Tecnología soviética para las pizarras de Valdeorras[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Xornal de Galicia, 24 de marzo de 2010España es el primer productor mundial de pizarra, y la comarca ourensana de Valdeorras es la zona en la que más se concentra la industria de extracción de este mineral: una industria que se ha visto fuertemente afectada por la crisis, debido a su estrecha relación con el sector de la construcción.
En este contexto, la comarca ourensana podrá encontrar un refuerzo económico en el desarrollo de una patente del Instituto Galego de Cerámica: esta entidad, en colaboración con empresarios pizarreros de O Barco de Valdeorras, ha diseñado un procedimiento que permite utilizar residuos de pizarra para la elaboración de fibra mineral continua, un material con múltiples usos industriales. Y esto,
aplicando tecnologías cuyo origen está en la antigua Unión Soviética.
Según explica el director del Instituto Galego de Cerámica, Francisco Guitián, la fibra mineral continua se elabora tradicionalmente a partir del basalto, un mineral que en España solo puede encontrarse en las Islas Canarias. “Lo que hicimos fue adaptar el procedimiento de obtención de la fibra a los residuos de pizarra”, indica Guitián. Y con este objetivo,
se trasladó a O Barco de Valdeorras una máquina hiladora de fibra procedente del Instituto de Fibras Minerales y Vitroplásticos de Kiev, en la ex república soviética de Ucrania.
Esta maquinaria, adaptada ahora a la medida de las necesidades del proyecto liderado por el Instituto de Cerámica,
se empleaba ya en la antigua URSS, principalmente con fines militares. “Había un Instituto que utilizaba fibras, en ese caso de basalto, para trajes de protección para pilotos de caza, militares, incluso astronautas”, indica Guitián, “ya que esta fibra se puede tejer para hacer tejidos que tienen propiedades aislantes y protegen del fuego”.
Para la fibra obtenida a partir de la pizarra que se va a fabricar en O Barco se contemplan también múltiples usos: la construcción naval, el automovilismo o la construcción de oleoductos son algunos de los campos en los que se emplean fibras minerales, principalmente basalto, por lo que se perfilan como potenciales clientes para el proyecto de Valdeorras.
Este material obtenido de la pizarra, que sin procesar tiene una apariencia “similar a la del pelo de la muñeca Barbie”, según Guitián, tiene propiedades muy similares a la fibra de vidrio, pero con ventajas como la resistencia a temperaturas más altas. “Las fibras de vidrio se pueden usar hasta los 400 grados, y éstas se pueden usar hasta 800 ó 900”, indica el director del Instituto Galego de Cerámica.” Aparte de la ventaja de que utilizando un residuo se puede hacer un producto que tiene un precio alto en el mercado”.
De este modo se podría obtener beneficio a partir de un material muy abundante (más del 95% del material extraído en las explotaciones de pizarra es deshechado), al tiempo que se ayuda a resolver un problema medioambiental, el de dar salida a los deshechos de la principal industria de Valdeorras.
Tras la patente de este procedimiento de obtención de la fibra, el próximo paso será la creación de una planta de producción para obtenerla, que se levantará en O Barco de Valdeorras y permitirá aprovechar los residuos de la fuerte industria pizarrera de la zona.
El Instituto Galego de Cerámica y la compañía Mifibra, ubicada en la localidad ourensana y colaboradora del Insituto en este proyecto, trabajan en estos momentos, según explicó Francisco Guitián, en el diseño de esta nueva infraestructura, que en sus primeras etapas en funcionamiento podría dar trabajo a 20 ó 30 personas en la comarca.
En cualquier caso, los impulsores de esta iniciativa están analizando todavía si se limitarán a obtener la fibra para su posterior venta a la industria, o si se irá más allá fabricando productos a partir de este material, lo que podría dar lugar a nuevas oportunidades de creación de empleo. “Así, de esta industria podíamos partir para hacer otras, ya que una cosa es vender los carretes de fibra, y otra es tener una fábrica que teje esa fibra para crear tejidos, que ya es valor añadido”, indica.