Jóvenes de Deustu
7 de ENERO, MANIFESTACIÓN NACIONAL en BILBO - KOLOSALA IZANGO DA
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Donostia, de donde ya se ha anunciado que se han llenado 30 autobuses.
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Kolosala: la canción más hermosa
Iñaki Egaña - Historiador
Era una noche cerrada como pocas. Apenas percibía las marcas que delimitaban la carretera. Paré en un restop de la autopista lleno de máquinas y estancias cerradas a prueba de asaltadores nocturnos con síndrome de abstinencia. Un café bien cargado. Cuando reanudé la marcha, una lluvia fina golpeaba el cristal del automóvil mientras la niebla se deslizaba por los bordes del camino.
Eché mano a la música para hacer más llevadero el viaje. Los kilómetros fueron cruzando monótonos, cargados de indiferencia. Hasta que llegó una tonadilla que me llamó la atención, recitada por un cantautor caribeño. La había oído alguna otra vez, sin atención, la canción más hermosa del mundo. Demasiado pretencioso para un título, demasiado engreída para ser una canción. Saltó la siguiente y, entre el piano de Antxon Valverde, la letra de Xabier Lete y la voz de Mikel Laboa, olvidé la traza de aquella balada porque lo hermoso acudía en euskara.
Pude recostarme cerca de la cárcel y dormir unos minutos antes de que la claridad de una brumosa y húmeda mañana me sacudiera el semblante, sin estridencias, con la tranquilidad de, una vez más, haber llegado hasta las puertas del presidio. Sin percances. Me hubiera gustado amanecer a tu lado, sentir tu perfume diluido en tu respiración, intuir tu sueño profundo y acariciar tu piel incipiente de arrugas. Recordé por un momento a Mikel Urdangarin cuando cantaba aquello de “Zure bihotza nire neurrira nola egina dagoen”. Y me invadió ese desasosiego previo al encuentro que sólo con los años sabemos ocultar.
Unas horas más tarde, cuando recobraba en el último control carcelario mi pieza de identidad, después de la visita, el mundo parecía diferente. Sentirte vivo, a pesar de las rejas, era una sensación imposible de describir. La lluvia no era tan molesta, la carretera recobraba sus señales e, incluso, la música sonaba especial: “Cuando se aprende a llorar por algo también se aprende a defenderlo”, cantaba entonces Enrique Villarreal en aquella memorable canción. “Estás asustado, tu vida va en ello. Pero alguien debe tirar de gatillo”. Demasiadas verdades para mi conciencia.
Llegaba a casa, anocheciendo otra vez, cuando aquella canción más hermosa del mundo recobró su melodía y, a través del aparato, volvió al aire cerrado del automóvil. Entonces, pensé, liberado del desasosiego, de tu cercanía imposible y de tu respiración lejana, que un día, también tu y yo, vosotros y nosotros, escribiríamos la letra de la canción más bonita del mundo. Una canción cargada de símbolos, de recuerdos y de afecto hacia tantas y tantos que nunca llegaría con el lápiz a completar los nombres de una lista interminable.
Una canción que contara tus años de clandestinidad, de miedos y de incertidumbres, escondido en la oscuridad de las sombras gigantescas de un enemigo del mismo tamaño. Guardando semblanzas para el futuro y alimentando a miles de compatriotas sin rostro que respiraban sus esperanzas y amores gracias a tu elección. A una elección que te llevó lejos de casa, pero no de los tuyos.
“Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere”, recitaba Mario Benedetti y por eso nuestra canción debería llenar las ausencias que te enviaron a la trinchera. Sí, a pesar de ser hermosa, necesitará perpetuar a los necios, a los traidores que dejaron nuestra tierra en manos de renegados: “Sólo el valor de unos cuantos les opuso resistencia y al mirar correr la sangre se llenaron de vergüenza”, cantaba Gabino Palomares.
Esa canción que nos recordará a los barbudos mezclados con los pulcramente afeitados abandonando la isla de Yeu, a aquellos pioneros y tenebrosos que marcaban la puerta con un palillo, como en las novelas de Graham Greene, para notar presencias, a aquellas mujeres que sin tiempo a quitarse su vestido azul y salitroso, esperaron toda la noche la salida de Fran y su muerte anunciada, poco después, acorralado como una pieza de caza.
Una canción sin horas, sin días, sin años. Sin nada más que tus sentimientos y los nuestros. Llena de colores otoñales y primaverales. ¿Quién es capaz de discernir la grandeza de un momento sobre la intrascendencia del otro? Yo ni siquiera me atrevo a citarlos porque todos ellos están cargados con tu mirada nerviosa, tu infancia irrepetible y tu juventud de ansias extraordinarias. ¿Dónde está la diferencia?
Nuestra canción más hermosa recordará a tus hijos y a tus nietos, los que nacieron y los que no pudieron hacerlo, tus equipos de fútbol y los pupitres de la escuela. Los maestros que te enseñaron las vocales y aquellos que jamás se enteraron de que también había consonantes. Los coches azules y los blancos, las fiestas de aquella santa martirizada, los bolígrafos sin tapa, los cuadernos de anillas y los baños en el recodo de un riachuelo helado. Y también las pistolas sin cartuchera.
Recordará los atajos y los cruces de caminos, la nevada que nos dejó atrapados en aquella chabola. El primer suspiro y el primer beso. El último poema de amor y las cuentas del taller. El jersey perdido en la taberna más allá de la fuente y el hedor a naftalina del traje carnavalero. Aquellas sábanas preñadas de sudor y el aroma del Té en el harem de Arquímedes, la película en la que te dormiste mientras me esperabas. Recordará todos nuestros amigos y ni uno sólo de nuestros enemigos. Y también las pistolas en la cartuchera.
La segunda estrofa deletreará a los que hicieron ser cómo somos, a Dolores, Jesús, Txabi, Maddi, Cándido, Maravillas, Eustakio, Maite, Telesforo, Isaac, Mertxe, Félix, Nicolasa, Jon… cuya textura aún es notoria entre nosotros. ¡Qué importan sus apellidos! Sabemos como fueron y reinventaremos sus sueños. Garabatearemos sus nombres en la arena, mientras los niños juegan a hacer castillos en el agua.
Una canción llena de esa ternura que alimenta tu ánimo. No hace falta que me digas cuándo estás mejor o cuando peor. Lo sé, y como tu lo escondo entre mi ropaje, como si estuviéramos forjados de ese hierro que levantó nuestro país contra impostores y patronos. “Yo no tengo otro oficio, después del callado de amarte, que este oficio de lágrimas, duro que tú me dejaste”, decía Gabriela Mistral. Ese oficio es el nuestro. Y lo alzamos con orgullo.
Pero no quiero parecer triste porque quiero dictar la canción más hermosa. Ésa que llevamos esperando tanto tiempo. Porque si no hay tristeza no hay alegría, si no hay muerte no hay vida, si no hay decepción no hay esperanza, sin apatía no existirían los sueños. Y sé que no te puedo mentir y que, en estos años, en estos siglos de sombras entre las tinieblas, cada mañana era una excusa para volverte a recuperar. Para soñar en ti. Para imaginar un futuro repleto de tu presencia, no ficticia, sino real.
Para dejar de esperar.
Por todo ello, y por lo que se me ha olvidado en los bordes del tintero, voy a escribir esa pretenciosa canción más hermosa. No va a completarse con sones caribeños, ni con marchas militares, ni con sintonías pastosas. Ni va a ser, por supuesto, la más hermosa del mundo. Me basta con que sea la más bonita de nuestra casa, de nuestro barrio, de nuestro pueblo, aunque semejante pretensión sea un pecado de vanidad.
