La “democracia participativa” del capital
Artículo de Giorgos Toussas, miembro del CC del KKE, responsable del Departamento de Política Europea del CC del KKE, miembro del Parlamento Europeo.
La llamada “iniciativa ciudadana” que fue establecida a través del reaccionario Tratado de Lisboa -la “Constitución Europea” renombrada- ha estado recientemente en el centro de la propaganda vulgar de la UE y los gobiernos burgueses de los estados miembros, tras el acuerdo del Parlamento y el Consejo Europeos de diciembre de 2010, relativo a esa reglamentación. El Primer Ministro, Giorgios Papandreu, se burló de los trabajadores de nuestro país, cuando demagógicamente declaró su intención de aprovechar la “iniciativa ciudadana” de la UE, para recoger firmas en apoyo a la creación de un “eurobono”. Nueva Democracia y los otros partidos del capital apoyaron conjuntamente la “iniciativa”, en sus esfuerzos para incorporar de manera masiva a la clase obrera y los sectores populares a la política burguesa dominante. Junto a ellos, los oportunistas del PIE y de SYN/SYRIZA decidieron impulsar una recogida de firmas, en el III Congreso del PIE, en línea con el proceso de “iniciativa ciudadana”, llamando a la creación de un Fondo Europeo para el desarrollo social y la solidaridad, sin los mecanismos de apoyo del FMI. Constituiría una mínima “red de seguridad” para los sectores populares humillados, para que la burguesía pueda prevenir cualquier insurrección de los trabajadores y los pueblos y para proteger el sistema de explotación. A pesar de su supuesta oposición al Tratado de Lisboa, una vez más difunden espejismos entre los trabajadores; prestan apoyo al esfuerzo de limpiar la cara a la UE y al capitalismo en general.
La “iniciativa ciudadana” y los objetivos reales de la UE
La “iniciativa ciudadana” otorga a los ciudadanos de la UE el “derecho a la iniciativa legislativa” mediante el envío de un millón de firmas a la Comisión Europea, invitando a que "presente una propuesta de ley de la Unión para la aplicación de los Tratados".
De acuerdo con la importante intervención de la delegación del KKE en el Parlamento Europeo, “la ridícula euforia sobre el refuerzo de las instituciones democráticas de la UE, que acompañaron la votación de la ley sobre la “iniciativa ciudadana”, no es más que otro esfuerzo para manipular y engañar provocativamente a la gente”. Esta falsa “iniciativa ciudadana” no solo es inútil, sino que puede ser peligrosa para el pueblo”.
Esto es lo que la Regulación del Parlamento Europeo y el Consejo de la UE contempla:
La Comisión Europea debe aprobar de antemano el asunto sobre el que se van a recoger firmas.
La iniciativa depende del permiso de la Comisión, la Comisión tiene el derecho a no presentar la iniciativa propuesta, si considera que es claramente contraria a los valores de la Unión Europea tal y como están establecidos en el Tratado de Lisboa, o está fuera de las competencias de la Comisión, o por otras razones técnicas o subjetivas. Es obvio que no pueden darse iniciativas sobre los tratados de la UE y su modificación, especialmente sobre las cuatro libertades de movimiento del capital establecidas en el Tratado de Maastricht. Las iniciativas que no respeten las políticas estratégicas de la UE, como la estrategia antipopular “Europa 2020”, no está permitidas. Lo mismo se aplica a las iniciativas que no respetan los valores de la UE, a saber, el sistema de explotación capitalista mismo, la “economía social de mercado, en la cual la competencia es libre y sin distorsiones”, como está definida en los tratados de la UE.
En cualquier caso, las iniciativas que no sean del agrado de la UE pueden ser rechazadas por la Comisión incluso antes de ser puestas en marcha. Si una iniciativa se aprueba, los organizadores tienen un periodo de 12 meses para recoger las firmas. Las firmas deben ser recogidas en 1/4 de los estados miembros (7 estados) y el número mínimo de ciudadanos por estado miembro se calcula en base al número de miembros del Parlamento Europeo de cada estado multiplicado por 750 (por ejemplo 16500 firmas para Grecia). Se contemplan estrictas condiciones para la recogida de datos personales a través de este procedimiento. El firmante debe declarar lo siguiente: su nombre completo y apellidos, su lugar de residencia (calle, código postal, ciudad y país), su fecha y lugar de nacimiento, su nacionalidad, su número de identificación (DNI), fecha de la firma y firma, mientras que la persona responsable de recoger las firmas debe comprobar los datos anteriores. Las autoridades de los estados miembros deben comprobar la lista de firmantes de acuerdo con su propia legislación, y autenticarlas dentro de los 3 meses siguientes a su recepción. Al mismo tiempo, los recursos y la eventual financiación de la recogida de firmas también son contemplados.
