada problemática.
Aunque sea sólo por constitución física, en violencia el hombre gana por goleada a la mujer. Precisamente fue eso lo que permitió históricamente el dominio del hombre sobre la mujer, ya que el hombre tenía el monopolio del oficio de las armas. Otra cosa es que la industria moderna desarrollada por el capitalismo esté haciendo cada vez menos relevantes las diferencias de fuerza física. Por ejemplo, las armas modernas han permitido la incorporación de mujeres a las fuerzas armadas. En la Gran Guerra Patria el 40% de los soldados del Ejército Rojo eran mujeres. Muchas fueron francotiradoras, pilotos y de otros destacamentos que no requerían el combate cuerpo a cuerpo. Ahora con la llamada "industria 4.0" seguramente este proceso se acelere y se extienda a más sectores industriales.
En cualquier caso, yo insisto. La cuestión no es si Soros financia el feminismo o Steve Bannon promueve el machismo. La cuestión es que la cuestión femenina es un aspecto de la lucha de clases. Demasiado se habla sobre quién se queda con la casa y la custodia en caso de divorcio y demasiado poco sobre la falta de viviendas de protección oficial para familias obreras y escuelas públicas para sus hijos. Con un parque de viviendas públicas lo bastante grande se puede asegurar la garantía habitacional para la protección de mujeres maltatradas o para que ningún hombre se quede en la calle tras su divorcio y con una educación pública enfocada hacia la socialización de la persona se pueden prevenir comportamientos posesivos en las relaciones de pareja. Esto es criterio de clase. Lo demás son concesiones a la fracción burguesa de turno (o de moda).
VIOLENCIA EN LAS RELACIONES DE NOVIAZGO ENTRE JÓVENES Y ADOLESCENTES DE LA COMUNIDAD DE MADRID
http://eprints.ucm.es/8435/1/T30765.pdf
Un informe reciente del Cuerpo de Inspectores de Policía de Su Majestad sobre crímenes de honor, mutilación genital femenina y matrimonio forzoso, concluye que los agresores tienden a ser hombres o mujeres por igual. "Los miembros femeninos de una familia pueden formar parte de la violencia o los abusos a base de conversaciones, incitando a los varones de su familia a cometer crímenes [de honor] o colaborar en la planificación de las agresiones. También pueden tomar parte activa de la violencia o los asesinatos", menciona el informe.
El Middle East Quarterly dedicó un reciente estudio al análisis de casos de asesinatos "por honor" en los que habían tomado parte mujeres. Descubrieron que las mujeres cometen crímenes brutales contra otras mujeres, tanto como conspiradoras como asesinas directas, y que su participación puede consistir en propagar los rumores que a veces llevan al asesinato.
En el Reino Unido, un número cada vez mayor de mujeres (si bien todavía pequeño) también toma parte activa en el terrorismo, como ocurrió en los años 70 tanto en Irlanda del Norte como Alemania. En 2014 y 2015, 35 mujeres fueron arrestadas por delitos relacionados con terrorismo en el Reino Unido, triplicando el número de cinco años atrás.
La baronesa Helena Kennedy QC, una eminente abogada, dirigió una investigación en 2010 y 2011 sobre la trata de personas en Escocia. "Existe el prejuicio de que las mujeres no toman parte en la trata salvo como víctimas", explica, pero eso no es cierto. Policías y funcionarios suponían, al llegar a la escena de los delitos, que todos los responsables serían hombres. Pero no lo fueron. Al frente de los salones de masajes, saunas y otros lugares donde aparecían las víctimas de trata, había mujeres. "Algunas eran terriblemente crueles con las demás", recuerda Kennedy. "En muchos de los casos que salieron a la luz, las mujeres se habían convertido en la clase directiva".
Mantenerse callado sin tener capacidad de detectar de forma cientifica, cuando la izquierda engendra politicas y causas alienantes que son la baza que usa la derecha para crecer, es muestra de esa incapacidad cientifica. Plantear posiciones politicas desde el famelico "metodo espejo" no es marxismo ni es absolutamente nada.
Un marxista tiene otras funciones, como corregir, de forma cientifica las desviaciones pequeñoburguesas de la izquierda y atizar con conceptos de clase , primero, para evitar que la burguesia liberal oculte sus intereses de clase detras de causas alienantes y segundo, para evitar que la derecha obtenga por ello, el redito politico que busca.
La violencia masculina es como el wifi; se queda en el ambiente e impide que los hombres sean buenos padres. https://www.facebook.com/ana.lopezdequesada.37/videos/137000207321830/
Estas son las charlas de adoctrinaje feminista que dan a nuestros hijos. Insulta a los grupos de custodia compartida, al juez Serrano...y a los Padres, a los que hay que ignorar por mucho que se quejen de que les dejen ver a sus hijos. Ella es Pamela Palenciano y da estas charlas con tus impuestos y los míos.
Nuestros infantil izquierdistas no miden ni previenen las desviaciones y la inyeccion de ideologias pequeñoburguesas y reaccionarias en la izquierda. Como son completamente esteriles y tienen el grosor ideologico de un folio, solo son capaces de emitir analisis "metodo espejo" a cuando la derecha reacciona, además utilizando analisis cientifico con capacidad expansiva sobre las mayorias, que son dispuestas al acercamiento a esa derecha, por esa izquierda reaccionaria y alienante.
Claudio Forján escribió:No. Marx y Engels no hablan de "violencia machista" por ningún lado. Y mucho menos en el sentido "culturalista" que le da el feminismo oficial actual. Al contrario sitúan los episodios de violencia dentro de una determinada división del trabajo entre sexos. Yo no digo que lo que hoy en día llamamos "violencia machista" no se diera en tiempos de los clásicos. Estoy diciendo que no es ése el enfoque con que éstos abordaban el problema. Engels no se plantea por ningún lado la "deconstrucción cultural" del hombre, sino el cambio en las relaciones de producción.
Ya que los dioses se enfandan de manera acérrima y los burros rebuznan, obviando actos realmente deleznables hechos por determinados sujetos inefables -y que los dioses no han hecho sino ignorar determinadas plegarias-, prosigo tiempo después mi debate contigo -si así me es permitido-.
Empecemos por partes, si se me permite.
1. Cuestiones como violencia machista fueron tratadas con esta terminología mucho tiempo después de la vida de F. Engels, K. Marx y el propio N. Lenin. 2. El propio término, machismo, tanto en inglés, como en ruso, como en francés deriva directamente del término español "macho". En alemán, no tenemos una palabra latina que derive como pasa en español en francés, sino que tenemos palabras propias del alemán, es decir, las aglutinantes; por ejemplo Männlichkeitskult que aglutina a männlichkeits y a kult formando la palabra culto a la masculinidad. 3. El hecho de que no se nombre un fenómeno como tal no implica que sus observantes no puedan definir un fenómeno en concreto. Así, tanto A. Smith como D. Ricardo llegaron a analizar de forma profunda las relaciones entre empleador y empleado y cómo el primero percibía los frutos del trabajo ajeno. No sería hasta K. Marx cuando este conjunto de análisis fuese perfeccionado y denominado plusvalía.
Dicho esto, tomemos de varias fuentes la definición de machismo:
Distintas definiciones de machismo:
Real Academia Española escribió:
machismo
1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.
2. m. Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón.
Fuente: pincha aquí
Wikipedia escribió:El machismo es una expresión derivada de la palabra macho, definido como aquella actitud o manera de pensar de un varón, quien es el jefe de familia (quien toma las decisiones en casa), protector y sostenedor del hogar.
Fuente: pincha aquí
Universidad de Stanford escribió: While machismo (What is machismo?) is a concept that dictates many aspects of Latin American male behavior, it has particular relevance to male sexual culture. In terms of machismo, males have an “expansive and almost uncontrollable” sexual appetite, and it is their right to satisfy that desire in the ways they choose (1). In contrast, female sexuality is seen as an object over which the male has control. Females are expected to have only one sexual partner, none before or outside of marriage (1). Machismo sexual behavior is a source of pride for males and men must prove their manliness by upholding their sexual dominance. In this way, reputation is one of the driving forces behind machismo (2). Hirsch et al. makes the argument that reputation is the central element of sexual identity. The overemphasis on sociosexual reputation explains why males often act in socially safer yet physically more risky ways (2).
Extramarital affairs are the primary way in which males prove their masculinity. By having sex with a variety of women, in addition to their spouses, men demonstrate their expansive sexual appetite. Married men may have sex with commercial sex workers, an extra-marital girlfriend, and/or male partners, yet these relations are practiced in a separate underworld that is not acknowledged in the light of day. Men create an underlying culture in bars and brothels where there is a mutual trust and understanding that they will cover for one another. In these contexts, men prove their sexual independence to other men and are expected to have sexual relations that would be unacceptable in any other context.
Thus, a man’s perception of female roles is divided between two contexts: la casa (the home) and la calle (the street). As described by Hirsch et al.,
Men practice a very efficient social and emotional division of labor: the official wife, to whom men refer as ‘the mother of my children,’ provides respectability, raises a man’s children, provides him with domestic services, and receives the security of a public moral claim to his
resources, whereas the “outside wife” provides pleasure, sexual variety, excitement, and companionship. (2)
For the sake of social norms, men want a wife who is respectable and fulfills practical domestic duties. Often, though, demands to maintain the household and care for the children overwhelm a wife’s ability to sexually satisfy her husband. Social norms teach women that a respectable woman has no sexual desire and engages in sex only as a means of reproduction. Silvana Paternostro explains in her ethnographic portrayal of Latin American sexual culture, “In our society, women attach punitive attitudes to their sexuality. They associate sex with sin, so they carry a negative emotional burden” (3, p. 83). To stray from this image is to risk becoming like the shameless women of the streets. Thus, men, as a means of exerting their masculinity, look to extramarital affairs for sexual variety and pleasure.
The implication of the sexual expression of machismo and the extramarital affairs of married men is that they put their wives in danger of exposure to HIV/AIDS and other sexually transmitted infections (STIs). Commercial sex workers and homosexual men are often involved in extramarital sexual relations, both of which are high risk populations for HIV/AIDS. Interviews with rural Mexican men revealed that, ironically, those men who still felt affection for their wives were more likely to seek sex from prostitutes (an at-risk population) and men who experienced less emotionally satisfying marriages had girlfriends or more consistent extra-marital sexual partners, a less risky sexual behavior than the former (2). With their reputation at stake, men define “safe sex” not in terms of using a condom but in terms of being as discrete as possible, which often leads to more risky sexual behavior (2). Extramarital affairs of married men institutionalize the transfer of STIs from high risk populations to the general population (4).
Wives could assert control over protecting their sexual health by demanding their husbands to stop having extra-marital affairs and/or by using contraceptives in marital sex. Unfortunately, cultural values and norms often prevent Latin American wives from exerting this control. Specifically, wives are often unable to protect themselves because they lack power in their relationship with their husbands and the skills needed to negotiate contraceptive use. (Discussion on power disparities in marriage)
1. Parker, Richard. “Behavior of Latin American Men: implications for HIV/AIDS interventions” International Journal of STD & AIDS. (1996); 7 (Suppl.2): 62-65.
2. Hirsch, Jennifer; Meneses, Sergio; Thompson, Brenda; Negroni, Mirka; Pelcastre, Blanca; Rio, Carlos. “The Inevitability of Infidelity: Sexual Reputation, Social Geographies, and Marital HIV Risk in Rural Mexico.” Framing Health Matters. American Journal of Public Health. (2007). Vol 97 (6). 986-996.
3. Paternostro, Silvana. In the Land of God and Man: Confronting Our Sexual Culture. New York: Penguin Putnam Inc., 1998.
4. McIntyre, Peter. “Married Adolescents: No Place of Safety” World Health Organization. Geneva: WHO Press. (2006); 1-18
5. Hirsch, Jennifer et al. “The Social Constructions of Sexuality: Marital Infidelity and Sexually Transmitted Disease–HIV Risk in a Mexican Migrant Community.” Am J Public Health. 2002; 92(: 1227–1237.
Fuente: pincha aquí
La comunidad anglosajona en Urban Dictionary escribió:Spanish word. I don't think there's a direct english word translation.
1. Having an unusually high or exaggerated sense of masculinity. Including an attitude that aggression, strength, sexual prowess, power and control is the measure of someone's manliness. Also, a machismo man feels having these traits entitles him to respect and obedience from men and women around him.
2. The belief in the right to dominate and control, including, but not limited to, control over women.
Fuente: pincha aquí
Con estas pocas definiciones y un poco de sentido común podemos sintetizar de forma más o menos acertada el concepto de machismo como actitud de dominación del hombre sobre la mujer que por derecho propio lo caracteriza por dominador y señor de la mujer basada en relaciones monógamas -para la mujer- y la reafirmación de la masculinidad a partir de distintas acciones, sexuales o no, vetadas a las mujeres bajo estructura de sumisión.
Tomada esta definición, se nos presenta una pregunta muy interesante: si en cierta forma las relaciones de producción y el desarrollo de los medios de producción son los que desarrollan la superestructura de una sociedad. ¿Cómo podemos denominar a la superestructura que condiciona al machismo? La única respuesta, basada en la deducción lógica, es el patriarcado. Definamos pues, qué es el patriarcado, esta vez a través de fuentes propiamente marxistas:
Fuentes marxistas sobre el patriarcado:
Diccionario soviético de filosofía escribió:Etapa histórica en el desarrollo del régimen de comunidad primitiva al pasar por los estadios de su descomposición; surge después del matriarcado y se caracteriza por el predominio del hombre en la economía y en todo el género de vida de la comunidad gentilicia. El patriarcado apareció en el periodo en que, sobre la base de la primera gran división social del trabajo (división del trabajo) es decir, cuando la ganadería se separó de la agricultura, empezaron a desarrollare con relativa rapidez las fuerzas productivas de la sociedad, el intercambio regular, la propiedad privada y la esclavitud. A medida que la ganadería y la agricultura progresan, se van convirtiendo gradualmente en propiedad del hombre el ganado y los esclavos obtenidos a cambio de éste. Bajo el patriarcado, el matrimonio por grupos es sustituido por el matrimonio por parejas; el marido es reconocido como padre de los hijos; la mujer y los hijos le pertenecen por derecho de propiedad. La familia patriarcal (constaba de cien personas y más) era ante todo una unidad económica (Gens y comunidad gentilicia). Sobre la base del ulterior desarrollo de las fuerzas productivas, de la propiedad privada y del intercambio, la familia patriarcal se descompone en pequeñas familias monogámicas.
Fuente: pincha aquí
K. Marx y F. Engels en el Manifiesto Comunista escribió:La burguesía ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario.
Dondequiera que se instauró, echó por tierra todas las instituciones feudales, patriarcales e idílicas.
(...)
La industria moderna ha convertido el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del magnate capitalista.
(...)
Pero en lo que atañe ya a sus fórmulas positivas, este socialismo no tiene más aspiración que restaurar los antiguos medios de producción y de cambio, y con ellos el régimen tradicional de propiedad y la sociedad tradicional, cuando no pretende volver a encajar por la fuerza los modernos medios de producción y de cambio dentro del marco del régimen de propiedad que hicieron y forzosamente tenían que hacer saltar. En uno y otro caso peca, a la par, de reaccionario y de utópico.
