Gagarin: Como se suele decir, acabas de poner el dedo en llaga, lo que pasa que yo lo digo de otra manera que me parece más dialéctica: acabas de darte con el martillo en el dedo, que es el principio de todo el conocimiento. En-hora-buena. Empiezas diciendo esto: "El asunto de la matrona tuareg no es que el tratamiento consiga inmunizar frente a las picaduras de insectos, el meollo del asunto es si esa matrona es consciente del por qué y el cómo ese tratamiento es efectivo". ¡Claro que sí!
Dale la vuelta a tu frase: en lugar de que el martillo te golpee en el dedo, pégale con el dedo al martillo, es decir, pon la frase al revés, porque de lo contrario caes en el idealismo. Ocurre con la matrona tuareg y con la conciencia de clase porque la conciencia, como diría Hegel, es "autoconciencia, conciencia sí mismo.
En la "Filosofía de miseria" (y en otras obras) cuando Marx se plantea el problema de la "conciencia de clase" habla de la clase "en sí" y la clase "para sí" y dice que todo obrero, por el hecho de serlo, "por sí mismo", forma parte de la clase obrera: es un representante de la clase clase obrera. Eso no significa que tenga "conciencia de clase", que es lo que vuelve locos a algunos en este foro, sin ir más lejos. Parece que todo obrero por el mero hecho de serlo tiene que tener conciencia de clase, y eso no funciona de esa manera, como se hartó de explicar Marx.
La conciencia de clase (como cualquier clase de conciencia) no puede empezar por la conciencia misma sino por la "clase en sí", o sea, por la práctica, que es lo que hace la matrona tuareg y la cajera del AhorraMás de mi barrio. Por consiguiente, en contra de lo que tú afirmas, el asunto de la matrona tuareg consiste justamente en que el tratamiento consiga inmunizar, es decir, en la práctica, en la experiencia. Ahí empieza el conocimiento. Lo que pasa es que desde la perspectiva actual eso no nos vale, ni en la matrona tuareg ni en la cajera del AhorraMás: queremos que la cajera tenga conciencia de clase, sea una "clase para sí". Ese es el desarrollo del conocimiento, el proceso de su gestación, lo cual no invalida el punto de partida, que es la clave de todo: los tuaregs inmunizan y la cajera está explotada, aunque ninguno de ellos sea consciente de su práctica, de lo que hace, de su situación real.
Creo que con eso te he contestado a lo que me pides, tanto al principio como al final de tu mensaje, que calificas como "lo más importante del asunto": ¿Es posible plantear una cuestión práctica sin teoría? Naturalmente que sí: la práctica siempre va por delante de la teoría. Ahora bien, no me conformo ni con la tuareg ni con la cajera. No me vale que la cajera no tenga conciencia de clase y todo mi esfuerzo va dirigido a que sea consciente de su verdadera situación, como tampoco me vale que en la tuareg haya una serie de supersticiones que le impidan profundizar en su práctica médica.
Eso no sólo sucede con los tuaregs y las cajeras sino que sucede en todos los ámbitos, incluido el científico. Por ejemplo, cuando un matemático utiliza el concepto "infinito" hablando de los números naturales, ¿sabe lo que es el infinito? Cuando un genetista habla de la recombinación al azar del genoma, ¿sabe lo que es el azar? Cuando un físico habla de la hipótesis de Riemann, ¿sabe lo que es una hipótesis? Hay muchísimas explicaciones científicas que están llenas de misticismos y supersticiones porque la cabeza del científico está tan llena de ellas como las del tuareg. Por lo tanto, en sus explicaciones el científico mezcla tantas supersticiones como el tuareg porque la ciencia no está separada de la ideología. El tuareg te da una explicación mística de los motivos por los cuales la noche sucede al día, mientras que el astrónomo te da una explicación plenamente racional y válida. Pero en otros ámbitos del conocimiento, como el big-bang, el astrónomo largará otro montón de supersticiones igual de absurdas.
