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    "La célula económica básica del capitalismo monopolista de Estado y la nueva reorganización de la producción internacional" - texto incluido en el libro El Crepúsculo de los Dioses, de Stefan Engel, Presidente del Partido Marxista Leninista de Alemania

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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Sáb Feb 02, 2013 3:02 pm

    LA CÉLULA ECONÓMICA BÁSICA DEL CAPITALISMO MONOPOLISTA DE ESTADO Y LA NUEVA REORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN INTERNACIONAL

    publicado en el blog Forumarxista en diciembre de 2012

    texto incluido en la obra intitulada El Crepúsculo de los Dioses, escrita por el publicista Stefan Engel, Presidente del Partido Marxista Leninista de Alemania (MLPD), de sesgo pro-albanés.

    En el texto (dos apartados del II capítulo de su libro), se habla de los componentes identificatorios del Imperialismo en su estadio final, como Capitalismo Monopolista de Estado; a la vez, sus leyes económicas específicas y logra fundamentar perfectamente su destino final sujeto a sus contradicciones económicas y a la lucha revolucionaria de clase del proletariado internacional.

    se publica en el Foro en dos mensajes

    4. La nueva organización de la producción internacional
    Los Estados nacionales organizan las relaciones de producción de su país en un mercado unitario, con una moneda única y una estructura de precios homogénea, con normas de producción unificadas y bajo leyes laborales y de negociación colectiva así como con una jurisdicción homogéneas. El capitalismo monopolista de Estado es la forma más alta de la organización estatal-nacional del capitalismo. En el transcurso de varias décadas se han desarrollado características esenciales, las que fueron examinadas y generalizadas en diversos números de la serie REVOLUTIONÄRER WEG:
    1. La fuerza motriz decisiva del desarrollo social del capitalismo monopolista de Estado es el apremio de obtener ganancias máximas.
    2. El Estado, tanto en la política interior como en la exterior, impone los intereses de los monopolios y representa los intereses de toda la clase capitalista sólo en la lucha de clases contra la clase obrera.
    3. El gobierno respectivo es el comité gestor de los monopolios y asegura su poder único sobre la sociedad entera.
    Los órganos del gobierno se han fundido con los órganos de las asociaciones empresariales dirigidas por los monopolios.
    4. El Estado, por encargo de los monopolios, ejerce la decisiva función de la regulación económica, la que desde mediados de los años 1970 ha adquirido cada vez más el carácter de una gestión general de crisis.
    5. El ciclo de la crisis en el capitalismo monopolista de Estado se ha modificado. Como las contradicciones en el proceso de reproducción son mantenidas artificialmente bajo tensión mediante la regulación estatal, una fase de están estancamiento fluctuante precede a las crisis de superproducción, ocupando el lugar del auge económico.
    6. La fusión del gobierno con el complejo militar-industrial les regala a los monopolios ganancias máximas garantizadas por el Estado y asegura sus intereses políticos de poder hacia el interior y el exterior. El resultado es una militarización de la sociedad entera.
    7. La redistribución estatal de la nueva riqueza social en beneficio de los monopolios y a costa de los obreros y las amplias masas se ha fundido con el proceso de reproducción del capital fijo. La acumulación del capital ha adquirido un carácter social.
    8. El Estado opera industrias claves y monopolios de servicios para controlar fundamentos productivos de importancia estratégica (VW, VEBA, VIAG, Salzgitter AG, RAG
    etc.) y para garantizar las tareas públicas (correos, ferrocarriles inclusive red vial y estaciones, línea aérea y aeropuertos, instituciones de salud y educación, suministro de electricidad, gas y agua, servicio de transporte urbano, recojo de basura, etc.)
    9. El monopolio estatal de la intermediación laboral garantiza el control del mercado laboral por los monopolios.
    10. En las industrias básicas (acero y minería) o en la agricultura, el Estado se hace cargo de la regulación de la producción y distribución en interés de los monopolios.
    11. La exorbitante hinchazón del aparato burocrático y militar lleva a un fortalecimiento extraordinario de la maquinaria estatal. Se desmontan los derechos y las libertades democrático-burgueses. Eso está relacionado con una progresiva fascistización del aparato de Estado.
    12. El control estatal sobre los modernos medios de comunicación de masas (radio y televisión) y la monopolización (prensa, emisoras de televisión privada) organizan
    la manipulación de la opinión pública en interés de los monopolios.
    13. Los partidos monopolistas burgueses CDU, CSU, FDP, SPD, Alianza 90/Los Verdes y PDS organizan la base social de la política monopolista.
    14. El dominio único de los monopolios está apoyado por un sistema del modo de pensar pequeñoburgués, el cual refina la maquinaria de engaño y obstaculiza el desarrollo de la conciencia de clase proletaria.
    15. Tampoco la realización de la formal igualdad legal de derechos ha puesto fin a la desigualdad social entre el hombre y la mujer. La responsabilidad por el núcleo familiar, mantenida a pesar de la inclusión masiva de las mujeres en la producción pública, así como el desempleo masivo permanente originan una crisis crónica del orden estatal y familiar burgués.
    16. El neocolonialismo ha reemplazado al antiguo colonialismo.
    17. Un crecimiento continúo de la exportación de capitales es la característica principal de la expansión imperialista y el método principal de la mutua compenetración económica de los Estados nacionales.
    18. Los consorcios multinacionales llegan a ser la característica distintiva del desarrollo social. La internacionalización de la producción capitalista después de la Segunda
    Guerra Mundial introduce una nueva fase del capitalismo monopolista de Estado.
    19. La guerra y el peligro general de guerra siguen siendo una ley inherente al imperialismo. Su base es el desarrollo desigual de los diferentes países imperialistas y de los consorcios multinacionales competidores.
    20. El capitalismo monopolista de Estado ha desarrollado a un nivel superior la socialización de la producción y reproducción y, de esa manera, ha completado la preparación material del socialismo. Constituye el escalón preliminar directo de una sociedad socialista.

    Es cierto que la organización de la producción monopolista de Estado es la fase superior en el desarrollo de la sociedad capitalista, lo cual no significa, naturalmente, el fin del desarrollo de las fuerzas productivas. Sobre la base de la formación completa del capitalismo monopolista de Estado en todos los países imperialistas, la tendencia a la internacionalización de la producción se acelera extraordinariamente. Las fuerzas productivas modernas adquieren cada vez más un carácter internacional posibilitando, a partir de cierto punto de su desarrollo, una división del trabajo a escala internacional. Con la nueva organización de la producción internacional, esta división del trabajo internacional se convierte en la base del modo de producción de los monopolios internacionales. El proceso de la producción y reproducción del capital adopta un carácter internacional.

    Cambios en la actividad inversora de los monopolios internacionales
    La nueva organización de la producción internacional cambió la actividad inversora de los monopolios internacionales, lo cual llevó a profundos cambios sociales. Se transformaron las condiciones de inversión en los diferentes países y la estrategia inversora de las empresas.

    La creación de nuevas formas internacionales de organizar la producción utilizando la telecomunicación moderna
    El desarrollo revolucionario de las fuerzas productivas posibilitó que los monopolios internacionales se integraran en red sin problemas. Rápida y económicamente pueden intercambiarse informaciones a nivel mundial, realizar transferencias financieras transfronterizas y dirigir procesos de planificación, desarrollo, producción y distribución. La revolucionarización de la comunicación permite el acortamiento tanto del tiempo de producción como también del tiempo de circulación del capital. Marx lo indicó en el tercer tomo de El Capital:
    “Los medios principales para reducir el tiempo de circulación son las mejores comunicaciones.” (Carlos Marx, El Capital, Siglo XXI Editores, tomo III, pág. 84).
    En el puerto de Hamburgo se construyó el terminal de contenedores más moderno del mundo. A finales del 2002 se puso en operación la primera etapa de la construcción. Allí cualquier barco puede ser despachado dentro de 24 horas. Eso significa que cerca de 6.600 contenedores de un gran buque de carga son descargados en una sola operación y, después de un corto intermedio en el almacén, cargados inmediatamente en camiones que llevan las mercancías a los destinos previstos. Esta logística es automatizada y controlada por ordenador de principio a fin. La revista Der Spiegel escribió al respecto:
    “La nueva plaza de transbordos es un prodigio de eficiencia. Antes, miles de estibadores bregaban en los muelles del puerto hamburgués. Uno por uno, tenían que arrastrar los sacos de yute de la cubierta. Los hombres tardaban días, a veces semanas en descargar y recargar un barco. Ahora es una cuestión de horas.” (No 27 del 2002).
    También en el tráfico aéreo se ha logrado acortar extremadamente los plazos de entrega. En el marco de su oferta más rápida Lufthansa Cargo garantiza, por ejemplo, transportar cualquier pieza que no pese más de 100 kilos, dentro de uno o dos días, a 300 lugares en aproximadamente 90 países.
    La Internet no sólo es un medio de comunicación, sino también de producción. Se le emplea a escala mundial, por ejemplo en la industria automotriz para coordinar simultáneamente el desarrollo de productos en diferentes lugares de producción, para organizar el abastecimiento “justo a tiempo”, para dirigir procesos de producción y planificar la venta. En el informe comercial del 2000 de DaimlerChrysler fue descrita la importancia de estas innovaciones de la siguiente manera:
    “La Internet repercute en todos los procesos de la industria automotriz –empezando con las empresas proveedoras, pasando por el desarrollo de productos, la compra, la logística y la producción hasta la venta y con ello a nuestros clientes… Solamente empresas que aprovechan plena y profesionalmente todos los potenciales del e-business (negocio electrónico) podrán ocupar una posición líder en la economía interconectada mundialmente.”
    (pág. 46; traducción de la edición en alemán).
    La perfeccionada comunicación acelera considerablemente el proceso de la producción y reproducción del capital y es una condición esencial para su carácter internacional.