En la manufactura, la restauración de los viejos gremios, y en el campo, la implantación de un régimen patriarcal: he ahí sus dos magnas aspiraciones. (sobre el socialismo pequeñoburgués)
Fuente: pincha aquí
K. Marx en el primer tomo de El Capital escribió: el parlamento (al final de la legislatura de 1863), acordó someter a la vigilancia de inspectores del Estado la rama hasta entonces "libre" de la panadería, y por la misma ley se prohibió para los obreros panaderos de menos de 18 años el trabajo desde las 9 de la noche a las 5 de la mañana. Esta última cláusula vale por unos cuantos volúmenes, por la elocuencia con que revela hasta qué límites llega el exceso de trabajo en esta industria al parecer tan patriarcal.
(...)
Para poner un ejemplo más moderno de esta manera de formarse las manufacturas, haremos la cita siguiente. La manufactura de hilados y tejidos de seda de Lyon y Nimes "tiene un carácter totalmente patriarcal; da trabajo a muchas mujeres y niños, pero sin fatigarlos ni aniquilar su salud; los deja seguir viviendo en sus hermosos valles, en el Drôme, en el Var, en el Isère y en Vaucluse, entregados a la cría del gusano de seda y al hilado de sus capullos; esta industria no llega jamás a adquirir el carácter de una verdadera fábrica.
A la par que implantaba en Inglaterra la esclavitud infantil, la industria algodonera servía de acicate para convertir el régimen más o menos patriarcal de esclavitud de los Estados Unidos en un sistema comercial de explotación. En general, la esclavitud encubierta de los obreros asalariados en Europa exigía, como pedestal, la esclavitud sans phrase en el Nuevo Mundo.
Fuente: pincha aquí
F. Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado escribió:El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. Esta baja condición de la mujer, que se manifiesta sobre todo entre los griegos de los tiempos heroicos, y más aún en los de los tiempos clásicos, ha sido gradualmente retocada, disimulada y, en ciertos sitios, hasta revestida de formas más suaves, pero no, ni mucho menos, abolida.
El primer efecto del poder exclusivo de los hombres, desde el punto y hora en que se fundó, lo observamos en la forma intermedia de la familia patriarcal, que surgió en aquel momento. Lo que caracteriza, sobre todo, a esta familia no es la poligamia, de la cual hablaremos luego, sino la «organización de cierto número de individuos, libres y no libres, en una familia sometida al poder paterno del jefe de ésta. En la forma semítica, ese jefe de familia vive en plena poligamia, los esclavos tienen una mujer e hijos, y el objetivo de la organización entera es cuidar del ganado en un área determinada»
(...)
Hasta 1860 ni siquiera se podía pensar en una historia de la familia. Las ciencias históricas hallábanse aún, en este dominio, bajo la influencia de los cinco libros de Moisés. (K. Marx murió veinte años después, por lo que es más que interesante ver cómo la ciencia muy poco analizó las relaciones familiares. También cabe destacar que a la fecha de la publicación de esta obra, K. Marx y había fallecido un año antes. Por lo que salvo pequeños esbozos, no hubiesemos conocido el análisis marxista en paralelo al de F. Engels, aunque está históricamente demostrado que ambos autores eran muy afines ideológicamente.
(...)
No es mejor el Estado de cosas en cuanto a igualdad jurídica del hombre y de la mujer en el matrimonio. Su desigualdad legal, que hemos heredado de condiciones sociales anteriores, no es causa, sino efecto, de la opresión económica de la mujer. En el antiguo hogar comunista, que comprendía numerosas parejas conyugales con sus hijos, la dirección del hogar, confiada a las mujeres, era también una industria socialmente tan necesaria como el cuidado de proporcionar los víveres, cuidado que se confió a los hombres. Las cosas cambiaron con la familia patriarcal y aún más con la familia individual monogámica. El gobierno del hogar perdió su carácter social. La sociedad ya no tuvo nada que ver con ello. El gobierno del hogar se transformó en servicio privado; la mujer se convirtió en la criada principal, sin tomar ya parte en la producción social. Sólo la gran industria de nuestros días le ha abierto de nuevo —aunque sólo a la proletaria— el camino de la producción social. Pero esto se ha hecho de tal suerte, que si la mujer cumple con sus deberes en el servicio privado de la familia, queda excluida del trabajo social y no puede ganar nada; y si quiere tomar parte en la gran industria social y ganar por su cuenta, le es imposible cumplir con los deberes de la familia. Lo mismo que en la fábrica, le acontece a la mujer en todas las ramas del trabajo, incluidas la medicina y la abogacía. La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias individuales. Hoy, en la mayoría de los casos, el hombre tiene que ganar los medios de vida, que alimentar a la familia, por lo menos en las clases poseedoras; y esto le da una posición preponderante que no necesita ser privilegiada de un modo especial por la ley. El hombre es en la familia el burgués; la mujer representa en ella al proletario. Pero en el mundo industrial el carácter específico de la opresión económica que pesa sobre el proletariado no se manifiesta en todo su rigor sino una vez suprimidos todos los privilegios legales de la clase de los capitalistas y jurídicamente establecida la plena igualdad de las dos clases. La república democrática no suprime el antagonismo entre las dos clases; por el contrario, no hace más que suministrar el terreno en que se lleva a su término la lucha por resolver este antagonismo. Y, de igual modo, el carácter particular del predominio del hombre sobre la mujer en la familia moderna, así como la necesidad y la manera de establecer una igualdad social efectiva de ambos, no se manifestarán con toda nitidez sino cuando el hombre y la mujer tengan, según la ley, derechos absolutamente iguales. Entonces se verá que la manumisión de la mujer exige, como condición primera, la reincorporación de todo el sexo femenino a la industria social, lo que a su vez requiere que se suprima la familia individual como unidad económica de la sociedad.
Fuente: pincha aquí
Citado esto, debemos definir el patriarcado como una etapa histórica que surge con el final del matriarcado y se desarrollaría a través de los distintos modelos económicos posteriores, desde la prehistoria al capitalismo más avanzado pasando por el esclavismo o el feudalismo que consiste en la dominación global del hombre tanto a nivel público como privado en la inmensa mayoría de los aspectos de la vida. La relación entre el concepto íntegro de patriarcado y machismo es más que evidente refiriéndonos a las obras marxistas y la propia definición de machismo. Las fuentes, innumerables e inabarcables salvo en una tesina o tesis doctoral de pleno, solo nos refieren al machismo como una consecuencia íntrisecamente relacionada con el patriarcado, siendo una característica íntrinseca o estructurador del patriarcado per se. Podemos concluir sin riesgo alguno que:
1. El feminismo no es el antónimo del machismo, pese a que muchos se ensimismen, desde su machismo-leninismo de derecha alternativa en que el machismo al feminismo es a la moneda la cara y la cruz. 2. La primera gran derrota de las mujeres -el sexo femenino en conclusión engelsiana- fue la imposición del patriarcado, aboliendo el derecho maternal. 3. Solo hasta 1860, en boca de F. Engels, no podemos hablar del desarrollo sobre una Historia de la Familia. 20 años después moriría K. Marx, y poco después lo haría F. Engels dejando el análisis de la familia y la cuestión femenina a otros autores como los bolcheviques y otras feministas marxistas, llegando a las mismas conclusiones engelsianas. En el caso de N. Lenin, él propuso que se diese una organización a nivel mundial que tratase la cuestión femenina en paralelo al Comintern, pero sus propuestas -como muchas otras gracias al estalinismo y a la burocracia soviética- se fueron difuminando hasta quedar en meras propuestas que de forma aproximada habrían planteado organizaciones femeninistas posteriormente. 4. El machismo forma parte de la superestructura del patriarcado. Le da forma y conforma una institución familiar que a día de hoy sigue presente. El patriarcado, a su vez, ha ido mutando según los distintos modelos económicos con los que se ha ido encontrando a lo largo de la historia. Posee un componente eminentemente religioso, que a su vez, cíclicamente y como no puede ser de otra manera en el materialismo dialéctico, a la economía. 5. El machismo y su estructura patriarcal se expresa -como diría incansablemente aquí y en otros hilos en el tiempo- de forma dual en contraposición a la mujer. Es una explotación familiar y laboral. Esta dualidad sigue vigente y a día de hoy, esto jamás se ha erradicado. 6. La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer 7. Los machistas-leninistas deberían tomar sobre una cuestión fundamental. Cito de nuevo de F. Engels: La república democrática no suprime el antagonismo entre las dos clases; por el contrario, no hace más que suministrar el terreno en que se lleva a su término la lucha por resolver este antagonismo. Y, de igual modo, el carácter particular del predominio del hombre sobre la mujer en la familia moderna, así como la necesidad y la manera de establecer una igualdad social efectiva de ambos, no se manifestarán con toda nitidez sino cuando el hombre y la mujer tengan, según la ley, derechos absolutamente iguales. Entonces se verá que la manumisión de la mujer exige, como condición primera, la reincorporación de todo el sexo femenino a la industria social, lo que a su vez requiere que se suprima la familia individual como unidad económica de la sociedad., concluyéndose: 7. 1. La república democrática no suprime el antagonismo entre las dos clases. Tampoco el predominio del hombre sobre la mujer. Así lo vimos en los países con capitalismo de Estado del bloque oriental y los que sobreviven a día de hoy y se denominan socialistas. 7. 2. Pese a que es necesario que la ley garantice la igualdad entre hombres y mujeres, esto ni es suficiente ni garantiza la dualidad en la explotación de la mujer. Para que la mujer quede emancipada del hombre -en palabras de Engels- debe suprimirse la familia individual de forma completa. La familia individual alcanzó su máximo auge con el modelo de pro- ducción burgués. Este modelo de familia se mantuvo bajo relaciones muy parecidas en el capitalismo de Estado de cor- te soviético. 7. 3. Como la abolición de la familia individual solo procede con la erradicación del modelo de producción capitalista, podemos concluir que la mujer quedará emancipada del hombre precisamente en los primeros estadios del socialismo-comunismo y jamás antes, porque materialmente el modelo de producción no lo permite.
Por tanto, bajo las evidencias bibliográficas y de inferencia, podemos estar totalmente seguros que K. Marx, F. Engels y otros autores marxistas que no he citado en esta ocasión pero que sí he hecho en otros hilos, como N. Lenin o A. Kolontai, podemos sentenciar que primeramente K. Marx y F. Engels han analizado directa e indirectamente lo que contemporáneamente conocemos como machismo y que este machismo -totalmente concidente, como repito, con las definiciones marxistas-leninistas- está englobado en la superestructura del patriarcado, fruto de siglos de desarrollo humano y económico.
Igualmente, para futuros intercambios intelectuales, Claudio Forján, te pido que repases la forma en la que yo me refiero al feminismo. Mis analisis jamás han redireccionado a ningún organismo feminismo en concreto, mucho menos caigo en menciones directas o indirectas al posmodernismo o algún tipo de deconstructivismo, sino el papel dominante del hombre sobre la mujer en una sociedad patriarcal bajo relaciones machistas que, en boca del análisis marxista de los clásicos, solo podrá ser superado con la erradicación de la familia individual, íntrinsecamente relacionada al capitalismo, cualquiera que sea su derivación; por otra parte, F. Engels es explícito a la hora de ejemplificar cómo la mujer dentro del capitalismo está doblemente explotada por el hombre primero definiendo a la familia individual moderna como esclavitud para la mujer o que la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. En definitiva, ni se está sacando a colación a los posmodernos, ni se está reflexionando el género ni mucho menos se está abstrayendo el concepto de hombre o mujer como conceptos ideológicos, sino que se está analizando la relación de ambos dentro del sistema capitalista y cómo es totalmente lícito, bajo una autoridad intelectual marxista, hablar de una sociedad machista englobada bajo la superestructura del patriarcado que a su vez es sustentada por la infraestructura capitalista.
Ergo, las denuncias falsas no representan sino una minoría evidente sobre la realidad material que generalmente suele ser hostil contra la mujer. La mentira es un acto humano que ha acompañado a la humanidad a través de la historia. Las mujeres, por la propia condición machista y patriarcal en la que vivimos han representado una infinitud de fraudes a la verdad utilizando distintas armas como la mentira, la victimización, la belleza, la infidelidad o el interés como concepto generalista. Frida Kahlo, Isabel II o Cleopatra, mujeres que se han movido entre la mentira, las infidelidades, la lujuría y el puro erotismo para conseguir determinados objetivos, influencias o poderes. Nadie sensato negará que la mujer, más allá de ser mujer, es ser humano y como ser humano, por razones egoístas y no tan egoístas podrá cometer fraudes por un beneficio económico, social o ambos. El problema de esto es que primeramente se quiera utilizar el hecho de las denuncias falsas como hace la derecha más reaccionaria para atacar frontalmente al feminismo, en su totalidad, como un movimiento supremacista que a través del engaño y la conspiración busca dominar al hombre en todos los aspectos de la vida. Y segundamente, que se quiera asociar la mentira y el fraude a la inmensa mayoría de causas judiciales con respecto a la violencia sexual. Estas asociaciones -como hecho, y no como organización- solo encuentran una base infantilista que se puede encontrar en una infinitud de argumentos falaces -generalmente, asociación humana y políticamente, por la derecha-, como por ejemplo Cáritas o los bancos de alimentos donde inmigrantes y nacionales acuden por alimentos. De estos inmigrantes, hay algunos que acuden al banco de alimentos local o el de Cáritas mientras no necesitan esos alimentos porque o bien trabajan en negro o bien se ve claramente que su estilo de vida realmente no les hace merecedores de las ayudas prestadas en los bancos de alimentos. Por una minoría, algunos satanizan al inmigrante y cada vez que se dice que el inmigrante generalmente es el colectivo que más riesgo tiene de caer en la pobreza te dicen: "no, pero es que todos los moros van, piden alimentos y luego los tiran o no los necesitan de verdad", obviándose primeramente que representan una minoría -porque uno de los requisitos, por lo menos a nivel Andalucía- es que debes acreditar documentalmente que estás en una situación precaria (falta de trabajo, falta de ingresos o de recursos, en general) y segundamente que una buena parte de los estafadores a los bancos alimentos son precisamente nacionales que imitan el comportamiento que crítican, muchas veces entre velos de hipocresía, pero ambos una minoría al fin y al cabo.
La exageración, la mentira y la desinformación solo llevan a la falta de realidad. La falta de realidad es contrario a las evidencias materiales y por tanto, contrarias a cualquier proceso revolucionario, por tanto, reaccionario. Como aquí los principales interesados en la reacción son los defensores del statu quo, no es de extrañar que los principales exponentes y defensores de estas mentiras sean los más acérrimos defensores del sistema neoliberal, como Vox en España, el PSL en Brasil, o el FPO en Austria.