Quiero escribirla para cuando llegues a casa, endulzarla con nuestras lágrimas y sonrisas. Para amanecer a tu lado, sentir tu perfume diluido en tu respiración, intuir tu sueño profundo y acariciar tu piel incipiente de arrugas. Y, juntos, volver a pasear por aquellas alamedas que un día juramos levantar para que nuestras hijas y nuestros hijos, sus amigos y los nuestros, pudieran respirar ese aire de libertad que a nosotros, y a ti en especial, nos hurtaron. Entonces, habremos concluido la última estrofa de esa canción tan hermosa y habré conocido, por fin, los detalles de tu sueño.
http://www.euskaldunak.info/memoria/
Iñaki Egaña - Historiador
Era una noche cerrada como pocas. Apenas percibía las marcas que delimitaban la carretera. Paré en un restop de la autopista lleno de máquinas y estancias cerradas a prueba de asaltadores nocturnos con síndrome de abstinencia. Un café bien cargado. Cuando reanudé la marcha, una lluvia fina golpeaba el cristal del automóvil mientras la niebla se deslizaba por los bordes del camino.
Eché mano a la música para hacer más llevadero el viaje. Los kilómetros fueron cruzando monótonos, cargados de indiferencia. Hasta que llegó una tonadilla que me llamó la atención, recitada por un cantautor caribeño. La había oído alguna otra vez, sin atención, la canción más hermosa del mundo. Demasiado pretencioso para un título, demasiado engreída para ser una canción. Saltó la siguiente y, entre el piano de Antxon Valverde, la letra de Xabier Lete y la voz de Mikel Laboa, olvidé la traza de aquella balada porque lo hermoso acudía en euskara.
Pude recostarme cerca de la cárcel y dormir unos minutos antes de que la claridad de una brumosa y húmeda mañana me sacudiera el semblante, sin estridencias, con la tranquilidad de, una vez más, haber llegado hasta las puertas del presidio. Sin percances. Me hubiera gustado amanecer a tu lado, sentir tu perfume diluido en tu respiración, intuir tu sueño profundo y acariciar tu piel incipiente de arrugas. Recordé por un momento a Mikel Urdangarin cuando cantaba aquello de “Zure bihotza nire neurrira nola egina dagoen”. Y me invadió ese desasosiego previo al encuentro que sólo con los años sabemos ocultar.
Unas horas más tarde, cuando recobraba en el último control carcelario mi pieza de identidad, después de la visita, el mundo parecía diferente. Sentirte vivo, a pesar de las rejas, era una sensación imposible de describir. La lluvia no era tan molesta, la carretera recobraba sus señales e, incluso, la música sonaba especial: “Cuando se aprende a llorar por algo también se aprende a defenderlo”, cantaba entonces Enrique Villarreal en aquella memorable canción. “Estás asustado, tu vida va en ello. Pero alguien debe tirar de gatillo”. Demasiadas verdades para mi conciencia.
Llegaba a casa, anocheciendo otra vez, cuando aquella canción más hermosa del mundo recobró su melodía y, a través del aparato, volvió al aire cerrado del automóvil. Entonces, pensé, liberado del desasosiego, de tu cercanía imposible y de tu respiración lejana, que un día, también tu y yo, vosotros y nosotros, escribiríamos la letra de la canción más bonita del mundo. Una canción cargada de símbolos, de recuerdos y de afecto hacia tantas y tantos que nunca llegaría con el lápiz a completar los nombres de una lista interminable.
Una canción que contara tus años de clandestinidad, de miedos y de incertidumbres, escondido en la oscuridad de las sombras gigantescas de un enemigo del mismo tamaño. Guardando semblanzas para el futuro y alimentando a miles de compatriotas sin rostro que respiraban sus esperanzas y amores gracias a tu elección. A una elección que te llevó lejos de casa, pero no de los tuyos.
“Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere”, recitaba Mario Benedetti y por eso nuestra canción debería llenar las ausencias que te enviaron a la trinchera. Sí, a pesar de ser hermosa, necesitará perpetuar a los necios, a los traidores que dejaron nuestra tierra en manos de renegados: “Sólo el valor de unos cuantos les opuso resistencia y al mirar correr la sangre se llenaron de vergüenza”, cantaba Gabino Palomares.
Esa canción que nos recordará a los barbudos mezclados con los pulcramente afeitados abandonando la isla de Yeu, a aquellos pioneros y tenebrosos que marcaban la puerta con un palillo, como en las novelas de Graham Greene, para notar presencias, a aquellas mujeres que sin tiempo a quitarse su vestido azul y salitroso, esperaron toda la noche la salida de Fran y su muerte anunciada, poco después, acorralado como una pieza de caza.
Una canción sin horas, sin días, sin años. Sin nada más que tus sentimientos y los nuestros. Llena de colores otoñales y primaverales. ¿Quién es capaz de discernir la grandeza de un momento sobre la intrascendencia del otro? Yo ni siquiera me atrevo a citarlos porque todos ellos están cargados con tu mirada nerviosa, tu infancia irrepetible y tu juventud de ansias extraordinarias. ¿Dónde está la diferencia?
Nuestra canción más hermosa recordará a tus hijos y a tus nietos, los que nacieron y los que no pudieron hacerlo, tus equipos de fútbol y los pupitres de la escuela. Los maestros que te enseñaron las vocales y aquellos que jamás se enteraron de que también había consonantes. Los coches azules y los blancos, las fiestas de aquella santa martirizada, los bolígrafos sin tapa, los cuadernos de anillas y los baños en el recodo de un riachuelo helado. Y también las pistolas sin cartuchera.
Recordará los atajos y los cruces de caminos, la nevada que nos dejó atrapados en aquella chabola. El primer suspiro y el primer beso. El último poema de amor y las cuentas del taller. El jersey perdido en la taberna más allá de la fuente y el hedor a naftalina del traje carnavalero. Aquellas sábanas preñadas de sudor y el aroma del Té en el harem de Arquímedes, la película en la que te dormiste mientras me esperabas. Recordará todos nuestros amigos y ni uno sólo de nuestros enemigos. Y también las pistolas en la cartuchera.
La segunda estrofa deletreará a los que hicieron ser cómo somos, a Dolores, Jesús, Txabi, Maddi, Cándido, Maravillas, Eustakio, Maite, Telesforo, Isaac, Mertxe, Félix, Nicolasa, Jon… cuya textura aún es notoria entre nosotros. ¡Qué importan sus apellidos! Sabemos como fueron y reinventaremos sus sueños. Garabatearemos sus nombres en la arena, mientras los niños juegan a hacer castillos en el agua.
Una canción llena de esa ternura que alimenta tu ánimo. No hace falta que me digas cuándo estás mejor o cuando peor. Lo sé, y como tu lo escondo entre mi ropaje, como si estuviéramos forjados de ese hierro que levantó nuestro país contra impostores y patronos. “Yo no tengo otro oficio, después del callado de amarte, que este oficio de lágrimas, duro que tú me dejaste”, decía Gabriela Mistral. Ese oficio es el nuestro. Y lo alzamos con orgullo.
Pero no quiero parecer triste porque quiero dictar la canción más hermosa. Ésa que llevamos esperando tanto tiempo. Porque si no hay tristeza no hay alegría, si no hay muerte no hay vida, si no hay decepción no hay esperanza, sin apatía no existirían los sueños. Y sé que no te puedo mentir y que, en estos años, en estos siglos de sombras entre las tinieblas, cada mañana era una excusa para volverte a recuperar. Para soñar en ti. Para imaginar un futuro repleto de tu presencia, no ficticia, sino real.
Para dejar de esperar.
