Arde la mineria: El carbón y el modelo europeo de austeridad y competitividadSe cumple un mes desde el inicio de la huelga indefinida en las explotaciones mineras de todo el país. ¿El motivo? Una reducción de casi un 60 por ciento en los presupuestos generales del Estado destinados al carbón El recorte afecta fundamentalmente a 175 millones de euros destinados a la financiación de infraestructuras para la producción de carbón También se pueden ver afectados otros 175 millones para subvencionar proyectos empresariales generadores de empleo y otros 40 destinados a becas de estudio y formación en las cuencas mineras entre otros . De esta forma, se pasa a una subvención de casi 700 millones a poco mas de 250.
La declaración de guerra del ejecutivo de Rajoy a la población de las cuencas mineras se suma a otras tantas que viene anunciando desde que consiguió mayoría absoluta en las Elecciones del pasado 20N y tiene continuidad con las emprendidas por el gobierno de Zapatero desde que se inicio la crisis. Los recortes en el presupuesto en palabras de los sindicatos supondrá el fin del sector y por añadidura la muerte de las zonas donde se asienta la producción del carbón pues el Ejecutivo no ha propuesto ninguna alternativa viable para recuperar las zonas mineras y sus puestos de trabajo.
La combatividad de la huelga minera ha ido creciendo conforme pasan los días. Los cortes de carreteras (¡hasta 60 cortes de carretera se han producido en un día!), los encierros en las minas, los enfrentamientos cada vez mas duros con la Guardia Civil han marcado el desarrollo del conflicto. El ministro del ramo, José Manuel Soria ha realizado llamadas al dialogo pero no ha cedido ni un ápice en las pretensiones del ejecutivo de ahogar a las cuencas mineras; por contra la solidaridad con la lucha de los mineros se extiende por todo el país, insuflando ánimos a otros sectores obreros golpeados por las políticas de ajuste y austeridad impuestas en tándem por la Unión Europea y el gobierno español.
La lucha se ha extendido al conjunto de los trabajadores de la cuencas mineras con la convocatoria de una Huelga General el pasado 18 de Junio. A su vez numerosos trabajadores y estudiantes del resto del Estado se han visto representados en la lucha minera y han mostrado su solidaridad a través de mensajes de ánimo , manifestaciones-concentraciones, o apoyo económico
A su vez en el año 2018 esta previsto según mandato de la Unión Europea el fin de las ayudas públicas a la producción de carbón, dentro de un plan general sobre energía donde también se pretende sustituir la producción de petroleo por el gas natural y las energías renovables. El fin de las ayudas llevará presumiblemente al fin de la producción del carbón autóctono pero en la actualidad el Estado español no ha desarrollado otras fuentes energéticas que compensen esta pérdida.
Para muchos jóvenes, la mina es la única salida laboral que han podido conseguir, su empleo es la única garantía de construir un futuro para ellos y los suyos. El ejecutivo con la reducción de subvenciones al carbón (las cuales cobra fundamentalmente el empresariado minero) ataca la viabilidad del carbón en España y por tanto miles de puestos de trabajo para los que no propone alternativa alguna.
La búsqueda de la competitividad de nuestra economía se basa fundamentalmente en la perdida de derechos y en la disminución de salario, en el despido masivo de trabajadores, o en el bloqueo a los jóvenes en el acceso al empleo.
La ruptura con esta economía y esta política y la construcción de una alternativa popular es una necesidad. Esta economía se preocupara por garantizar la producción para satisfacer nuestras necesidades energéticas, al tiempo que se invierte en hacer menos contaminante la energía producida (lo que exige en primer lugar producirla aquí producirla bajo control social) y en romper con unas políticas que priorizan el interés privado y lo anteponen al colectivo.
El carbón en el punto de mira de la Unión Europea
Desde los años 90 con la integración de España en la Unión Europea (UE), el carbón ha ido perdiendo peso en la economía española. Los trabajadores destinados a extraer el mineral se han reducido en mas de 30 mil desde entonces; el carbón nacional apenas representa una cuarta parte del carbón que nuestro país necesita para satisfacer nuestras necesidades energéticas, el resto lo importa de otros países. Por tanto España tiene un fuerte déficit energético que le lleva a importar el 80% de los combustibles necesarios para la producción energética.