El problema es que los autodenominados marxistas es que se dicen defensores del materialismo dialéctico, enemigos del liberalismo, el revisionismo y la dominación burguesa por todos los medios pero lo único que hacen es suscribirse a ideologías preestablecidas por idearios derechistas o mínimamente liberales. Sea YouTube, Twitter y últimamente en las manifestaciones -por si alguno está estacando en la cibermilitancia-, el liberalismo y su exponente máximo, la derecha alternativa, se amontonan y están moviendo a un gran número de personas que para dentro de un mes seguramente voten a Vox. Sin embargo, esta reacción a todo lo que tenga que ver con la erradicación al machismo se ha convertido en un fenómeno global generalmente adoptado en las redes y por supuesto, liderado y formado en su inmensa mayoría por hombres, algunos hombres que se hacen pasar por mujeres y una minoría ínfima de mujeres. Vox, en su bando las llama "de la España viva", o sea, cuatro gatos:
Una minoría comparado a las del 8-M:
En Granada, como en Madrid o Barcelona, el abánico ideológico del feminismo era muy diverso. Las ha habido muy cercanas o bien militantes de partidos o sindicatos muy escorados a la izquierda, feministas de ideología política ambigüa y propiamente liberales. Y todo esto en contraste a verdaderos motores virtuales, eminentemente hombres. Por supuesto, hay mujeres en este enclave virtual, pero no dejan de ser una minoría que muchas veces es adorada por hombres que ven estas una propia afirmación de su reacción y sus privilegios: la repetición constante, molesta y eminentemente machista del amor monogámico burgués, moderno e individualista. Empero, no, a la derecha y a sus perros falderos dentro de la izquierda, solo les interesa repetir que el feminismo en su mayoría ha perdido su carácter igualitario, que todo el feminismo es lo mismo o que el feminismo hegemónico a día de hoy está financiado por grandes corporaciones. ¿Con qué fin? Simple: adormecer a la clase trabajadora. Todo es una conspiración judaico-masónica -por supuesto, como estamos en ambientes izquierdistas, eso de "marxista" se obvia, porque la derecha asocia la conspiración y a sus autores como judios-comunistas- de banqueros en alianza con mujeres que tras siglos de explotación no se han conformado con la falsa igualdad que se dice tienen y ahora, buscan castrar al hombre, hacerles sus sumisos o incluso invertir los papeles históricos, convirtiendo al hombre en ellas mismas. Total, teorías conspirativas echas por personas intelectualmente simples que con unas pocas relaciones quieren desentrañar el tejido y sentido de toda la realidad pero no pueden ni resolver una integral con facilidad.
Mientras la izquierda no sepa analizar de forma autónoma y utilizando las herramientas que les son propias, será una mascota de la derecha y el liberalismo, y peor aún: víctimas de la superestructura reaccionaria que les ata a privilegios y a estructuras familiares subjetivamente agradables y asociaciones romántico-pequeñoburguesas, queriendo eliminar por completo de la lucha proletaria la cuestión femenina cuando esta debe estar incrustada en esta. Esto, igualmente responde a que la vanguardia del proletariado la mujer es como una aguja en un pajar, por eso el feminismo es percibido como irrelevante porque, al fin y al cabo, a casi ninguno le afecta el pesar femenino, por eso lo caracterizan de irrelevante y hasta contrarrevolucionario, pero obvian queriendo o no que son más las mujeres que hombres en el mundo y que sin ellas, no hay proceso revolucionario.
Claudio Forján escribió:No. Marx y Engels no hablan de "violencia machista" por ningún lado. Y mucho menos en el sentido "culturalista" que le da el feminismo oficial actual. Al contrario sitúan los episodios de violencia dentro de una determinada división del trabajo entre sexos. Yo no digo que lo que hoy en día llamamos "violencia machista" no se diera en tiempos de los clásicos. Estoy diciendo que no es ése el enfoque con que éstos abordaban el problema. Engels no se plantea por ningún lado la "deconstrucción cultural" del hombre, sino el cambio en las relaciones de producción.
Ya que los dioses se enfandan de manera acérrima y los burros rebuznan, obviando actos realmente deleznables hechos por determinados sujetos inefables -y que los dioses no han hecho sino ignorar determinadas plegarias-, prosigo tiempo después mi debate contigo -si así me es permitido-.
Empecemos por partes, si se me permite.
1. Cuestiones como violencia machista fueron tratadas con esta terminología mucho tiempo después de la vida de F. Engels, K. Marx y el propio N. Lenin. 2. El propio término, machismo, tanto en inglés, como en ruso, como en francés deriva directamente del término español "macho". En alemán, no tenemos una palabra latina que derive como pasa en español en francés, sino que tenemos palabras propias del alemán, es decir, las aglutinantes; por ejemplo Männlichkeitskult que aglutina a männlichkeits y a kult formando la palabra culto a la masculinidad. 3. El hecho de que no se nombre un fenómeno como tal no implica que sus observantes no puedan definir un fenómeno en concreto. Así, tanto A. Smith como D. Ricardo llegaron a analizar de forma profunda las relaciones entre empleador y empleado y cómo el primero percibía los frutos del trabajo ajeno. No sería hasta K. Marx cuando este conjunto de análisis fuese perfeccionado y denominado plusvalía.
Dicho esto, tomemos de varias fuentes la definición de machismo:
Distintas definiciones de machismo:
Real Academia Española escribió:
machismo
1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.
2. m. Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón.
Fuente: pincha aquí
Wikipedia escribió:El machismo es una expresión derivada de la palabra macho, definido como aquella actitud o manera de pensar de un varón, quien es el jefe de familia (quien toma las decisiones en casa), protector y sostenedor del hogar.
Fuente: pincha aquí
Universidad de Stanford escribió: While machismo (What is machismo?) is a concept that dictates many aspects of Latin American male behavior, it has particular relevance to male sexual culture. In terms of machismo, males have an “expansive and almost uncontrollable” sexual appetite, and it is their right to satisfy that desire in the ways they choose (1). In contrast, female sexuality is seen as an object over which the male has control. Females are expected to have only one sexual partner, none before or outside of marriage (1). Machismo sexual behavior is a source of pride for males and men must prove their manliness by upholding their sexual dominance. In this way, reputation is one of the driving forces behind machismo (2). Hirsch et al. makes the argument that reputation is the central element of sexual identity. The overemphasis on sociosexual reputation explains why males often act in socially safer yet physically more risky ways (2).
Extramarital affairs are the primary way in which males prove their masculinity. By having sex with a variety of women, in addition to their spouses, men demonstrate their expansive sexual appetite. Married men may have sex with commercial sex workers, an extra-marital girlfriend, and/or male partners, yet these relations are practiced in a separate underworld that is not acknowledged in the light of day. Men create an underlying culture in bars and brothels where there is a mutual trust and understanding that they will cover for one another. In these contexts, men prove their sexual independence to other men and are expected to have sexual relations that would be unacceptable in any other context.
Thus, a man’s perception of female roles is divided between two contexts: la casa (the home) and la calle (the street). As described by Hirsch et al.,
Men practice a very efficient social and emotional division of labor: the official wife, to whom men refer as ‘the mother of my children,’ provides respectability, raises a man’s children, provides him with domestic services, and receives the security of a public moral claim to his
resources, whereas the “outside wife” provides pleasure, sexual variety, excitement, and companionship. (2)
For the sake of social norms, men want a wife who is respectable and fulfills practical domestic duties. Often, though, demands to maintain the household and care for the children overwhelm a wife’s ability to sexually satisfy her husband. Social norms teach women that a respectable woman has no sexual desire and engages in sex only as a means of reproduction. Silvana Paternostro explains in her ethnographic portrayal of Latin American sexual culture, “In our society, women attach punitive attitudes to their sexuality. They associate sex with sin, so they carry a negative emotional burden” (3, p. 83). To stray from this image is to risk becoming like the shameless women of the streets. Thus, men, as a means of exerting their masculinity, look to extramarital affairs for sexual variety and pleasure.
The implication of the sexual expression of machismo and the extramarital affairs of married men is that they put their wives in danger of exposure to HIV/AIDS and other sexually transmitted infections (STIs). Commercial sex workers and homosexual men are often involved in extramarital sexual relations, both of which are high risk populations for HIV/AIDS. Interviews with rural Mexican men revealed that, ironically, those men who still felt affection for their wives were more likely to seek sex from prostitutes (an at-risk population) and men who experienced less emotionally satisfying marriages had girlfriends or more consistent extra-marital sexual partners, a less risky sexual behavior than the former (2). With their reputation at stake, men define “safe sex” not in terms of using a condom but in terms of being as discrete as possible, which often leads to more risky sexual behavior (2). Extramarital affairs of married men institutionalize the transfer of STIs from high risk populations to the general population (4).
Wives could assert control over protecting their sexual health by demanding their husbands to stop having extra-marital affairs and/or by using contraceptives in marital sex. Unfortunately, cultural values and norms often prevent Latin American wives from exerting this control. Specifically, wives are often unable to protect themselves because they lack power in their relationship with their husbands and the skills needed to negotiate contraceptive use. (Discussion on power disparities in marriage)
1. Parker, Richard. “Behavior of Latin American Men: implications for HIV/AIDS interventions” International Journal of STD & AIDS. (1996); 7 (Suppl.2): 62-65.
2. Hirsch, Jennifer; Meneses, Sergio; Thompson, Brenda; Negroni, Mirka; Pelcastre, Blanca; Rio, Carlos. “The Inevitability of Infidelity: Sexual Reputation, Social Geographies, and Marital HIV Risk in Rural Mexico.” Framing Health Matters. American Journal of Public Health. (2007). Vol 97 (6). 986-996.
3. Paternostro, Silvana. In the Land of God and Man: Confronting Our Sexual Culture. New York: Penguin Putnam Inc., 1998.
4. McIntyre, Peter. “Married Adolescents: No Place of Safety” World Health Organization. Geneva: WHO Press. (2006); 1-18
5. Hirsch, Jennifer et al. “The Social Constructions of Sexuality: Marital Infidelity and Sexually Transmitted Disease–HIV Risk in a Mexican Migrant Community.” Am J Public Health. 2002; 92(: 1227–1237.
Fuente: pincha aquí
La comunidad anglosajona en Urban Dictionary escribió:Spanish word. I don't think there's a direct english word translation.
1. Having an unusually high or exaggerated sense of masculinity. Including an attitude that aggression, strength, sexual prowess, power and control is the measure of someone's manliness. Also, a machismo man feels having these traits entitles him to respect and obedience from men and women around him.
2. The belief in the right to dominate and control, including, but not limited to, control over women.
Fuente: pincha aquí
Con estas pocas definiciones y un poco de sentido común podemos sintetizar de forma más o menos acertada el concepto de machismo como actitud de dominación del hombre sobre la mujer que por derecho propio lo caracteriza por dominador y señor de la mujer basada en relaciones monógamas -para la mujer- y la reafirmación de la masculinidad a partir de distintas acciones, sexuales o no, vetadas a las mujeres bajo estructura de sumisión.
Tomada esta definición, se nos presenta una pregunta muy interesante: si en cierta forma las relaciones de producción y el desarrollo de los medios de producción son los que desarrollan la superestructura de una sociedad. ¿Cómo podemos denominar a la superestructura que condiciona al machismo? La única respuesta, basada en la deducción lógica, es el patriarcado. Definamos pues, qué es el patriarcado, esta vez a través de fuentes propiamente marxistas:
Fuentes marxistas sobre el patriarcado:
Diccionario soviético de filosofía escribió:Etapa histórica en el desarrollo del régimen de comunidad primitiva al pasar por los estadios de su descomposición; surge después del matriarcado y se caracteriza por el predominio del hombre en la economía y en todo el género de vida de la comunidad gentilicia. El patriarcado apareció en el periodo en que, sobre la base de la primera gran división social del trabajo (división del trabajo) es decir, cuando la ganadería se separó de la agricultura, empezaron a desarrollare con relativa rapidez las fuerzas productivas de la sociedad, el intercambio regular, la propiedad privada y la esclavitud. A medida que la ganadería y la agricultura progresan, se van convirtiendo gradualmente en propiedad del hombre el ganado y los esclavos obtenidos a cambio de éste. Bajo el patriarcado, el matrimonio por grupos es sustituido por el matrimonio por parejas; el marido es reconocido como padre de los hijos; la mujer y los hijos le pertenecen por derecho de propiedad. La familia patriarcal (constaba de cien personas y más) era ante todo una unidad económica (Gens y comunidad gentilicia). Sobre la base del ulterior desarrollo de las fuerzas productivas, de la propiedad privada y del intercambio, la familia patriarcal se descompone en pequeñas familias monogámicas.
Fuente: pincha aquí
K. Marx y F. Engels en el Manifiesto Comunista escribió:La burguesía ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario.
Dondequiera que se instauró, echó por tierra todas las instituciones feudales, patriarcales e idílicas.
(...)
La industria moderna ha convertido el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del magnate capitalista.
(...)
Pero en lo que atañe ya a sus fórmulas positivas, este socialismo no tiene más aspiración que restaurar los antiguos medios de producción y de cambio, y con ellos el régimen tradicional de propiedad y la sociedad tradicional, cuando no pretende volver a encajar por la fuerza los modernos medios de producción y de cambio dentro del marco del régimen de propiedad que hicieron y forzosamente tenían que hacer saltar. En uno y otro caso peca, a la par, de reaccionario y de utópico.
En la manufactura, la restauración de los viejos gremios, y en el campo, la implantación de un régimen patriarcal: he ahí sus dos magnas aspiraciones. (sobre el socialismo pequeñoburgués)
Fuente: pincha aquí
K. Marx en el primer tomo de El Capital escribió: el parlamento (al final de la legislatura de 1863), acordó someter a la vigilancia de inspectores del Estado la rama hasta entonces "libre" de la panadería, y por la misma ley se prohibió para los obreros panaderos de menos de 18 años el trabajo desde las 9 de la noche a las 5 de la mañana. Esta última cláusula vale por unos cuantos volúmenes, por la elocuencia con que revela hasta qué límites llega el exceso de trabajo en esta industria al parecer tan patriarcal.
(...)
Para poner un ejemplo más moderno de esta manera de formarse las manufacturas, haremos la cita siguiente. La manufactura de hilados y tejidos de seda de Lyon y Nimes "tiene un carácter totalmente patriarcal; da trabajo a muchas mujeres y niños, pero sin fatigarlos ni aniquilar su salud; los deja seguir viviendo en sus hermosos valles, en el Drôme, en el Var, en el Isère y en Vaucluse, entregados a la cría del gusano de seda y al hilado de sus capullos; esta industria no llega jamás a adquirir el carácter de una verdadera fábrica.
A la par que implantaba en Inglaterra la esclavitud infantil, la industria algodonera servía de acicate para convertir el régimen más o menos patriarcal de esclavitud de los Estados Unidos en un sistema comercial de explotación. En general, la esclavitud encubierta de los obreros asalariados en Europa exigía, como pedestal, la esclavitud sans phrase en el Nuevo Mundo.
Fuente: pincha aquí
F. Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado escribió:El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. Esta baja condición de la mujer, que se manifiesta sobre todo entre los griegos de los tiempos heroicos, y más aún en los de los tiempos clásicos, ha sido gradualmente retocada, disimulada y, en ciertos sitios, hasta revestida de formas más suaves, pero no, ni mucho menos, abolida.