Por todo ello, y por lo que se me ha olvidado en los bordes del tintero, voy a escribir esa pretenciosa canción más hermosa. No va a completarse con sones caribeños, ni con marchas militares, ni con sintonías pastosas. Ni va a ser, por supuesto, la más hermosa del mundo. Me basta con que sea la más bonita de nuestra casa, de nuestro barrio, de nuestro pueblo, aunque semejante pretensión sea un pecado de vanidad.
Quiero escribirla para cuando llegues a casa, endulzarla con nuestras lágrimas y sonrisas. Para amanecer a tu lado, sentir tu perfume diluido en tu respiración, intuir tu sueño profundo y acariciar tu piel incipiente de arrugas. Y, juntos, volver a pasear por aquellas alamedas que un día juramos levantar para que nuestras hijas y nuestros hijos, sus amigos y los nuestros, pudieran respirar ese aire de libertad que a nosotros, y a ti en especial, nos hurtaron. Entonces, habremos concluido la última estrofa de esa canción tan hermosa y habré conocido, por fin, los detalles de tu sueño.
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Ares dice que la manifestación por los presos quiere reivindicar soluciones colectivas que no tienen ninguna posibilidad
El consejero de Interior de Lakua ha pedido a la izquierda abertzale que realice reclamaciones "viables" y aborde una política realista que no cree "frustraciones".
En declaraciones a Europa Press, Rodolfo Ares ha afirmado que la manifestación de mañana en defensa de los derechos de los presos políticos vascos "pretende aglutinar" a todo el mundo de la izquierda abertzale "en una reivindicación de soluciones colectivas o amnistías" que no son posibles.
En este sentido, ha considerado que se trata más de "una instrumentalización" que una movilización "que pueda contribuir a avanzar en una política viable y en una serie de medidas razonables y ajustadas al ordenamiento jurídico".
Para el responsable de Interior de Lakua, "hay que dejar claro que no va a haber aministía, y que no va a haber excarcelaciones masivas".
"Los presos tendrán que cumplir su condena. En todo caso, si lo solicitan individualmente, podrán acogerse a beneficios penitenciarios y recorrer el camino de la reinserción", ha destacado.
En este sentido, ha reiterado que "nadie piense que va a haber excarcelaciones masivas ni amnistías porque, ni está previsto ni permitido" en la actual legislación. "En todo caso, lo que debería hacerse es dejar claro estas cosas para que no se produzcan frustraciones en ese mundo una vez más, y abordar una política realista, viable, como la que defendemos desde el Gobierno vasco", ha subrayado.
A su juicio, "es evidente" que la izquierda abertzale pretende, con la marcha, "una demostración de fuerza para seguir manteniendo sus reivindicaciones".
En este sentido, ha emplazado a la izquierda abertzale a que "sus reivindicaciones se ajusten a medidas o decisiones que sean viables, y no a las que ellos mismos saben que no son posibles de adoptar, de acuerdo con la Ley".
Cumplimiento de la condena
Ares ha señalado que "estamos hablado de presos condenados o pendientes de juicio, por actividades terroristas, asesinatos o terribles atentados, o por dar apoyo o cobertura a una banda". "Se trata de presos terroristas, que tienen que cumplir su condena, y con una política más flexible y cumpliendo con la legislación, reinsertarse", ha indicado.
En cuanto a la reunión que tienen previsto mantener el lehendakari y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha señaladoo que la voluntad de Patxi López "es seguir desarrollando una política de máxima cooperación y de acuerdo amplios en la política a aplicar en Euskadi para hacer irreversible el final del terrorismo y para conseguir que ETA se disuelva y desaparezca".
GARA
El consejero de Interior de Lakua ha pedido a la izquierda abertzale que realice reclamaciones "viables" y aborde una política realista que no cree "frustraciones".
En declaraciones a Europa Press, Rodolfo Ares ha afirmado que la manifestación de mañana en defensa de los derechos de los presos políticos vascos "pretende aglutinar" a todo el mundo de la izquierda abertzale "en una reivindicación de soluciones colectivas o amnistías" que no son posibles.
En este sentido, ha considerado que se trata más de "una instrumentalización" que una movilización "que pueda contribuir a avanzar en una política viable y en una serie de medidas razonables y ajustadas al ordenamiento jurídico".
Para el responsable de Interior de Lakua, "hay que dejar claro que no va a haber aministía, y que no va a haber excarcelaciones masivas".
"Los presos tendrán que cumplir su condena. En todo caso, si lo solicitan individualmente, podrán acogerse a beneficios penitenciarios y recorrer el camino de la reinserción", ha destacado.
En este sentido, ha reiterado que "nadie piense que va a haber excarcelaciones masivas ni amnistías porque, ni está previsto ni permitido" en la actual legislación. "En todo caso, lo que debería hacerse es dejar claro estas cosas para que no se produzcan frustraciones en ese mundo una vez más, y abordar una política realista, viable, como la que defendemos desde el Gobierno vasco", ha subrayado.
A su juicio, "es evidente" que la izquierda abertzale pretende, con la marcha, "una demostración de fuerza para seguir manteniendo sus reivindicaciones".
En este sentido, ha emplazado a la izquierda abertzale a que "sus reivindicaciones se ajusten a medidas o decisiones que sean viables, y no a las que ellos mismos saben que no son posibles de adoptar, de acuerdo con la Ley".
Cumplimiento de la condena
Ares ha señalado que "estamos hablado de presos condenados o pendientes de juicio, por actividades terroristas, asesinatos o terribles atentados, o por dar apoyo o cobertura a una banda". "Se trata de presos terroristas, que tienen que cumplir su condena, y con una política más flexible y cumpliendo con la legislación, reinsertarse", ha indicado.
En cuanto a la reunión que tienen previsto mantener el lehendakari y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha señaladoo que la voluntad de Patxi López "es seguir desarrollando una política de máxima cooperación y de acuerdo amplios en la política a aplicar en Euskadi para hacer irreversible el final del terrorismo y para conseguir que ETA se disuelva y desaparezca".
GARA
Asterix M-L- Revolucionario/a
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PRESOS Y PROCESOS DE RESOLUCIÓN
«Salimos con la condición de que el IRA no rompiera su alto el fuego»
Pat Sheehan, expreso y diputado republicano, hace un somero repaso en la entrevista que hoy publica GARA sobre las condiciones que hicieron posible que las cárceles se vaciaran de presos merced a los Acuerdos de Viernes Santo (1998)
Pat Sheehan
Expreso republicano y diputado de Sinn Féin
Nacido en Belfast, Pat Sheehan entró por vez primera en prisión con 19 años y, tras completar, en dos etapas, 15 años de privación de libertad, salió en 1998 merced a los Acuerdos de Viernes Santo, que marcaron el principio del fin de la campaña militar del IRA –en alto el fuego desde 1994, su abandono definitivo no llegó hasta 2005– y también de la política de apartheid hacia la comunidad republicana. En la entrevista aporta detalles sobre la excarcelación de presos y la reparación a las víctimas.
Pat Sheehan fue la persona que sustituyó en su escaño a Gerry Adams y, tras renovar su cargo el año pasado en las urnas, forma parte de un grupo parlamentario integrado en un cincuenta por ciento por antiguos prisioneros. Padre de un hijo de 12 años «que podrá crecer sin sufrir la discriminación ni a los militares en las calles», Sheehan evoca capítulos hasta ahora no revelados sobre la salida de los presos, aunque reconoce que «no ha sido fácil» responder a algunas de nuestras preguntas.----------------------------------------------------------------------------------------
Transcurrida una década desde su liberación, ¿cuál es su perspectiva sobre el papel jugado por los prisioneros?