    Centros integrados a escala mundial para planificación, producción y venta
    La producción internacionalizada elige los emplazamientos de los centros integrados de acuerdo a mercados, proximidad al cliente y otras ventajas competitivas. En lo organizativo la tendencia es hacia unidades de producción más pequeñas con jerarquías más planas en la dirección de la empresa, a la descentralización y hacia una mayor autonomía organizativa de las empresas filiales. El autor Martin Baethge escribió alrespecto:
    “Descentralización de la responsabilidad, autonomización organizativa o tercerización de servicios, el camino hacia unidades más pequeñas son las respuestas de las empresas a esta situación, promovidas también, y no en último lugar, por las nuevas técnicas de información y comunicación. Las «empresas abiertas» … del futuro ya no son grandes buques cisternas, sino redes de unidades pequeñas operando independientemente.”
    (Martin Baethge/Ingrid Wilkens [ed.], Die große Hoffnung für das 21. Jahrhundert? Perspektiven und Strategien für die Entwicklung der Dienstleistungsbeschäftigung [¿La gran esperanza para el siglo XXI? Perspectivas y estrategias para la evolución del empleo en los servicios], pág. 33).

    Reorganización de la concentración “vertical” a la concentración “horizontal”
    En los años 1980 predominaba en muchos consorcios la estructura “vertical”, de modo que consorcios como IBM realizaban ellos mismos toda la fabricación, desde la producción de chips hasta computadoras, sistemas operativos y programas de aplicación, y también organizaban la venta. En los años 1990 surgió una nueva, “horizontal”, forma de organización: consorcios como Intel o Microsoft se concentraron en un eslabón de la cadena de producción –procesadores o software–, porque allí resultó más fácil conquistar un control estratégico del mercado mundial. Consorcios como Cisco, Sun Microsystems o Silicon Graphics en esencia ya sólo llevan las riendas de las redes internacionales de producción y realizan poca o ninguna fabricación propia. El investigador social Boy Lüthje hizo un estudio sobre la forma productiva de la producción bajo contrato (Contract Manufacturing/CM) en los centros de producción interconectados mundialmente:
    “Solectron y Flextronics, las empresas CM más grandes de entonces, tenían a principios del año 2001, a tenor de sus propias indicaciones, respectivamente 82.000 y 70.000 trabajadores en todo el mundo.” (Contract Manufacturing, pag. 53).

    Tales empresas se presentan como “ofertantes de cadenas mundiales de abastecimiento” (Global Supply Chain Facilitator) para los monopolios internacionales líderes, los cuales luego sólo ponen a disposición el diseño y su marca. De esta forma, Ericsson vendió toda su producción de teléfonos celulares, con
    7.200 trabajadores, a Flextronics, la que al mismo tiempo también construye celulares para Siemens, Nokia, Motorola y Alcatel. De esa manera, los monopolios internacionales líderes descargan el riesgo de las fluctuaciones en los pedidos y liberan capital para la lucha por el mercado mundial.

    Concentración de la producción monopolista en pocas cadenas creadoras de valor dominantes del mercado
    Jean-Marie Messier, antiguo jefe del supermonopolio francés Vivendi, el segundo más grande consorcio de medios de comunicación y el mayor suministrador de agua en el mundo, describió la necesidad de la concentración en la lucha competitiva internacional en un tono realmente suplicante:
    “… en tres años Vivendi vendió negocios secundarios y propiedad en acciones por un valor de más de 15 mil millones de euros. A lo cual se debe añadir que en los años 1970 y 1980 la
    diversificación1 se desenvolvió de forma desordenada. Ahora el lema actual tiene que ser: «¡focalización, focalización, focalización! »” (en: Klaus Mangold [ed.], Dienstleistungen im Zeitalter globaler Märkte [Servicios en la época de mercados globales], pág. 110).
    Por focalización, Messier entiende la concentración del capital en los sectores en los cuales un monopolio internacional puede tomar una posición dominante en el mercado mundial, y el deshacerse de todos los demás sectores.
    En su estudio titulado “Estrategia, estructura, gestión para los negocios del mañana” August Joas subrayó que la concentración en los “negocios esenciales” es una cuestión de vida o muerte de los monopolios internacionales:
    “Las exigencias a la capacidad de rendimiento de las empresas en la competencia internacional, en cuanto a calidad, tiemy costos crecen permanentemente… Esto sólo es posible mediante la especialización y concentración en pocas actividades esenciales superiores…

    El arte consiste en capitalizar productos superiores y competencias esenciales en la mayor cantidad posible de negocios atractivos. Las competencias de Canon en la óptica y mecánica de precisión y en la microelectrónica posibilitan éxitos en el mercado de copiadoras, impresoras laser, cámaras fotográficas y scánners. Una sobresaliente tecnología de semiconductores es la ligazón de las unidades comerciales de la NEC, y los conocimientos de Honda en la construcción de motores hacen impacto en los mercados de autos, motocicletas, cortacéspedes y generadores. Casi cada empresa tiene en todos los tres niveles actividades esenciales por un lado, y por el otro, actividades menos elementales para el éxito de la empresa… Actividades fuera de las competencias esenciales representan en este conjunto más bien una fuente potencial de peligro, en la cual la capacidad de gestión y los recursos no son invertidos de manera óptima.
    Mediante la diferenciación en negocios esenciales, productos esenciales y competencias esenciales surgen opciones estratégicas y posibilidades de configuración a tres diferentes niveles.
    Por consiguiente, es absolutamente realista una constelación en la cual dos empresas sean al mismo tiempo competidores y socios cooperadores y, además, trabajen conjuntamente en relación a los suministros.” (en: Ralf G. Kalmbach [ed.], Management im Umbruch, Wege aus der Krise, [La gerencia en transformación radical. Salidas de la crisis.], págs. 262-263; el resaltado es de la Redacción RW).

    Joas da una descripción acertada de cómo dos monopolios internacionales en un sector se convierten en socios cooperantes, aquí gestionan incluso joint ventures comunes, y en otra área siguen en competencia implacable.
    La focalización en actividades esenciales en los diferentes sectores empresariales se ha vuelto un método principal de la lucha competitiva internacional de los monopolios internacionales. Es típico del proceso de la nueva organización de la producción internacional que cada vez de nuevo sean modificadas las estructuras enteras de los consorcios, disueltas las antiguas y fundadas nuevas formas.
    Siemens tercerizó toda su rama de semiconductores y, junto con Infineon, fundó un nuevo consorcio, el cual se concentró completamente en la producción de chips y logró en este sector ocupar una posición dominante en el mercado mundial. Infineon resultó ser el cuarto productor de chips de memoria más grande en el año 2002, y tuvo una participación de un 14 % en el mercado mundial.
    La RWE compró la empresa Thames Water, la número 1 en Gran Bretaña y de esa manera ascendió a ser el tercer consorcio de agua más grande del mundo. Esta posición fue extendida aun más por la compra de American Water Works, la número 1 en los EE.UU. E.on aspira a concentrarse en el suministro de gas y ha absorbido con este motivo la Ruhrgas AG. Ruhrgas opera una red de tuberías de 10.748 kilómetros, ha firmado amplios contratos de suministro por décadas, lidera la promoción de consorcios en negociaciones a nivel europeo y tiene una participación de un 5 % en la empresa rusa Gazprom, el productor de gas natural más grande del mundo. E.on tiene participaciones en 190 compañías de abastecimientos municipales y regionales y opera una gran red de distribución del gas a clientes finales. Junto con Ruhrgas no sólo se ha vuelto el más grande ofertante de gas natural en Alemania, sino que también ocupa el cuarto lugar en Europa con una participación de más de 13 % en el mercado.
    En la preparación de esta focalización, E.on vendió Degussa a la RAG, VEBA Oel junto con la red de gasolineras Aral a la sociedad petrolera BP y ofreció Gelsenwasser al competidor RWE.