El primer efecto del poder exclusivo de los hombres, desde el punto y hora en que se fundó, lo observamos en la forma intermedia de la familia patriarcal, que surgió en aquel momento. Lo que caracteriza, sobre todo, a esta familia no es la poligamia, de la cual hablaremos luego, sino la «organización de cierto número de individuos, libres y no libres, en una familia sometida al poder paterno del jefe de ésta. En la forma semítica, ese jefe de familia vive en plena poligamia, los esclavos tienen una mujer e hijos, y el objetivo de la organización entera es cuidar del ganado en un área determinada»
(...)
Hasta 1860 ni siquiera se podía pensar en una historia de la familia. Las ciencias históricas hallábanse aún, en este dominio, bajo la influencia de los cinco libros de Moisés. (K. Marx murió veinte años después, por lo que es más que interesante ver cómo la ciencia muy poco analizó las relaciones familiares. También cabe destacar que a la fecha de la publicación de esta obra, K. Marx y había fallecido un año antes. Por lo que salvo pequeños esbozos, no hubiesemos conocido el análisis marxista en paralelo al de F. Engels, aunque está históricamente demostrado que ambos autores eran muy afines ideológicamente.
(...)
No es mejor el Estado de cosas en cuanto a igualdad jurídica del hombre y de la mujer en el matrimonio. Su desigualdad legal, que hemos heredado de condiciones sociales anteriores, no es causa, sino efecto, de la opresión económica de la mujer. En el antiguo hogar comunista, que comprendía numerosas parejas conyugales con sus hijos, la dirección del hogar, confiada a las mujeres, era también una industria socialmente tan necesaria como el cuidado de proporcionar los víveres, cuidado que se confió a los hombres. Las cosas cambiaron con la familia patriarcal y aún más con la familia individual monogámica. El gobierno del hogar perdió su carácter social. La sociedad ya no tuvo nada que ver con ello. El gobierno del hogar se transformó en servicio privado; la mujer se convirtió en la criada principal, sin tomar ya parte en la producción social. Sólo la gran industria de nuestros días le ha abierto de nuevo —aunque sólo a la proletaria— el camino de la producción social. Pero esto se ha hecho de tal suerte, que si la mujer cumple con sus deberes en el servicio privado de la familia, queda excluida del trabajo social y no puede ganar nada; y si quiere tomar parte en la gran industria social y ganar por su cuenta, le es imposible cumplir con los deberes de la familia. Lo mismo que en la fábrica, le acontece a la mujer en todas las ramas del trabajo, incluidas la medicina y la abogacía. La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias individuales. Hoy, en la mayoría de los casos, el hombre tiene que ganar los medios de vida, que alimentar a la familia, por lo menos en las clases poseedoras; y esto le da una posición preponderante que no necesita ser privilegiada de un modo especial por la ley. El hombre es en la familia el burgués; la mujer representa en ella al proletario. Pero en el mundo industrial el carácter específico de la opresión económica que pesa sobre el proletariado no se manifiesta en todo su rigor sino una vez suprimidos todos los privilegios legales de la clase de los capitalistas y jurídicamente establecida la plena igualdad de las dos clases. La república democrática no suprime el antagonismo entre las dos clases; por el contrario, no hace más que suministrar el terreno en que se lleva a su término la lucha por resolver este antagonismo. Y, de igual modo, el carácter particular del predominio del hombre sobre la mujer en la familia moderna, así como la necesidad y la manera de establecer una igualdad social efectiva de ambos, no se manifestarán con toda nitidez sino cuando el hombre y la mujer tengan, según la ley, derechos absolutamente iguales. Entonces se verá que la manumisión de la mujer exige, como condición primera, la reincorporación de todo el sexo femenino a la industria social, lo que a su vez requiere que se suprima la familia individual como unidad económica de la sociedad.
Fuente: pincha aquí
Citado esto, debemos definir el patriarcado como una etapa histórica que surge con el final del matriarcado y se desarrollaría a través de los distintos modelos económicos posteriores, desde la prehistoria al capitalismo más avanzado pasando por el esclavismo o el feudalismo que consiste en la dominación global del hombre tanto a nivel público como privado en la inmensa mayoría de los aspectos de la vida. La relación entre el concepto íntegro de patriarcado y machismo es más que evidente refiriéndonos a las obras marxistas y la propia definición de machismo. Las fuentes, innumerables e inabarcables salvo en una tesina o tesis doctoral de pleno, solo nos refieren al machismo como una consecuencia íntrisecamente relacionada con el patriarcado, siendo una característica íntrinseca o estructurador del patriarcado per se. Podemos concluir sin riesgo alguno que:
1. El feminismo no es el antónimo del machismo, pese a que muchos se ensimismen, desde su machismo-leninismo de derecha alternativa en que el machismo al feminismo es a la moneda la cara y la cruz. 2. La primera gran derrota de las mujeres -el sexo femenino en conclusión engelsiana- fue la imposición del patriarcado, aboliendo el derecho maternal. 3. Solo hasta 1860, en boca de F. Engels, no podemos hablar del desarrollo sobre una Historia de la Familia. 20 años después moriría K. Marx, y poco después lo haría F. Engels dejando el análisis de la familia y la cuestión femenina a otros autores como los bolcheviques y otras feministas marxistas, llegando a las mismas conclusiones engelsianas. En el caso de N. Lenin, él propuso que se diese una organización a nivel mundial que tratase la cuestión femenina en paralelo al Comintern, pero sus propuestas -como muchas otras gracias al estalinismo y a la burocracia soviética- se fueron difuminando hasta quedar en meras propuestas que de forma aproximada habrían planteado organizaciones femeninistas posteriormente. 4. El machismo forma parte de la superestructura del patriarcado. Le da forma y conforma una institución familiar que a día de hoy sigue presente. El patriarcado, a su vez, ha ido mutando según los distintos modelos económicos con los que se ha ido encontrando a lo largo de la historia. Posee un componente eminentemente religioso, que a su vez, cíclicamente y como no puede ser de otra manera en el materialismo dialéctico, a la economía. 5. El machismo y su estructura patriarcal se expresa -como diría incansablemente aquí y en otros hilos en el tiempo- de forma dual en contraposición a la mujer. Es una explotación familiar y laboral. Esta dualidad sigue vigente y a día de hoy, esto jamás se ha erradicado. 6. La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer 7. Los machistas-leninistas deberían tomar sobre una cuestión fundamental. Cito de nuevo de F. Engels: La república democrática no suprime el antagonismo entre las dos clases; por el contrario, no hace más que suministrar el terreno en que se lleva a su término la lucha por resolver este antagonismo. Y, de igual modo, el carácter particular del predominio del hombre sobre la mujer en la familia moderna, así como la necesidad y la manera de establecer una igualdad social efectiva de ambos, no se manifestarán con toda nitidez sino cuando el hombre y la mujer tengan, según la ley, derechos absolutamente iguales. Entonces se verá que la manumisión de la mujer exige, como condición primera, la reincorporación de todo el sexo femenino a la industria social, lo que a su vez requiere que se suprima la familia individual como unidad económica de la sociedad., concluyéndose: 7. 1. La república democrática no suprime el antagonismo entre las dos clases. Tampoco el predominio del hombre sobre la mujer. Así lo vimos en los países con capitalismo de Estado del bloque oriental y los que sobreviven a día de hoy y se denominan socialistas. 7. 2. Pese a que es necesario que la ley garantice la igualdad entre hombres y mujeres, esto ni es suficiente ni garantiza la dualidad en la explotación de la mujer. Para que la mujer quede emancipada del hombre -en palabras de Engels- debe suprimirse la familia individual de forma completa. La familia individual alcanzó su máximo auge con el modelo de pro- ducción burgués. Este modelo de familia se mantuvo bajo relaciones muy parecidas en el capitalismo de Estado de cor- te soviético. 7. 3. Como la abolición de la familia individual solo procede con la erradicación del modelo de producción capitalista, podemos concluir que la mujer quedará emancipada del hombre precisamente en los primeros estadios del socialismo-comunismo y jamás antes, porque materialmente el modelo de producción no lo permite.
Por tanto, bajo las evidencias bibliográficas y de inferencia, podemos estar totalmente seguros que K. Marx, F. Engels y otros autores marxistas que no he citado en esta ocasión pero que sí he hecho en otros hilos, como N. Lenin o A. Kolontai, podemos sentenciar que primeramente K. Marx y F. Engels han analizado directa e indirectamente lo que contemporáneamente conocemos como machismo y que este machismo -totalmente concidente, como repito, con las definiciones marxistas-leninistas- está englobado en la superestructura del patriarcado, fruto de siglos de desarrollo humano y económico.
Igualmente, para futuros intercambios intelectuales, Claudio Forján, te pido que repases la forma en la que yo me refiero al feminismo. Mis analisis jamás han redireccionado a ningún organismo feminismo en concreto, mucho menos caigo en menciones directas o indirectas al posmodernismo o algún tipo de deconstructivismo, sino el papel dominante del hombre sobre la mujer en una sociedad patriarcal bajo relaciones machistas que, en boca del análisis marxista de los clásicos, solo podrá ser superado con la erradicación de la familia individual, íntrinsecamente relacionada al capitalismo, cualquiera que sea su derivación; por otra parte, F. Engels es explícito a la hora de ejemplificar cómo la mujer dentro del capitalismo está doblemente explotada por el hombre primero definiendo a la familia individual moderna como esclavitud para la mujer o que la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. En definitiva, ni se está sacando a colación a los posmodernos, ni se está reflexionando el género ni mucho menos se está abstrayendo el concepto de hombre o mujer como conceptos ideológicos, sino que se está analizando la relación de ambos dentro del sistema capitalista y cómo es totalmente lícito, bajo una autoridad intelectual marxista, hablar de una sociedad machista englobada bajo la superestructura del patriarcado que a su vez es sustentada por la infraestructura capitalista.
Ergo, las denuncias falsas no representan sino una minoría evidente sobre la realidad material que generalmente suele ser hostil contra la mujer. La mentira es un acto humano que ha acompañado a la humanidad a través de la historia. Las mujeres, por la propia condición machista y patriarcal en la que vivimos han representado una infinitud de fraudes a la verdad utilizando distintas armas como la mentira, la victimización, la belleza, la infidelidad o el interés como concepto generalista. Frida Kahlo, Isabel II o Cleopatra, mujeres que se han movido entre la mentira, las infidelidades, la lujuría y el puro erotismo para conseguir determinados objetivos, influencias o poderes. Nadie sensato negará que la mujer, más allá de ser mujer, es ser humano y como ser humano, por razones egoístas y no tan egoístas podrá cometer fraudes por un beneficio económico, social o ambos. El problema de esto es que primeramente se quiera utilizar el hecho de las denuncias falsas como hace la derecha más reaccionaria para atacar frontalmente al feminismo, en su totalidad, como un movimiento supremacista que a través del engaño y la conspiración busca dominar al hombre en todos los aspectos de la vida. Y segundamente, que se quiera asociar la mentira y el fraude a la inmensa mayoría de causas judiciales con respecto a la violencia sexual. Estas asociaciones -como hecho, y no como organización- solo encuentran una base infantilista que se puede encontrar en una infinitud de argumentos falaces -generalmente, asociación humana y políticamente, por la derecha-, como por ejemplo Cáritas o los bancos de alimentos donde inmigrantes y nacionales acuden por alimentos. De estos inmigrantes, hay algunos que acuden al banco de alimentos local o el de Cáritas mientras no necesitan esos alimentos porque o bien trabajan en negro o bien se ve claramente que su estilo de vida realmente no les hace merecedores de las ayudas prestadas en los bancos de alimentos. Por una minoría, algunos satanizan al inmigrante y cada vez que se dice que el inmigrante generalmente es el colectivo que más riesgo tiene de caer en la pobreza te dicen: "no, pero es que todos los moros van, piden alimentos y luego los tiran o no los necesitan de verdad", obviándose primeramente que representan una minoría -porque uno de los requisitos, por lo menos a nivel Andalucía- es que debes acreditar documentalmente que estás en una situación precaria (falta de trabajo, falta de ingresos o de recursos, en general) y segundamente que una buena parte de los estafadores a los bancos alimentos son precisamente nacionales que imitan el comportamiento que crítican, muchas veces entre velos de hipocresía, pero ambos una minoría al fin y al cabo.
La exageración, la mentira y la desinformación solo llevan a la falta de realidad. La falta de realidad es contrario a las evidencias materiales y por tanto, contrarias a cualquier proceso revolucionario, por tanto, reaccionario. Como aquí los principales interesados en la reacción son los defensores del statu quo, no es de extrañar que los principales exponentes y defensores de estas mentiras sean los más acérrimos defensores del sistema neoliberal, como Vox en España, el PSL en Brasil, o el FPO en Austria.
El problema es que los autodenominados marxistas es que se dicen defensores del materialismo dialéctico, enemigos del liberalismo, el revisionismo y la dominación burguesa por todos los medios pero lo único que hacen es suscribirse a ideologías preestablecidas por idearios derechistas o mínimamente liberales. Sea YouTube, Twitter y últimamente en las manifestaciones -por si alguno está estacando en la cibermilitancia-, el liberalismo y su exponente máximo, la derecha alternativa, se amontonan y están moviendo a un gran número de personas que para dentro de un mes seguramente voten a Vox. Sin embargo, esta reacción a todo lo que tenga que ver con la erradicación al machismo se ha convertido en un fenómeno global generalmente adoptado en las redes y por supuesto, liderado y formado en su inmensa mayoría por hombres, algunos hombres que se hacen pasar por mujeres y una minoría ínfima de mujeres. Vox, en su bando las llama "de la España viva", o sea, cuatro gatos:
Una minoría comparado a las del 8-M:
En Granada, como en Madrid o Barcelona, el abánico ideológico del feminismo era muy diverso. Las ha habido muy cercanas o bien militantes de partidos o sindicatos muy escorados a la izquierda, feministas de ideología política ambigüa y propiamente liberales. Y todo esto en contraste a verdaderos motores virtuales, eminentemente hombres. Por supuesto, hay mujeres en este enclave virtual, pero no dejan de ser una minoría que muchas veces es adorada por hombres que ven estas una propia afirmación de su reacción y sus privilegios: la repetición constante, molesta y eminentemente machista del amor monogámico burgués, moderno e individualista. Empero, no, a la derecha y a sus perros falderos dentro de la izquierda, solo les interesa repetir que el feminismo en su mayoría ha perdido su carácter igualitario, que todo el feminismo es lo mismo o que el feminismo hegemónico a día de hoy está financiado por grandes corporaciones. ¿Con qué fin? Simple: adormecer a la clase trabajadora. Todo es una conspiración judaico-masónica -por supuesto, como estamos en ambientes izquierdistas, eso de "marxista" se obvia, porque la derecha asocia la conspiración y a sus autores como judios-comunistas- de banqueros en alianza con mujeres que tras siglos de explotación no se han conformado con la falsa igualdad que se dice tienen y ahora, buscan castrar al hombre, hacerles sus sumisos o incluso invertir los papeles históricos, convirtiendo al hombre en ellas mismas. Total, teorías conspirativas echas por personas intelectualmente simples que con unas pocas relaciones quieren desentrañar el tejido y sentido de toda la realidad pero no pueden ni resolver una integral con facilidad.
