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Kim Chol Nam
El 9 de septiembre de este año se cumple el aniversario 62 de la fundación de la República Popular Democrática de Corea.
El periódico de Pakistán “Balutsistan Times”, publicó un artículo titulado “Aniversario de la fundación de la RPD de Corea”, que señaló en particular.
“La República Popular Democrática de Corea es, al pie de la letra, país del pueblo. En Corea las masas populares han devenido dueñas del Estado y la sociedad y todos los medios de producción constituyen la propiedad de todo el pueblo y de cooperativas. Se han establecido los sistemas de asistencia médica y enseñanza obligatoria, gratuitas y generales, abolido definitivamente el régimen de impuestos, no existen desempleados y se distribuyen gratis las viviendas construidas a expensas del Estado a todas las familias. El país, sin explotación ni desigualdades, forma una gran familia armoniosa.”
Construir un país del pueblo fue el ideal y deseo del Presidente Kim Il Sung, que experimentó dolorosamente la tristeza de la nación privada del país por la ocupación militar del imperialismo japonés. Organizó y dirigió la lucha armada para derrotar a los agresores japoneses y rescatar la patria. En aquellos días concibió el proyecto de construir un nuevo Estado del pueblo y estableció el gobierno revolucionario popular, nuevo tipo del poder, en las bases guerrilleras de forma de zonas liberadas. Se trataba de nuevo gobierno elegido y gestionado por el pueblo para defender sus derechos y libertad, el cual distribuyó gratis las tierras a los campesinos, ofreció a las mujeres iguales derechos que los hombres y proporcionó al pueblo las condiciones de aprender, trabajar y vivir felices. En este proceso había adquirido experiencias valiosas para la construcción del poder y la realización de reformas democráticas en la patria liberada.
El proyecto del Presidente de la construcción del país popular se realizó en Corea liberada el 15 de agosto de 1945. Se llevó a cabo la reforma agraria, para liberar a los campesinos (cerca del 80 % de la población) de la explotación de los terratenientes. El 5 de marzo de 1946 se promulgó la “ley de la reforma agraria de Corea del Norte” y bajo la consigna: “¡La tierra a los campesinos que la trabajan!”, se confiscaron las tierras de los elementos projaponeses y los terratenientes y se las distribuyeron gratis a los campesinos que no las tenían o poseían muy poco. Así que se realizó el deseo secular de éstos de poseerlas como su propia propiedad.
Sucesivamente se efectuaron otras reformas democráticas entre ellas la nacionalización de importantes industrias, la igualdad de derechos del hombre y la mujer y la ley del trabajo y se desarrolló el movimiento de alfabetización, con la participación de amplias masas.
En todo el país funcionaron más de 16 mil escuelas para adultos. Similares medidas democráticas se pusieron en práctica sucesivamente.
El pueblo coreano recuerda con gran emoción cómo se implantó el sistema de servicio médico gratuito. Fue en el período de la Guerra de Liberación de la Patria (1950-1953), en que se decidía el destino de la patria. El imperialismo norteamericano agredió a la RPD de Corea, cuando no hacía dos años que fue fundada, para estrangularla en su cuna y movilizó dos millones de efectivos pertrechados con modernas armas y equipos. En el fragor de la guerra todo fue reducido a cenizas y el país dirigía toda la fuerza a la victoria de la guerra. En enero de 1952 el Presidente se informó de las consecuencias catastróficas de la guerra bacteriológica de EE.UU. y dijo implantar el sistema de servicio médico gratuito, a pesar de la muy difícil situación económica. Subrayó que no debían escatimar nada para el pueblo que luchaba en el frente y la retaguardia para la victoria de la guerra, y que en el mundo no existe cosa más preciosa que la vida del pueblo. Algunos meses después se publicó la resolución del Consejo de Ministros de establecer el sistema mencionado, que se puso en vigencia desde enero de 1953.
Como resultado todos los ciudadanos pudieron recibir el tratamiento médico sin pagar, y hasta instituciones sanitarias del Ejército Popular prestaron la asistencia médica a los enfermos civiles.