    Interrelaciones entre los monopolios internacionales, sus empresas filiales y proveedoras
    En las empresas de los monopolios internacionales –sin importar el país– sólo se produce al más alto nivel técnico. Apenas se toman en consideración las estructuras de producción desarrolladas en los países particulares. Muchas veces los monopolios internacionales traen a sus empresas proveedoras cuando fundan empresas filiales. Con lo cual surgen procesos de intercambio absolutamente nuevos, que ponen en cuestión toda la anterior producción estatal-nacional en los países a invertir. Lo que cuenta es solamente el modo de producción de los monopolios internacionales, el cual que trae las ganancias máximas.
    La fundación de una de las plantas más modernas de General Motors en Gravatai/Brasil, cerca de Porto Alegre, sirvió para probar nuevas técnicas de fabricación del consorcio entero. La planta fue desarrollada y construida conjuntamente con 17 proveedores principales. En su mayoría eran también consorcios multinacionales como Delphi, VDO, Goodyear, Valeo, Bosch, etc., y todos bajo propiedad extranjera. Estos proveedores principales, por su parte, se sirvieron de proveedores brasileños. De tal manera surgió una verdadera jerarquía en la producción, con distintos proveedores para los diferentes niveles de producción. En el centro está el monopolista internacional más fuerte en capitales, General Motors, que dicta a los proveedores las condiciones de producción, la calidad de los productos y los precios. Los proveedores principales monopolistas dictan a su vez condiciones y precios a los proveedores locales, a quienes solamente les conceden ganancias medias o por debajo del promedio y quienes pagan salarios mínimos a sus obreros.

    Toyota Motor Thailand (TMT) estableció una amplia red de empresas proveedoras en el país. 575 empresas fueron consideradas como proveedoras principales; de ellas, 134 suministraron componentes esenciales y 441 materiales e instalaciones menos importantes. Los componentes claves fueron producidos habitualmente por empresas filiales del consorcio
    Toyota. El 55 % de los proveedores principales fueron joint ventures japoneses-tailandeses o empresas relacionadas con Toyota y produjeron el 79 % del valor de los suministros. Las empresas tailandesas, muchas de ellas trabajando con asistencia técnica de Japón, representaron el 27 % de las empresas proveedoras a quienes, sin embargo, sólo les correspondió un 8 % del valor de los suministros. El número de las empresas proveedoras del segundo al cuarto nivel se estima en aproximadamente 1.500. Con esta organización se transplantan a los países de inversión la más alta productividad del trabajo y la técnica más desarrollada. La industria nacional sigue siendo apéndice de la organización internacional de la producción y expuesta indefensa ante la lucha competitiva mundial. Esto desató en esos países una profunda crisis estructural en el proceso de reproducción, particularmente en los principales países de inversión de los monopolios internacionales. Las estructuras de producción anticuadas han sido liquidadas sin piedad.

    Los monopolios internacionales del comercio se subordinan la agricultura de países enteros
    Cuando los monopolios internacionales del comercio minorista reorganizaron su actividad comercial, también se internacionalizó el proceso de monopolización de la agricultura. Con ello se aceleró la destrucción de las estructuras agrícolas tradicionales, sobre todo en los países neocolonialmente dependientes.
    Después de la fusión con Promedès, en el año 2000, el supermonopolio francés Carrefour empezó a centralizar sus compras de mercancías para poder mantenerse mejor en la creciente lucha competitiva con Ahold, Wal-Mart, Casino, etc. Se fundó oficina central para la compra de conservas, responsable para todos los puntos de venta en la Argentina. De tal manera que un proveedor pudo suministrar un producto determinado a todas las tiendas del Mercosur. Los proveedores, por lo tanto, necesitaron ser de un tamaño considerable si querían satisfacer la demanda de toda la red de ventas. En el área de mercadería fresca y abarrotes predominan proveedores locales con marcas locales, bien conocidas por los clientes. Muchos de los mismos son productores nacionales de artículos de marca, pero que desde finales de los años 1990 han sido adquiridos por los monopolios internacionales. La consecuencia fue que la alimentación en muchos países en vías de desarrollo se adaptó en gran parte a las costumbres internacionales. McDonald’s aplica una estrategia con más suministros locales.

    En la Argentina, el 87 % de los productos alimenticios son procurados localmente. Pero la mayor parte de las empresas proveedoras de McDonald’s, al igual que Carrefour, son filiales de empresas extranjeras que adquirieron participaciones en las empresas nacionales o las compraron por completo. Nestlé fundó 18 fábricas en China que producen un sinnúmero de productos, entre ellos bebidas, productos lácteos, alimentos para bebés, helados, ingredientes para cocinar, chocolate y productos de confitería. En 1997, Nestlé adquirió el 98 % de todos los productos preelaborados de proveedores locales, sobre todo productos agrícolas y lácteos así como material de embalaje. Como base para la selección de los proveedores, Nestlé desarrolló hojas de especificación donde se estipulan los requisitos a cumplir por los productos o servicios.
    Además, se exigió que las empresas proveedoras dieran pruebas de competencia tecnológica en su campo de actividades, que organizaran un sistema de control de calidad, que aceptaran
    auditorías1 e inspecciones y que mostraran fiabilidad y una sólida base económica. Con los estándares de calidad internacionales se sientan pautas para la producción nacional orientadas únicamente a la maximización de las ganancias de los monopolios internacionales. De tal manera, la producción de alimentos de las naciones dependientes es controlada crecientemente por los monopolios internacionales. Internacionalización de los métodos monopolistas de Estado en la actividad inversora Hoy en día los monopolios internacionales esperan subvenciones estatales y beneficios fiscales para sus inversiones directas en otros países, como hasta ahora sólo son comunes en los países imperialistas. Mediante ello se restringe de antemano el círculo de Estados donde se efectúan mayores inversiones directas. Los países de inversión neocolonialmente dependientes, por regla general, tienen que endeudarse muy fuertemente ante el FMI y el Banco Mundial para reunir los requeridos subsidios estatales. Como resultado, también el carácter social de la acumulación ha adquirido un carácter internacional.
    Intel Malaysia lanzó un amplio programa de inversiones para asegurar el desarrollo óptimo de los proveedores en el sentido de las necesidades de los monopolios. Proveedores locales son empleados como subcontratistas, no sólo en la producción, el equipamiento y mantenimiento, sino también en el transporte y embalaje, en construcciones e infraestructura así como el suministro de tecnología de la información. Según los datos de Intel, los regalos fiscales del gobierno, de aproximadamente 50 millones de dólares estadounidenses por año, fueron decisivos para incitarlos a invertir en pequeñas o medianas empresas proveedoras locales.

    Subordinación de los mercados laborales nacionales bajo los monopolios internacionales
    También las inversiones directas para establecer empresas filiales son vinculadas a que los monopolios internacionales puedan disponer libremente del mercado laboral nacional.
    Los gobiernos de los países dependientes no tienen más remedio que procurar mano de obra cualificada y ponerla a disposición de los monopolios internacionales.

    En 1992, Magyar Suzuki empezó a producir en Hungría.
    Entre 1992 y 1999 el 62 % de la producción fue exportada, principalmente a la UE. Con 2.100 trabajadores, Magyar Suzuki es una de las empresas más grandes de la ciudad mediana Esztergom.
    Pero para los 263 proveedores principales y secundarios, donde Magyar Suzuki compra un gran surtido de materias primas, partes y componentes, trabajan 31.000 personas.
    La organización internacional de la producción que no se detiene ante ninguna frontera nacional significa un salto cualitativo en el desarrollo del imperialismo: Rompe la producción organizada antes principalmente de modo estatalnacional y la sustituye paso a paso por nuevas relaciones de producción a escala internacional. Y esto tiene amplias consecuencias sobre el modo de producción capitalista que en detalle aún no se pueden calcular.

    Métodos de la nueva organización de la producción internacional
    Para imponer su posición líder en la producción internacional, los monopolios internacionales tienen que librar una implacable lucha competitiva. Sus métodos son despiadados, no sólo frente a sus competidores sino sobre todo también frente a los obreros y empleados en sus propias fábricas y oficinas, y frente a las masas, particularmente en los países dependientes
    neocoloniales.

    Grandes fusiones de consorcios enteros
    A finales de los años 1990 surgieron de las grandes fusiones formas de consorcios absolutamente nuevas, como las de AOL y Time Warner (rama de medios de comunicación e Internet),
    Exxon y Mobil, BP y Amoco (aceite mineral), RWE y VEW, VEBA y VIAG (energía), Daimler y Chrysler (automóviles) o Hoechst y Rhône-Poulenc (química). Los consorcios fusionados esperaron poder conquistar en común más fácilmente una posición dominante en el mercado mundial y lograr enormes efectos de racionalización, mediante la fusión o destrucción de estructuras del consorcio hasta entonces paralelas.
    Las grandes fusiones adquirieron dimensiones cada vez más grandes. Así, tan sólo el valor bursátil de la fusión AOL/ Time Warner en el año 1999, con 350 mil millones de dólares, correspondió aproximadamente al valor bursátil de todas las fusiones y absorciones de empresas del año 1992. Sin embargo, con la complejidad de una fusión crece el riesgo de su fracaso. Por eso, además de grandes fusiones o como escalón preliminar de éstas, los monopolios pasaron a adoptar formas cada vez más flexibles de la concentración del capital como cooperaciones, fusiones parciales o joint ventures.

