por Demofilo Mar Dic 21, 2010 11:09 am
No estoy de acuerdo con vosotros porque creo que os olvidáis de las relaciones de producción y eso es algo que de un tiempo a esta parte se viene observando en la mayor parte de los análisis que se hacen en muchos terrenos, incluido el económico. A la hora de analizar un fenómeno económico hay que tener en cuenta las fuerzas productivas y las relaciones de producción, que no son dos "cosas" distintas sino la misma "cosa" analizada desde dos punto de vista diferentes.
En el capitalismo las relaciones de producción se mueven en torno a la propiedad privada de los medios de producción, lo cual no sólo significa que el explotador es propietario y el explotado es expropiado sino que esa relación entre las dos clases sociales en lucha se entabla bajo el poder político (o sea, público) de un determinado Estado, que es un Estado de clase. Pero además ese Estado también interviene en la competencia entre los propios capitalistas privados.
La competencia capitalista no se puede eliminar en el interior y "trasladarla" al exterior. Que haya una única empresa pública que domina monopolísticamente un único sector económico (petróleo, por ejemplo) no significa que no haya competencia en otros sectores, ni tampoco que no haya competencia entre ese monopolio y otros capitalistas privados. Si hay una única empresa nacionalizada que genera y distribuye electricidad, se van a generar conflictos, por ejemplo, por el precio de ese suministro a los capitalistas privados de otros sectores.
El Estado burgués no puede ser un capitalista privado. Es otra contradicción. Normalmente el Estado burgués nacionaliza empresas que no son rentables (no obtienen la cuota media de ganancia), es decir, asume las pérdidas (las colectiviza) en beneficio de los capitalistas privados. Por ejemplo, la red de autobuses urbanos permite un precio reducido del billete a los obreros para que acudan al trabajo, lo cual favorece salarios más bajos que redundan en beneficio de los capitalistas de la zona.
Cuando una empresa pública, como AENA hoy, obtiene una cuota de ganancia por encima de la media, está condenada a la privatización porque el Estado burgués no se ha creado para obtener beneficios sino para que obtenga beneficios el capitalista privado.
Sólo conozco un supuesto en el que el Estado burgués actúa como capitalista privado: cuando la empresa pública rentable funciona un carácter recaudatorio-fiscal, como sustituvo de los impuestos. Hay países en los cuales, por determinadas razones, un único recurso tiene tal importancia que no se puede adjudicar a un único capitalista privado o a un grupo de ellos con exclusión de los otros porque eso distorsionaría gravemente la situación social. Entonces el Estado burgués, la clase en su conjunto, asume el control del sector en interés de todos ellos y los beneficios que obtiene se aplican a reducir los impuestos. Es el caso del petróleo que se nacionaliza en muchos países.
Eso también sucede a veces con empresas clave o sectores económicos estratégicos. Pero normalmente el Estado burgués no puede ser, no es, ni funciona como un capitalista privado. Desde 1800 los Estados burgueses se han construido sobre la base de la separación entre lo público (el Estado) y lo privado (la economía, la plusvalía), en donde lo público está al servicio de lo privado, de la obtención del beneficio máximo.