Desde el punto de vista dialéctico (que es el único válido) el conocimiento es un movimiento, está en proceso de cambio, es histórico. La ciencia puede burlarse de unas supersticiones, como las explicaciones astrológicas de la sucesión de los días y las noches, porque ya ha superado esa etapa. Pero no ha superado otras, de manera que cuando no ha conseguido dar una explicación racional de un problema, sus divagaciones son tan místicas como las del hechicero de una tribu africana. La dialéctica lo que dice es que en el proceso de avance de la ciencia, no hay fronteras definidas entre lo verdadero y lo falso sino transiciones de lo falso a lo verdadero, un proceso que recorre todos los tonos grises, a caballo entre lo racional y lo irracional.
En cuando a los herbarios, no es que los pueblos aborígenes posean amplios y detallados repertorios de ellos, sino que esos herbarios son la base de la agricultura, la base de la medicina y la base de la ciencia de la botánica. Son el comienzo de la ciencia, es decir, no son la ciencia misma, ni son el final de ella, sino el punto de partida y en ellos hay a fecha de hoy conocimientos que hemos perdido, que no tenemos, que no hemos racionalizado y que estamos ridiculizando groseramente, algo (por cierto) que sólo pasa en los países capitalistas porque los socialistas lo supieron tratar de otra manera. Por ejemplo, en las facultades de medicina de China, lo mismo que en los hospitales, se enseña acupuntura y medicina tradicional, lo cual a mí me parece fabuloso. Es un ejemplo a seguir.
Si te fijas, es curioso que eso sólo pasa en determinados conocimientos, pero no en otros, donde los conocimientos antiguos siendo teniendo gran importancia. Por ejemplo, en derecho se estudia el derecho romano, que está muy anticuado, en filosofìa se estudia a los estoicos, etc. Pero los médicos no quieren aprender de los hechiceros; los desprecian.
La cuestión de la medicina tradicional es que, en contra de lo que sospechamos, no está en retroceso sino en crecimiento, lo cual elimina a las multinacionales de una parte del mercado. De ahí que éstas reaccionen poniendo a parir a esa medicina, se burlen de ella, etc. Por ejemplo, está en crecimiento en países como India. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, más del 80% de la población mundial confía en la medicina tradicional basada en plantas para sus necesidades primarias de asistencia médica. En las grandes potencias imperialistas, los tratamientos de herboristería también están creciendo, tanto por automedicación como por prescripción médica. Según datos de IMS Internacional de 2002, la cuota de prescripción médica de medicamentos fitoterápicos en Europa es de un 41%, lo cual significa que más de la mitad de los medicamentos a base de plantas son utilizados en régimen de automedicación. Pero la cuota de prescripción alcanza el 73% en Francia, el 43% en el Reino Unido o el 38% en Alemania, en España es solamente del 13%. En Alemania el porcentaje de población que utiliza medicamentos fitoterápicos experimentó un aumento, entre 1970 y 1997, de entre un 4% y un 92% dependiendo de las patologías.
Según tú el hecho de que los pueblos primitivos posean un amplio herbario no implica que conozcan sus propiedades o que sepan aplicarlas. No es cierto. Existe evidencia del uso de remedios herbarios de hace nada menos que 60.000 años, pero los primeros documentos escritos (los orales no se conservan lógicamente y se pueden perder) detallando el uso de hierbas para el tratamiento de enfermedades están escritos en láminas de arcilla de Mesopotamia. Aproximadamente 2.000 años a.n.e. el rey Assurbanipal de Sumeria ordenó la recopilación de los conocimientos en medicina en una obra que contiene nada menos que 250 medicamentos herbarios. El Papiro de Ebers, el más importante de los manuscritos egipcios conservados, se escribió alrededor del año 1.500 a.n.e. e incluye información de épocas más tempranas a él: contiene 876 recetas con más de 500 sustancias diferentes.