    Absorciones hostiles y aniquilación de competidores
    Se trata de una “absorción hostil” cuando un consorcio compra la mayoría de las acciones de otro consorcio para después absorberlo contra la voluntad de la junta directiva. Representa la forma más agresiva de la batalla de aniquilación mutua entre los monopolios internacionales.
    En el caso de Mannesmann, el monopolio de telefonía móvil británico Vodafone se dirigió directamente a los accionistas con una campaña a través de los medios de comunicación que costó dos mil millones de marcos alemanes y doblegó al presidente de la junta directiva con 60 millones de marcos (30,68 millones de euros) quién, tras oponerse al principio, cambió de rumbo y consintió la absorción. Luego estuvo libre el camino para el desmantelamiento total del consorcio Mannesmann, que durante décadas había sido un monopolio líder en Alemania.
    Después de haber absorbido al consorcio automotriz británico Rover, el consorcio automotriz alemán BMW cerró la producción de automóviles de clase mediana en Inglaterra, eliminando de tal forma a un competidor. De modo parecido terminó la absorción del constructor de aviones neerlandés VFW-Fokker por el consorcio Daimler: se suspendió la producción en los Países Bajos.
    Según una lista de la UNCTAD sobre fusiones y absorciones transfronterizas, en los años 1987 a 1999 hubo de 3 a 15 “absorciones hostiles” por año, es decir, que todavía representaron una excepción. Pero con la agudización de la competencia internacional tenemos que contar con un aumento considerable del número de “absorciones hostiles”.

    Redes internacionales de relaciones con los grupos financieros más fuertes
    Cada fusión transfronteriza está relacionada con un desplazamiento en las correlaciones de fuerzas internacionales.
    Eso se manifiesta en la composición de los órganos dirigentes, junta directiva y consejo de vigilancia. La fusión de Daimler y Chrysler mostró pronto que no se trataba de una “unión entre iguales”, como se había afirmado al principio, pues la dirección de Daimler de Alemania fue la que dominó al nuevo consorcio. La antigua dirección de Chrysler fue destituida y representantes de otros monopolios internacionales de los EE.UU. como Xerox y BP Amoco entraron en el consejo de vigilancia.
    Las fusiones y absorciones internacionales llevaron también a la internacionalización de la estructura de accionistas.

    Asimismo, en el caso de los consorcios que han crecido en Alemania y tienen allí su sede principal se puede hablar cada vez menos de “monopolios alemanes”. Así, por ejemplo, la estructura de accionistas de la Deutsche Telekom, al 31 de diciembre de 2001, se veía de la manera siguiente: el 31 % de las acciones en manos del gobierno federal, el 12 % está “aparcado” en el Kreditanstalt für Wiederaufbau (Instituto de Crédito para la Reconstrucción) hasta que sea posible venderlo con ganancias. El 37 % está en manos de inversores institucionales, es decir bancos y compañías de seguros, directa o indirectamente a través de fondos de inversión, etc. El 20 % está en manos de los así denominados inversores privados. Estos últimos juntos, el 57 %, son considerados como “propiedad dispersa”, negociada a escala internacional. En el año 2001 esta propiedad dispersa estaba repartida de la manera siguiente: el 34 % en Alemania, el 31 % en el resto de Europa, el 9 % en Asia y el 26 % en EE.UU./Canadá (Geschäftsbericht Deutsche Telekom 2001 [Informe comercial de la Deutsche Telekom del 2001], págs. 73-74).

    Ambición de liderazgo tecnológico
    En el caso de las empresas industriales el liderazgo tecnológico internacional es uno de los factores que decide la cuestión, de si están o no en condiciones de imponer una posición dominante a escala mundial. Sólo la monopolización del know how permite colocarse a la cabeza en este proceso y también defender este papel dirigente. El tiempo juega aquí un rol decisivo: cada quien intenta mantener secretas las nuevas invenciones, comercializarlas luego rápidamente y siempre estar un paso delante de la competencia. Por esa razón, los monopolios internacionales gastan grandes sumas para la investigación y el desarrollo. En el informe comercial del 2001 de Siemens se puede leer al respecto: “También en el ejercicio del 2001 Siemens estuvo a la cabeza de todas las empresas electrotécnicas y electrónicas a nivel mundial invirtiendo 6.800 millones de euros para la investigación y el desarrollo … Nuestros aproximadamente 60.000 investigadores y desarrolladores trabajan en más de 30 países en nuevos productos, sistemas y servicios … En el ejercicio pasado nuestros investigadores y desarrolladores reportaron 9.060 inventos y de ese total, Infineon 2.430. En total pudimos patentar 6.330 inventos (1.850 de Infineon). Según las estadísticas oficiales (del año 2000) la Siemens AG es el más grande registrador de patentes tanto en la Oficina de Registro de Patentes y Marcas alemana como también en la Oficina de Registro de Patentes en Europa. La empresa ocupa el sexto lugar en el registro de patentes de la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de los EE.UU.” (pág. 23 de la edición en alemán).
    Los monopolios internacionales intentan acaparar inescrupulosamente el conocimiento de todo el mundo. Así, por ejemplo, descodificar la combinación genética de todas las plantas y animales económicamente interesantes, incluso la del hombre, a fin de poder monopolizar la utilización de este conocimiento. El Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS) consagró como derecho internacional a ese robo de los monopolios internacionales.

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    Mensaje por pedrocasca Sáb Feb 02, 2013 3:08 pm

    LA CÉLULA ECONÓMICA BÁSICA DEL CAPITALISMO MONOPOLISTA DE ESTADO Y LA NUEVA REORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN INTERNACIONAL

    publicado en el blog Forumarxista en diciembre de 2012

    texto incluido en la obra intitulada El Crepúsculo de los Dioses, escrita por el publicista Stefan Engel, Presidente del Partido Marxista Leninista de Alemania (MLPD), de sesgo pro-albanés.

    En el texto (dos apartados del II capítulo de su libro), se habla de los componentes identificatorios del Imperialismo en su estadio final, como Capitalismo Monopolista de Estado; a la vez, sus leyes económicas específicas y logra fundamentar perfectamente su destino final sujeto a sus contradicciones económicas y a la lucha revolucionaria de clase del proletariado internacional.

    se publica en el Foro en dos mensajes

    Control de cuotas del mercado mundial
    Un objetivo primordial de la nueva organización de la producción internacional es el control sobre importantes cuotas del mercado internacional en las ramas respectivas. El control sobre las cuotas del mercado tiene su mayor avance en la industria automotriz. Si se agrupa a los diez más grandes consorcios automotrices del mundo en tres grupos –EE.UU., UE y Japón–, entonces en el año 2000 el grupo japonés, con una cuota del 19,2 % de la producción mundial, fue el grupo más débil y el grupo europeo, con 30,6 %, el más fuerte. Su competidor principal fueron los EE.UU., con un 26,7 %, quienes perdieron su posición líder.
    Cada uno de los tres grupos controló y dominó la producción en sus mercados nacionales y regionales heredados. Los EE.UU. tuvieron una cuota de 61,1 % en América del Norte, la
    UE tuvo el 64,1 % en Europa y Japón el 66,3 % en su propio país. Los mercados regionales de la UE incluyen países enumerados por la UNCTAD bajo el título “periferia europea”:
    República Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia, Rusia, Eslovenia y la Turquía. En estos países, la UE consiguió una cuota del 44,0 % en la producción total, mientras que los EE.UU. con el 5,4 % y Japón con el 0,8 % quedaron muy rezagados. En los diferentes Estados un consorcio europeo domina toda la producción, tal como Volkswagen en República Checa y Eslovaquia, Renault en Eslovenia y DaimlerChrysler en Austria. Japón es líder en su mercado regional con una cuota en la producción del 51,8 % en Taiwán, 39,3 % en Indonesia y 28,7 % en Tailandia (… )

    5. Los monopolios internacionales socavan el rol y la función de los Estados nacionales
    La base económica y la superestructura política de la sociedad constituyen una unidad dialéctica. El Estado surgió con la división de la sociedad en clases, es indispensable como órgano del dominio de clase y representa el poder público de la respectiva clase dominante. Es expresión concentrada de la irreconciliabilidad de los antagonismos de clases. Por lo tanto sólo desaparecerá cuando en la sociedad comunista sean superadas las clases y las contradicciones de clases.
    Esta relación fundamental es negada por los críticos burgueses y pequeñoburgueses de la globalización. El anterior presidente del partido socialdemócrata SPD, Oskar Lafontaine, escribió en su libro: Die Wut wächst [Crece la rabia]:
    “Los críticos de la globalización no son adversarios a la economía de mercado. Sólo se han apercibido de que la mano invisible del mercado necesita la mano visible y fuerte del Estado.”
    (pág. 208).
    La reivindicación de una “mano visible y fuerte del Estado”, de Lafontaine, quiere despertar la impresión de que el Estado sería un instrumento de regulación neutral, flotando por encima de las clases y no el órgano del poder único de los monopolios sobre la sociedad entera. Esto concierne a una disputa fundamental entre el marxismo-leninismo y el oportunismo, caracterizada de manera acertada por Lenin en su escrito El
    Estado y la revolución en agosto de 1917:
    “La lucha por arrancar a las masas trabajadoras de la influencia de la burguesía en general, y de la burguesía imperialista en particular, es imposible sin combatir los prejuicios oportunistas acerca del «Estado»…
    La democracia pequeñoburguesa jamás podrá comprender que el Estado es el órgano de dominación de una clase determinada, la cual no puede conciliarse con su antípoda (con la clase opuesta a ella).” (Lenin, El Estado y la revolución, en Obras Completas, tomo 33, págs. 4 y Cool.