Mientras la izquierda no sepa analizar de forma autónoma y utilizando las herramientas que les son propias, será una mascota de la derecha y el liberalismo, y peor aún: víctimas de la superestructura reaccionaria que les ata a privilegios y a estructuras familiares subjetivamente agradables y asociaciones romántico-pequeñoburguesas, queriendo eliminar por completo de la lucha proletaria la cuestión femenina cuando esta debe estar incrustada en esta. Esto, igualmente responde a que la vanguardia del proletariado la mujer es como una aguja en un pajar, por eso el feminismo es percibido como irrelevante porque, al fin y al cabo, a casi ninguno le afecta el pesar femenino, por eso lo caracterizan de irrelevante y hasta contrarrevolucionario, pero obvian queriendo o no que son más las mujeres que hombres en el mundo y que sin ellas, no hay proceso revolucionario.
Claudio Forján escribió:¿Cuál es exactamente la cuestión del debate?
Saludos.
Recapitula sobre nuestros intercambios dialécticos a lo largo de todo el hilo y entenderás. Creo que he sido lo suficientemente explícito en mi respuesta como para ser excesivamente redundante, al estilo de Jordi de Terrassa en sus buenos tiempos.
Te pregunto cuál es exactamente cuál es la cuestión del debate porque sólo me mencionas a mí, pero en cambio mencionas al mismo tiempo todo tipo de posiconamientos, que no necesariamente son míos. Ejemplo:
Arabista escribió:El problema es que los autodenominados marxistas es que se dicen defensores del materialismo dialéctico, enemigos del liberalismo, el revisionismo y la dominación burguesa por todos los medios pero lo único que hacen es suscribirse a ideologías preestablecidas por idearios derechistas o mínimamente liberales. Sea YouTube, Twitter y últimamente en las manifestaciones -por si alguno está estacando en la cibermilitancia-, el liberalismo y su exponente máximo, la derecha alternativa, se amontonan y están moviendo a un gran número de personas que para dentro de un mes seguramente voten a Vox. Sin embargo, esta reacción a todo lo que tenga que ver con la erradicación al machismo se ha convertido en un fenómeno global generalmente adoptado en las redes y por supuesto, liderado y formado en su inmensa mayoría por hombres, algunos hombres que se hacen pasar por mujeres y una minoría ínfima de mujeres.
En cambio, entre los comentarios míos que citas (y los citas incompletos) yo digo:
Claudio Forján escribió:En cambio, de otras reivindicaciones como la reducción de la jornada de trabajo (que favorece la conciliación con la vida familiar), la socialización del trabajo doméstico (que descargue a las mujeres de trabajo en casa) o el control sobre los procesos de selección en las empresas (para evitar discriminaciones) ya no dicen nada. Porque ahí ya no juegan en casa. Pues habrá que atacar por ahí, en lugar de empatanarse en la "guerra de sexos". Este mismo hilo y otros del foro son una muestra clara de cómo el choque ideológico e inter-burgués entre el neoliberalismo y el "nacional-conservadurismo" recorre todos los rincones de las sociedades capitalistas actuales. Y ante eso, los progresistas en general y los comunistas nos debatimos entre contentar a unos o a otros, en lugar de elaborar un proyecto de clase propio e independiente.
Dices que no te basas en la posmodernidad. Bien. Fíjate que yo introduje la cuestión de la diferencia entre el análisis marxista y el posmoderno como apunte, no como "acusación". En cualquier caso, yo lo que señalaba es que para un marxista lo importante es la incorporación de la emancipación de la mujer como parte indispensable de la emancipación de la clase obrera y no simplemente señalar la posición subordinada de la mujer en la división del trabajo dentro de la familia. Precisamente tu insistencia en esto último y que pases casi por alto lo anterior me dicen que el apunte que señalé era pertinente.
Sobre el problema de las denuncias falsas, que es la cuestión de este hilo. Las principales "quejas" que señala la derecha al respecto son el "estigma social" que padecen los acusados (aunque finalmente no se abra un proceso penal contra ellos) y que estas acusaciones florecen especialmente en los divorcios, lo que repercute finalmente en el reparto de los bienes, como las viviendas. Bien. Yo personalmente no considero que esto sea un problema marginal. El problema es entrar al trapo de la derecha y pensar que la causa es simplemente que la supuesta falta de garantías en la ley contra la violencia de género. Lo cierto es que, si la vivienda en España no costara lo que cuesta y fuera un derecho universal, no sería tan problemático su reparto en los divorcios. Del mismo modo, el problema del "estigma" es cultural, en mi opinión. Y no pasa únicamente con la llamada violencia de género, sino con todo tipo de delitos y crímenes.
La cuestión de la relación entre la familia y el capitalismo me parece bastante más compleja que como la planteas. La relación del capitalismo con la "familia patriarcal" es contradictoria, no armónica en intereses. Al mismo tiempo que se basa en ella tiende a destruirla. Precisamente Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra dice lo siguiente:
Engels escribió:El trabajo de la mujer en la fábrica disuelve completamente la familia para ella, es fatal, y esta disolución tiene, en la sociedad actual que se basa en la familia, las consecuencias más desmoralizadoras, tanto para los esposos como para los hijos. Una madre que no tiene tiempo para ocuparse de su hijo, para darle durante los primeros años los cuidados más elementales; una madre que apenas puede ver a su hijo, no puede ser una madre para él: fatalmente, se vuelve indiferente, lo trata sin amor, sin cuidados, como un niño totalmente extraño. Los niños que han crecido en semejantes condiciones están más tarde completamente perdidos para la familia; no podrán sentirse nunca a gusto en la familia que funden ellos mismos, puesto que no han conocido más que el aislamiento en su vida, y es por eso que contribuyen necesariamente a la destrucción, general, de la familia en el caso de los obreros. [...] En bastantes casos, la vida familiar no es destruida completamente sino desordenada por el hecho de que la mujer trabaje. Es la mujer la que alimenta a la familia, el hombre se queda en casa, cuida de los hijos, barre las habitaciones y cocina. El caso es frecuente, muy frecuente: sólo en Manchester, se registrarían varios cientos de hombres condenados de esta forma a trabajos domésticos. Puede imaginarse la revuelta legítima que esta castración causa entre los obreros, y qué alteración de todas las relaciones familiares se deriva, mientras que el resto de relaciones sociales continúan siendo las mismas.
De todos modos, esta cuestión es de por sí lo suficientemente compleja como para merecer otro hilo.
Claudio Forján escribió:Te pregunto cuál es exactamente cuál es la cuestión del debate porque sólo me mencionas a mí, pero en cambio mencionas al mismo tiempo todo tipo de posiconamientos, que no necesariamente son míos. Ejemplo:
La cuestión del debate es si F. Engels habla de violencia machista en sus escritos. Que es a lo que te respondí y fui bastante explícito tanto en responderte como en argumentar por qué sí se se habla de violencia machista en El origen de la propiedad privada.
Claudio Forján sobre F. Engels. escribió: Al mismo tiempo que se basa en ella tiende a destruirla. Precisamente Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra dice lo siguiente:
Tal obra que citas es una obra de 1845 mientras que El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado presenta más novedad y fue escrito mucho más tarde en vida de F. Engels (en 1884, siendo más precisos), por lo que, en riesgo de caer en contradicciones teóricas entre ambas obras, podemos decir que la obra más reciente abroga a la primera, muestra a un F. Engels más maduro y con una cosmovisión más amplia sobre la cuestión femenina. Es más, una obra contradice a la otra a tal punto que F. Engels en esta obra temprana toma como cataclismo el hecho de que el hombre haga las tareas domésticas, hasta denuncia este intercambio de papeles como "pérdida de feminidad" para las mujeres" y/o "pérdida de virilidad" para los hombres, incluso intercambiándose atributos. Hombres femeninos y mujeres masculinas. Por supuesto, estamos hablando de un F. Engels muy joven, de no más de 25 años.
F. Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra escribió:El trabajo de la mujer en la fábrica disuelve completamente la familia para ella, es fatal, y esta disolución tiene, en la sociedad actual que se basa en la familia, las consecuencias más desmoralizadoras, tanto para los esposos como para los hijos. Una madre que no tiene tiempo para ocuparse de su hijo, para darle durante los primeros años los cuidados más elementales; una madre que apenas puede ver a su hijo, no puede ser una madre para él: fatalmente, se vuelve indiferente, lo trata sin amor, sin cuidados, como un niño totalmente extraño. Los niños que han crecido en semejantes condiciones están más tarde completamente perdidos para la familia; no podrán sentirse nunca a gusto en la familia que funden ellos mismos, puesto que no han conocido más que el aislamiento en su vida, y es por eso que contribuyen necesariamente a la destrucción, general, de la familia en el caso de los obreros. [...] En bastantes casos, la vida familiar no es destruida completamente sino desordenada por el hecho de que la mujer trabaje. Es la mujer la que alimenta a la familia, el hombre se queda en casa, cuida de los hijos, barre las habitaciones y cocina. El caso es frecuente, muy frecuente: sólo en Manchester, se registrarían varios cientos de hombres condenados de esta forma a trabajos domésticos. Puede imaginarse la revuelta legítima que esta castración causa entre los obreros, y qué alteración de todas las relaciones familiares se deriva, mientras que el resto de relaciones sociales continúan siendo las mismas.
F, Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado escribió:El primer efecto del poder exclusivo de los hombres, desde el punto y hora en que se fundó, lo observamos en la forma intermedia de la familia patriarcal, que surgió en aquel momento. Lo que caracteriza, sobre todo, a esta familia no es la poligamia, de la cual hablaremos luego, sino la «organización de cierto número de individuos, libres y no libres, en una familia sometida al poder paterno del jefe de ésta. En la forma semítica, ese jefe de familia vive en plena poligamia, los esclavos tienen una mujer e hijos, y el objetivo de la organización entera es cuidar del ganado en un área determinada»[18] . Los rasgos esenciales son la incorporación de los esclavos y la potestad paterna; por eso, la familia romana es el tipo perfecto de esta forma de familia. En su origen, la palabra familia no significa el ideal, mezcla de sentimentalismos y de disensiones domésticas, del filisteo de nuestra época; al principio, entre los romanos, ni siquiera se aplica a la pareja conyugal y a sus hijos, sino tan sólo a los esclavos.
[...]
Esta división del trabajo en la familia continuaba siendo la misma, pero ahora trastornaba por completo las relaciones domésticas existentes por la mera razón de que la división del trabajo fuera de la familia había cambiado. La misma causa que había asegurado a la mujer su anterior supremacía en la casa —su ocupación exclusiva en las labores domésticas—, aseguraba ahora la preponderancia del hombre en el hogar: el trabajo doméstico de la mujer perdía ahora su importancia comparado con el trabajo productivo del hombre; este trabajo lo era todo; aquél, un accesorio insignificante. Esto demuestra ya que la emancipación de la mujer y su igualdad con el hombre son y seguirán siendo imposibles mientras permanezca excluida del trabajo productivo social y confinada dentro del trabajo doméstico, que es un trabajo privado. La emancipación de la mujer no se hace posible sino cuando ésta puede participar en gran escala, en escala social, en la producción y el trabajo doméstico no le ocupa sino un tiempo insignificante. Esta condición sólo puede realizarse con la gran industria moderna, que no solamente permite el trabajo de la mujer en vasta escala, sino que hasta lo exige y tiende más y más a transformar el trabajo doméstico privado en una industria pública.
Y esto implica necesariamente, primero una contradicción con su obra más joven e inmadura y segundamente, la imperiosa necesidad de que el hombre no se sienta mujer por el hecho de lavar los platos 3 días y medio a la semana o haga la cena.
Arabista escribió:La cuestión del debate es si F. Engels habla de violencia machista en sus escritos. Que es a lo que te respondí y fui bastante explícito tanto en responderte como en argumentar por qué sí se se habla de violencia machista en El origen de la propiedad privada.
Engels no emplea ese término. El término lo metes tú con calzador. El contenido fundamental es la división sexual del trabajo. La violencia del hombre sobre la mujer es en todo caso una expresión máxima de dicha organización del trabajo basada en la dominación de un sexo sobre otro. Es un corolario, no un punto de partida de su análisis.
Arabista escribió:Tal obra que citas es una obra de 1845 mientras que El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado presenta más novedad y fue escrito mucho más tarde en vida de F. Engels (en 1884, siendo más precisos), por lo que, en riesgo de caer en contradicciones teóricas entre ambas obras, podemos decir que la obra más reciente abroga a la primera, muestra a un F. Engels más maduro y con una cosmovisión más amplia sobre la cuestión femenina. Es más, una obra contradice a la otra a tal punto que F. Engels en esta obra temprana toma como cataclismo el hecho de que el hombre haga las tareas domésticas, hasta denuncia este intercambio de papeles como "pérdida de feminidad" para las mujeres" y/o "pérdida de virilidad" para los hombres, incluso intercambiándose atributos. Hombres femeninos y mujeres masculinas. Por supuesto, estamos hablando de un F. Engels muy joven, de no más de 25 años.
La obra de Engels no es el Corán. No se interpreta desde la última azora en la vida del Profeta. En La situación de la clase obrera en Inglaterra Engels hace una descripción de las familias obreras de su tiempo, mientras que en El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado hace un recorrido histórico. Además, Engels no toma como desgracia que un hombre limpie platos y una mujer no cuide de los hijos, sino que describe lo que supone para las obreras y los obreros ingleses de 1845. Es evidente que para las obreras y los obreros ingleses de 1845 esa situación generaba malestar y descontento. Y no se trata simplemente del machismo de la época en la clase obrera inglesa, sino de más cuestiones. No poder disfrutar de tu vínculo afectivo con tus hijos por tener que soportar largas jornadas de trabajo para poder alimentarlos o tener que relegarte al trabajo doméstico (no remunerado) es algo desagradable y negativo en cualquier caso. Engels lo resuelve acertadamente, y así lo recoge posteriormente Kollontai, mediante la socialización del trabajo doméstico, de cara a superar la división del trabajo entre sexos (al menos, en lo que no es puramente biológico). Pero su análisis de las tendencias disolventes que padece la familia bajo el capitalismo es plenamente acertado. Aún así, ni siquiera es cierto ese muro que levantas entre el Engels "joven" y el Engels "maduro". Tan sólo dos años después de La situación de la clase obrera en Inglaterra en Principios del comunismo Engels plantea elementos básicos para la emancipación de la mujer:
Engels escribió:¿Qué repercusiones tendrá el régimen comunista en la familia? Respuesta - Transformará las relaciones entre los sexos en relaciones puramente privadas, que no concernirán más que a las personas que de ella participan, y en las que la sociedad no podrá intervenir. Esta transformación será posible desde el momento en que la propiedad privada sea suprimida, en el que críe a los hijos en común y destruya de esta forma las dos bases principales del matrimonio actual, es decir, la dependencia de la mujer hacia el hombre y la dependencia de los hijos hacia los padres. Ahí está la respuesta a todos los griteríos de los moralistas burgueses sobre la comunidad de mujeres que quieren, al parecer, introducir los comunistas. La comunidad de mujeres es un fenómeno que pertenece únicamente a la sociedad burguesa y que se cumple hoy día con la prostitución. Pero la prostitución descansa en la propiedad privada y desaparece con ella. En consecuencia, el régimen comunista, lejos de introducir la comunidad de mujeres, por el contrario, la suprimirá.
No hay ninguna "ruptura" entre el Engels de juventud y el de madurez respecto a la emancipación de la mujer.