La entrada en la Unión Europea supuso la perdida para nuestro país de fuertes sectores productivos estratégicos como son sectores de la siderurgia y en general gran parte de la industria pesada.
La producción de carbón como otros sectores de nuestra industria son estratégicos para garantizar nuestra soberanía económica pues sin esta debemos importar de otros países y por tanto estamos expuestos de forma mas abrupta a los vaivenes económicos (incluida la especulación para encarecer los precios de compra) mundiales. Además la importación de carbón de zonas tan alejadas como Oceanía, África o América encarece el coste y perjudica al medio ambiente
El modelo importador que actualmente utiliza España para aprovisionar el 80% de sus necesidades energéticas es un modelo que solo es sostenible dentro de una economía capitalista si allí donde se produce las condiciones de trabajo y vida de la clase obrera está fuertemente deterioradas lo que lo hace competitivo frente a un carbón producido a pocos kilómetros de donde se usa. A su vez este modelo importador obliga al reajuste en casa y por tanto a la reducción de condiciones de vida de los mineros españoles. En una competencia desenfrenada por rebajar el salario de los trabajadores.
Austeridad + competitividad = Paro y miseria
Las políticas de austeridad que con mano firme aplica la oligarquía europea en cada uno de los países que forman la zona euro ha provocado una autentica emergencia social en nuestro país 1 de cada 2 jóvenes nos encontramos en paro y de los que trabajan, 2 de cada 3 lo hace en empleos precarios. Gran parte de estos además lo hace en empleos por debajo de la calorificación profesional que ostentan. A su vez, nuestros padres se ven obligados a vivir del paro o en su defecto, a rebajar de forma alarmante sus salarios para conservar su empleo. El cierre de la oferta de empleo público y la eliminación de cualquier atisbo de política industrial nos cierra la puerta para conseguir un empleo fijo.
La oligarquía europea pretende ajustar a la baja los salarios de la mayoría trabajadora europea y sus pactos y negociaciones se hacen sentir de día en día en las familias trabajadoras.
En esta situación, cada vez mas jóvenes sentimos que las políticas de ajuste y austeridad solo nos traen paro y miseria. Son un ajuste de cuentas de la oligarquía patria con nuestra clase social para mejorar sus beneficios y colocarse en mejor posición en el reparto de las riquezas generadas por los trabajadores.
Una economía al servicio de las personas y el medio ambiente: Nuestra propuesta
Una economía en la cual mientras miles de familias se quedan sin sustento, las grandes empresas consiguen extraordinarios beneficios, es una economía anti social. En el caso del carbón, el fin de su extracción en España dejara miles de familias sin sustento y a miles de trabajadores excluidos del mercado laboral. Al mismo tiempo las grandes empresas energéticas como Endesa o Iberdrola ganan miles de millones de euros de beneficios cada año. Estas empresas son las que usan el carbón en nuestro país para conseguir la energía que llega cada día a nuestros hogares. Son además las que extraen del trabajo de los mineros las ganancias que reparten entres sus grandes accionistas.
La solución no vendrá simplemente de cambiar la producción de carbón por una producción de energías limpias Estas mismas grandes empresas controlan en España gran parte de la producción de energías limpias y entre 2009 y 2013 han decidido dejar de invertir cerca de 20 mil millones de euros en estas energías Por tanto no habrá alternativa viable si no hay una planificación por parte del Estado de las necesidades energéticas y cómo solventarlas; y para que esta planificación adopte una orientación social, para que no expulse a mas y mas trabajadores del mercado de trabajo tendrá que ser un Estado que represente los intereses de la mayor, por tanto un Estado completamente diferente al que actualmente sufrimos en nuestro país.
El caso del carbón al igual que el de la banca en estos meses de crisis, pone de relieve hasta qué punto el caos de la producción capitalista, los intereses de las corporaciones y la servidumbre de sus representantes políticos son perniciosos para el desarrollo económico, social y medioambiental de nuestros pueblos. Son, en definitiva, obstáculos que habrá que eliminar si de verdad queremos conquistar la justicia social y el bienestar para la gran mayoría que somos los trabajadores.
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