    La internacionalización de la producción socava al Estado nacional
    Para el capitalismo el Estado nacional es la forma característica de organizar la producción y la vida social. Lenin explicó lo siguiente sobre el rol histórico de la formación de los Estados nacionales:
    “La época del triunfo definitivo del capitalismo sobre el feudalismo estuvo ligada en todo el mundo a movimientos nacionales.
    La base económica de estos movimientos estriba en que, para la victoria completa de la producción mercantil, es necesario que la burguesía conquiste el mercado interior, es necesario que territorios con población de un solo idioma adquieran cohesión estatal, eliminándose cuantos obstáculos se opongan al desarrollo de ese idioma y a su consolidación en la literatura…
    Por ello, la tendencia de todo movimiento nacional es formar Estados nacionales, que son los que mejor cumplen estas exigencias del capitalismo contemporáneo. Impulsan a ello factores económicos de lo más profundos, y para toda la Europa Occidental, es más, para todo el mundo civilizado, el Estado nacional es por ello lo típico, lo normal en el período capitalista.”
    (Lenin, El derecho de las naciones a la autodeterminación, tomo 25, págs. 274-275).
    El capitalismo hizo surgir con respecto al Estado nacional dos tendencias contradictorias, que están en lucha de principio a fin. Lenin caracterizó esta contradicción como “ley universal del capitalismo”:
    “El capitalismo en desarrollo conoce dos tendencias históricas en el problema nacional. La primera es el despertar de la vida nacional y de los movimientos nacionales, la lucha contra toda opresión nacional y la creación de Estados nacionales. La segunda es el desarrollo y multiplicación de las relaciones de todo tipo entre las naciones, el derrumbamiento de las barreras nacionales, la formación de la unidad internacional del capital, de la vida económica en general, de la política, de la ciencia, etc.

    Ambas tendencias son una ley universal del capitalismo. La primera predomina en los albores del desarrollo capitalista; la segunda es característica del capitalismo maduro, que marcha hacia su transformación en sociedad socialista.” (Lenin, Notas críticas sobre el problema nacional, en Obras Completas, tomo 24, pág. 136).
    En los efectos de esta ley universal se basa tanto la marcha triunfal del capitalismo sobre el feudalismo como la preparación material del socialismo a escala mundial. La tendencia a la formación de Estados nacionales es el momento característico en el surgimiento del capitalismo; es decir, en la imposición de la forma social capitalista frente a la feudal y semifeudal. Esta tendencia sigue influyendo también en la época imperialista, sobre todo en la lucha de los países coloniales, semicoloniales y neocoloniales por la autodeterminación nacional y contra la explotación y opresión imperialista.
    La internacionalización de la producción y de la vida económica es el momento característico, la forma típica en la época del imperialismo. Por ello Lenin caracterizó al imperialismo en general como la “fase superior del desarrollo del capitalismo”, en la cual el capital “en los países avanzados… ha rebasado el marco de los Estados nacionales” y “ha sustituido la competencia con el monopolio, creando todas las premisas objetivas de la realización del socialismo.” (Lenin, La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación, en Obras Completas, tomo 27, pág. 264).

    El Estado nacional es puesto permanentemente en cuestión por la internacionalización de la producción y, particularmente mediante la nueva organización de la producción internacional, se ha convertido en la traba principal para el desarrollo ulterior de las fuerzas productivas internacionales. Lenin escribió al respecto:
    “Los límites nacionales burgueses de los Estados, que fueron durante la primera época un punto de apoyo para el desarrollo de las fuerzas productivas de la humanidad que se liberaba del feudalismo, se han convertido ahora, en la tercera época, en un obstáculo para el sucesivo desarrollo de las fuerzas productivas.
    De clase de avanzada en ascenso, la burguesía ha pasado a ser una clase declinante, decadente, interiormente carcomida y reaccionaria. La clase que está en ascenso, en amplia escala histórica, es otra clase completamente distinta.” (Lenin, Bajo pabellón ajeno, en Obras Completas, tomo 26, pág. 152).
    El Estado nacional en su forma actual inhibe el desenvolvimiento de las fuerzas productivas internacionalizadas por medio de fronteras, normas, aranceles, impuestos y leyes diferentes, por medio de distintas lenguas y modos de vida. La producción internacional tiene que sobreponerse al estrecho marco nacional.

    El magnate financiero estadounidense George Soros, uno de los especuladores en divisas más ricos de las últimas décadas, se ocupó de la cuestión de cómo solucionar esta contradicción.
    Como salida anunció en su libro, de título revelador La crisis del capitalismo global una “sociedad global”:
    “Para estabilizar y regular una economía verdaderamente global, es necesario algún sistema global de toma de decisiones políticas. En una palabra, necesitamos una sociedad global que respalde nuestra economía global. Una sociedad global no significa un Estado global. Abolir la existencia de los mercados no es viable ni deseable; pero en la medida en que hay intereses colectivos que trascienden las fronteras estatales, la soberanía de los estados debe subordinarse al derecho internacional y a las instituciones internacionales.” (George Soros, La crisis del capitalismo global. La sociedad abierta en peligro, pág. 31).
    Y, ¿quién determina lo que es “derecho internacional”? En el imperialismo la respuesta a esta pregunta solamente puede ser respondida así: el poder más grande es el que decide. Por esta razón, la “sociedad global” de Soros, por mucho que suene democrática e igualitaria, rápidamente se reduce a la pura pretensión de predominio de las grandes potencias imperialistas bajo la dirección de los EE.UU.:
    “Con sentido del liderazgo y transparencia de objetivos, Estados Unidos y sus aliados podrían comenzar a crear una sociedad abierta global que ayudase a estabilizar el sistema económico global y a extender y hacer respetar los valores humanos universales.” (Ibíd., pág. 32).
    Soros reivindicó, conforme a eso, la ampliación del poder de las instituciones internacionales, en las cuales las grandes potencias tienen la palabra decisiva:
    “El FMI ha sido criticado por establecer demasiadas condiciones e interferir demasiado en los asuntos internos de los países que recurren a él en busca de ayuda... Yo diría todo lo contrario... Lejos de inmiscuirse demasiado, no fue lo bastante entrometido.” (Ibíd., pág. 179).
    Como respuesta europea a la pretensión de predominio de los EE.UU. ronda en los debates el concepto ambiguo de “global governance” (gobernación global). La “Fundación Desarrollo y Paz”, fundada por Willy Brandt, relaciona con este concepto la “visión de una república mundial democrática” (Globale Trends 2002 [Tendencias globales 2002], pág. 12). Y con esta legitimación democrática toca valientemente al ataque verbal contra los EE.UU.
    Es decir que la ilusión reformista, de que el Estado estaría por encima de las clases y podría refrenar el poder de los monopolios, debe ahora de repente funcionar en una “república mundial”. Sin embargo, los mismos teóricos socialdemócratas tienen ciertas dudas, pues lógicamente saben que “las grandes potencias hasta ahora apenas están dispuestas a integrarse en un orden global orientado a una igualación justa de las condiciones de vida.” (Ibíd., pág. 27).
    A fin de cuentas, con la orientación hacia el Consejo de Seguridad de la ONU “como la instancia principalmente responsable del aseguramiento de la paz mundial” (ibíd., pág. 45), lo
    único que queda de la “república democrática mundial” es el rol dirigente de los Estados imperialistas más fuertes.

    No es posible otro orden mundial sin el derrocamiento del imperialismo.
    Los Estados nacionales siguen y seguirán siendo instrumentos de poder decisivos para mantener el sistema imperialista mundial y llevar a cabo la competencia entre los monopolios internacionales en la lucha por el dominio mundial.
    El respectivo Estado nacional sigue siendo la base del poder político indispensable en la lucha por el nuevo reparto de las cuotas en la producción internacional. Willi Dickhut escribió al respecto:
    “A veces se afirma que la internacionalización de la producción y de la venta por los consorcios multinacionales hacen superfluas las economías nacionales e incluso a los Estados nacionales. Es un error peligroso. Las contradicciones entre los monopolios internacionales no se eliminarán, sino se agudizarán.
    Un cártel internacional no puede impedir que, tarde o temprano, estalle la lucha por la cuota nacional en el mercado mundial. Al mismo tiempo, el desarrollo desigual de los países capitalistas condicionará que se produzca un cambio de la correlación de fuerzas entre ellos. ¿Al fin y al cabo, cómo deben resolverse las contradicciones de otro modo que por medio de la violencia, es decir por la guerra, habiendo fracasado todos los demás medios?” (Willi Dickhut, Der staatsmonopolistische Kapitalismus in der BRD [El capitalismo monopolista de Estado en la RFA], tomo 2, pág. 169).