Engels en "El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado" escribió:Esto demuestra ya que la emancipación de la mujer y su igualdad con el hombre son y seguirán siendo imposibles mientras permanezca excluida del trabajo productivo social y confinada dentro del trabajo doméstico, que es un trabajo privado. La emancipación de la mujer no se hace posible sino cuando ésta puede participar en gran escala, en escala social, en la producción y el trabajo doméstico no le ocupa sino un tiempo insignificante. Esta condición sólo puede realizarse con la gran industria moderna, que no solamente permite el trabajo de la mujer en vasta escala, sino que hasta lo exige y tiende más y más a transformar el trabajo doméstico privado en una industria pública.
Precisamente en La situación de la clase obrera en Inglaterra lo que Engels describe son los efectos de la incorporación masiva de mujeres y los niños/adolescentes al trabajo productivo fabril en el contexto de la sociedad burguesa ya avanzada de Gran Bretaña en 1845. Todo ello son tendencias disolventes de la familia y generan inevitablemente contradicciones en una sociedad que se funda en la misma. Lo que tú señalas como contradicción es, de hecho, coherencia, pues en ambos casos, aunque desde perspectivas distintas, lo que se afirma es que la gran industria capitalista crea condiciones para la disolución de la familia tradicional.
Arabista escribió:Y esto implica necesariamente, primero una contradicción con su obra más joven e inmadura y segundamente, la imperiosa necesidad de que el hombre no se sienta mujer por el hecho de lavar los platos 3 días y medio a la semana o haga la cena.
No se trata de que una obra sea posterior a la otra, sino de que son obras de géneros diferentes. Una es un análisis sociológico de la clase obrera inglesa sobre el terreno, otra un análisis histórico antropológico de la familia y el Estado. Al final va a resultar que tus argumentos son más posmodernos de lo que estás dispuesto a admitir, pues ves machismo hasta en una simple descripción de las contradicciones de la época.
Claudio Forján escribió:Engels no emplea ese término. El término lo metes tú con calzador. El contenido fundamental es la división sexual del trabajo. La violencia del hombre sobre la mujer es en todo caso una expresión máxima de dicha organización del trabajo basada en la dominación de un sexo sobre otro. Es un corolario, no un punto de partida de su análisis.
Creo que he utilizado los suficientes paralelismos semántico-teóricos y he dado mis razones, costándome mi tiempo y mi esfuerzo de búsqueda y asimilación para que en cuatro párrafos vengas a intentar a refutar mis puntos con un lo metes tú con calzador.
La violencia del hombre contra la mujer se expresa de muchas maneras. Violencia machista no es íntrinsecamente pegar a tu o cargártela si te es infiel o habla con otro tío -es más, pegar a tu mujer hace medio siglo o un siglo de pleno no estaba penado por ley-. Violencia machista es cualquier acto que perjudique a la mujer en unas relaciones dialécticas de opresión del sexo opresor en contra del sexo oprimido. Y esta, si vuelves a leer a F. Engels con detenimiento, es uno de los pilares del patriarcado y su influencia en el hogar y las cuestiones domésticas.
Claudio Forján escribió:La obra de Engels no es el Corán. No se interpreta desde la última azora en la vida del Profeta
Me ha gustado este paralelismo. No por el hecho de que yo tenga simpatías con el islam, pero al ser mi campo de estudio, oye, no está nada mal. Decirte, igualmente, que el principio de abrogación no surge de Mahoma o sus acompañantes, sino que, al igual que la teología islámico se alzó como derecho islámico, tomó ciertos términos legales y hasta filosóficos para regularse a sí mismo. Como supongo habrás leído, la teología islámica para justificar las contradicciones evidentes de una azora a otra utilizaron el principio de abrogación para dictaminar -y basándose en una aleya en concreto- para mantener al libro de Alá impoluto y libre de contradicciones.
Sabiendo que el principio de abrogación surge antes que el islam -teniendo su primera aparición histórica en el derecho romano- y que K. Marx y F. Engels aplicaron estos en el propio Manifiesto Comunista al quedarse este desfasado en mucha de sus propuestas teórico-prácticas al haber cambiado la sociedad que describían en ese manifiesto:
K. Marx y F. Engels en El manifiesto del Partido Comunista escribió:Por mucho que durante los últimos veinticinco años hayan cambiado las circunstancias, los principios generales desarrollados en este Manifiesto siguen siendo substancialmente exactos. Sólo tendría que retocarse algún que otro detalle. Ya el propio Manifiesto advierte que la aplicación práctica de estos principios dependerá en todas partes y en todo tiempo de las circunstancias históricas existentes, razón por la que no se hace especial hincapié en las medidas revolucionarias propuestas al final del capítulo II. Si tuviésemos que formularlo hoy, este pasaje presentaría un tenor distinto en muchos respectos. Este programa ha quedado a trozos anticuado por efecto del inmenso desarrollo experimentado por la gran industria en los últimos veinticinco años, con los consiguientes progresos ocurridos en cuanto a la organización política de la clase obrera, y por el efecto de las experiencias prácticas de la revolución de febrero en primer término, y sobre todo de la Comuna de París, donde el proletariado, por vez primera, tuvo el Poder político en sus manos por espacio de dos meses. La comuna ha demostrado, principalmente, que “la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios fines”. (V. La guerra civil en Francia, alocución del Consejo general de la Asociación Obrera Internacional, edición alemana, pág. 51, donde se desarrolla ampliamente esta idea) . Huelga, asimismo, decir que la crítica de la literatura socialista presenta hoy lagunas, ya que sólo llega hasta 1847, y, finalmente, que las indicaciones que se hacen acerca de la actitud de los comunistas para con los diversos partidos de la oposición (capítulo IV), aunque sigan siendo exactas en sus líneas generales, están también anticuadas en lo que toca al detalle, por la sencilla razón de que la situación política ha cambiado radicalmente y el progreso histórico ha venido a eliminar del mundo a la mayoría de los partidos enumerados.
Sin embargo, el Manifiesto es un documento histórico, que nosotros no nos creemos ya autorizados a modificar. Tal vez una edición posterior aparezca precedida de una introducción que abarque el período que va desde 1847 hasta los tiempos actuales; la presente reimpresión nos ha sorprendido sin dejarnos tiempo para eso.
Solo podemos pensar que es más que lícito pensar en un principio de abrogación entre obras de la juventud de Marx y Engels y la maduración de sus ideas y la situación que describen.
Claudio Forján escribió:En La situación de la clase obrera en Inglaterra Engels hace una descripción de las familias obreras de su tiempo, mientras que en El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado hace un recorrido histórico
Existen más contradicciones entre la joven obra de La situación de la clase obrera en Inglaterra y El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
1. La contradicción del trabajo doméstico:
Mientras F. Engels en su obra más joven habla de que El trabajo de la mujer en la fábrica disuelve completamente la familia para ella, es fatal, y esta disolución tiene, en la sociedad actual que se basa en la familia, las consecuencias más desmoralizadoras, tanto para los esposos como para los hijos., en su obra más madura proclama que esto demuestra ya que la emancipación de la mujer y su igualdad con el hombre son y seguirán siendo imposibles mientras permanezca excluida del trabajo productivo social y confinada dentro del trabajo doméstico, que es un trabajo privado. La emancipación de la mujer no se hace posible sino cuando ésta puede participar en gran escala, en escala social, en la producción y el trabajo doméstico no le ocupa sino un tiempo insignificante. Esta condición sólo puede realizarse con la gran industria moderna, que no solamente permite el trabajo de la mujer en vasta escala, sino que hasta lo exige y tiende más y más a transformar el trabajo doméstico privado en una industria pública.
Mientras F. Engels en su época llama castración al hecho de que los hombres se queden haciendo las labores doméstico mientras las mujeres trabajan en su obra más joven, en su obra más madura leemos:
F. Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado escribió:Además, sobre todo desde que la gran industria ha arrancado del hogar a la mujer para arrojarla al mercado del trabajo y a la fábrica, convirtiéndola bastante a menudo en el sostén de la casa, han quedado desprovistos de toda base los últimos restos de la supremacía del hombre en el hogar del proletario, excepto, quizás, cierta brutalidad para con sus mujeres, muy arraigada desde el establecimiento de la monogamia.
Que el trabajo de la mujer fuera del ámbito doméstico y su situación de mantenimiento de la familia, más que ser "castrador" acaba con los privilegios supremacistas del hombre, salvo por, como parafraseo cierta brutalidad con su mujeres. ¿A qué nos recuerda la palabra brutalidad? Nos recuerda a golpes, a dominación sexual, a imperativos sobre el proceder o no de una mujer, con quien tiene que hablar, a dónde tiene que salir...; brutalidad como expresión de violencia, y violencia como imposición del patriarcado de la dominación masculina sobre la mujer que siempre va a intentar resistirse a cualquier equiparación tangible.
2. Sobre la contradicción entre virilidad, feminidad y la total irrelevancia de construcciones burguesas
Es más que evidente que el joven F. Engels peca, como hijo de su época, en clasificar actividades viriles de femeninas y denomina a aquellos que se desenvuelven en actividades femeninas como hombres femeninos y a aquellas mujeres que se desenvuelven en actividades masculinas como mujeres viriles; mujeres viriles y hombres femeninos, como degradación, según F. Engels, para ambos sexos y su humanidad.
F. Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra escribió:¿Puede imaginarse una situación más absurda, más insensata, que la que describe esa carta? Y sin embargo, esa situación que quita al hombre su carácter viril y a la mujer su femineidad sin poder dar al hombre una verdadera femineidad y a la mujer una verdadera virilidad, esa situación que degrada de manera más escandalosa a ambos sexos y lo que hay de humano en ellos,
¡es la última consecuencia de nuestra civilización tan alabada, el último resultado de todos los esfuerzos logrados por centenas de generaciones para mejorar su vida y la de sus descendientes! Tenemos que, o bien perder toda la esperanza en la humanidad, en su voluntad y en su marcha adelante, al ver los resultados de nuestro esfuerzo y de nuestro trabajo convertirse así en escarnio; o entonces tenemos que admitir que la sociedad humana ha errado el camino hasta aquí en su búsqueda de la felicidad; tenemos que reconocer que un trastorno tan completo de la situación social de ambos sexos sólo puede provenir del hecho de que sus relaciones han sido falseadas desde el comienzo. Si la dominación de la mujer sobre el hombre, que el sistema industrial ha engendrado fatalmente, es inhumana, la dominación del hombre sobre la mujer tal como existía antes es necesariamente inhumana también. Si la mujer puede ahora como antes el hombre, fundar su dominación en el hecho de que ella aporta más, e incluso todo, al fondo común de la familia, se sigue necesariamente que esa comunidad familiar no es ni verdadera, ni racional porque un miembro de la familia puede todavía jactarse de que aporta la mayor parte de ese fondo.
Mientras que F. Engels en su obra más madura, declara que es imposible materialmente que una mujer pueda ser, de alguna manera, superior al hombre, traiga o no el dinero a casa, ya que la infraestructura capitalista, junto a la feudal o la esclavista han mantenido, mantienen y mantendrán mientras permanezca el capitalismo, una dominación masculina sobre el varón:
El gobierno del hogar se transformó en servicio privado; la mujer se convirtió en la criada principal, sin tomar ya parte en la producción social. Sólo la gran industria de nuestros días le ha abierto de nuevo —aunque sólo a la proletaria— el camino de la producción social. Pero esto se ha hecho de tal suerte, que si la mujer cumple con sus deberes en el servicio privado de la familia, queda excluida del trabajo social y no puede ganar nada; y si quiere tomar parte en la gran industria social y ganar por su cuenta, le es imposible cumplir con los deberes de la familia. Lo mismo que en la fábrica, le acontece a la mujer en todas las ramas del trabajo, incluidas la medicina y la abogacía. La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias individuales. Hoy, en la mayoría de los casos, el hombre tiene que ganar los medios de vida, que alimentar a la familia, por lo menos en las clases poseedoras; y esto le da una posición preponderante que no necesita ser privilegiada de un modo especial por la ley. El hombre es en la familia el burgués; la mujer representa en ella al proletario. Pero en el mundo industrial el carácter específico de la opresión económica que pesa sobre el proletariado no se manifiesta en todo su rigor sino una vez suprimidos todos los privilegios legales de la clase de los capitalistas y jurídicamente establecida la plena igualdad de las dos clases. La república democrática no suprime el antagonismo entre las dos clases; por el contrario, no hace más que suministrar el terreno en que se lleva a su término la lucha por resolver este antagonismo. Y, de igual modo, el carácter particular del predominio del hombre sobre la mujer en la familia moderna, así como la necesidad y la manera de establecer una igualdad social efectiva de ambos, no se manifestarán con toda nitidez sino cuando el hombre y la mujer tengan, según la ley, derechos absolutamente iguales. Entonces se verá que la manumisión de la mujer exige, como condición primera, la reincorporación de todo el sexo femenino a la industria social, lo que a su vez requiere que se suprima la familia individual como unidad económica de la sociedad.
La mujer, aparte de que jamás podrá dominar al varón sufre una explotación dual y en esa explotación dual, reside la contradicción entre el trabajo doméstico y el trabajo industrial. El maduro Engels omite de forma totalmente acertada las chorradas que pudo declarar en su juventud enfangándose en romanticismos pequeñoburgueses sobre qué trabajos puede hacer un hombre para ser viril y qué trabajos puede hacer la mujer para ser femenina o el traer el dinero a casa sea un signo de virilidad.
Claudio Forján escribió: Pero su análisis de las tendencias disolventes que padece la familia bajo el capitalismo es plenamente acertado. Aún así, ni siquiera es cierto ese muro que levantas entre el Engels "joven" y el Engels "maduro". Tan sólo dos años después de La situación de la clase obrera en Inglaterra en Principios del comunismo Engels plantea elementos básicos para la emancipación de la mujer:
No estoy de acuerdo.
Principios del comunismo solo fue un esbozo simplista -al igual que el Manifiesto Comunista, por cierto- de dotar al movimiento socialista y a la clase trabajadora una serie de respuestas teórico-prácticas en forma de catecismo dogmático, ni es la demostración, ni es una herramienta universal de análisis y acción.
Dejando es claro, leamos que dice F. Engels en susodicha obra:
F. Engels en Principios del comunismo escribió:XXI. ¿Qué influencia ejercerá el régimen social comunista en la familia? Las relaciones entre los sexos tendrán un carácter puramente privado, perteneciente sólo a las personas que toman parte en ellas, sin el menor motivo para la ingerencia de la sociedad. Eso es posible merced a la supresión de la propiedad privada y a la educación de los niños por la sociedad, con lo cual se destruyen las dos bases del matrimonio actual ligadas a la propiedad privada: la dependencia de la mujer respecto del hombre y la dependencia de los hijos respecto de los padres. En ello reside, precisamente, la respuesta a los alaridos altamente moralistas de los burguesotes con motivo de la comunidad de las mujeres, que, según éstos, quieren implantar los comunistas. La comunidad de las mujeres es un fenómeno que pertenece enteramente a la sociedad burguesa y existe hoy plenamente bajo la forma de prostitución. Pero, la prostitución descansa en la propiedad privada y desaparecerá junto con ella. Por consiguiente, la organización comunista, en lugar de implantar la comunidad de las mujeres, la suprimirá
Ni se ven denuncias a actitudes "castradoras", ni se habla estúpidamente de virilidades o femineidades ni ningún otro autor marxista en adelante volvería a hablar sobre cuestiones tan absurdas como una posible dominación de la mujer sobre el varón en el capitalismo.