Esta perspectiva me confirma en dos consideraciones que hacíamos entonces y se han demostrado acertadas: la primera es que la salida de los presos es imprescindible para afianzar el proceso, y la segunda es que la decisión en esta materia debe ser asumida por el movimiento político y no por los presos.
En Irlanda no hubo una amnistía, sino una excarcelación paulatina basada en el análisis de la situación concreta de cada preso. ¿Planteó problemas ese esquema de trabajo?
En general no, aunque hubo presos que no estuvieron de acuerdo, no tanto con la modalidad de excarcelación como con el proceso de paz en su conjunto. Una parte de los presos no estaba de acuerdo con el proceso y fue necesaria una profunda labor de convencimiento.
¿El hecho de que los presos republicanos estuvieran agrupados facilitó esa labor?
Creo que hubiera sido mucho más difícil hacer ese camino con los presos lejos de casa y separados en distintas cárceles. El que estuviéramos en Long Kesh y gozáramos de libertad para organizar nuestra vida cotidiana en la prisión fue fundamental, y favoreció al mismo tiempo a que pudiéramos nutrirnos de las opiniones del exterior.
Recibieron visitas de personalidades como la ya fallecida secretaria de Estado británica para Irlanda del Norte, Mo Mowlan. ¿Hubo quizás otros contactos de alto nivel que no fueron tan publicitados?
Yo remarcaría, por su importancia, la visita de un representante gubernamental del ANC sudafricano al que Londres autorizó a entrevistarse con nosotros para transmitirnos la experiencia de su país sobre la salida de los presos en el marco de un proceso de solución. Eso es algo en lo que quiero insistir: nosotros no negociamos nuestra liberación, eso hubiera sido un error, porque habría focalizado en nosotros el proceso. Nuestra decisión fue buena porque asentó la percepción de la sociedad, y en todas las partes en el conflicto, de que no podía avanzarse con presos en las cárceles. Por otra parte, creo que la dirección política acertó al abordar esta cuestión con un criterio práctico, dando prioridad al proceso y sin generar expectativas excesivas sobre nuestra liberación.
La liberación de los presos no fue inmediata...
El IRA proclamó el alto el fuego en 1994 y hasta firmados los Acuerdos de Viernes Santo, en 1998, no empezaron a salir los presos. Esos cuatro años, con un proceso en marcha en la calle, se hacen muy largos en prisión.
Una comisión independiente fue la encargada de determinar el calendario de excarcelación. ¿Cómo actuó esa instancia?
La comisión, presidida por el sudafricano Brian Currin, examinó cada caso y decidió qué presos y cuándo debían ser liberados. Los presos que tenían cumplido un tercio de la condena fueron los primeros en poder solicitar la libertad a la comisión, y solo más tarde se decidió que todos los presos serían excarcelados en un plazo máximo de dos años.
Salieron en libertad condicional. ¿Planteó ello problemas en el colectivo de presos?
No hubo problemas mayores porque esa comisión independiente garantizó que no habría discriminaciones.
¿Debieron asumir ustedes otro tipo de condiciones, relativas a la lucha que les llevó a prisión, para poder salir en libertad?
Debimos firmar un documento que decía que éramos miembros de una organización armada que estaba en alto el fuego y que, por ello, nuestra libertad se condicionaba a que esa organización no volviera a la campaña militar. Por lo tanto los presos podían ser devueltos a la cárcel si el IRA rompía el alto el fuego. Eso, de hecho, ha ocurrido en unos pocos casos. Hoy hay unos pocos presos en las cárceles, que están en contra del proceso de paz, pero para los que pedimos igualmente un trato penitenciario digno y respetuoso.
¿Es difícil dejar a un lado la demanda de amnistía?
No cuando se hace una lectura certera de la situación y se comprenden varias cosas. Una, que la legislación y las instituciones internacionales, como la ONU, denostan hoy las medidas de amnistía porque han servido en el pasado para echar tierra sobre crímenes de guerra. Y dos, que los británicos no estaban preparados para asumir una salida colectiva de los presos.
¿Sintieron miedo de perder su identidad como colectivo?
El proceso individualizado no causó demasiados problemas, ya que teníamos la garantía de que esa comisión independiente decidía sobre el colectivo, aunque actuara caso a caso.
«Hoy sabemos que podemos avanzar juntos pese a no estar de acuerdo sobre el pasado»
Uno de los motores de los Acuerdos de Viernes Santo fue el valor de la igualdad. ¿La actual crisis económica puede abocar indirectamente a retrocesos?
La igualdad es la esencia de ese compromiso. La crisis global se hace sentir en nuestro país, por más que la Asamblea de Stormont se emplee a fondo para preservar a los más débiles de los obligados recortes. No disponemos de política fiscal autónoma. Eso es un hándicap, pero la justicia es la prioridad con mayúsculas para Sinn Féin.
¿El hecho de compartir tareas políticas con el unionismo ha permitido avanzar en la sensibilización sobre las víctimas?
Sigue imperando una jerarquización de las víctimas. Arriba están las causadas por el IRA y abajo las causadas por el Estado. Reclamamos una comisión internacional de la verdad que no solo mire a víctimas individuales sino a las causas del conflicto y a los factores que llevaron a su alargamiento. Londres no quiere esa comisión, lo que ha obligado a llevar a cabo iniciativas independientes –Bloody Sunday, muerte de civiles en una marcha por derechos civiles...–. Se han dado avances, pero el hecho de que no haya una comisión impide dar la dimensión real sobre lo hecho por el Ejército y sobre la guerra sucia llevada a cabo por los paramilitares lealistas en Irlanda.
Pese a esa actitud estatal, ¿sigue siendo importante para avanzar el reconocimiento del dolor causado?
Absolutamente. El IRA reconoció el daño causado a las víctimas. Ha declarado incluso su disposición a dar datos sobre acciones, pero el hecho de que no haya una comisión independiente que proteja esos testimonios dificulta las cosas.
¿Hay pasos discretos?
El IRA ha adoptado ya iniciativas para permitir a familias de personas a las que mató y luego hizo desaparecer recuperar sus restos y enterrarlos dignamente.
Recordando las palabras de su compañero de prisión Bobby Sands, ¿sus hijos tienen hoy razones para sonreír?
Crecí con 30.000 soldados en las calles y en una comunidad enjaulada. Mi hijo no ha conocido la discriminación ni será, como era yo, un ciudadano de segunda. Ha habido un cambio profundo, de paisaje y de mentalidad.
Fuente: http://gara.net/paperezkoa/20120107/313863/es/Salimos-condicion-que-IRA-no-rompiera-su-alto-fuego
txegobi- Gran camarada
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Tovaritx escribió:Joder, ya podrían actualizar la lista de los atxikimenduz en kolosalaizangoda.info
Que razón llevas. El PCPE-CJC GKK-EK nos hemos adherido hace 2 semanas y seguimos esperando...
Argala- Miembro del Soviet
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110.000 personas dan un gran paso que acerca a los presos a casa
Una colosal marea inundó ayer el centro de Bilbo para exigir a los ejecutivos de Madrid y París que respeten los «derechos más elementales» de las personas presas y exiliadas a consecuencia del conflicto político que vive Euskal Herria. Todas las previsiones de Egin Dezagun Bidea se desbordaron convirtiendo la movilización -al menos 110.000 participantes según los cálculos de GARA- en la más numerosa de las que se recuerdan en más de una década.
Tardará mucho tiempo en olvidarse la estampa vista y vivida ayer a la tarde en las calles de Bilbo, desbordadas por una colosal marea de ciudadanos vascos y personas venidas de otros lugares del mundo dispuestas a reivindicar el respeto de los derechos más elementales de los represaliados políticos.
