«GATZA», Un superviviente del cruel sistema carcelario
Jose Mari Sagardui, «Gatza», recobrará hoy la libertad después de 31 años en las cárceles españolas y recorrerá los 730 kilómetros que hay desde la prisión de Jaén hasta su Zornotza natal. El «Nelson Mandela europeo» es, a juicio de Etxerat, un «superviviente» de un sistema penitenciario que busca la «destrucción» del preso.Hoy es un día marcado en rojo en el calendario de quienes luchan por los derechos básicos de los prisioneros políticos vascos. Jose Mari Sagardui Moja, aquel zornotzarra que a los 22 años era apresado por la Guardia Civil junto a otras ocho personas, recobrará la libertad 30 años y 10 meses después, a punto de cumplir 53 años y con una experiencia vital difícil de plasmar en su totalidad en cualquiera de los formatos que existen en este mundo de los avances tecnológicos.
En una entrevista a GARA, en enero, su padre no podía expresar mejor lo que sienten él y su esposa por su hijo, al que las autoridades españolas han alargado la condena en once años. «Estamos orgullosos de Jose Mari y también de Concha [la compañera de Gatza]. Cuando venga Jose Mari, en casa va a encontrar a su mujer, a una hija fenomenal, un trabajo y todo... Me alegraría que todos los presos tengan esa suerte», declaraba.
Ayer, una veintena de integrantes de Etxerat invitaron a la ciudadanía a recibir al zornotzarra y darle «una calurosa bienvenida» en su retorno a casa. Muchos de quienes aguardan la excarcelación de «Gatza» no habían nacido cuando fue arrestado y brutalmente torturado, según rememoraron Juan Cruz Coto e Izaskun Abaigar.
A media tarde, después de que el parlamentario del PP Carlos Urquijo instase al consejero Rodolfo Ares a actuar contra las movilizaciones contra «la aplicación de la cadena perpetua» a los presos políticos vascos, el Departamento de Interior de Lakua prohibió la manifestación convocada para hoy bajo el lema "Bizi osorako kartzela zigorrik ez" y otro acto previsto para el sábado, promovidos ambos por vecinos de Zornotza.
Pocas horas antes de conocerse la decisión del Ejecutivo de Lakua, a preguntas de los periodistas, desde Etxerat indicaron que no contemplaban que se prohibieran los actos de bienvenida «porque se trata de una persona que hace muchos años ha cumplido su condena y sale ahora a la calle. Va a ser -incidieron- una persona libre con todos los derechos reconocidos».
En caso de que se materializara la amenaza, como sucedió, Coto aclaró que «si alguien decide utilizar la violencia y aporrear a la gente para que no muestre su solidaridad, será una responsabilidad de ellos, porque ellos sí utilizan la violencia política. No van a poder parar la solidaridad».
Para tratar de que los ciudadanos sean conscientes del tiempo transcurrido y de los cambios sustanciales que se han producido en estas tres décadas de cautiverio de Sagardui Moja, mencionaron que cuando entró en prisión los ecos la revolución sandinista aún resonaban con fuerza, los conservadores Ronald Reagan y Margaret Thatcher alcanzaban el poder, Adolfo Suárez ocupaba el palacio de La Moncloa y Valery Giscard d'Estaing El Elíseo de París, la Unión Soviética se aprestaba para invadir Afganistán, Berlín continuaba dividida por el muro, Nelson Mandela estaba preso en Robben Island, y las cárceles españolas se llenaban de vascos y vascas independentistas.
A pesar de la revolución tecnológica y el cambio sociológico, los portavoces de Etxerat lamentaron que haya asuntos que no han variado tanto. «Seguimos hablando sobre una crisis económica global y la política penitenciaria que se aplica a las presas y los presos políticos vascos sigue deparando trágicas consecuencias», precisaron.
En todas las fasesPara el colectivo de familiares y allegados de los represaliados políticos vascos, Jose Mari Sagardui es un «autentico superviviente». «Una persona y un preso ¯resaltaron- que ha sobrevivido a todas las fases de la política penitenciaria, con su endurecimiento paulatino correspondiente».
Se ha convertido en el preso político más antiguo de Europa después de haber pasado por las cárceles de Carabanchel, Soria, Puerto I, Herrera de la Mancha, Alcalá Meco, Carabanchel Hospital, Herrera -de nuevo-, Sevilla II, Mallorca, Sevilla I, Granada, Carabanchel Hospital Penitenciario, Sevilla II, Puerto II, Jaén II, Langraiz -en su única estancia en Euskal Herria- y, de nuevo, Jaén.
«Gatza ha conocido todas las fases de la criminal política penitenciaria vigente, sistema definido por Rubalcaba como `el más duro de Europa'. El régimen militarizado y las entradas a sangre y fuego de la Policía a principios de los ochenta, la puesta en marcha de prisiones de máxima seguridad, la dispersión, los intentos de división y chantaje del EPPK, el aislamiento, la muerte de compañeros, la aplicación de facto de la cadena perpetua, los cacheos, el control individualizado y una serie interminable de medidas», enumeraron Coto y Abaigar.
Al aportar detalles sobre la excarcelación de Sagardui Moja, desde Etxerat tampoco se quisieron olvidar de que en apenas unas semanas -el 3 de mayo- está previsto que sea liberado Jon Agirre Agiriano. Este vecino de Aramaio ha pasado 30 años en las prisiones españolas, pese a que cumplió su condena en 2006, lo que, para los portavoces del colectivos de familiares y amigos de los represaliados políticos, lo convierte en «otro superviviente» de la política penitenciaria.
Agirre Agiriano está gravemente enfermo al padecer dolencias incurables y que ponen su vida en riesgo, como artrosis generalizada en ambas caderas, una hernia discal entre las vértebras L4 y L5, además de que en 2005 le implantaron una prótesis en la cadera derecha. A la vista de esta situación y la de otros presos, reivindicaron la puesta en libertad de todos aquellos con enfermedades graves e incurables.
En el tiempo en que Gatza ha permanecido en prisión, 21 presos y presas políticas vascas han muerto, «en la mayoría de los casos debido a una evidente desasistencia médica». El último ha sido el elgoibartarra Mikel Ibañez, la semana pasada.
GARA