A este respecto una agencia noticiosa extranjera transmitió: “Estados Unidos ha devastado Corea con la lluvia de bombas, pero este país le dio una bofetada con otra “bomba” potente, como diez atómicas.”.
El sistema de servicio médico gratuito sigue siendo vigente hoy también.
En su obra “Milagro de Corea”, Gennazi Berdizev, que era profesor de la Universidad de Kiev, Ucrania, escribió:
“...
Quiero citar un hecho ocurrido hace años. Una mujer del campo fue trasladada a un hospital universal, con la parte inferior del cuerpo paralizada por la polineuralgia aguda y el órgano respiratorio que se adormecía poco a poco. Además la enferma estaba encinta. Tomaron medidas de tratamiento urgente. En 156 días de hospitalización le aplicaron más de cien especies de medicamentos y la transfusión de 4,5 litros de sangre.
Los doctores competentes del hospital hicieron muchos esfuerzos para salvarla.
A la cabecera de la enferma estaban a toda hora un médico y tres enfermeras por turno. Al fin y al cabo la mujer fue salvada de la muerte, con la criatura prematura de ocho meses. Según las palabras del personal médico, los beneficios que recibieron durante la hospitalización corresponden a 240 mil dólares.
Hoy el pueblo coreano defiende seguramente el régimen socialista, el sistema de servicio médico gratuito, en desafío a las dificultades económicas creadas por el imperialismo...”
La educación gratuita constituye otra medida importante para el pueblo. El sistema de enseñanza primaria obligatoria general se implantó en 1956, al tercer año de la rehabilitación de posguerra, y el de la secundaria obligatoria general en 1958. A partir del primero de abril del año siguiente se aplicó la educación gratuita en todos los centros docentes. Paralelamente a la enseñanza escolar para las jóvenes generaciones, se efectúa a expensas del Estado la educación social que permite estudiar sin abandonar el trabajo y la instrucción para adultos.
El sistema de impuesto agrícola en especie y el régimen tributario fueron abolidos por completo en 1966 y en marzo de 1974 respectivamente.
Las medidas populares del Estado ofrecen al pueblo buenas condiciones de vida. Pueden elegir oficios según sus esperanzas y aptitud y tienen aseguradas por la ley estables condiciones de trabajo. Se aplicaron la jornada de trabajo de ocho horas, el régimen de días feriados, el de vacaciones remuneradas, el sistema de vacaciones de mujeres antes y después del parto, entre otras varias medidas, y los trabajadores disfrutan del reposo en las casas de descanso y convalecencia que el Estado mantiene a sus expensas en lugares pintorescos costeando hasta los gastos de transporte para ello.
El Estado proporciona gratis las viviendas a los trabajadores. A fines del año pasado muchas familias de la capital se mudaron a casas modernas del reparto Mansudae. La familia de Hwang Kyong Chun de 61 años recibió el apartamento No.1 del quinto piso del edificio No.8. Fue la cuarta mudanza después del matrimonio en la década de 1970. La casa del obrero retirado abarca casi 140 metros cuadrados de superficie, con ancha antesala, cuatro habitaciones, cocina y dos cuartos de aseo. En Pyongyang se levantan hoy viviendas para 100 mil familias a fin de satisfacer la creciente demanda del pueblo.
Todos los ciudadanos tienen el derecho a elegir y ser electo sin discriminación del sexo, profesión, situación económica, grado de instrucción, criterio político y creencia religiosa. Entre los diputados a las asambleas populares a todos los niveles hay obreros, campesinos, intelectuales, deportistas, en fin personas de todas las capas y sectores sociales.
Entre los diputados para el XII período de la Asamblea Popular Suprema, electos en abril del año pasado, los obreros, los campesinos, las mujeres y los militares ocupan 10,9 %, 10,1 %, 15,6%, 16,9% respectivamente.
El régimen socialista coreano, centrado en las masas populares constituye la cuna de vida y dicha del pueblo coreano.