En la intervención final, Jon Garai -en nombre de las 15.000 personas y centenares de agentes que impulsaron la iniciativa Egin Dezagun Bidea- fue meridianamente claro: «Ya no hay excusas. No caben más demoras. A partir de mañana, la sociedad vasca no espera otro escenario que no sea aquel en el que desaparezcan las crueles medidas de excepción que se aplican a los presos vascos, cerrando así una etapa gris, para abrir la puerta a un nuevo tiempo que nos lleve a una situación de libertad y de derechos para todas y todos, a una situación de paz definitiva sin presos ni exiliados».
Era uno de los mensajes transmitidos al final de la multitudinaria marcha desde la balconada de la Casa Consistorial bilbaína, a las decenas de miles de personas que se agolpaban en su entorno y a las otras decenas de miles que ocupaban el trayecto desde La Casilla y las calles adyacentes, inundando el centro del Botxo al grito de «Euskal presoak etxera».
Hora y media antes de la hora fijada para el inicio de la marcha, todo aventuraba a que la movilización de ayer iba a ser colosal, tal y como los propios organizadores habían ido anunciando en los días previos. A Bilbo habían llegado desde la mañana miles de personas dispuestas a participar en la manifestación y con el paso del tiempo esa previsión se materializó e incluso se desbordó aunque controlada por una eficiente organización de Egin Dezagun Bidea.
Los miles y miles de mujeres y hombres dispuestos a sumarse a la marcha se vieron sorprendidos por el imponente despliegue de la Ertzaintza, con decenas de furgonetas y agentes pertrechados con material antidisturbios. No sucedió nada, a pesar de que en algunos instantes los policías a las órdenes de Rodolfo Ares llevaron a cabo algunas maniobras provocadoras.
Cinco hileras interminables
El objetivo de los reunidos era otro y así quedó demostrado. Los primeros, los familiares de los cientos de represaliados políticos que dejaron sus visitas por la geografía carcelaria española y francesa para estar al frente de la manifestación en cinco interminables hileras que hacían estremecer a muchos de quienes les vieron pasar, mientras otros aplaudían y comenzaban a corear el repetido «Euskal presoak etxera».
Al comenzar a enfilar la calle Autonomía desde su confluencia con Gordoniz, tan solo se percibía entre la marea humana el ulular de los furgones de la Brigada Móvil de la Ertzaintza y unos metros detrás siete vehículos de la iniciativa Miretxin Gidariak, que se encargan semana tras semana de acercar a los familiares y amigos de los presos a las visitas.
Las cinco hileras de familiares, con igual número de quinqués a la cabeza, comenzaban la tortuosa marcha por una de las principales arterias de la capital vizcaína atestada. A los pocos minutos, cuando aún no se veía la pancarta de cabeza, miles de personas organizaron instintivamente columnas de manifestantes evitando la saturación. Cámaras y fotógrafos de prensa trasladaban la sensación de que no había elemento óptico capaz de captar a la muchedumbre.
Quienes también optaron por la huida del recorrido a la altura de Alameda Rekalde fueron los vehículos policiales, lo que fue saludado por muchos al dejar un poco más de espacio vital que ocupar.
La pancarta de la convocatoria con el lema «Eskubide guztiekin euskal presoak Euskal Herrira. Repatriate all Basque Prisoners» seguía a los cientos de familiares, portada por los cantantes Fermin Muguruza e Ines Osinaga, la bertsolari Alaia Martín, el actor Gotzon Sánchez, la exjugadora del Athletic Eba Ferreira, Idoia Muruaga, compañera de Igor Angulo, preso muerto en la cárcel de Cuenca, los exprisioneros vascos Joxe Mari Sagardui, Sotero Etxandi y Manu Ugartemendia, y el irlandés y diputado de Sinn Féin Pat Sheehan, y los miembros de Egin Dezagun Bidea Nagore García y Jon Garai.
Detrás, una amplia representación política, sindical e institucional con Maribi Ugarteburu, Txelui Moreno, Pernando Barrena, Rufi Etxeberria y Tasio Erkizia, de la izquierda abertzale; Pello Urizar, Unai Ziarreta y Maiorga Ramírez, de EA; Patxi Zabaleta, Rebeka Ubera y Dani Maeztu, de Aralar; Oskar Matute, de Alternatiba; Mertxe Colina, de AB; Joxe Iriarte Bikila, de Gorripidea; carlistas de EKA... No faltaron diputados y senadores de Amaiur como Xabier Mikel Errekondo, Iñaki Antigüedad, Sabino Cuadra, Urko Aiartza y Alberto Unamunzaga, junto al diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano.
Desde Catalunya llegaron delegaciones de ERC, con su diputado en Madrid Joan Tardà y la responsable de Relaciones Internacionales, Elisabet Nebreda; y de SI, con su presidente, Toni Strubell, y su secretario general, Uriel Bertran, al frente. Además, comités de solidaridad con la causa vasca desde Madrid, Aragón, Asturias, Castilla, Galicia y el Estado francés acudieron a la capital vizcaína, siendo saludada su llegada en comitiva.
También estaban Txiki Muñoz, secretario general de ELA, encabezando la delegación de esta central, mientras Ainhoa Etxaide lo hacía en la de LAB, departiendo con representantes de otros sindicatos como STEE-EILAS, Hiru, ESK y EHNE, o el integrante de CCOO Jesús Uzkudun, con la amplísima nómina de personas de la cultura, la educación o el deporte que apoyaban la convocatoria de ayer.
A lo largo de la marcha no dejaron de corearse consignas como «Presoak kalera amnistia osoa», «Errefuxiatuek Euskadin bizi behar dute», «Independentzia» o «Euskal presoak etxera», siendo visibles las pancartas en las que se recordaba la situación de los prisioneros enfermos.
La dimensión de la manifestación fue aún más nítida al llegar la cabeza a Zabalburu y encontrarse con que la plaza y las calles aledañas estaban colapsadas, situación que se mantuvo hasta que la comitiva de familiares alcanzó el Ayuntamiento. No cabía un alfiler y Beñat Zarrabeitia, emocionado, pidió a los asistentes que tratasen de ocupar el mayor espacio posible para que las decenas de miles que venían por detrás pudiesen moverse.
Dos estremecedores irrintzis dieron paso a la bertsolari Alaia Martín y a la intervención de Jon Garai e Inés Osinaga, en nombre de Egin Dezagun Bidea, que pidieron en principio un aplauso para el sacrificio de los familiares de los represaliados, al no haber acudido a las cárceles a visitarles para estar en Bilbo, y a todos los que hicieron realidad el lema de «colosal».
«Mayoría abrumadora»
Garai subrayó que quedaba de manifiesto que hay una «mayoría abrumadora de un pueblo que reclama el respeto a los derechos más elementales de las personas vascas que a consecuencia del conflicto político que a día de hoy sigue sin resolverse se encuentran presas o exiliadas». También, añadió Osinaga, que piden a los gobiernos español y francés que den pasos en la resolución del conflicto, primero respetando los derechos más elementales de los represaliados políticos.
«Que pongan fin a esta política penitenciaria anclada en criterios de venganza y represión» y que se aborde «de manera positiva el proceso para una solución definitiva al conflicto, abriendo las puertas al regreso de todas y todos los presos y exiliados vascos».
Tras esta última movilización sin precedentes, desde Egin Dezagun Bidea insistieron en que los responsables de Madrid y París deben dar pasos. Los primeros, enumeró la cantante de Gose, terminar con la política de dispersión y traer a Euskal Herria «a los presos vascos con todos sus derechos».
Asimismo, reiteraron la exigencia mayoritaria de que se derogue la doctrina 197/2006 y con ella desaparezca la cadena perpetúa con la que se castiga a decenas de prisioneros.
