En particular estoy en contra de las inversiones extranjeras porque condicionan la economía nacional, y la supeditan a decisiones tomadas en las casas matrices en los países imperialistas.
Respecto al tipo de producción, la división internacional del trabajo, lleva a una fuerte dependencia, y a la imposibilidad de desarrollar circuitos productivos completos desde cualquier óptica "burguesa", o de libre mercado, entonces aquí se ensambla, en otros países se producen demás partes de la maquinaria a ensamblar, y se termina minando la posibilidad de desarrollar un tejido productivo serio. Además a la inviolabilidad de la propiedad privada, se le suma el peso de la defensa de las inversiones extranjeras por parte de las potencias imperialistas, por lo que se hace muy difícil cualquier intento de decisión soberano (desde la óptica nacional) como podría ser poner freno a la fuga de capital, a la desinversión, al desmantelamiento de empresas estratégicas (como ocurrió particularmente en Argentina).
En la primer etapa del imperialismo, la explotación del mismo a los países coloniales implicaba la introducción de determinados adelantos técnicos, y el desarrollo de infraestructura para obtener el máximo beneficio de la explotación y expoliación capitalista. Esto traía consigo un aumento de la dependencia respecto a la "metropoli" imperialista por parte del país semicolonial, así como también la introducción del capitalismo (por ende el desarrollo de la clase obrera). La potencia imperialista se quedaba con el control de las riendas de la economía nacional. Este proceso, tuvo ciertas reversiones con el surgimiento de algunos gobiernos que intentaron satisfacer las necesidades de las burguesías nacionales, que impulsaron el desarrollo industrial (en conveniencia muchas veces con el imperialismo) sustitutivo de importaciones por sobre todo. Sin embargo con el avance del neoliberalismo, se destruye este seudo tejido industrial formado, en función de los intereses del imperialismo, y se le da absoluto control de la economía al mismo. Es ahí cuando recibe un impulso muy fuerte el proceso de inversiones extranjeras (ya que se ha destruido practicamente la matriz industrial del país semicolonial). Este proceso muestra la debilidad de las burguesías nacionales -en general integradas al gran capital- de impulsar un desarrollo económico superador y la gran dependencia de las economías nacionales del capital imperialista.
Pero, además de lo que señalo, hay una gran mentira detrás de la necesidad de inversiones extranjeras para impulsar determinadas ramas productivas: en países como Argentina esto se evidencia cuando se inauguran fábricas, complejos productivos, grandes explotaciones (como podrían ser las mineras) realizadas con supuestas inversiones extranjeras, pero casi la totalidad de la inversión fue financiada por las arcas públicas (directa o indirectamente, ya que la totalidad de la inversión queda paga en muy poco tiempo con las ganancias obtenidas con la explotación del recurso o la actividad económica realizada), y el capital extranjero sin embargo se queda con el control de la empresa. Hace poco se inauguró un complejo siderúrgico aquí (en Santa Fé,
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] financiado con dinero del Estado, cuya explotación queda en manos de la empresa extranjera. Respecto al tema minero podríamos citar muchos ejemplos de "cuales son los beneficios" de la inversión extranjera en ese área, las ganancias exorbitantes que van a parar a manos de las multinacionales, y lo poco que queda en el país. Si el Estado quisiera, podría hacerse cargo de estas ramas de la economía obteniendo grandes beneficios y pudiendo impulsar un verdadero desarrollo productivo, pero no hay que olvidar que el Estado pertenece a una clase integrada al capital internacional y responde en función de ello.
Saludos