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    La guerra psicológica

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    Mensaje por pablo_1972 Vie Ago 06, 2010 2:03 am

    Algunos apuntes sobre la guerra psicológica ( recopilación de casos más significativos)


    En la posguerra para exportar su ideología por todo el mundo, Estados Unidos abrió bibliotecas, fundaciones y centros culturales, estableció agencias de prensa y estaciones de radio, creó instituciones públicas especializadas en propaganda exterior como la USIS (Unites States Information Service) y la USIA (United States Information Agency). Aún a fecha de hoy una parte muy importante del fondo bibliográfico de las editoriales y las salas de lectura se compone de libros distribuidos (y en buen parte regalados) por este tipo de instituciones durante la guerra fría. Sólo en 1965 la USIS financió la traducción y distribución de más de 14 millones de libros de muy diverso tipo, incluidos los científicos, pero con el mismo contenido ideológico y propagandístico, verdaderas obras de encargo. El Reader’s Digest es sólo uno de los ejemplos más conocidos de ese colonialismo cultural y científico. Jason Epstein lo resumió de la forma siguiente:

    No es cuestión de comprar a unos escritores o a unos universitarios, sino de establecer un sistema de valores arbitrario y ficticio mediante el cual los universitarios obtienen adelantos, los redactores de revistas son pagados, los sabios son subvencionados y sus obras publicadas, no ya, necesariamente, a causa de su valor intríseco, a pesar de que éste sea a veces considerable, sino a causa de su obediencia política [...] La CIA y la Fundación Ford, entre otros organismos, han establecido y financiado un aparato de intelectuales seleccionados por sus posturas correctas en la guerra fría.

    (The CIA and the intellectuals, en The New York Review of Books, 20 de abril de 1967)

    Si se analizan las biografías de los dirigentes de las fundaciones culturales privadas estadounidenses es fácil observar que casi la totalidad de ellos son altos burócratas del gobierno, la diplomacia, el Pentágono o los servicios de espionaje. A partir de la posguerra no son las universidades ni las multinacionales las suministran la parte fundamental en la investigación científica, más de la mitad de cuya financiación corre a cargo del Estado y de créditos públicos. Tanto las universidades como las multinacionales de tecnología puntera trabajan para el Estado y, muy especialmente, para instituciones públicas de tipo militar, espionaje o seguridad. Esa dependencia de la investigación respecto al sector público y la guerra no ha dejado de crecer en los últimos años. Los demás países tienen que resignarse a comprar tecnología estadounidense, equipo científico estatadounidense y patentes también estatadounidenses. Como decía el periodista francés Claude Julien a finales de los años sesenta, “íntimamente ligado al imperio económico, el imperio militar desempeña por tanto el papel determinante en la edificación del imperio científico que permite a los Estados Unidos importar un personal altamente especializado que contribuye, a su vez, a reforzar el poder de imperio y a sentar más sólidamente su influencia en un mundo cuyos recursos intelectuales explota del mismo modo que saquea sus materias primas”.

    (Claude Julien: El imperio americano, Nova Terra, Barcelona, 1969, pg.338)

    Este periodista es el que cuenta que entre las editoriales que utilizaba la CIA en los años sesenta está la Praeger, que es la que comenzó a publicar las obras de Conquest.

    Claude Julien trabajaba en el diario "Le Monde"


    --------------------------------------------------------------------------------


    Estados Unidos, además de exportar capitales y armas nucleares, exporta ideología: libros, revistas, películas, música, pintura, etc. Esta exportación cultural recupera muchas de las iniciativas (y de las personas) que el Pacto Anti-komintern ya había experimentado; los nazis, los fascistas y los vichystas son reciclados para la defensa del mundo libre [...]