Además, exigieron la inmediata puesta en libertad de los presos que padecen enfermedades graves o incurables y la excarcelación de quienes han cumplido las dos terceras partes o las tres cuartas partes de la condena, y en el caso del Estado francés que se aplique la libertad condicional.
«Sabemos que el camino será fructífero, pero también será largo y requerirá de grandes esfuerzos y amplios compromisos», confesaron. «Hoy aquí hemos marcado un hito -resaltaron-, que sin duda nos refuerza y nos da un fuerte impulso para seguir recorriendo esta senda. Es por ello que debemos seguir trabajando a partir de mañana en pueblos, barrios y ciudades, generando nuevas situaciones que hagan cambiar las cosas».
Una jornada festiva y reivindicativa entristecida por la muerte repetina de un manifestante de Orereta
Bilbo vivió ayer una jornada festiva y reivindicativa en defensa de los derechos de los represaliados políticos vascos, que supuso el colofón a meses de trabajo en pueblos y ciudades de Euskal Herria. Un bonito broche final a una campaña repleta de compromiso que se vio empañada por la muerte repentina a primera hora de la noche de un vecino de Errenteria, Fausto Ansa, que había acudido a la marcha de Egin Dezagun Bidea y que se sintió indispuesto cuando se dirigía a coger el autobús en el parque Etxebarria para retornar a su domicilio. Desde la organización se solidarizaron con la familia y sus allegados.
La aglomeración en los accesos a Bilbo era patente ya desde media mañana. Así, a las 11.30 se registraban potentes colas en el peaje de la A-8 de Iurreta, donde confluían quienes acudían a la manifestación y quienes regresaban a casa tras las vacaciones navideñas. Además, justo a la salida la Ertzaintza tenía instalado un control y aparentemente apuntaba las matrículas de todos los vehículos que pasaban, además de hacer parar a algunos de ellos. Más cerca de la capital, en el túnel de Malmasín también se registraban fuertes retenciones.
Por lo demás, no hacía falta llegar hasta Bilbo para constatar las muestras de apoyo a los presos. Así, en todos los túneles de la parte vizcaína de esta A-8 había pancartas con un mismo lema: «Amnistia, askatasuna».
El ambiente en el Casco Viejo para el mediodía aventuraba una gran movilización social y los establecimientos hosteleros estaban a rebosar, creándose colas en muchos restaurantes del Casco Viejo, Indautxu, Bilbao la Vieja y San Francisco para comer un menú. Algunos se vieron obligados a comer un bocadillo o unos pintxos.
Desde Zazpi Katu Gaztetxea trataron de poner su granito de arena, organizando una kalejira y una posterior marcha hasta La Casilla. También lo hicieron los numerosos ciudadanos de Aragón, Països Catalans, Andalucía, Galicia, Madrid y Asturias, que fueron recibidos con aplausos en la misma calle Autonomía, como el apoyo que recabaron los solidarios con los presos que realizaron un gran mural en la pared de la estación de Abando y los que encendieron bengalas en el puente del Ayuntamiento.
Tampoco faltó espacio para la reivindicación a la altura de la sede del BBVA, en la Plaza Circular, donde se reivindicó la readmisión de un trabajador despedido por motivos políticos en esa entidad, la solidaridad con el joven gasteiztarra Ekaitz Samaniego o la vuelta de los presos navarros a su tierra.
Fue una jornada y una movilización en la que el mundo de la música, de la cultura en general, aportó lo suyo con las dos canciones interpretadas por el incombustible Fermin Muguruza -"Gora Herria" y "Hator, hator"-, acompañado de Iñigo Muruguza, Xabi Solano, DZ (Zigor) y Jon Tron, con las que hicieron bailar a las decenas de miles de personas que marchaban aún por las calles de Bilbo o presenciaban el acto final en la Plaza Ernesto Erkoreka, a la vez que reivindicaban la vuelta de presos y exiliados, de hombres y mujeres represaliados por motivos del conflicto político que vive el país, a Euskal Herria, a sus casas, junto a los suyos.
GARA
Una colosal marea inundó ayer el centro de Bilbo para exigir a los ejecutivos de Madrid y París que respeten los «derechos más elementales» de las personas presas y exiliadas a consecuencia del conflicto político que vive Euskal Herria. Todas las previsiones de Egin Dezagun Bidea se desbordaron convirtiendo la movilización -al menos 110.000 participantes según los cálculos de GARA- en la más numerosa de las que se recuerdan en más de una década.
Tardará mucho tiempo en olvidarse la estampa vista y vivida ayer a la tarde en las calles de Bilbo, desbordadas por una colosal marea de ciudadanos vascos y personas venidas de otros lugares del mundo dispuestas a reivindicar el respeto de los derechos más elementales de los represaliados políticos.
En la intervención final, Jon Garai -en nombre de las 15.000 personas y centenares de agentes que impulsaron la iniciativa Egin Dezagun Bidea- fue meridianamente claro: «Ya no hay excusas. No caben más demoras. A partir de mañana, la sociedad vasca no espera otro escenario que no sea aquel en el que desaparezcan las crueles medidas de excepción que se aplican a los presos vascos, cerrando así una etapa gris, para abrir la puerta a un nuevo tiempo que nos lleve a una situación de libertad y de derechos para todas y todos, a una situación de paz definitiva sin presos ni exiliados».
Era uno de los mensajes transmitidos al final de la multitudinaria marcha desde la balconada de la Casa Consistorial bilbaína, a las decenas de miles de personas que se agolpaban en su entorno y a las otras decenas de miles que ocupaban el trayecto desde La Casilla y las calles adyacentes, inundando el centro del Botxo al grito de «Euskal presoak etxera».
Hora y media antes de la hora fijada para el inicio de la marcha, todo aventuraba a que la movilización de ayer iba a ser colosal, tal y como los propios organizadores habían ido anunciando en los días previos. A Bilbo habían llegado desde la mañana miles de personas dispuestas a participar en la manifestación y con el paso del tiempo esa previsión se materializó e incluso se desbordó aunque controlada por una eficiente organización de Egin Dezagun Bidea.
Los miles y miles de mujeres y hombres dispuestos a sumarse a la marcha se vieron sorprendidos por el imponente despliegue de la Ertzaintza, con decenas de furgonetas y agentes pertrechados con material antidisturbios. No sucedió nada, a pesar de que en algunos instantes los policías a las órdenes de Rodolfo Ares llevaron a cabo algunas maniobras provocadoras.
Cinco hileras interminables
El objetivo de los reunidos era otro y así quedó demostrado. Los primeros, los familiares de los cientos de represaliados políticos que dejaron sus visitas por la geografía carcelaria española y francesa para estar al frente de la manifestación en cinco interminables hileras que hacían estremecer a muchos de quienes les vieron pasar, mientras otros aplaudían y comenzaban a corear el repetido «Euskal presoak etxera».
Al comenzar a enfilar la calle Autonomía desde su confluencia con Gordoniz, tan solo se percibía entre la marea humana el ulular de los furgones de la Brigada Móvil de la Ertzaintza y unos metros detrás siete vehículos de la iniciativa Miretxin Gidariak, que se encargan semana tras semana de acercar a los familiares y amigos de los presos a las visitas.
Las cinco hileras de familiares, con igual número de quinqués a la cabeza, comenzaban la tortuosa marcha por una de las principales arterias de la capital vizcaína atestada. A los pocos minutos, cuando aún no se veía la pancarta de cabeza, miles de personas organizaron instintivamente columnas de manifestantes evitando la saturación. Cámaras y fotógrafos de prensa trasladaban la sensación de que no había elemento óptico capaz de captar a la muchedumbre.