En China el tratado escrito más antiguo del uso medicinal de hierbas es un cuerpo de 11 libros médicos recuperado de una tumba en la provincia de Hunan, fechado en el año 168 a.n.e., aunque fue escrito antes del siglo III a.n.e. Se discuten ahí el ejercicio, la dieta y terapias primitivas. El más importante de estos manuscritos llamado por sus descubridores “Recetas para cincuenta y dos dolencias” es un trabajo donde se nombran más de 250 substancias medicinales. La mayoría son derivadas de las hierbas y la madera; también se mencionan granos, legumbres, frutas, verduras y partes de animales.
Uno de los documentos en materia médica más antiguo es el Rizotomikon, escrito por un alumno de Aristóteles llamado Diocles de Caristo (que murió en el año 380 a.n.e.). El tratado de Dioscórides del siglo I d.n.e., conocido como «De Materia Médica» contiene 950 sustancias curativas, de las cuales 600 son derivados de las plantas y el resto son de origen animal y mineral. Cada entrada incluye un dibujo, una descripción de la planta, un resumen de sus cualidades medicinales, su método de preparación y una serie de advertencias.
No creo que la diferencia entre la homeopatía y la medicina convencional en materia de financiación sea "puramente" cuantitativa. No creo en esas diferencias "puramente" cuantitativas porque esas diferencias se convierten en cualitativas: la medicina alopática es dominante en el mercado. Cuando vas al ambulatorio el médico no te puede recetar una medicina homeopática. Por el contrario, ésta tiene una posición subordinada: cuando falla el médico del ambulatorio no te resignas a morir y vas al médico homeópata (o a cualquier otro que te una esperanza).
¿Por qué en el Reino Unido quieren eliminar la homeopatía que ahora están financiando? Por el desmantelamiento de las conquistas de la clase obrera, porque ya no existe la URSS, por la crisis económica... Por motivos económicos y sociales, no por motivos científicos. Pero "cuando las barbas de tu vecino veas pelar", piensa que luego irán (ya lo hacen) hacia toda la medicina, con lo cual el trabajo de los curanderos del barrio se va a multiplicar y volveremos a lo de siempre.
La falsificación de los informes en medicina no es una mala práctica de una ciencia sino una supuesta ciencia que se basa en datos y experimentos parcialmente falsos, lo cual, en alusión a la medicina, en el tratamiento de las enfermedades de seres humanos, debe dar materia más que suficiente para reflexionar un poco. Naturalmente: que la medicina convencional se apoye en datos parcialmente falsos no convalida a la homeopatía. Significa que no puede curar (y que te puede matar) y que cuando un médico no te cura vas donde otro, y no te importa que se llame homeópata o lo que sea, porque fuera de la sanidad pública lo que funciona es el boca a boca, o sea, lo de toda la vida.
Me preguntas por qué la formación de un médico homeópata es superior a la de un médico convencional. Porque en la universidad sólo enseñan la medicina convencional. Un médico convencional es lo único que sabe, mientras que el homeópata estudia eso mismo y luego, por su cuenta, estudia lo demás. En este foro hay estudiantes de economía que son marxistas: estudian las chorradas marginalistas y luego, por su cuenta, estudian economía política científica. Han aprendido las dos y no saben más porque la economía política sea ciencia auténtica y la otra no; saben más porque conocen ambas. Te digo lo mismo que antes: no se trata de saber más cantidad, de tener más conocimientos, sino de que el estudiante de economía convencional que se lee El Capital tiene una perspectiva, otro punto de vista muy distinto, una metodología muy diferente de la que le inculcan en la universidad. Cualquiera de esos estudiantes sabe por experiencia propia que cuando un profesor de economía convencional habla de la economía política (que califica de "marxista") dice auténticas gilipolleces porque no la conoce, no la ha estudiado. El estudiante de economía que ha profundizado un poco en la economía política le da cien mil vueltas a su profesor.