Extracto de “¿Está Flameando la Bandera Roja?” de Albert Szymanski, en particular del capítulo “El Rol de las Fuerzas de Mercado”, que intenta demostrar que la Ley del Valor, o las Leyes del mercado de consumo, no están presentes, o lo están de forma muy limitada, en la URSS:
“… Los mercados de consumo no son hegemónicos en la Unión Soviética. Su lógica no ejerce ninguna influencia apreciable. El plan central, sin embargo, si utiliza algunos mecanismos desarrollados primero en economías de mercado para asegurar complacencia por parte de empresas y consumidores con los objetivos del plan. Bienes de Consumo son distribuidos a través de mercados, pero mercados que están estructurados por el plan central y con regulaciones estatales, en lugar de por las leyes de producción de mercancías y fuerzas de mercado autónomas.
En todas las economías de mercado, la ley del valor opera de forma autónoma para determinar el nivel de los precios. Incluso en las economías de monopolio capitalista, la ley del valor es únicamente distorsionada en su operación. En economías planificadas… la extensión a la cual opera la ley del valor está determinada por los propios planificadores, que pueden o no elegir hacer que los precios que fijan reflejen el tiempo de trabajo invertido en su producción.
*En la Unión Soviética, los precios al por menor son fijados para vaciar al mercado. Si hay demasiada demanda por una mercancía, el precio de ésta es aumentado. Si muy poca demanda, su precio es reducido*. Si el Gobierno quiere alentar el consumo, como en el caso de bienes de consumo básicos, fija sus precios artificialmente bajos; precios al por menor de comida, por ejemplo, son mantenidos a un nivel muy bajo para asegurar un bajo costo de vida para los trabajadores industriales. Por otro lado, si el estado quiere desalentar el consumo, como es en el caso de bienes de lujo, fija sus precios muy altos… Los precios al por menor sirven principalmente para distribuir bienes de consumo. El cuerpo de planificación central intenta satisfacer las preferencias privadas de los consumidores hasta el punto en que no interfieran con lo que dicho cuerpo considere que es el interés general y a futuro de la sociedad. El único racionamiento de bienes de consumo es para automóviles, casas, y determinados bienes de consumo duraderos. Estos relativamente pocos bienes de consumo racionados, lo son para mantener sus precios bajos en comparación a lo que serían en un libre mercado (en donde aquellos con mayor dinero provocarían una elevación de sus precios hasta el punto en que sólo aquellos en mejor estado económico puedan comprarlos). Este racionamiento también hace a su distribución más justa que en el caso de ser distribuidos a aquellas personas con el mayor poder adquisitivo. Las leyes de los mercados de consumo claramente no operan para determinar su distribución.
El hecho de que las leyes de mercado no prevalecen en la Unión Soviética es demostrado por la ausencia de inflación y de movimientos erráticos en los precios de la economía. Los precios de venta al por menor, por ejemplo, apenas cambiaron de 1955 a 1975. Hubo una muy pequeña tendencia de los precios de la comida a aumentar durante este periodo, pero al mismo tiempo hubo una equivalente tendencia a que los precios de bienes no comestibles decrecieran. Esto sugiere que ha habido una tendencia a alejarse del subsidio del estado en necesidades tales como comida, y también de alejarse de precios artificialmente altos en bienes no necesarios tales como máquinas para lavar o televisiones…”
Precios (al por menor) soviéticos, 1955-1975 (1955 = 100)
Todos los productos
1955 - 100
1958 - 103
1962 - 103
1963 - 103
1967 - 101
1971 - 101
1975 – 101
Consumibles
1955 – 100
1958 – 104
1962 – 107
1963 – 107
1967 – 106
1971 – 107
1975 – 108
No Consumibles
1955 – 100
1958 – 99
1962 – 98
1963 – 96
1967 – 93
1971 – 93
1975 – 92
*Este enunciado parece indicar que las leyes de Oferta y Demanda si prevalecen en la URSS, ¿No es esto contrario a la economía planificada?
“… Los mercados de consumo no son hegemónicos en la Unión Soviética. Su lógica no ejerce ninguna influencia apreciable. El plan central, sin embargo, si utiliza algunos mecanismos desarrollados primero en economías de mercado para asegurar complacencia por parte de empresas y consumidores con los objetivos del plan. Bienes de Consumo son distribuidos a través de mercados, pero mercados que están estructurados por el plan central y con regulaciones estatales, en lugar de por las leyes de producción de mercancías y fuerzas de mercado autónomas.
En todas las economías de mercado, la ley del valor opera de forma autónoma para determinar el nivel de los precios. Incluso en las economías de monopolio capitalista, la ley del valor es únicamente distorsionada en su operación. En economías planificadas… la extensión a la cual opera la ley del valor está determinada por los propios planificadores, que pueden o no elegir hacer que los precios que fijan reflejen el tiempo de trabajo invertido en su producción.
*En la Unión Soviética, los precios al por menor son fijados para vaciar al mercado. Si hay demasiada demanda por una mercancía, el precio de ésta es aumentado. Si muy poca demanda, su precio es reducido*. Si el Gobierno quiere alentar el consumo, como en el caso de bienes de consumo básicos, fija sus precios artificialmente bajos; precios al por menor de comida, por ejemplo, son mantenidos a un nivel muy bajo para asegurar un bajo costo de vida para los trabajadores industriales. Por otro lado, si el estado quiere desalentar el consumo, como es en el caso de bienes de lujo, fija sus precios muy altos… Los precios al por menor sirven principalmente para distribuir bienes de consumo. El cuerpo de planificación central intenta satisfacer las preferencias privadas de los consumidores hasta el punto en que no interfieran con lo que dicho cuerpo considere que es el interés general y a futuro de la sociedad. El único racionamiento de bienes de consumo es para automóviles, casas, y determinados bienes de consumo duraderos. Estos relativamente pocos bienes de consumo racionados, lo son para mantener sus precios bajos en comparación a lo que serían en un libre mercado (en donde aquellos con mayor dinero provocarían una elevación de sus precios hasta el punto en que sólo aquellos en mejor estado económico puedan comprarlos). Este racionamiento también hace a su distribución más justa que en el caso de ser distribuidos a aquellas personas con el mayor poder adquisitivo. Las leyes de los mercados de consumo claramente no operan para determinar su distribución.
El hecho de que las leyes de mercado no prevalecen en la Unión Soviética es demostrado por la ausencia de inflación y de movimientos erráticos en los precios de la economía. Los precios de venta al por menor, por ejemplo, apenas cambiaron de 1955 a 1975. Hubo una muy pequeña tendencia de los precios de la comida a aumentar durante este periodo, pero al mismo tiempo hubo una equivalente tendencia a que los precios de bienes no comestibles decrecieran. Esto sugiere que ha habido una tendencia a alejarse del subsidio del estado en necesidades tales como comida, y también de alejarse de precios artificialmente altos en bienes no necesarios tales como máquinas para lavar o televisiones…”
Precios (al por menor) soviéticos, 1955-1975 (1955 = 100)
Todos los productos
1955 - 100
1958 - 103
1962 - 103
1963 - 103
1967 - 101
1971 - 101
1975 – 101
Consumibles
1955 – 100
1958 – 104
1962 – 107
1963 – 107
1967 – 106
1971 – 107
1975 – 108
No Consumibles
1955 – 100
1958 – 99
1962 – 98
1963 – 96
1967 – 93
1971 – 93
1975 – 92
*Este enunciado parece indicar que las leyes de Oferta y Demanda si prevalecen en la URSS, ¿No es esto contrario a la economía planificada?