    Para contrarrestar la influencia soviética en Europa, Estados Unidos impulsó a finales de la II Guerra Mundial una vasta red de intoxicación propagandística especialmente dirigida contra la URSS, pero también contra la II República española. La CIA creó el Congreso para la Libertad de la Cultura, en el que participaron numerosos intelectuales europeos, entre los que destacaron Salvador de Madariaga, Julián Gorkin, Víctor Alba y George Orwell. Durante la guerra fría los imperialistas encargaron a estos -y otros- escritores a sueldo elaborar una ideología aceptable en Europa, tanto para la reacción pura y simple como para la izquierda anticomunista.

    La idea esencial de esa propaganda era definida por la CIA como aquella en la que el sujeto se mueve en la dirección que uno desea por razones que cree son propias. Hay que lograr que el lector piense que lo que lee no se lo dicta otro sino que se le ha ocurrido a él mismo y que, además, es capaz de argumentarlo y razonarlo.

    Los dos campos a intoxicar más importantes eran la Unión Soviética y la guerra civil española, los dos acontecimientos que en la primera mitad del siglo XX levantaron más entusiasmo en todo el mundo. Creo que todos se habrán dado ya cuenta: la URSS (=Stalin=gulag) y la II República española son ya un género literario en sí mismos cuyo parecido más próximo es la novela negra. Hay bibliotecas enteras sobre ambas cuestiones; son el género preferido de ese tipo de historiadores que no hacen ciencia sino éxitos de ventas [...]

    Arruinada por la II Guerra Mundial, Europa sólo se sostenía en 1945 gracias a Estados Unidos. Para frenar el avance de los partidos comunistas los gobiernos estadounidenses aplican una política intervencionista apoyada en la CIA. Su campo de acción no es sólo el espionaje político, ni la OTAN, ni el Plan Marshall sino también la cultura. En la posguerra es la CIA quien reescribe la historia, la filosofía y casi podría decirse que hasta las partituras de música llegan de los despachos de Langley. Washington necesitaba apoyarse en los mejores expertos anticomunistas de las décadas anteriores. Recluta intelectuales, escritores, periodistas, artistas para elaborar un programa científico cuyo objetivo es la derrota ideológica del marxismo. Los supuestamente prestigiosos periódicos anticomunistas hubieran desaparecido rápidamente si no llega a ser por los subsidios de la CIA, que compraba miles de ejemplares para luego distribuirlos gratuitamente. Gracias al largo brazo del espionaje estadounidense, los intelectuales reaccionarios, los arrepentidos de izquierda, los renegados, los trotskistas y los anticomunistas en general obtuvieron a partir de 1945 los mayores éxitos editoriales: revistas, seminarios, programas de investigación, becas universitarias e intercambios académicos. Todo ello permitió que el espionaje estadounidense ejerciera un impacto de choque en los medios universitarios, culturales, periodísticos y artísticos. Muchos prestigiosos escritores, poetas, artistas y músicos proclamaban su independencia de la política, la neutralidad de la ciencia y defendían el arte por el arte (en realidad querían decir el arte por el dinero). A difrencia de la URSS, donde los intelectuales estaban sometidos al Partido Comunista, en el mundo libre los artistas y escritores debían permanecer al margen del compromiso -de cualquier compromiso- político.

    En lugar de hablar de guerra sicológica, como Arthur Koestler, otro de los escribanos de la CIA en aquellos felices años, había gente más fina que prefería hablar de burbuja literaria para aludir a toda aquella sobredosis cultural. Jamás nunca nadie en la historia se había preocupado tanto por la cultura, por lograr que la gente leyera. Nunca se expusieron más revistas en los kioskos que entonces; se perseguía la captación de suscriptores y se vendían libros casa por casa: Enciclopedias, Selecciones del Reader's Digest, Círculo de Lectores... Fue realmente asombroso, la revolución cultural del imperialismo. La CIA promocionaba orquestas sinfónicas, exposiciones de arte, ballet, grupos de teatro y conocidos intérpretes de jazz y ópera para neutralizar el sentimiento antimperialista en Europa y generar aprecio por la cultura y por Estados Unidos. A la CIA le gustaba especialmente enviar artistas negros a Europa, sobre todo cantantes, escritores y músicos -como Louis Armstrong- para diluir la hostilidad europea hacia las políticas racistas de Washington.