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El 9 de septiembre de este año se cumple el aniversario 62 de la fundación de la República Popular Democrática de Corea.
El periódico de Pakistán “Balutsistan Times”, publicó un artículo titulado “Aniversario de la fundación de la RPD de Corea”, que señaló en particular.
“La República Popular Democrática de Corea es, al pie de la letra, país del pueblo. En Corea las masas populares han devenido dueñas del Estado y la sociedad y todos los medios de producción constituyen la propiedad de todo el pueblo y de cooperativas. Se han establecido los sistemas de asistencia médica y enseñanza obligatoria, gratuitas y generales, abolido definitivamente el régimen de impuestos, no existen desempleados y se distribuyen gratis las viviendas construidas a expensas del Estado a todas las familias. El país, sin explotación ni desigualdades, forma una gran familia armoniosa.”
Construir un país del pueblo fue el ideal y deseo del Presidente Kim Il Sung, que experimentó dolorosamente la tristeza de la nación privada del país por la ocupación militar del imperialismo japonés. Organizó y dirigió la lucha armada para derrotar a los agresores japoneses y rescatar la patria. En aquellos días concibió el proyecto de construir un nuevo Estado del pueblo y estableció el gobierno revolucionario popular, nuevo tipo del poder, en las bases guerrilleras de forma de zonas liberadas. Se trataba de nuevo gobierno elegido y gestionado por el pueblo para defender sus derechos y libertad, el cual distribuyó gratis las tierras a los campesinos, ofreció a las mujeres iguales derechos que los hombres y proporcionó al pueblo las condiciones de aprender, trabajar y vivir felices. En este proceso había adquirido experiencias valiosas para la construcción del poder y la realización de reformas democráticas en la patria liberada.
El proyecto del Presidente de la construcción del país popular se realizó en Corea liberada el 15 de agosto de 1945. Se llevó a cabo la reforma agraria, para liberar a los campesinos (cerca del 80 % de la población) de la explotación de los terratenientes. El 5 de marzo de 1946 se promulgó la “ley de la reforma agraria de Corea del Norte” y bajo la consigna: “¡La tierra a los campesinos que la trabajan!”, se confiscaron las tierras de los elementos projaponeses y los terratenientes y se las distribuyeron gratis a los campesinos que no las tenían o poseían muy poco. Así que se realizó el deseo secular de éstos de poseerlas como su propia propiedad.
Sucesivamente se efectuaron otras reformas democráticas entre ellas la nacionalización de importantes industrias, la igualdad de derechos del hombre y la mujer y la ley del trabajo y se desarrolló el movimiento de alfabetización, con la participación de amplias masas.
En todo el país funcionaron más de 16 mil escuelas para adultos. Similares medidas democráticas se pusieron en práctica sucesivamente.
El pueblo coreano recuerda con gran emoción cómo se implantó el sistema de servicio médico gratuito. Fue en el período de la Guerra de Liberación de la Patria (1950-1953), en que se decidía el destino de la patria. El imperialismo norteamericano agredió a la RPD de Corea, cuando no hacía dos años que fue fundada, para estrangularla en su cuna y movilizó dos millones de efectivos pertrechados con modernas armas y equipos. En el fragor de la guerra todo fue reducido a cenizas y el país dirigía toda la fuerza a la victoria de la guerra. En enero de 1952 el Presidente se informó de las consecuencias catastróficas de la guerra bacteriológica de EE.UU. y dijo implantar el sistema de servicio médico gratuito, a pesar de la muy difícil situación económica. Subrayó que no debían escatimar nada para el pueblo que luchaba en el frente y la retaguardia para la victoria de la guerra, y que en el mundo no existe cosa más preciosa que la vida del pueblo. Algunos meses después se publicó la resolución del Consejo de Ministros de establecer el sistema mencionado, que se puso en vigencia desde enero de 1953.
Como resultado todos los ciudadanos pudieron recibir el tratamiento médico sin pagar, y hasta instituciones sanitarias del Ejército Popular prestaron la asistencia médica a los enfermos civiles.