Que el esbozo de Principios de Comunismo surja después de La situación de la clase obrera en Inglaterra solo significa la evolución de las ideas engelsianas y no la continuación de mamarrachadas ideológicas sobre el género y la preasignación de la superestructura de trabajos "propiamente de tal sexo".
Claudio Forján escribió:No hay ninguna "ruptura" entre el Engels de juventud y el de madurez respecto a la emancipación de la mujer.
Lee arriba.
Claudio Forján escribió:Precisamente en La situación de la clase obrera en Inglaterra lo que Engels describe son los efectos de la incorporación masiva de mujeres y los niños/adolescentes al trabajo productivo fabril en el contexto de la sociedad burguesa ya avanzada de Gran Bretaña en 1845. Todo ello son tendencias disolventes de la familia y generan inevitablemente contradicciones en una sociedad que se funda en la misma. Lo que tú señalas como contradicción es, de hecho, coherencia, pues en ambos casos, aunque desde perspectivas distintas, lo que se afirma es que la gran industria capitalista crea condiciones para la disolución de la familia tradicional.
Define "familia tradicional".
La gran industria capitalista, según las obras más maduras de F. Engels no va a acabar con el modelo patriarcal de la familia, sino que le va a dar un carácter privada e individualista en consonancia a la propia definición latina -de Imperio Romano- de "familia". La familia en las relaciones de producción de con la gran industria no crea condiciones para la disolución de la familia, sino que la refuerza bajo relaciones de producción privadas:
1. Esta familia individual somete a relaciones de producción igualmente individualistas entre el hombre y la mujer, convirtiendo al hombre en el burgués y a la fémina en su esclava y su proletaria. 2. Esta familia individual surge como modelo de acumulación en las nuevas relaciones de producción en comparación al feudalismo. No solo hace tambalear a los cimientos de la superestructura, sino que los refuerza y les confiere una naturaleza propiamente capitalistas, denominándose consecuentemente "familia individual". 3. No hay ninguna coherencia en el hecho de augurar la disolución de la familia tradicional cuando esta se refuerza en las relaciones de producción capitalistas. 4. Solo en un periodo muy próximo al comunismo podrá desaparecer la familia individual. Esta ni desaparece en un Estado autodenominado "socialista" ni tampoco desaparecen las relaciones de explotación del varón a la fémina en el ámbito doméstico, al igual que comportamientos denigrantes y esclavistas sobre la mujer, ya se vista con el nombre de la URSS, la RDA o Cuba. Si ni la estatalización proletaria van a desaparecer estas relaciones de explotaciones,mucho menos hay razones para creer que el capitalismo crea condiciones para la disolución de la familia tradicional.
Claudio Forján escribió:No se trata de que una obra sea posterior a la otra, sino de que son obras de géneros diferentes. Una es un análisis sociológico de la clase obrera inglesa sobre el terreno, otra un análisis histórico antropológico de la familia y el Estado. Al final va a resultar que tus argumentos son más posmodernos de lo que estás dispuesto a admitir, pues ves machismo hasta en una simple descripción de las contradicciones de la época.
Contradicciones de la época que un joven Engels, como hijo de su época, reproduce. Al igual que K. Marx e igualmente Engels también muestran una cierta animadversión a los homosexuales y a distintos colectivos de homosexuales que quieren expresarse en favor de sus intereses.
No es una "simple" descripción de las contradicciones de la época, es el propio convencimiento de F. Engels de algunos de los sesgos de la supestructura capitalista, como el planteamiento de roles que conforman las primeras bases de la ideología de género. De hecho, quien más estaría aportando a las bases ideológicas del posmodernismo no soy yo sino el joven F. Engels. ¿Qué es eso de que una mujer se hace más viril por traer el dinero a casa? ¿Qué es eso de la femineidad y la masculinidad y por qué a vista de un análisis marxista más exhaustivo y maduro nos damos cuenta que estos conceptos son ensoñaciones pequeñoburguesas y románticas? Este tipo de ensoñaciones estructuran las bases de posmodernos eclécticos y no el hecho de que yo denuncie las contradicciones entre obras engelsianas. Hasta puedo decir que el joven F. Engels se equivocó tratando de forma romántica determinados asuntos domésticos; al igual que también digo, dije y diré que K. Marx no fue ningún profeta y se equivocó en una serie de análisis, como que la revolución surgiría en los países más avanzados del occidente industrializado o que solo desde el capitalismo desarrollado se podría saltar al Estado proletario cuando precisamente la historia demostró que la revolución socialista materialmente tiene más posibilidades de triunfar en sociedades tardofeudales que en sistemas con medios de producción y trabajo mucho más desarrolladas. ¿Acaso estas evidencias en las que K. Marx erró y no pudo profetizar con exactitud por el hecho de mostrarlas me hacen "posmoderno" o "revisionista"?
Lo más absurdo de todo esto es el uso mentecato del término "posmoderno" como años atrás se utilizaba en este foro o en las calles el concepto "revisionista" para acusar a cualquier persona que se desviase de un supuesto dogma. Ahora todo lo que no nos gusta o se aleja de una lectura dogmática lo vamos a llamar "posmoderno". Ahora todo lo que sea claramente erróneo o con lo que no se esté de acuerdo es un síntoma de "posmodernismo". Tú, Claudio Forján, estás fomentando actitudes propias de movimientos dogmáticos como el takfirismo en el islam, que niega la pureza de determinadas posiciones y afirma la "excomunión" a todo aquel que no profese determinados análisis.
Y luego dentro de la heterogeneidad del posmodernismo, a qué autor, qué corriente o estructuras ideológicas me quieres asociar. ¿Estás comparando mis escritos a Foucault? ¿Quizás a Derridá? ¿O quizás Lyotard o Beauvoir? Si quieres acusarme de algo, al menos demuéstralo y no seas como cierto sujeto inefable que basa sus acusaciones en acusaciones porque sí, o en su defecto, la propia reafirmación de sus posturas dogmáticas y/o reaccionarias:
EN fin. Te mando un ban de medio año retrasado mental.
Vuelve a hacer un oftopic minimo a Iona Yakir y te baneo de por vida, a falta de meterte un guantazo por retrasado mental.
Te borro todo tu comentario, simplemente como me haces perder el tiempo de niñera, te jodo yo tu puto tiempo invertido escribiendo mierdas en el debate.
SS-18 escribió:Te borro todo tu comentario, simplemente como me haces perder el tiempo de niñera, te jodo yo tu puto tiempo invertido escribiendo mierdas en el debate.
Sin embargo ese tipo de ofensas jamás fueron sancionadas. Muerto o vivo, has ignorado esta denuncia, pero yo me he comido dos meses de baneo por la adoración cuasi-irracional a un muerto, como si nada de lo que dijese o sus actos pudieran ser reprendados, como católicos, apostólicos y romanos.
Que me hayas borrado el post que tanto tiempo me ha llevado escribir en vez de borrar solo la parte que a ti te jode de forma totalmente partidista solo demuestra, por primera parte, la censura tan propia entre estalinistas, y segundamente, hacerme perder tiempo que jamás podré recuperar y que no pienso volver a perder en repetir todo lo que dije a pesar de que estaba muy interesado en debatir con Claudio Forján y otros compañeros al respecto.
Vamos a ver especimen de las pelotas. Tu que no entiendes que me importa tres mierdas tus putas parafilias y tus problemas mentales. QUE NO HAGAS OFTOPIC retrasado de mierda !! que NO ENTIENDES.
Dejo tu comntario para que te respondan, Acto seguido te largo con un ban durante medio año. A ver si espabilas y en este tiempo te tratas de alguna manera.
Pues muy facil subnormal. No me hinches las pelotas con OFTIPIC y con gilipolleces prescindibles para no hacerme gastar ni un minuto en darte atencion a tus pataleos y no te toco los post. Como vuelvas a enguarrar algo te lo voy a borrar todo. Si me haces perder el tiempo a mi, te lo hago perder a ti. ASi de facil.
Última edición por SS-18 el Jue Abr 04, 2019 6:45 pm, editado 1 vez
SS-18 escribió:Dejo tu comntario para que te respondan, Acto seguido te largo con un ban durante medio año. A ver si espabilas y en este tiempo te tratas de alguna manera.
El que necesita cuestionarse sus capacidades mentales eres tú. ¿Para qué coño quieres que me respondan y luego banearme? ¿Para que yo no pueda responder? ¿Tanta bilis infantilista tienes en tu cerebro de mosquito?
Anda y haz lo que te salga de los cojones, represor.
Vamos a ver retrasado de mierda. Voy a dejar que te contesten para que te torres en tu imbecilidad, para que leas lo qeu te han escrito y acto seguido te voy a banear por haber hecho un oftopic reincidente sin venir a cuento sobre Yona Yakir.
Y si, voy a hacer lo que me sale de las pelotas con un sibnormal como tu que es incapaz de entender como participar en un puto foro con tres minimas reglas basicas y que el subnormal es incapaz de comprender sin llenarlo todo de mierda constantemente haciendome perder el tiempo en tus deficiencias de atención que se ve la necesitas mucho porque es incomprensible.
No te voy a contestar más a esto. Ha sido un aviso, la proxima te baneo definitivamente.
Me importa tres mierdas una foto que le manda otro usuario hace un año a su buzon personal. Este hilo no es ningun sitio para que el subnormal éste ande enseñando y lloriqueando las fotos de bacile que le mandaba Yona Yakir.
Efectivamente, tienes un problema grave en entender tres PUTAS REGLAS BASICAS que te obligo YO A CUMPLIRLAS, y no exceden la complejidad de un minimo esfuerzo en no hacer OFTOPIC con tus parafilias con Yona Yakir sin venir a cuento.
Si vuelves a este foro,y una vez más haces un simple oftopic que exceda los limites de un desarrollo de un debate intendanto enguarrarlo de alguna manera, se te banea totalmente. Por REINCIDENTE y por hacerme a MI perder el tiempo en llamar la atencion a un subnormal cada dos por tres por la misma gilipollez que el tonto de los huevos es incapaz de superar.
Utiliza este tiempo para conocer el mundo, salir a la calle, correr, montar en bici, pasear a los perros, sacarte novia , llamar a tu familia o yo que coño se que necesitas tu, para que te olvides de una puta vez del mas minimo oftopic sobre YonaYakir. Superalo !!
Es que no hay manera eh!!! Tengo que andar aguantando los putos traumas del sujeto por los comentarios o fotos que le mandaba otro usuario hace ya un año por mensaje personal.
Si te gusta los niveles que puedes encontrar en gente culta y desarrolalda en este foro, aceptas y te adaptas a mis reglas de participación, bajo los criterios que se han determinado y PUNTO. No me interesa nada mas ni le interesa a nadie más en los debates, mas que el intercambio de lineas y analisis sobre un tema
No te lo voy a volver a repetir. Te voy a meter un ban como vuelvas a hacer el mas minimo oftopic fuera de la estructura basica y clara de participacion en este foro en los debates y temas y es mi ultimo comentario aqui sobr el asunto.
Última edición por SS-18 el Jue Abr 04, 2019 7:13 pm, editado 3 veces
Arabista escribió:yo me he comido dos meses de baneo por la adoración cuasi-irracional a un muerto.
Le faltaste el respeto a un camarada fallecido, por eso te banearon. Y otra vez volves a referirte de manera despectiva hacia él. Indistintamente de las diferencias ideológicas y debates que mantuviste con Iona, al menos en este foro, se te pidió que te dirijas con el debido respeto si lo mencionabas. Asi como vos lo desprecias, muchos camaradas del foro le guardamos un gran aprecio y respeto (sobre todos quienes lo conocimos personalmente). Solo se te pide eso, que te midas con tus palabras si vas hacer alusión a dicho compañero.
Arabista escribió:Creo que he utilizado los suficientes paralelismos semántico-teóricos y he dado mis razones, costándome mi tiempo y mi esfuerzo de búsqueda y asimilación para que en cuatro párrafos vengas a intentar a refutar mis puntos con un lo metes tú con calzador.
Haces una forzadura teórica. Lo señalo independientemente de cuánto te haya costado en tiempo y esfuerzo.
Arabista escribió:La violencia del hombre contra la mujer se expresa de muchas maneras. Violencia machista no es íntrinsecamente pegar a tu o cargártela si te es infiel o habla con otro tío -es más, pegar a tu mujer hace medio siglo o un siglo de pleno no estaba penado por ley-. Violencia machista es cualquier acto que perjudique a la mujer en unas relaciones dialécticas de opresión del sexo opresor en contra del sexo oprimido. Y esta, si vuelves a leer a F. Engels con detenimiento, es uno de los pilares del patriarcado y su influencia en el hogar y las cuestiones domésticas.
La subordinación de unas personas a otras no se reduce a la violencia, aunque ésta juega un papel en ese proceso. Y esto es así no sólo en las relaciones entre sexos, sino entre clases también. Esto lo trata Engels en su crítica a Dühring:
Engels en su "Anti-Dühring" escribió:Así, pues, cuando el señor Dühring llama a la propiedad actual propiedad violenta y la caracteriza como
aquella forma de dominio que se basa no sólo meramente en la exclusión del prójimo del uso de los medios naturales de la existencia, sino además cosa más importante, en el sometimiento del hombre a servicio servil.
está invirtiendo literalmente la situación real. El sometimiento del hombre a servidumbre, en cualquiera de sus formas, presupone en el que lo somete la disposición sobre los medios de trabajo sin los cuales no podría utilizar al sometido; y en el caso de la esclavitud presupone además la disposición sobre los medios de vida sin los cuales no podría mantener al esclavo. En todos los casos se presupone, pues, una riqueza que rebasa el término medio. ¿Cómo se ha originado esa riqueza? Es claro que puede ser robada, es decir, basarse en la violencia, pero también está claro que ello no es en absoluto necesario. Esa riqueza superior al término medio puede haber sido conseguida con el trabajo, con el robo, con el comercio, hasta con la ficción y la estafa. Es más: tiene incluso necesariamente que haber sido conseguida por el trabajo, antes de poder ser robada en algún sentido.
Arabista escribió:Sabiendo que el principio de abrogación surge antes que el islam -teniendo su primera aparición histórica en el derecho romano- y que K. Marx y F. Engels aplicaron estos en el propio Manifiesto Comunista al quedarse este desfasado en mucha de sus propuestas teórico-prácticas al haber cambiado la sociedad que describían en ese manifiesto
Ya sólo el ejemplo que pones es erróneo, pues en el prólogo al Manifiesto Comunista que citas Marx y Engels dicen claramente que las enmiendas que le harían no afectan a sus principios generales, sino a cuestiones de detalle:
Marx y Engels escribió:Por mucho que durante los últimos veinticinco años hayan cambiado las circunstancias, los principios generales desarrollados en este Manifiesto siguen siendo substancialmente exactos. Sólo tendría que retocarse algún que otro detalle.