    Había que reescribir la historia para vaciar la memoria revolucionaria del proletariado. Esto se llevó a cabo de muy diversas formas pero aquí nos interesa una de ellas: la intoxicación desde posiciones supuestamente revolucionarias. La peor cuña es la de la propia madera, dice el refrán. ¿Quién mejor para combatir a los comunistas que los antiguos comunistas? La vieja derecha reaccionaria estaba comprometida (y desacreditada) por sus relaciones con los fascistas. En Washington comprendieron que, para demoler a los sindicatos, los partidos comunistas y a los intelectuales opuestos a la OTAN, debían encontrar (o inventar) una izquierda democrática. Era indispensable utilizar el socialismo democrático como antídoto ante la radicalización de los pueblos surgida de la guerra y la crisis subsiguiente. En Europa había que impulsar una Non Communist Left Policy (política de izquierdas no comunista) y por eso recurrieron a los tránsfugas del comunismo.

    Esto produjo una asombrosa paradoja: no se trataba de un rechazo de la revolución, de una crítica contrarrevolucionaria, sino todo lo contrario. Resultaba que en realidad los comunistas no somos revolucionarios sino contrarrevolucionarios. Los verdaderos revolucionarios son otros: los anarquistas, los trotskistas y todos los que se oponen al comunismo. La táctica de la CIA consistió en reclutar a los tránsfugas invirtiendo una parte de los fondos secretos en salvar revistas trotskistas, como Partisan Review y New Leader, de la quiebra. Esta fue una de la líneas de ataque del imperialismo en su estrategia de guerra sicológica a partir de 1945, fecha a partir de la cual dirigió y financió todo un movimiento intelectual de apariencia izquierdista para demostrar que en la Unión Soviética y en España la revolución había sido traicionada por los comunistas (precisamente).

    Por ejemplo, el 20 de junio de 2003 el suplemento de libros de El País, Babelia, reseñaba la obra del chivato Orwell Homenaje a Cataluña diciendo que se trata de una obra sobre la traición, o lo que es lo mismo, sobre cómo los comunistas traicionamos a la revolución. Por supuesto, ellos, o sea Orwell y El País, defienden la revolución [...]


    Para entender mejor la guerra psicológica, recomiendo los siguientes enlaces:

    La CIA y la guerra cultural: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    La CIA en España: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    La CIA contra la URSS: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


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    Mensaje por DP9M Vie Ago 06, 2010 4:36 am

    muy bueno, gracias camarada
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    Mensaje por NucleoRojoPCPE Vie Ago 06, 2010 8:50 am

    Contra la guerra psicologica reaccionaria, usemos guerra psicologica revolucionaria.

    Hay que dominar la hegemonia cultural, no hay que creerse la ficciones de que la cultura es libre porque asi cuelan las ideas reaccionarias; tenemos que luchar para que la cultura tenga valores marxista-leninistas, tenemos que luchar para que los burgueses no sigan teniendo la hegemonia cultural, sino que pase para nosotros. Es importante una revolución cultural para detener propagacion de ideales reaccionarios.
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    Mensaje por DP9M Vie Ago 06, 2010 8:54 am

    Con la tonteria alucinariais la cantidad de material cultural con contenido revolucionario que hay, empezando por el rap por ejemplo...
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    Mensaje por leooonidas Dom Ago 22, 2010 6:11 am

    Es que la guerra sicologica no solo es distorcionar la información sino en su expresión más elevada es la manipulación de las conciencias y eso se refleja en la creación de mamotretos que son planes bien elaborados, bien pensados.

    Un ejemplo de ello es el Perú donde se ha levantado un mamotreto diciendo que es el Preisdente Gonzalo el que elaboro las cartas de paz cuando hoy sabemos que por confesión de parte de la reacción peruana que fue un plan elaborado por la CIA y que quien redacto las cartas fue merino bartet el agente 002 del servicio de inteligencia nacional ahora consejo nacional de inteligencia.