    El DKP revisionista lo ve evidentemente de otro modo cuando define la “nueva fase del desarrollo imperialista” como “transición del capitalismo monopolista de Estado nacional hacia el capitalismo monopolista transnacional”. (Erste Grundlagen zur Diskussion und Erarbeitung eines Programmentwurfs [Primeras bases para la discusión y elaboración de un esbozo de programa], Essen 2002, págs. 5 y 7).
    Con ello se afirma que el imperialismo se desliga de los Estados nacionales a favor de una “maquinaria de poder transnacional” (Ibíd., pág. 7) y que éstos pierden su importancia.
    Esta es la variante mas reciente de los sueños pequeñoburgueses- revisionistas de poder renunciar al derrocamiento revolucionario del aparato de Estado imperialista. Pero este
    Estado no desaparece solamente porque los monopolios hoy día se están transformando en monopolios internacionales.
    A pesar de que por la poderosa oleada de fusiones y adquisiciones internacionales, los monopolios internacionales han aflojado su vínculo con los diferentes Estados nacionales,
    modificándolo en forma y contenido, al mismo tiempo tampoco pueden renunciar a él. Económicamente, el país de origen es ya para los monopolios internacionales sólo un lugar de producción posible entre muchos. En un artículo explicó Horst Siebert, presidente del Instituto de Economía Mundial, sobre qué base las empresas toman tales decisiones estratégicas:
    “Empresas alemanas disponen entretanto de un portafolio mundial de lugares de inversión… Como consecuencia de ello, las empresas pueden reaccionar a nuevos datos nacionales de un país, esquivando en el conjunto de la empresa las medidas nacionales como regulaciones, gravámenes y aumentos de salario…
    Las preguntas de si las empresas alemanas son eficientes o si Alemania como emplazamiento es atractiva, ya no son idénticas. Las empresas alemanas pueden ser eficientes al esquivarse de Alemania como emplazamiento.” (Frankfurter Allgemeine Zeitung, del 9 de julio de 2002; el resaltado es de la Redacción RW).
    Según el derecho internacional actual, los monopolios internacionales pueden calcular sus impuestos conforme al derecho fiscal más apropiado para ellos o incluso trasladar su sede principal de un país a otro de impuestos más bajos. Tan sólo esta amenaza expresada por DaimlerChrysler y el Deutsche Bank, entre otros, ejerce una presión enorme sobre los Estados nacionales para entrar en una carrera por reducir los impuestos
    para los capitalistas.

    En tanto existan acuerdos interestatales, como por ejemplo entre Alemania y EE.UU., también hay para los consorcios internacionales la posibilidad tributaria de una “compensación por pérdidas”. En los últimos años la Daimler hubiera tenido que pagar miles de millones de euros de impuestos, mientras que Chrysler apenas podía hacer valer en los EE.UU. sus pérdidas tributarias. La fusión de ambos consorcios les trajo ahorros tributarios por un valor de miles de millones.
    En términos de poder político, no obstante, cada monopolio tiene que tener una clara vinculación a un Estado nacional que le representa hacia el interior y el exterior.
    Los monopolios internacionales someten a los países dependientes y oprimidos por el imperialismo en la medida correspondiente a su poder político y la posición económica que ocupan en el país respectivo. De esta manera, la absorción de las plantas de Škoda por VW en la República Checa ha llevado indudablemente a que el imperialismo alemán, a través de aquella empresa monopolista –de lejos la más grande del país– haya ganado influencia determinante en la economía y política de dicho país.
    Sin embargo, los monopolios internacionales también ejercen su influencia de manera bien calculada en otros Estados imperialistas. El vicepresidente para la región de Asia-Pacífico del consorcio TRW, residente en Cleveland (Ohio, EE.UU.), relató con orgullo cómo funciona la toma de influencia en Japón. La “firma estaba «desarrollando una red extensiva con funcionarios (japoneses), analistas políticos, reporteros y otras relaciones personales a nivel de gobierno (a través de las cuales la empresa podría) participar en el desarrollo de los proyectos legislativos y las políticas de interés para TRW».” Robert B. Reich, El trabajo de las naciones, Hacia el capitalismo del siglo XXI, pág. 170).

    Naturalmente el establecimiento de tal red se puede acelerar considerablemente mediante adquisiciones, participaciones o alianzas con monopolios internacionales que tienen su sede principal en el país respectivo. Estos ya están fundidos con “su” aparato de Estado. Es una tendencia basada en leyes inherentes, que el capital financiero internacional ejerce más influencia sobre cada uno de los Estados nacionales en cuanto penetre en ellos. Hasta un cierto grado incluso se fusionan los intereses mutuos, por lo menos en campos particulares, mientras que en otros persiste la competencia implacable. También en la compenetración de los monopolios internacionales y sus Estados nacionales se va realizando una permanente interacción de unidad y lucha de las contradicciones.

    La degradación de los Estados nacionales a prestadores de servicios para los monopolios internacionales
    Los Estados no pueden influir en la misma medida sobre el mercado mundial y la economía mundial como en la producción estatal-nacional. Allí reina la ley de la competencia sin piedad entre los monopolios internacionales y los diferentes Estados nacionales, la subordinación del más débil al más poderoso.
    Los Estados nacionales imperialistas tienen que fortalecer el poder económico del propio país para luchar por el predominio en el mundo. Por lo tanto, los Estados nacionales compiten por el establecimiento de monopolios internacionales.
    Así, sin duda, el imperialismo alemán se fortaleció frente al imperialismo estadounidense debido a la adquisición del consorcio automotriz norteamericano Chrysler por la Daimler y que la sede principal del nuevo monopolio DaimlerChrysler esté situada en la RFA. Por otra parte, la absorción hostil de la Mannesmann por la Vodafone ha debilitado el imperialismo de la RFA frente al imperialismo británico.
    Principalmente con el argumento de crear nuevos puestos de trabajo y la amenaza de que en caso contrario van a preferir otros lugares, los municipios, Länder y Estados nacionales son chantajeados descaradamente para que pongan a disposición de los monopolios internacionales una infraestructura apropiada, los mejores lugares de producción y amplios recursos estatales para establecer nuevas plantas de producción. En esta implacable lucha competitiva, los grandes Estados imperialistas con sus presupuestos inflados tienen, naturalmente, ventajas decisivas frente a los países más pequeños o los países en vías de desarrollo. Pero también en los países imperialistas, los Länder y los municipios altamente cargados de deudas realizan recortes drásticos en sus presupuestos para reunir los fondos para los monopolios internacionales. Eso ocurre cada vez más a costa de las más elementales necesidades vitales de las amplias masas populares. Cuando se planeó una nueva planta de la BMW 500 ciudades de varios países de Europa competieron por su establecimiento.

    La BMW se decidió por la gran ciudad de Leipzig, en el este de Alemania. Allí había una gran diversidad de mano de obra cualificada y la infraestructura más moderna de entonces, construida con 5 mil millones de euros de los fondos tributarios en el marco del llamado “Pacto Solidario I”. Estas subvenciones estaban previstas únicamente para inversiones en los nuevos Länder y financiadas por las amplias masas de toda Alemania, este impuesto especial tenía el demagógico nombre de “suplemento de solidaridad”. Con estos recursos se deberían compensar las presuntas “desventajas del emplazamiento”.
    Para tal fin se autorizaron subvenciones suplementarias de hasta el 35 % de la suma a invertir, por encima del promedio en la UE. En el caso de la BMW, la Comisión de la UE autorizó 363 millones de euros. Pero no bastaba con ello; el consorcio chantajeó más concesiones:
    _ BMW consiguió el terreno del municipio de Leipzig por el precio irrisorio de apenas 13 euros por metro cuadrado, incluidos todos los costos de urbanización. Los precios de los terrenos de buena ubicación en Leipzig a principios del año 2002 costaban, según Jürgen Poschmann, primer presidente de la Unión Alemana de Agentes Inmobiliarios (VDM), de Sajonia, entre 110 y 130 euros por metro cuadrado.
    _ De la nivelación del terreno también se hizo cargo el municipio de Leipzig, teniendo que remover tres millones de metros cúbicos de tierra.
    _ Para establecer la infraestructura necesaria se construyeron un acceso propio a la autopista, carreteras de circunvalación y una vía de empalme ferroviaria para la planta. Los costos de 100 hasta 200 millones de euros lo compartieron el Estado alemán y el Land.
    _ La ciudad de Leipzig estableció una agencia de coordinación en el edificio municipal con 13 planificadores e ingenieros de construcción especialmente contratados. Los puestos estaban limitados a un plazo de cuatro años y tan sólo los costos del personal, asumidos por el municipio, eran de aproximadamente 300.000 euros por año, o sea en total 1,2 millones de euros.
    _ La ciudad de Leipzig asumió los costos de la selección y cualificación de los obreros y empleados que iban a ser contratados. Con ese fin se fundó una sociedad propia para la formación del personal.
    _ El Land de Sajonia impuso junto con la Cámara de Industria y Comercio de Leipzig un programa de fomento (“proyecto de proveedores automotrices 2005”) para “poner en condiciones” a las empresas proveedoras de la región.
    _ Se prometió la construcción acelerada de un túnel ferroviario de vía doble por debajo de la ciudad, a un precio de 500 millones de euros, para conectar la estación central con la vía de alta velocidad de los ferrocarriles, así como la construcción acelerada de una autopista que conecte directamente Leipzig y Chemnitz.
    _ Decisivo para la selección de Leipzig fue, finalmente, la posibilidad de un modelo flexible de jornada laboral, del cual no disponían los lugares competidores en Francia y la República
    Checa. Con respecto a ello, el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung dijo:
    “Los 5500 futuros trabajadores de BMW en Leipzig hacen posible una «fábrica que respira» según la demanda, de modo que el tiempo operativo semanal puede variar entre 60 y 140 horas.