A este respecto una agencia noticiosa extranjera transmitió: “Estados Unidos ha devastado Corea con la lluvia de bombas, pero este país le dio una bofetada con otra “bomba” potente, como diez atómicas.”.
El sistema de servicio médico gratuito sigue siendo vigente hoy también.
En su obra “Milagro de Corea”, Gennazi Berdizev, que era profesor de la Universidad de Kiev, Ucrania, escribió:
“...
Quiero citar un hecho ocurrido hace años. Una mujer del campo fue trasladada a un hospital universal, con la parte inferior del cuerpo paralizada por la polineuralgia aguda y el órgano respiratorio que se adormecía poco a poco. Además la enferma estaba encinta. Tomaron medidas de tratamiento urgente. En 156 días de hospitalización le aplicaron más de cien especies de medicamentos y la transfusión de 4,5 litros de sangre.
Los doctores competentes del hospital hicieron muchos esfuerzos para salvarla.
A la cabecera de la enferma estaban a toda hora un médico y tres enfermeras por turno. Al fin y al cabo la mujer fue salvada de la muerte, con la criatura prematura de ocho meses. Según las palabras del personal médico, los beneficios que recibieron durante la hospitalización corresponden a 240 mil dólares.
Hoy el pueblo coreano defiende seguramente el régimen socialista, el sistema de servicio médico gratuito, en desafío a las dificultades económicas creadas por el imperialismo...”
La educación gratuita constituye otra medida importante para el pueblo. El sistema de enseñanza primaria obligatoria general se implantó en 1956, al tercer año de la rehabilitación de posguerra, y el de la secundaria obligatoria general en 1958. A partir del primero de abril del año siguiente se aplicó la educación gratuita en todos los centros docentes. Paralelamente a la enseñanza escolar para las jóvenes generaciones, se efectúa a expensas del Estado la educación social que permite estudiar sin abandonar el trabajo y la instrucción para adultos.
El sistema de impuesto agrícola en especie y el régimen tributario fueron abolidos por completo en 1966 y en marzo de 1974 respectivamente.
Las medidas populares del Estado ofrecen al pueblo buenas condiciones de vida. Pueden elegir oficios según sus esperanzas y aptitud y tienen aseguradas por la ley estables condiciones de trabajo. Se aplicaron la jornada de trabajo de ocho horas, el régimen de días feriados, el de vacaciones remuneradas, el sistema de vacaciones de mujeres antes y después del parto, entre otras varias medidas, y los trabajadores disfrutan del reposo en las casas de descanso y convalecencia que el Estado mantiene a sus expensas en lugares pintorescos costeando hasta los gastos de transporte para ello.
El Estado proporciona gratis las viviendas a los trabajadores. A fines del año pasado muchas familias de la capital se mudaron a casas modernas del reparto Mansudae. La familia de Hwang Kyong Chun de 61 años recibió el apartamento No.1 del quinto piso del edificio No.8. Fue la cuarta mudanza después del matrimonio en la década de 1970. La casa del obrero retirado abarca casi 140 metros cuadrados de superficie, con ancha antesala, cuatro habitaciones, cocina y dos cuartos de aseo. En Pyongyang se levantan hoy viviendas para 100 mil familias a fin de satisfacer la creciente demanda del pueblo.
Todos los ciudadanos tienen el derecho a elegir y ser electo sin discriminación del sexo, profesión, situación económica, grado de instrucción, criterio político y creencia religiosa. Entre los diputados a las asambleas populares a todos los niveles hay obreros, campesinos, intelectuales, deportistas, en fin personas de todas las capas y sectores sociales.
Entre los diputados para el XII período de la Asamblea Popular Suprema, electos en abril del año pasado, los obreros, los campesinos, las mujeres y los militares ocupan 10,9 %, 10,1 %, 15,6%, 16,9% respectivamente.
El régimen socialista coreano, centrado en las masas populares constituye la cuna de vida y dicha del pueblo coreano.
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