Carta Pastoral del Obispo de Vic ante la Huelga general de Julio de 1855
Recogido en Casimir Martí y Josep Benet: Barcelona a mitjan segle XIX. El moviment obrer durant el Bienni Progressista, 1854-1856, Barcelona, Curial, 1976, vol. II, pp. 40-42
publicado en 2013 en inter-rev.foroactivo
Vale la pena transcribir una interesante Carta Pastoral del Obispo de Vic (diócesis donde el conflicto estuvo muy presente) en torno a la huelga general, hecha pública el 4 de julio de 1855, es decir, en los primeros días de la misma:
“... Todo hacía augurar un lisonjero y delicioso porvenir a esta provincia, que se había adelantado a todas las de España en la aplicación de sus brazos a la industria, cuyo desarrollo bien pronto nos hubiera puesto al nivel de las naciones más adelantadas.
¿Qué causas han mediado para entorpecer esta marcha próspera y boyante?
Lo ignoramos; y tan sólo podemos decir lo que está patente a los ojos de todo el mundo, que la rivalidad y discordia que se han suscitado entre obreros y fabricantes amenazan destruir la fortuna de estos últimos, dejando sumidos en la miseria a los primeros.
Ministro de un Dios de reconciliación y de paz ... ignorante de las verdaderas causas de los actuales conflictos, no nos hallamos en el caso de juzgar ... Oídnos, pues, o hijos muy amados: escuchad nuestra voz, que es la de un padre que os ama igualmente a todos ... Oídnos vosotros queridos obreros ... Oíd nuestra voz y nuestros consejos paternales.
¿Qué os proponéis con vuestra actitud imponente? ¿Adónde os encamináis con vuestras exigencias? ¿Qué pretendéis con retraeros del trabajo y obligar a los fabricantes a que cierren sus talleres?
Ignoramos el grado de equidad o de importunidad que puedan tener vuestras pretensiones ... pero, por muy racionales y justas que sean, mucho nos tememos que produzcan un efecto bien contrario al que se proponen los que os aconsejan ...
Y si con vuestras exigencias amedrentáis a los fabricantes; si les obligáis a que retiren sus capitales; si se cierran los talleres y quedan paralizados los trabajos y perece nuestra industria que iba floreciendo de día en día en nuestra Cataluña
¿qué habréis conseguido al fin de todo?
Los fabricantes no aumentarán las fortunas, es verdad; no se harán más ricos de lo que son; tal vez
muchos de ellos queden arruinados; pero ¿mejorará con esto vuestra condición?
Ahora vivís ganando alguna cosa, si bien no tanto como creéis tener derecho; pero entonces no ganaréis nada, y después de haber vendido la última camisa y el último mueble de vuestro modesto ajuar, tendréis que mendigar el sustento que ahora os ganáis muy honradamente ... Esta es la terrible verdad... Os conjuramos por las entrañas de Nuestro Señor Jesucristo que abandonéis esta actitud ... que volváis a vuestros talleres ... Si a pesar de todo no podéis satisfacer todas vuestras necesidades; si en vuestra vida laboriosa tenéis que sujetaros a algunas privaciones, la religión nos enseña la resignación y el sufrimiento; la religión nos consuela prometiéndonos más abundantes felicidades para una vida venidera, cuanto mayores hayan sido las privaciones en la presente”.
Recogido en Casimir Martí y Josep Benet: Barcelona a mitjan segle XIX. El moviment obrer durant el Bienni Progressista, 1854-1856, Barcelona, Curial, 1976, vol. II, pp. 40-42
publicado en 2013 en inter-rev.foroactivo
Vale la pena transcribir una interesante Carta Pastoral del Obispo de Vic (diócesis donde el conflicto estuvo muy presente) en torno a la huelga general, hecha pública el 4 de julio de 1855, es decir, en los primeros días de la misma:
“... Todo hacía augurar un lisonjero y delicioso porvenir a esta provincia, que se había adelantado a todas las de España en la aplicación de sus brazos a la industria, cuyo desarrollo bien pronto nos hubiera puesto al nivel de las naciones más adelantadas.
¿Qué causas han mediado para entorpecer esta marcha próspera y boyante?
Lo ignoramos; y tan sólo podemos decir lo que está patente a los ojos de todo el mundo, que la rivalidad y discordia que se han suscitado entre obreros y fabricantes amenazan destruir la fortuna de estos últimos, dejando sumidos en la miseria a los primeros.
Ministro de un Dios de reconciliación y de paz ... ignorante de las verdaderas causas de los actuales conflictos, no nos hallamos en el caso de juzgar ... Oídnos, pues, o hijos muy amados: escuchad nuestra voz, que es la de un padre que os ama igualmente a todos ... Oídnos vosotros queridos obreros ... Oíd nuestra voz y nuestros consejos paternales.
¿Qué os proponéis con vuestra actitud imponente? ¿Adónde os encamináis con vuestras exigencias? ¿Qué pretendéis con retraeros del trabajo y obligar a los fabricantes a que cierren sus talleres?
Ignoramos el grado de equidad o de importunidad que puedan tener vuestras pretensiones ... pero, por muy racionales y justas que sean, mucho nos tememos que produzcan un efecto bien contrario al que se proponen los que os aconsejan ...
Y si con vuestras exigencias amedrentáis a los fabricantes; si les obligáis a que retiren sus capitales; si se cierran los talleres y quedan paralizados los trabajos y perece nuestra industria que iba floreciendo de día en día en nuestra Cataluña
¿qué habréis conseguido al fin de todo?
Los fabricantes no aumentarán las fortunas, es verdad; no se harán más ricos de lo que son; tal vez
muchos de ellos queden arruinados; pero ¿mejorará con esto vuestra condición?
Ahora vivís ganando alguna cosa, si bien no tanto como creéis tener derecho; pero entonces no ganaréis nada, y después de haber vendido la última camisa y el último mueble de vuestro modesto ajuar, tendréis que mendigar el sustento que ahora os ganáis muy honradamente ... Esta es la terrible verdad... Os conjuramos por las entrañas de Nuestro Señor Jesucristo que abandonéis esta actitud ... que volváis a vuestros talleres ... Si a pesar de todo no podéis satisfacer todas vuestras necesidades; si en vuestra vida laboriosa tenéis que sujetaros a algunas privaciones, la religión nos enseña la resignación y el sufrimiento; la religión nos consuela prometiéndonos más abundantes felicidades para una vida venidera, cuanto mayores hayan sido las privaciones en la presente”.