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    La Rusia que amamos y defendemos - artículo de Onorato Damen - publicado en Prometeo n° 2 de diciembre de 1943

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    RioLena
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    Mensaje por RioLena Jue Abr 09, 2020 9:51 pm

    La Rusia que amamos y defendemos

    artículo de Onorato Damen

    publicado en Prometeo n° 2 de diciembre de 1943


    No es una casualidad si, nosotros, comunistas, partidarios y defensores inquebrantables de la Revolución rusa, de sus ideas y de sus primeras acciones, rechacemos la acusación que actualmente se nos hace, de habernos tornado contra esta gran experiencia histórica. Esta acusación nos las hacen quienes han combatido más abierta y ferozmente a la Revolución, especialmente cuando los burgueses de las coaliciones liberal y socialdemócrata hicieron todo lo posible por estrangularla, ya fuera en el plano militar mediante la peor calaña, o bien mediante el hambre, y por aislarla del resto del planeta encerrándola tras un muro construido de mentiras y complots.

    Tal cambio de pensamiento y de posición política ante Rusia es mucho menos sorprendente de lo que se piensa.

    A la luz del marxismo, es fácilmente explicable. Actualmente, su amistad y solidaridad va de la Iglesia a los capitanes de la industria, de los socialistas a los magnates financieros.

    Nosotros no formamos parte de esa gente; y los obreros -que defendieron y aún defienden a Rusia como primera gran experiencia de su clase- deben, a fin de cuentas, comprender la razón por la cual nosotros, comunistas, no vacilamos al expresar nuestra oposición a la Rusia de Stalin, sin nunca dejar de ser combatientes convencidos por la Rusia de Lenin.

    Para nosotros, los acontecimientos revolucionarios no son hechos insignificantes y, por nuestra confianza absoluta en la causa de la revolución mundial que la revolución rusa ha iniciado, nos adherimos totalmente a las ideas de Octubre.

    Desde hace más de veinte años, la mayor parte de nosotros ha consagrado su vida a esta causa: sus recursos financieros, su vida familiar, su libertad, hasta perderla en las prisiones, en los campos de internación o en los campos de concentración. Y es por ello que nos corresponde la responsabilidad, ciertamente ingrata pero necesaria e insoslayable, de no guardar silencio sobre la realidad de Rusia. Hemos aprendido, en la escuela del marxismo, a luchar abierta y firmemente contra los mitos, contra los “tabús” de todo tipo, y por las verdades más concretas de la lucha de clases.

    Y antes de exponer nuestras ideas, nos gustaría que los obreros -quienes han conservado sus capacidades críticas y cuyos instintos de clase no han sido contaminado- se dieran cuenta de lo que está en el origen de la repentina y profunda solidaridad que expresan tantos burgueses reaccionarios con la Rusia actual, y a partir de qué se puede definir su verdadera naturaleza. En cuanto a nosotros, queremos precisar aquí algunos aspectos de este difícil problema y estamos convencidos de todos llegaremos a las mismas conclusiones.

    1 Los grandes y escandalosos sentimientos que descubre la burguesía hacia la Rusia de Stalin es consecuencia directa de su interés fundamental de preservar el sistema capitalista. Resulta de ello que, debido al antagonismo de clase, lo que nosotros defendemos, en cambio la burguesía lo odia naturalmente. Cuando nuestra crítica teórica y las acciones de nuestro Partido nos colocan al frente del combate de clase, la burguesía no lo soporta.

    2 La justificación de la segunda guerra imperialista mediante la “guerra popular por la democracia” de Stalin, y su reconocimiento oficial por la Iglesia ortodoxa -la cual, naturalmente, ha defendido “la guerra por la gran patria eslava”- ha impresionado profundamente a los honestos burgueses que siempre están llenos de amor por la patria. Justificar la guerra implica ligar a las masas obreras con ellos, encadenarlas mediante la fuerza más brutal y odiosa, el chovinismo, con el fin de asegurar la victoria y así salvaguardar al capital.

    3 La bolchevización del Partido (comunista) ruso y de la Internacional, la liquidación de los órganos de combate, expresiones organizadas del proletariado, y su reemplazo por estúpidos lacayos del oportunismo; las desigualdades de salario que, inevitablemente, restablecen las desigualdades sociales; la función asumida por la burocracia de Estado y del partido, la dominación de la clase de los técnicos que fueron el fruto de la industrialización forzada, y el ascenso de la Iglesia como fuerza de primer orden; la preeminencia del Estado sobre la dictadura del proletariado; los planes quinquenales para la explotación intensiva de una clase de trabajadores explotados recreada; son todas estas las características visibles que confirman que los intereses de la Rusia actual no son ya los del proletariado... Es en esta situación que, quienes han dejado sucumbir a la revolución, han juzgado oportuno demostrar su lealtad así como la coherencia de la nueva orientación de la política rusa a la burguesía internacional, sacrificando en el altar de la “concordia democrática” a los hombre de la “vieja guardia”, a los incorruptibles constructores de la Revolución de Octubre. Tal es la Rusia apreciada por los corazones de los Roosvelt, de los Churchill, y de todos los radicales del mundo, pero no es la nuestra.

    4 La Rusia que nosotros amamos y defendemos, en tanto que obra revolucionaria, es la Rusia del proletariado y del campesinado pobre que, bajo la dirección de Lenin y del partido revolucionario osó destrozar la coraza del feudalismo y del capitalismo e imponer la dictadura del proletariado, el poder del Estado proletario del periodo de transición, cuyo objetivo es lograr su propia abolición y la de las clases mismas. La Rusia que amamos y defendemos es la Rusia que, durante años, permitió desarrollar, en el seno de su proletariado y en el seno del proletariado internacional, la conciencia de su fuerza, el sentido histórico de su papel revolucionario, la manifestación del nuevo mundo de los trabajadores que tienen su corazón en los “soviets”.

    La Rusia que amamos y defendemos es la Rusia que, desde hace años, actúa clandestinamente, en la sombra del actual partido “bolchevique”, la que, en las prisiones, en las deportaciones por toda la inmensidad rusa, ha mantenido intacta su fe en los principios de Octubre, y que espera el momento en que verá fusionarse su despertar revolucionario con el del proletariado internacional. Es la Rusa del combate contra la burguesía, la Rusia de nuestra flama revolucionaria imperecedera.


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    Mensaje por RioLena Jue Abr 09, 2020 9:55 pm

    En el Foro está:

    Bordiga: Más allá del mito. El valor y los límites de una experiencia revolucionaria - Onorato Damen - 2013 en español - formato pdf


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