Arabista escribió:Mientras F. Engels en su época llama castración al hecho de que los hombres se queden haciendo las labores doméstico mientras las mujeres trabajan en su obra más joven, en su obra más madura leemos: Que el trabajo de la mujer fuera del ámbito doméstico y su situación de mantenimiento de la familia, más que ser "castrador" acaba con los privilegios supremacistas del hombre, salvo por, como parafraseo cierta brutalidad con su mujeres. ¿A qué nos recuerda la palabra brutalidad? Nos recuerda a golpes, a dominación sexual, a imperativos sobre el proceder o no de una mujer, con quien tiene que hablar, a dónde tiene que salir...; brutalidad como expresión de violencia, y violencia como imposición del patriarcado de la dominación masculina sobre la mujer que siempre va a intentar resistirse a cualquier equiparación tangible.
Te agarras como a un clavo ardiendo palabras como "castración" "virilidad", etc., cuando lo cierto es que en ambas obras Engels señala el mismo efecto de la gran producción industrial desarrollada por el capitalismo sobre la familia individual. A saber, que la incorporación masiva de la mujer al trabajo productivo rompe con su confinamiento al trabajo doméstico, aunque sea de manera incipiente y no completa.
Arabista escribió:Es más que evidente que el joven F. Engels peca, como hijo de su época, en clasificar actividades viriles de femeninas y denomina a aquellos que se desenvuelven en actividades femeninas como hombres femeninos y a aquellas mujeres que se desenvuelven en actividades masculinas como mujeres viriles; mujeres viriles y hombres femeninos, como degradación, según F. Engels, para ambos sexos y su humanidad.
Es más que evidente que Engels en 1845 está describiendo una contradicción y además, lo está haciendo de una forma provocadora e irónica para la moral burguesa de su época:
Engels en "La situación de la clase obrera en Inglaterra" escribió:Tenemos que, o bien perder toda la esperanza en la humanidad, en su voluntad y en su marcha adelante, al ver los resultados de nuestro esfuerzo y de nuestro trabajo convertirse así en escarnio; o entonces tenemos que admitir que la sociedad humana ha errado el camino hasta aquí en su búsqueda de la felicidad; tenemos que reconocer que un trastorno tan completo de la situación social de ambos sexos sólo puede provenir del hecho de que sus relaciones han sido falseadas desde el comienzo. Si la dominación de la mujer sobre el hombre, que el sistema industrial ha engendrado fatalmente, es inhumana, la dominación del hombre sobre la mujer tal como existía antes es necesariamente inhumana también. Si la mujer puede ahora como antes el hombre, fundar su dominación en el hecho de que ella aporta más, e incluso todo, al fondo común de la familia, se sigue necesariamente que esa comunidad familiar no es ni verdadera, ni racional porque un miembro de la familia puede todavía jactarse de que aporta la mayor parte de ese fondo.
Si hubieras leído correctamente al Engels de 1845, en lugar de proyectar sobre él el prejuicio acerca de su supuesto machismo, te habrías dado cuenta de que lo que hace es utilizar el ejemplo de los hombres que se quedan en casa cocinando y las mujeres que traen el dinero a casa como una muestra de que los roles asignados en la familia individual (en el que el trabajo productivo se reservaba al hombre y el doméstico a la mujer) son también falsos. Del mismo modo, utiliza los casos que cita del escándalo que supone ver a hombres confinados al trabajo doméstico para señalar la injusticia que supone confinar a mujer a tales tareas. Lejos de reproducir concepciones "patriarcales" o "machistas", Engels hace un trabajo magistral de crítica del modelo de familia sobre el que se funda la sociedad burguesa.
Por cierto, la existencia de mujeres que traen el salario a casa con hombres en paro confinados al trabajo doméstico no es un invento de Engels. Su trabajo se basa en multitud de datos recopilados ya sea en forma de estadísticas, noticias, entrevistas, etc. Es un trabajo sociológico y de campo de primer nivel, como así le fue reconocido por Marx. Si bien, su número es muy inferior al de las amas de casa, los amos de casa existen. Noticia de El País de 2013:
En El País se escribió:En los últimos siete años, desde el comienzo de la crisis económica, el número de hombres inactivos dedicados a las tareas domésticas ha crecido desde los 290.300 en 2007 hasta los 445.200 actuales. Este año la cifra se ha elevado en un 22%. Por el contrario, la dinámica entre las mujeres se invierte: 4.722.200 se encontraban hace siete años en esta situación, mientras que ahora se ha reducido a 3.760.400, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Arabista escribió:Mientras que F. Engels en su obra más madura, declara que es imposible materialmente que una mujer pueda ser, de alguna manera, superior al hombre, traiga o no el dinero a casa, ya que la infraestructura capitalista, junto a la feudal o la esclavista han mantenido, mantienen y mantendrán mientras permanezca el capitalismo, una dominación masculina sobre el varón: La mujer, aparte de que jamás podrá dominar al varón sufre una explotación dual y en esa explotación dual, reside la contradicción entre el trabajo doméstico y el trabajo industrial. El maduro Engels omite de forma totalmente acertada las chorradas que pudo declarar en su juventud enfangándose en romanticismos pequeñoburgueses sobre qué trabajos puede hacer un hombre para ser viril y qué trabajos puede hacer la mujer para ser femenina o el traer el dinero a casa sea un signo de virilidad.
Precisamente es al contrario. En el párrafo que citas de El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado Engels señala exactamente la misma tendencia disolvente de la familia bajo el capitalismo que en La situación de la clase obrera en Inglaterra:
Engels escribió:Sólo la gran industria de nuestros días le ha abierto de nuevo —aunque sólo a la proletaria— el camino de la producción social. Pero esto se ha hecho de tal suerte, que si la mujer cumple con sus deberes en el servicio privado de la familia, queda excluida del trabajo social y no puede ganar nada; y si quiere tomar parte en la gran industria social y ganar por su cuenta, le es imposible cumplir con los deberes de la familia.
Arabista escribió:Ni se ven denuncias a actitudes "castradoras", ni se habla estúpidamente de virilidades o femineidades ni ningún otro autor marxista en adelante volvería a hablar sobre cuestiones tan absurdas como una posible dominación de la mujer sobre el varón en el capitalismo. Que el esbozo de Principios de Comunismo surja después de La situación de la clase obrera en Inglaterra solo significa la evolución de las ideas engelsianas y no la continuación de mamarrachadas ideológicas sobre el género y la preasignación de la superestructura de trabajos "propiamente de tal sexo".
No se ven los detalles sociológicos en los que Engels abunda en La situación de la clase obrera en Inglaterra porque en Principios del comunismo Engels plantea orientaciones teóricas generales. Aún así, ya te he mostrado el carácter irónico del uso de términos como "castración" o "virilidad". Lo que sí se ve es una continuidad de ambos textos en la crítica de la moralidad burguesa.
Arabista escribió:Define "familia tradicional".
Lo usé como sinónimo de "familia individual", el término que emplea Engels.
Engels escribió:La gran industria capitalista, según las obras más maduras de F. Engels no va a acabar con el modelo patriarcal de la familia, sino que le va a dar un carácter privada e individualista en consonancia a la propia definición latina -de Imperio Romano- de "familia". La familia en las relaciones de producción de con la gran industria no crea condiciones para la disolución de la familia, sino que la refuerza bajo relaciones de producción privadas:
1. Esta familia individual somete a relaciones de producción igualmente individualistas entre el hombre y la mujer, convirtiendo al hombre en el burgués y a la fémina en su esclava y su proletaria. 2. Esta familia individual surge como modelo de acumulación en las nuevas relaciones de producción en comparación al feudalismo. No solo hace tambalear a los cimientos de la superestructura, sino que los refuerza y les confiere una naturaleza propiamente capitalistas, denominándose consecuentemente "familia individual". 3. No hay ninguna coherencia en el hecho de augurar la disolución de la familia tradicional cuando esta se refuerza en las relaciones de producción capitalistas. 4. Solo en un periodo muy próximo al comunismo podrá desaparecer la familia individual. Esta ni desaparece en un Estado autodenominado "socialista" ni tampoco desaparecen las relaciones de explotación del varón a la fémina en el ámbito doméstico, al igual que comportamientos denigrantes y esclavistas sobre la mujer, ya se vista con el nombre de la URSS, la RDA o Cuba. Si ni la estatalización proletaria van a desaparecer estas relaciones de explotaciones,mucho menos hay razones para creer que el capitalismo crea condiciones para la disolución de la familia tradicional.
En realidad, tanto en La situación de la clase obrera en Inglaterra como en El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado lo que dice Engels es que la gran industria moderna desarrollada por el capitalismo, aún cuando éste se fundamenta en la familia individual como molécula de su sociedad, al mismo tiempo crea condiciones para su disolución al posibilitar la incorporación masiva de la mujer al trabajo productivo. La relación entre el capitalismo y la familia individual es dialéctica, es decir, contradictoria, no es armónica, como se desprende de tus comentarios. Las dos tendencias existen bajo el capitalismo: el refuerzo y la disolución de la familia individual. Por eso el marxismo plantea la socialización del trabajo doméstico, para que la incorporación masiva de la mujer al trabajo productivo y su emancipación de la subordinación al hombre no conlleven la desatención del trabajo doméstico (que es necesario en cualquier sociedad para la reproducción de la vida y la fuerza de trabajo).
Arabista escribió:Contradicciones de la época que un joven Engels, como hijo de su época, reproduce. Al igual que K. Marx e igualmente Engels también muestran una cierta animadversión a los homosexuales y a distintos colectivos de homosexuales que quieren expresarse en favor de sus intereses.
En el caso de la mujer, esas contradicciones de Engels te las has inventado.
Arabista escribió:No es una "simple" descripción de las contradicciones de la época, es el propio convencimiento de F. Engels de algunos de los sesgos de la supestructura capitalista, como el planteamiento de roles que conforman las primeras bases de la ideología de género. De hecho, quien más estaría aportando a las bases ideológicas del posmodernismo no soy yo sino el joven F. Engels. ¿Qué es eso de que una mujer se hace más viril por traer el dinero a casa? ¿Qué es eso de la femineidad y la masculinidad y por qué a vista de un análisis marxista más exhaustivo y maduro nos damos cuenta que estos conceptos son ensoñaciones pequeñoburguesas y románticas? Este tipo de ensoñaciones estructuran las bases de posmodernos eclécticos y no el hecho de que yo denuncie las contradicciones entre obras engelsianas. Hasta puedo decir que el joven F. Engels se equivocó tratando de forma romántica determinados asuntos domésticos; al igual que también digo, dije y diré que K. Marx no fue ningún profeta y se equivocó en una serie de análisis, como que la revolución surgiría en los países más avanzados del occidente industrializado o que solo desde el capitalismo desarrollado se podría saltar al Estado proletario cuando precisamente la historia demostró que la revolución socialista materialmente tiene más posibilidades de triunfar en sociedades tardofeudales que en sistemas con medios de producción y trabajo mucho más desarrolladas. ¿Acaso estas evidencias en las que K. Marx erró y no pudo profetizar con exactitud por el hecho de mostrarlas me hacen "posmoderno" o "revisionista"?
Aquí estás metiendo el off topic con las predicciones de Marx. Que, por cierto, no fueron tan erradas como dices. Lenin ya lo sintetizó cuando dijo que es más fácil iniciar la transición en los países capitalistas atrasados, pero más difícil continuarla que en los avanzados. Lo relativo a los supuestos prejuicios machistas de Engels ya lo refuté más arriba.
Arabista escribió:Lo más absurdo de todo esto es el uso mentecato del término "posmoderno" como años atrás se utilizaba en este foro o en las calles el concepto "revisionista" para acusar a cualquier persona que se desviase de un supuesto dogma. Ahora todo lo que no nos gusta o se aleja de una lectura dogmática lo vamos a llamar "posmoderno". Ahora todo lo que sea claramente erróneo o con lo que no se esté de acuerdo es un síntoma de "posmodernismo". Tú, Claudio Forján, estás fomentando actitudes propias de movimientos dogmáticos como el takfirismo en el islam, que niega la pureza de determinadas posiciones y afirma la "excomunión" a todo aquel que no profese determinados análisis. Y luego dentro de la heterogeneidad del posmodernismo, a qué autor, qué corriente o estructuras ideológicas me quieres asociar. ¿Estás comparando mis escritos a Foucault? ¿Quizás a Derridá? ¿O quizás Lyotard o Beauvoir? Si quieres acusarme de algo, al menos demuéstralo y no seas como cierto sujeto inefable que basa sus acusaciones en acusaciones porque sí, o en su defecto, la propia reafirmación de sus posturas dogmáticas y/o reaccionarias:
Yo entiendo el "posmodernismo" como la ideología del neoliberalismo. No la circunscribo a un autor o corriente en concreto, sino a una cosmovisión más general, dominante en el mundo capitalista desde los años 80 hasta ahora. No dije que tú lo seas, pero sí cierto contenido de tus argumentos, ya que en ellos se puede ver cierta exageración de la contradicción hombre-mujer. Este error en la teoría conduce al desastre en política de contribuir a la guerra de sexos, fomentada desde determinados sectores liberales de la burguesía (del mismo modo que otros sectores conservadores promueven la sacralidad de la familia individual, buen reflejo, por cierto, de la relación dialéctica entre capitalismo y familia). El revisionismo, por otra parte, es la ideología del oportunismo de derechas, es decir, de la renuncia a la revolución proletaria y la dictadura del proletariado. No he usado este término a lo largo de esta discusión. Como verás, manejo estos términos de manera científica, no para "excomulgar al que piensa distinto". Los takfiríes consideran apóstatas a todo aquel que no quiera vivir como en el año de la Hégira. Yo no estoy planteando en absoluto que hagamos la misma política que Engels en 1845. Simplemente señalo y distingo lo que es una evolución del marxismo coherente con sus principios generales y lo que son interpretaciones liberales del marxismo.
Por eso respecto a la cuestión de las denuncias falsas, en lugar de entrar a la guerra de sexos, trato de ir a los problemas sociales realmente subyacentes, que al final son esos dos que digo: la vivienda y el estigma del acusado. Sobre lo primero he señalado el problema de la vivienda en la sociedad capitalista en general y en la sociedad española en particular. Sobre lo segundo, aparte de que sospecho que existe cierta mentalidad "cainita" en España que nos lleva a cotillear y estigmatizar al vecino, habría que investigar si las tasas judiciales no son un impedimento a la hora de que un hombre acusado en falso de maltrato denuncie esto. Se supone que las víctimas de violencia de género están exoneradas de estas tasas. ¿Pero lo están quienes quieran denunciar haber sido víctimas de una denuncia falsa? De no ser así, esto se prodría resolver aboliendo las tasas judiciales en general, para toda la justicia. Como ves, mi argumentación está lejos de ser una concesión a la derecha o la reacción, pues en ningún momento pongo en duda los aspectos positivos de la lucha contra lo que llamamos violencia machista. Pero no por eso voy a negar los efectos negativos que ello tiene, si las demás relaciones sociales permanecen inalteradas, como diría Engels.
Por cierto, no tengo ahora mucho tiempo. De hecho, tengo otros hilos sin responder. No garantizo poder continuar la discusión en este hilo a corto plazo.