    Esto significa para cada trabajador de tres hasta seis días laborales por semana; es posible un funcionamiento en dos o tres turnos, pero el domingo en todo caso queda libre. Debido al prolongado tiempo de las máquinas en marcha, la BMW calcula reducir sus inversiones en aproximadamente un 20 %; este modelo de jornada laboral aumentaría la productividad de la empresa en cerca de un cuarto… En Sajonia se trabaja, con 38 horas laborales por semana, un 8 % más tiempo que en el Oeste de Alemania, pero no habría diferencias en el salario según el convenio colectivo. Ya en febrero Schoch1 se enteró de que las cosas irían mal para otro nuevo lugar de producción de la BMW en Alemania si los trabajadores rechazan moverse. Evidentemente quedó tiempo suficiente para desarrollar un modelo…

    (…)El cambio del rol del Estado tiene tres elementos esenciales.
    Por una parte, deben ampliarse las funciones del Estado en la política interior y exterior que sean de interés de los monopolios internacionales. Segundo, se requiere que el Estado se retire de todas las actividades económicas lucrativas a favor de los monopolios. Tercero, que se reduzcan todas las funciones sociales que ejerce el Estado en el interés de las masas a una seguridad básica mínima. De sus funciones como ente comunitario social sólo le quedaría al Estado la de ayudar en los más grandes riesgos materiales de la vida; sólo actuaría “subsidiariamente” como reasegurador. Todas las funciones ejercidas anteriormente por el Estado, que prometan ganancia máxima, serán abiertas para la privatización. Múltiples funciones sociales serán cargadas adicionalmente a los núcleos familiares privados. Por medio de una “lean administration” (administración delgada), se quiere que el Estado ejerza sus nuevas funciones más efectivamente y además reduzca masivamente las plantillas. Naturalmente, no cambiará la función del Estado de redistribuir el producto nacional, a través de los presupuestos de los municipios, los Länder y de la administración federal, a favor de los monopolios, sobre todo de los monopolios internacionales.

    En cuanto a la política exterior, los monopolios internacionales reivindicaron un “acompañamiento político” en su lucha por el predominio en el mercado mundial: “Un flanqueo político eficaz contribuye a asegurar pedidos y puestos de trabajo para empresas alemanas. Empero, últimamente se está lamentando un aflojamiento del ímpetu con el cual son representados los intereses de la economía en el extranjero…
    El flanqueo político insuficiente ha contribuido a que empresas alemanas en países importantes, como por ejemplo en la región del Cercano y Medio Oriente y América Latina, hayan perdido cuotas en el mercado. Científicos estiman que debido al insuficiente flanqueo político la economía alemana ha perdido en favor de los competidores, tan sólo en la región del Cercano y Medio Oriente, pedidos por un valor de hasta 20 mil millones de marcos por año. Para la economía sigue siendo incomprensible, por ejemplo, que el gobierno federal haya retar dado el diálogo político con Irak durante años.” (BDI, Wirtschaftspolitische Bilanz der rot-grünen Bundesregierung [Balance de la política económica del gobierno federal rojiverde], septiembre de 2001, pág. 55).

    Se trata de pura hipocresía si la BDI presenta al “flanqueo político eficaz” como si fuese una medida para asegurar “puestos de trabajo para empresas alemanas”. A los súpermonopolios alemanes les da lo mismo si explotan para su ganancia máxima a obreros asalariados alemanes, polacos o brasileños.
    La orientación de la política exterior a los intereses de los súpermonopolios alemanes incluye naturalmente, que el gobierno federal marque pautas propiamente alemanas para ampliar el margen de la economía política:
    “Para poder aprovechar el potencial económico de los mercados internacionales en crecimiento, el acompañamiento político de empresas alemanas tiene mucha importancia. Esto incluye:
    _ Crear las condiciones básicas en los mercados internacionales mediante medidas político-económicas que aseguren para las empresas alemanas el acceso al mercado y faciliten la ampliación (p. ej., cerrar el acuerdo de libre comercio UEMercosur lo más rápido posible).
    _ Ofrecer un apoyo político concreto en grandes proyectos.
    _ Ajustar los instrumentos del fomento de la economía exterior a las nuevas condiciones internacionales.
    _ Crear más transparencia, en cuanto a las actividades en el extranjero, de las secciones y de los actores en la política económica exterior y considerar en mayor medida los intereses de la economía.
    _ Organizar con regularidad viajes de políticos de alto rango, acompañados de una delegación económica –no solamente con los departamentos clásicos (Ministerio Federal de Economía, Cancillería Federal, Ministerio de Asuntos Exteriores).
    _ Una participación regular de personalidades de alto rango en ferias internacionales que tengan una fuerte presencia de empresas alemanas”. (Ibíd.).
    Robert B. Reich explica, con el ejemplo de la producción de chips en los EE.UU, cómo el Estado actúa como instrumento de la lucha competitiva de los monopolios internacionales:
    A fines de los ochenta las “firmas japonesas fabricaron la mayoría de los chips de memoria del mundo, que tanto preocuparon a los funcionarios del gobierno norteamericano. Empeñados en desarrollar las habilidades para fabricar chips en los Estados Unidos, decidieron otorgar 100 millones de dólares por año a Sematech, un consorcio de compañías fabricantes de semiconductores que también sumarían sus propios recursos al proyecto, a fin de diseñar los equipos modernos necesarios para desarrollar la nueva generación de chips... Aun cuando Sematech logró encaminarse, sus miembros se vincularon con redes mundiales. Texas Instruments (o, más precisamente, los intermediarios estratégicos de las oficinas mundiales de Texas Instruments) decidieron construir una nueva planta de fabricación –de 250 millones de dólares– de semiconductores en Taiwán, la cual en 1991 produjo chips de memoria de 4 Mb y otros circuitos integrados... Texas también se había unido con Hitachi para diseñar y producir un «superchip » que almacenaría 16 millones de bits de información.
    Mientras tanto, los intermediarios estratégicos de las oficinas mundiales de Motorola decidieron recurrir a la ayuda de los investigadores y proyectistas de Toshiba para producir una futura generación de chips. Por su parte, otros fabricantes norteamericanos de semiconductores establecieron vínculos similares a nivel mundial: AT&T con NEC de Japón y Mitsubishi Electric; Intel con NMB Semiconductor Co. y el Matsushita Group también de Japón; e IBM con la firma alemana Siemens... Irónicamente, tan pronto como Sematech hubo logrado organizarse, una compañía japonesa, que no había sido invitada a unirse al grupo mencionado, construía la mayor planta de fabricación de chips de tecnología avanzada en los Estados Unidos. En junio de 1989, la firma NEC de Japón anunciaba la construcción de una planta de 400 millones de dólares en Rosevale, California, para fabricar chips de memoria de 4 Mb y otros dispositivos de vanguardia que aún no estaban en producción en ninguna otra parte.” (Robert B. Reich, El trabajo de las naciones, Hacia el capitalismo del siglo XXI, págs. 163-165).
    Sin embargo, Reich está embelleciendo el rol del gobierno estadounidense.

    Para éste no se trató de las “capacidades de América”, menos aún de los trabajadores en los EE.UU., sino del aumento de la participación estadounidense en la industria de alta tecnología y del rol dirigente en esta tecnología del futuro.
    Por ello apoyó la alianza nacional de los productores de chips con ayudas financieras del Estado. Pero eso no suspendió la lucha competitiva entre los monopolios estadounidenses por las cuotas en el mercado mundial. Su colaboración temporal con monopolios internacionales de otros países sirvió de igual modo a la lucha competitiva. El Estado se volvió un prestador público de servicios para la expansión internacional de los monopolios, quien ofreció en competencia o también en acuerdo con otros países imperialistas las mejores condiciones de producción y de explotación.