Quienes también optaron por la huida del recorrido a la altura de Alameda Rekalde fueron los vehículos policiales, lo que fue saludado por muchos al dejar un poco más de espacio vital que ocupar.
La pancarta de la convocatoria con el lema «Eskubide guztiekin euskal presoak Euskal Herrira. Repatriate all Basque Prisoners» seguía a los cientos de familiares, portada por los cantantes Fermin Muguruza e Ines Osinaga, la bertsolari Alaia Martín, el actor Gotzon Sánchez, la exjugadora del Athletic Eba Ferreira, Idoia Muruaga, compañera de Igor Angulo, preso muerto en la cárcel de Cuenca, los exprisioneros vascos Joxe Mari Sagardui, Sotero Etxandi y Manu Ugartemendia, y el irlandés y diputado de Sinn Féin Pat Sheehan, y los miembros de Egin Dezagun Bidea Nagore García y Jon Garai.
Detrás, una amplia representación política, sindical e institucional con Maribi Ugarteburu, Txelui Moreno, Pernando Barrena, Rufi Etxeberria y Tasio Erkizia, de la izquierda abertzale; Pello Urizar, Unai Ziarreta y Maiorga Ramírez, de EA; Patxi Zabaleta, Rebeka Ubera y Dani Maeztu, de Aralar; Oskar Matute, de Alternatiba; Mertxe Colina, de AB; Joxe Iriarte Bikila, de Gorripidea; carlistas de EKA... No faltaron diputados y senadores de Amaiur como Xabier Mikel Errekondo, Iñaki Antigüedad, Sabino Cuadra, Urko Aiartza y Alberto Unamunzaga, junto al diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano.
Desde Catalunya llegaron delegaciones de ERC, con su diputado en Madrid Joan Tardà y la responsable de Relaciones Internacionales, Elisabet Nebreda; y de SI, con su presidente, Toni Strubell, y su secretario general, Uriel Bertran, al frente. Además, comités de solidaridad con la causa vasca desde Madrid, Aragón, Asturias, Castilla, Galicia y el Estado francés acudieron a la capital vizcaína, siendo saludada su llegada en comitiva.
También estaban Txiki Muñoz, secretario general de ELA, encabezando la delegación de esta central, mientras Ainhoa Etxaide lo hacía en la de LAB, departiendo con representantes de otros sindicatos como STEE-EILAS, Hiru, ESK y EHNE, o el integrante de CCOO Jesús Uzkudun, con la amplísima nómina de personas de la cultura, la educación o el deporte que apoyaban la convocatoria de ayer.
A lo largo de la marcha no dejaron de corearse consignas como «Presoak kalera amnistia osoa», «Errefuxiatuek Euskadin bizi behar dute», «Independentzia» o «Euskal presoak etxera», siendo visibles las pancartas en las que se recordaba la situación de los prisioneros enfermos.
La dimensión de la manifestación fue aún más nítida al llegar la cabeza a Zabalburu y encontrarse con que la plaza y las calles aledañas estaban colapsadas, situación que se mantuvo hasta que la comitiva de familiares alcanzó el Ayuntamiento. No cabía un alfiler y Beñat Zarrabeitia, emocionado, pidió a los asistentes que tratasen de ocupar el mayor espacio posible para que las decenas de miles que venían por detrás pudiesen moverse.
Dos estremecedores irrintzis dieron paso a la bertsolari Alaia Martín y a la intervención de Jon Garai e Inés Osinaga, en nombre de Egin Dezagun Bidea, que pidieron en principio un aplauso para el sacrificio de los familiares de los represaliados, al no haber acudido a las cárceles a visitarles para estar en Bilbo, y a todos los que hicieron realidad el lema de «colosal».
«Mayoría abrumadora»
Garai subrayó que quedaba de manifiesto que hay una «mayoría abrumadora de un pueblo que reclama el respeto a los derechos más elementales de las personas vascas que a consecuencia del conflicto político que a día de hoy sigue sin resolverse se encuentran presas o exiliadas». También, añadió Osinaga, que piden a los gobiernos español y francés que den pasos en la resolución del conflicto, primero respetando los derechos más elementales de los represaliados políticos.
«Que pongan fin a esta política penitenciaria anclada en criterios de venganza y represión» y que se aborde «de manera positiva el proceso para una solución definitiva al conflicto, abriendo las puertas al regreso de todas y todos los presos y exiliados vascos».
Tras esta última movilización sin precedentes, desde Egin Dezagun Bidea insistieron en que los responsables de Madrid y París deben dar pasos. Los primeros, enumeró la cantante de Gose, terminar con la política de dispersión y traer a Euskal Herria «a los presos vascos con todos sus derechos».
Asimismo, reiteraron la exigencia mayoritaria de que se derogue la doctrina 197/2006 y con ella desaparezca la cadena perpetúa con la que se castiga a decenas de prisioneros.
Además, exigieron la inmediata puesta en libertad de los presos que padecen enfermedades graves o incurables y la excarcelación de quienes han cumplido las dos terceras partes o las tres cuartas partes de la condena, y en el caso del Estado francés que se aplique la libertad condicional.
«Sabemos que el camino será fructífero, pero también será largo y requerirá de grandes esfuerzos y amplios compromisos», confesaron. «Hoy aquí hemos marcado un hito -resaltaron-, que sin duda nos refuerza y nos da un fuerte impulso para seguir recorriendo esta senda. Es por ello que debemos seguir trabajando a partir de mañana en pueblos, barrios y ciudades, generando nuevas situaciones que hagan cambiar las cosas».
Una jornada festiva y reivindicativa entristecida por la muerte repetina de un manifestante de Orereta
Bilbo vivió ayer una jornada festiva y reivindicativa en defensa de los derechos de los represaliados políticos vascos, que supuso el colofón a meses de trabajo en pueblos y ciudades de Euskal Herria. Un bonito broche final a una campaña repleta de compromiso que se vio empañada por la muerte repentina a primera hora de la noche de un vecino de Errenteria, Fausto Ansa, que había acudido a la marcha de Egin Dezagun Bidea y que se sintió indispuesto cuando se dirigía a coger el autobús en el parque Etxebarria para retornar a su domicilio. Desde la organización se solidarizaron con la familia y sus allegados.
La aglomeración en los accesos a Bilbo era patente ya desde media mañana. Así, a las 11.30 se registraban potentes colas en el peaje de la A-8 de Iurreta, donde confluían quienes acudían a la manifestación y quienes regresaban a casa tras las vacaciones navideñas. Además, justo a la salida la Ertzaintza tenía instalado un control y aparentemente apuntaba las matrículas de todos los vehículos que pasaban, además de hacer parar a algunos de ellos. Más cerca de la capital, en el túnel de Malmasín también se registraban fuertes retenciones.
Por lo demás, no hacía falta llegar hasta Bilbo para constatar las muestras de apoyo a los presos. Así, en todos los túneles de la parte vizcaína de esta A-8 había pancartas con un mismo lema: «Amnistia, askatasuna».
El ambiente en el Casco Viejo para el mediodía aventuraba una gran movilización social y los establecimientos hosteleros estaban a rebosar, creándose colas en muchos restaurantes del Casco Viejo, Indautxu, Bilbao la Vieja y San Francisco para comer un menú. Algunos se vieron obligados a comer un bocadillo o unos pintxos.
Desde Zazpi Katu Gaztetxea trataron de poner su granito de arena, organizando una kalejira y una posterior marcha hasta La Casilla. También lo hicieron los numerosos ciudadanos de Aragón, Països Catalans, Andalucía, Galicia, Madrid y Asturias, que fueron recibidos con aplausos en la misma calle Autonomía, como el apoyo que recabaron los solidarios con los presos que realizaron un gran mural en la pared de la estación de Abando y los que encendieron bengalas en el puente del Ayuntamiento.