    Les dejo unos parrafos para que leean:

    Es guerra psicológica como parte de la "guerra de baja intensidad" que dirige el imperialismo yanqui

    Por eso debemos partir de que la "guerra de baja intensidad" (Low Intensity Warfare), también denominada por los voceros oficiales del imperialismo yanqui como "conflicto de baja intensidad" (cuyas siglas en inglés son LIC por Low Intensity Conflict), los mismos que desde 1985 la presentan como una nueva estrategia de guerra de bajo nivel sin declaración de guerra bajo las normas del derecho internacional. Es la "nueva" estrategia de guerra contrarrevolucionaria puesta de moda en la época posterior a la debacle del imperialismo yanqui en Vietnam, durante el gobierno de Reagan, como el renacimiento de su "guerra contrainsurgente" ("counterinsurgency warfare"), para luchar por la hegemonía mundial frente al socialimperialismo soviético (lucha por las esferas de influencia, por los países del Tercer Mundo -plan hegemonista) y para actuar como gendarme contrarrevolucionario mundial. Esta estrategia de guerra contrarrevolucionaria cobra especial importancia desde comienzos de los años noventa, dentro de la ofensiva contrarrevolucionaria general que dirige el imperialismo yanqui como hegemonista único y gendarme mundial, en medio de acelerados preparativos de los mismos contendientes de las dos guerras imperialistas mundiales anteriores para una tercera guerra mundial, tal como lo denunció el Presidente Gonzalo en su magistral Discurso; hoy, el imperialismo yanqui necesita más que nunca encabezar y aplicar más esa ofensiva contrarrevolucionaria general y su LIC, dentro de lo que ha denominado "una nueva estrategia de seguridad nacional de largo alcance y de prevención contra estados hostiles y grupos terroristas" (Bush, septiembre de 2002) para imponer por medio de la acción bélica que llevará a todos los rincones del mundo un "nuevo orden mundial" y para enfrentar a la revolución mundial, para lo cual, en el momento presente, desarrolla su guerra imperialista de agresión. Pese a ello, el imperialismo yanqui, desde aquellos tiempos, desde mediados de los años ochenta, busca presentar su "nueva" estrategia (LIC) con un lenguaje apolítico y ahistórico, pretendiendo hacernos creer que las guerras podemos simplemente clasificarlas por la cantidad de fuerzas armadas y de medios que en ella se empleen. Para nosotros las guerras se dividen en justas e injustas, revolucionarias o contrarrevolucionarias, de liberación o de agresión, el problema es qué clase dirige. Según la National Defense University de Estados Unidos (EE.UU) la LIC consta de diferentes componentes :"a) Combinación de formas de lucha militares y no militares. Los más conocidos componentes de las formas no militares son los programas de acción cívica, las operaciones psicológicas y campañas de propaganda, todos ellos con un amplio contenido político. b) La participación en una mínima medida en operaciones de combate de fuerzas militares de Estados Unidos: LIC contiene la participación militar directa de EE.UU. pero ésta se da a través de apoyo de las fuerzas nativas, sean estas del gobierno o de la oposición, o a través de pequeñas unidades para operaciones especiales o a través de operaciones secretas. Este es un elemento esencial y de largo alcance de la LIC". En el Perú, desde el golpe de Estado de Fujimori del 5 de abril de 1992, el imperialismo yanqui dirige a través de la CIA su "guerra de baja intensidad" o LIC contra nuestra guerra popular. Donde su agente Montesinos era sólo la punta del "iceberg". Hoy, prosigue con el "yanqui con chullo"(Toledo) como durante el gobierno de Paniagua. Y es a través de Montesinos, Merino, etc. que la CIA contando con el apoyo de las ratas de la LOD monta la patraña de "las cartas de paz" contra el Presidente Gonzalo. "c) La movilización y apoyo dentro de EE.UU. Los componentes políticos y psicológicos de la LIC no sólo están previstos para aplicarlos en el terreno del conflicto sino dentro de los mismos EE.UU. Se deben hacer grandes esfuerzos para movilizar y mantener un apoyo interno - en el Congreso, en los medios de información y en la opinión pública". La enseñanza que sacaron de Vietnam es que la guerra se perdió tanto en Vietnam como en los mismos EE.UU. Así queda establecida la importancia de este componente "no militar" de la LIC, la guerra psicológica, para ser aplicada tanto en el terreno del conflicto como en los propios EE.UU., en los países atrasados como en las metrópolis imperialistas, es por ello que el imperialismo desde el inicio de nuestra guerra popular realiza una campaña política de mentiras y patrañas contra el Partido Comunista del Perú (PCP) y la guerra popular que dirige. Como el Presidente Gonzalo nos advirtió desde comienzos de los 90, partiendo de los que los propios yanquis señalan que "la estrategia se vuelve compleja y el objetivo es global y no sólo militar, la respuesta es también compleja, es a largo plazo"; dice el Presidente, "frente a una guerra como la nuestra tendrían que pensar que no es simple...Fujimori también plantea que el problema no es simple, ni de corto plazo". Ellos plantean una guerra prolongada "que quizá dure décadas".