Lo más importante de todo es que la Comisión no está obligada a proponer ninguna legislación. Tras todo este proceso burocrático y tras aceptar la puesta en marcha de la recogida de firmas, la Comisión no tiene obligación de proponer ningún proyecto legislativo, solo tiene que plantear sus conclusiones y resultados de la iniciativa dentro de los 3 meses siguientes a su conclusión e informar de si tiene intención de llevar a cabo alguna acción o no. Esta es la “naturaleza democrática” de la UE la “iniciativa ciudadana” supuestamente asegura. Primero, la Comisión debe dar permiso y la iniciativa debe cumplir con los valores de la UE y respetar los dispuesto en los tratados. Después viene un complejo procedimiento burocrático y el aval de las autoridades del los estados miembros. Y tras la recogida de firmas, la Comisión puede arrojarla al cubo de la basura.
Un procedimiento inútil y peligroso para el pueblo y útil para los capitalistas
Por otro lado, no podemos ignorar el hecho de que la recogida de un millón de firmas en varios países, en varias lenguas, con varios mecanismos de control de las firmas y los recursos, solo puede ser llevado a cabo por organizaciones experimentadas, con una considerable infraestructura técnica y operativa, que tengan conocimientos de como hacerlo, estén organizadas a nivel internacional, tengan importantes recursos y movilicen a gente durante un periodo prolongado de tiempo. Es obvio que dichas iniciativas solo pueden ser llevadas a cabo por las grandes ONG, vinculadas (directa o indirectamente, a través de los mecanismos necesarios) a los grupos monopolistas o negocios capitalistas y apoyadas por el gobierno del estado; incluso los gobiernos burgueses pueden jugar este papel, de acuerdo con el anuncio de G. Papandreu. Por ejemplo, la reciente iniciativa de los ministros de exteriores de 6 países de la UE -Hungría, Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Polonia- que ha sido enviada a la Comisión Europea y que exige la prohibición de la simbología comunista, la falaz equiparación histórica del nazismo con el comunismo y la penalización de cualquier referencia o defensa de los países socialistas, podría convertirse fácilmente en una “iniciativa ciudadana”; el Consejo de la UE ya ha solicitado a la Comisión el examen del asunto y la propuesta de las acciones pertinentes, la Comisión ha iniciado un intercambio preliminar de puntos de vista durante una sesión pública, se han establecido comités a estos efectos en varios países, varias organizaciones han sido movilizadas, así como mucha financiación.
En su intervención para explicar el voto negativo del Partido en la Sesión Plenaria, el 16 de diciembre de 2010, la delegación del KKE en el Parlamento Europeo destacó, entre otros: “Este tipo de “iniciativa ciudadana”, dirigida y manipulada por los mecanismos del capital y el sistema político burgués, pues ser de utilidad a las instituciones de la UE que podrán presentar las más reaccionarias y antipopulares medidas de la UE y los monopolios como supuestas “demandas populares”. Por otra parte, tales “iniciativas” serán usadas de tal forma que las firmas, los memorandos y los alegatos se opongan a movimiento organizado de los trabajadores y el pueblo, las luchas y movilizaciones de masas populares, las distintas formas de lucha.” El alineamiento del PIE, SYN/SYRIZA y los oportunista en general, con los representantes políticos del capital, en nombre del reforzamiento de la democracia en la UE, prueba una vez más el peligroso papel que están interpretando. Las varias “iniciativas ciudadanas” y similares no pueden enmascarar la faceta reaccionaria de la UE. No previenen la intensificación de la lucha de clases, las luchas populares a través de toda la UE que ponen en cuestión todo el edificio antipopular.
Hoy, es un imperativo el que el programa de reivindicaciones y las formas de lucha, como los comités de lucha, recogidas de firmas, manifestaciones y huelgas, o incluso formas más complejas derivadas de la lucha de clases, sirvan como despliegue y contraataque del movimiento obrero, por el reforzamiento de la alianza sociopolítica de la clase obrera y los sectores populares pobres en la ciudad y el campo, contra los bloques imperialistas y los monopolios, con el objeto de allanar el camino para la prosperidad del pueblo.