Tampoco faltó espacio para la reivindicación a la altura de la sede del BBVA, en la Plaza Circular, donde se reivindicó la readmisión de un trabajador despedido por motivos políticos en esa entidad, la solidaridad con el joven gasteiztarra Ekaitz Samaniego o la vuelta de los presos navarros a su tierra.
Fue una jornada y una movilización en la que el mundo de la música, de la cultura en general, aportó lo suyo con las dos canciones interpretadas por el incombustible Fermin Muguruza -"Gora Herria" y "Hator, hator"-, acompañado de Iñigo Muruguza, Xabi Solano, DZ (Zigor) y Jon Tron, con las que hicieron bailar a las decenas de miles de personas que marchaban aún por las calles de Bilbo o presenciaban el acto final en la Plaza Ernesto Erkoreka, a la vez que reivindicaban la vuelta de presos y exiliados, de hombres y mujeres represaliados por motivos del conflicto político que vive el país, a Euskal Herria, a sus casas, junto a los suyos.
GARA
Argala- Miembro del Soviet
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Tasio en GARA (08-01-2012)
Habeas_Corpus- Miembro del Soviet
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5 hileras sólo? Ni de coña, 110.000? Imposible. Yo he estado, e ibamos somo sardinas en lata, imposible dar un paso normal, era paso de procesión. Más pegados no podíamos ir. Era más peña seguro.
Argala- Miembro del Soviet
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Asterix M-L- Revolucionario/a
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Última edición por Asterix M-L el Dom Ene 08, 2012 8:31 pm, editado 1 vez
camaradaallende- Comunista
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¡Dios, me acabo de enterar ahora! Todo mi apoyo para el pueblo vasco.
¡Amnistía! Gora Euskal Herria askatuta!
¡Amnistía! Gora Euskal Herria askatuta!
AliveRC- Revolucionario/a
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Ostia, enhorabuena al pueblo vasco. Joder, 100.000 personas o_o.
PD: Creo que Willy Toledo se manifestó también (vi que le llamaban etarra por Twitter xD)
PD: Creo que Willy Toledo se manifestó también (vi que le llamaban etarra por Twitter xD)
Asterix M-L- Revolucionario/a
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Willy Toledo, en la manifestación en favor del acercamiento de presos de ETA
Willy Toledo asisitó ayer a la marcha en Bilbao en favor de los presos de ETA encabezada por familiares de los miembros encarcelados que portaban pancartas para pedir el acercamiento aunque sin fotografías, como dictaminó el juez Grande-Marlaska para que la protesta no se disolviera. Su asistencia ha provocado que vuelva a ser tema del momento en Twitter con división de opiniones en torno a su persona. Toledo ya ha pedido en más de una ocasión la liberación de Arnaldo Otegui.
En la manifestación, además del actor, también se encuentraban otros rostros populares como la escritora Toti Martínez de Lezea, el músico Fermin Muguruza, el bertsolari y periodista Xabier Euskitze, el cantante de Reincidentes Fernando Madina y el de Soziedad Alkoholika Juan Aceña.
Willy Toledo también se ha mostrado muy activo en otros temas polémicos como el conflicto armado en el Sahara. Con respecto a este tema fue detenido en el Congreso de los Diputados por alterar el orden público.
Fuente: http://ocio.elnortedecastilla.es/famosos/willy-toledo-en-la-manifestacion-en-favor-del-acercamiento-de-presos-de-eta-08012012.html
nunca- Colaborador estrella
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No sé si Rajoy va a hacer alguna amnistía/indulto de algunos presos, pero teniendo en cuenta que ETA ha abandonado la actividad armada sería muy miserable no conceder al menos acercamientos a EH hasta para alguien del PP.
AskeTaLibre- Revolucionario/a
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Inmensa la manifestación de ayer, y los familiares de los presos, en hiladas, recibiendo aplausos, besos, abrazos, canticos y eskerrik askos, fue de verdad emotivo...
Si el Juez español ese y el fatxa de Ares se creian que por prohibir gritar no se qué y exhibir no sé qué fotos iba a ser menor el apoyo y agradecimiento a los familiares de los presos, desde luego, equivocados estaban.
Qué profundo desconocimiento de lo que somos los vascos !!! que sigan cagandola como hasta ahora...
Bueno, y lo de Fermin en el Ayuntamiento, y los irrintzis que ponian la piel de gallina sin comentarios
Si el Juez español ese y el fatxa de Ares se creian que por prohibir gritar no se qué y exhibir no sé qué fotos iba a ser menor el apoyo y agradecimiento a los familiares de los presos, desde luego, equivocados estaban.
Qué profundo desconocimiento de lo que somos los vascos !!! que sigan cagandola como hasta ahora...
Bueno, y lo de Fermin en el Ayuntamiento, y los irrintzis que ponian la piel de gallina sin comentarios
Argala- Miembro del Soviet
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Hubo quien ironizó sobre la pancarta más apropiada ante la censura judicial.
nunca- Colaborador estrella
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Argala escribió:Hubo quien ironizó sobre la pancarta más apropiada ante la censura judicial.
Jajajaja, , joder que buena. El problema que tiene esa pacarta es que Marlaska (sino me equivoco) es homosexual y se puede interepretar como un mensaje homófobo.
Argala- Miembro del Soviet
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Bueno, quien dice Marlaska dice Ares, Fachi Lopez, todo el departamento de Interior, o toda la Audiencia Nacional española... Cada cual luego que lea como prefiera.
Argala- Miembro del Soviet
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Valoración de la manifestación de Egin Dezagun Bidea
Argala- Miembro del Soviet
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Vídeo de GARA
Imágenes de la marcha
Vídeo de la manifestación:
Vídeo de la actuación de Fermin Muguruza al final de la manifestación
Imágenes del cariño internacionalista que traían desde otros pueblos.
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Vídeo de la actuación de Fermin Muguruza al final de la manifestación
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Tovaritx- Miembro del Soviet
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Increíble lo de la mani. Y también de risa todas la provocaciones que ha habido por ahí.
Argala ¿y el último vídeo? ¿Esos aldeanos "No-viajados" haters aplaudiendo pancartas donde pone "Madrid"? Que nos explique alguno de la peña Willy Fogg.
Argala ¿y el último vídeo? ¿Esos aldeanos "No-viajados" haters aplaudiendo pancartas donde pone "Madrid"? Que nos explique alguno de la peña Willy Fogg.
Argala- Miembro del Soviet
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Chapaev- Miembro del Soviet
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Cuando a Condolenza le preguntaron por los vuelos de la CIA, contesto ¿y qué?
Esta táctica el la que se gasta la burguesia en esta época.
Al loro.
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txegobi- Gran camarada
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Tovaritx escribió:Increíble lo de la mani. Y también de risa todas la provocaciones que ha habido por ahí.
Argala ¿y el último vídeo? ¿Esos aldeanos "No-viajados" haters aplaudiendo pancartas donde pone "Madrid"? Que nos explique alguno de la peña Willy Fogg.
¿Que pasó? Es que yo vi como que tiraban algo desde un piso en autonomía y luego la gente silbaba pero no vi nada más.
Tovaritx- Miembro del Soviet
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Pues que algún "héroe anónimo", "ciudadano ejemplar" de ideología democrática (pero de toda la vida, eh!!) echó zapatos, tetra-bricks y demás a los violentos totalitarios. Un zapato le dio a una mujer a tres metros de donde estaba yo.
Gracias a ese ejemplo cívico el País Vasco y España son hoy un poco más libres.
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