    Los Estados nacionales como prestadores de servicios tienen diversas funciones:
    _ Aseguramiento de las relaciones capitalistas de explotación y propiedad, mantenimiento del dominio de clase de los monopolios, represión de la lucha de clases de la clase obrera y una legislación que corresponde a ello, también en el interés de la burguesía no monopolista.
    _ Representación de los intereses monopolistas en acuerdos internacionales y organizaciones internacionales.
    _ Creación de favorables “condiciones del lugar” para la producción internacional: reducción de impuestos y de las contribuciones al seguro social para las empresas, puesta a disposición de éstas la infraestructura más moderna y mano de obra cualificada, fomento de elites, desregulación del mercado laboral, aflojamiento de las regulaciones medioambientales.
    _ Creación de condiciones atractivas para inversionistas financieros internacionales: Abolición de todos los controles a la circulación de capitales, política antiinflacionaria, transformación de instituciones públicas en empresas privadas que trabajen según el principio de la ganancia (intermediación laboral, instituciones educativas, hospitales,
    etc.).
    _ Medidas para amortiguar los antagonismos de clases, como la política de colaboración de clases entre la empresa, la dirección del sindicato y el gobierno ó la administración municipal.
    _ Garantizar la producción y reproducción de la vida social y estatal, particularmente de la mano de obra y suformación.
    _ Cumplimiento de funciones propagandísticas para enraizar la política y los intereses de los monopolios internacionales entre las masas populares o para por lo menos mantenerlas pasivas. El instrumento principal para ello es el sistema del modo de pensar pequeñoburgués.
    _ Ejercer el “monopolio estatal de la fuerza” para defender el poder único de los monopolios y para la opresión de lucha de clases de la clase obrera y la resistencia activa de las amplias masas.
    _ Ejercer funciones militares, armamentismo excesivo y realización de guerras por el nuevo reparto de las esferas de poder y de influencia en todo el mundo.

    Disolución del monopolio estatal en la intermediación laboral
    La nueva organización de la producción internacional requiere la disolución del monopolio estatal en la intermediación laboral. Desde principios de los años 1990, este monopolio fue levantado en la mayoría de los países de la UE admitiéndose intermediadores laborales privados. Así, los monopolios pudieron aprovechar mejor la “libre elección del puesto del trabajo” de los ciudadanos de la UE, también a través de las fronteras. Puesto que a causa de la reunificación los monopolios alemanes podían disponer de un ejército de obreros y empleados altamente cualificados de la antigua RDA, el monopolio de la intermediación laboral de la Oficina Federal del Empleo de Alemania recién fue abolido en 1994. En Alemania, desde el 27 de marzo de 2002, las oficinas de empleo pagan premios para la colocación privada de desocupados. Algunos monopolios, por consiguiente, fraguaron planes de tercerizar partes de sus secciones de personal en tales agencias de colocación privadas.
    Así tendrían una reserva propia de mano de obra disponible en cualquier momento y, además, podrían dejar pagar al seguro de desempleo su reclutamiento de personal. En una declaración conjunta las asociaciones monopolistas publicaron la orientación siguiente:
    “Funciones que no se pueden atribuir a los sectores financiados por cotizaciones, especialmente el fomento del mercado laboral activo, tienen que ser desligadas de la incumbencia de la administración del trabajo, para evitar una mezcla de incumbencias y competencias. Con respecto a las funciones esenciales de la Oficina Federal del Empleo –una intermediación laboral de alta calidad y el trámite del seguro de desempleo– el consejo administrativo, como verdadero consejo de vigilancia, tiene que obtener las autorizaciones de control efectivas y amplias. La Oficina Federal, en el futuro, tiene que ser dirigida y controlada como una empresa…
    Sin embargo, una nueva organización de la Oficina Federal del Empleo como pura reforma organizativa sería un fracaso de la política de mercado laboral, si no se diera, al mismo tiempo, una forma más transparente y flexible al mercado laboral excesivamente regulado y si no se suprimieran los falsos incentivos de nuestros sistemas sociales. En este sentido, encuentra pleno apoyo de la economía alemana la propuesta de limitar la duración de la percepción del subsidio de desempleo a un máximo de 12 meses. Pero más allá de eso, también es necesario la reducción decidida de los instrumentos desviados e ineficaces del mercado laboral, como las «medidas de creación de empleo» (ABM). Los ahorros así conseguidos tienen que ser empleados para la reducción de la tasa de contribución al seguro de desempleo en un punto porcentual, al 5,5 %.” (Gemeinsame Erklärung der Verbände, Münchener Spitzengespräch der Deutschen Wirtschaft [Declaración conjunta de las asociaciones, Conversatorio Cumbre de la Economía Alemana en Munich], 19 de marzo de 2002).
    Por supresión de “falsos incentivos de nuestros sistemas sociales”, las asociaciones de los monopolios no entienden nada más que la reducción del subsidio y ayuda por desempleo, la supresión de las medidas de creación de empleo y la reducción de las cotizaciones de los empresarios al seguro de desempleo.

    Mediante la reducción del subsidio de desempleo se espera aumentar la presión económica a los desocupados para que también acepten un trabajo con menos salario. De una reducción tan drástica del subsidio de desempleo serían afectados alrededor de 1,2 millones de los desocupados por mucho tiempo: obreros y empleados que llevan más de un año sin ocupación, pero también alrededor de 1,7 millones de desocupados, de los cuales se deshicieron por sus pocas oportunidades en el mercado laboral enviándolos al seguro de jubilación o a los ABM. Sólo les quedaría para su sustento el socorro social, cuya reducción también ya está incluida en el catalogo de exigencias de la BDI. Bajo el lema demagógico de la “necesidad de preservar la diferencia”, se quiere garantizar que el socorro social siempre sea más bajo que los salarios más bajos.
    Lo esencial de los planes, elaborados para el gobierno por la comisión bajo la dirección del gerente de personal de la VW,
    Hartz, fue, junto a la reducción masiva de pagos y derechos de los desocupados, una coacción hacia el prestamismo laboral.

    Esta medida pone a disposición de los monopolios mano de obra flexible y considerablemente peor pagada, la que al gusto pueden contratar y despedir y utilizarla para bajar el nivel del sueldo. Tanto el esquivarse de convenios colectivos, como también el socavar la protección contra los despidos, vendría a propósito a los capitalistas. También las relaciones laborales precarias, los llamados “mini jobs” (mini-empleo) y el trabajo seudo-autónomo, los llamados Ich-AG (“Yo-SA”, empresa unipersonal) se vienen extendiendo. Así, las empresas ahorran miles de millones de euros en cotizaciones para el seguro social.
    Las actuales oficinas del empleo se convierten en “agencias de servicios” para satisfacer la demanda de mano de obra de los monopolios.
    Puesto que se han igualado relativamente los estándares de formación y la productividad laboral en las grandes empresas de los monopolios internacionales, también el mercado laboral para mano de obra con buena formación, sobre todo en el sector de alta tecnología, tenía que ser extendido a cada vez más países del mundo. Por lo tanto, en todo el mundo se reclutan expertos TI muy calificados de los países en vías de desarrollo a los países imperialistas. La pérdida financiera por este “brain drain” en el año 2000 es estimada, tan sólo para la India, en dos mil millones de dólares estadounidenses. En este año, alrededor de 200.000 expertos TI muy cualificados, sobre todo de India, emigraron a los EE.UU. Aproximadamente un 60 % de todos los diplomados de las universidades técnicas de India sevan del país. La Comisión Investigadora del Bundestag (parlamento alemán) comentó:
    “Según estimaciones del Banco Mundial, Africa ha perdido entre 1960 y 1987 aproximadamente un tercio de sus especialistas formados en beneficio de los países industrializados.
    Anualmente siguen emigrando por término medio 23.000 especialistas, sobre todo académicos e ingenieros… Entre 1988 y 1997, aproximadamente 233.000 sudafricanos emigraron para siempre a cinco países (GB, EE.UU., Canadá, Australia, Nueva Zelanda). Son particularmente afectados países como Nigeria, Ghana y el Sudán, pero también países del norte de Africa como Egipto y Argelia.” (Informe final de la Comisión Investigadora, Globalisierung der Weltwirtschaft – Herausforderungen und Antworten [Globalización de la economía mundial –
    Desafíos y Respuestas], Drucksache [Impreso] NO 14/9200 del Bundestag del 12 de junio de 2002, pág. 253).

    2 “Brain drain” textualmente quiere decir “drenaje de cerebros”. Así se denomina la fuga de especialistas y de mano de obra cualificados, sobre todo de países en vías de desarrollo, la cual quita conocimientos y capacidades necesarios al país de origen.

    ---fin del mensaje nº 2---FINAL del texto---

      Fecha y hora actual: Lun Nov 18, 2024 3:56 pm