    Su guerra psicológica u operaciones psicológicas es aplicada por tropas de psico-operaciones, de especialistas para propaganda. Estas están estacionadas en Fort Brag de donde se desplazan según los requerimientos. Sus directivas como la 33-5 define la "guerra psicológica como la aplicación de propaganda y otros medios para influir en las opiniones, actitudes, manera de pensar, sentimientos y comportamientos de grupos de aliados, neutrales o enemigos". Las tropas de psico-operaciones utilizan toda forma de comunicación masiva. Las operaciones psicológicas comprenden todas las formas contenidas en la directiva de la CIA para "Operaciones psicológica en guerra de guerrillas" ( Todas las directivas para los servicios secretos y la CIA dadas por los gobiernos de Reagan, Bush Sr. y Clinton fueron modificadas por cinco memorándums -Memorandum of Notificacion- en el lenguaje burocrático de EE.UU.-por el gobierno de Bush en septiembre de 2001, por la cual obtiene plenos poderes para seguir llevando a cabo su operaciones secretas o encubiertas, sin reparar en riesgos ni controles, que no sea el de su jefe, Bush). Hoy todas las operaciones como las nuevas patrañas que monta la CIA contra el Presidente Gonzalo y el PCP, están contenidas dentro de su "Plan Mundial de Operaciones", documento extremamente secreto que prescribe "operaciones encubiertas" en más de 80 países (asesinatos, patrañas, comercio de drogas, venta de armas, compra de políticos, militares, etc.). Los objetivos centrales de las psico-operaciones son: 1) Modificar las relaciones entre los mismos soldados para ganarse a la gente. 2) Cambiar la conducta y percepciones de la población, de los insurrectos durante la guerra; o sea, cómo la población los ve y cómo los insurrectos ven la guerra contrasubversiva y las operaciones militares; apuntan a que vean que la guerra revolucionaria es un fracaso. Quieren que cambie la población y los insurrectos, que vean que la guerra está mal, que no es posible conquistar el Poder; a la población le dice por ejemplo, "no hay luz porque se volaron las torres". Con esta breve exposición podemos comprender mejor que es lo que busca la CIA, la reacción y las ratas miserables de la LOD con su "cartas de paz" y todos sus mamotretos cuando dicen que "la guerra popular no podrá triunfar", "que la guerra ha terminado por derrota", "que son restos", que "están divididos en tres comités", que "las bases dirigen", etc. Más aún si se tiene en cuenta que un "factor decisivo de estas operaciones psicológicas es quebrar la resistencia en el corazón de los hombres, lo que quiere decir la lucha ideológica" (en Guerra Total contra los Pobres, Ulrich Duchrow y otros).

    si quieren leer el documento completo en la siguiente dirección:

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    Saludos.
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    Mensaje por Stalin-18 Dom Ago 22, 2010 11:27 am

    Una vanguardia bien formada necesita todos los medios para atraer a las masas obreras y guiarlas hacia la verdad.

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