El hombre alto, flaco con una camisa blanca y un pantalón negro de vestir, sube las escalinatas que van hacia lo que se denomina Plan de Manzano, allí consiguió juntos con otros sin tierra, invadir esos terrenos para asentar sus condiciones de marginales.
Cuando se acaban las escaleras, camina por la tierra, tierra roja y seca, cruzada por riachuelo de aguas negras, repletas de larvas, con nubes de mosca que elevan el vuelo a su paso, custodiada por perros flacos, perros huesudos con pedazos de mecate amarrado al cuello, su ladrar ensordecedor amenazante, lo acompaña de salto en salto, de charco en charco, la gente lo mira y él a ellos, son toda gente que viene del interior de la República a buscar trabajo a la ciudad, donde encuentran el autoexilio, los ranchos (Barracas) están construidos con material de recicle, material recogido en la desidia publica; desechos orgánicos encontrados en el abandono. Cuando alcanzo la cima, él llegó al Plan de Manzano, una ventada de aire le arrojo arena y polvo encima envolviéndolo en una polvareda, que salado pensó, hacia calor, el sol en el alto de los cielos recalentaba la cabeza, y sus cabellos chicharrón.
Los ranchos se edificaban con las formas más extrañas, meditando pensó; ¿Será una nueva técnica de arte cinético? Torcido enderezado.
Junto al multicolor de colores ocasionales, las mujeres plantaban flores dentro de latas de leche en polvo, flores de intensos colores como sus esperanzas, los niños corrían desnudos elevando un papel amarrado a un hilo, otros perseguían a un perro para amarrarles unas latas a la cola, una mujer fastidiada porque la ventada de polvo le ensucio las sabanas recién lavadas, y con lo que le había costado cargar el agua hasta allí.
Él batió la revista contra la otra mano, “Gaceta hípica” las carreras de caballos, hasta donde alcanzan los sueños de los marginados en su condición periférica de la cultura dominante.
“Cuando pegue esos seis caballos, me compro una casa como se debe y le regalo también a la comadre, y ropa a sus muchachos barrigones que corren con sus pies desnudos en la superficie colorada de la tierra.”
Avanzó por la explanada un grupo jugaba beisbol solo con una pelota roja, llegó hasta el fondo, donde inicia el cerro nuevamente, allí lo alcanzó su realidad en que lo desvían de sus ilusiones. Su realidad de miseria; que diferencia ante lo que creemos que somos y lo que somos en esta realidad. La ilusión de cuando se transita en el centro urbanizado de la ciudad se desvanece delante a la cruda existencia material.
Los niños jugaban a metras (canecas) en el piso de tierra del rancho, las bolitas de vidrio rayadas de tanto uso, caían en los hoyitos de tierra machacada en ese extremo de supervivencia en estado crónico.
Yeleina barría constantemente el piso, infatigablemente.
-Yeleina deja esa escoba tranquila, ya que ese piso no va a cambiar.
-¿Pero como hacen para que sea lucido como el de la abuela?
-A pues, con cemento, arena y otros materiales.
-¿Y cuesta mucho?
-Bueno algo, en lo que pegue este cuadro del cinco y seis, nos mudamos de aquí a una casa de bloque.
-¿Vas a seguir jugándote los reales? Apostando a esos caballos, no juegue chico, no tenemos para comer y te juegas los reales apostando a todos los burros que corren en el hipódromo. ¿Trajiste algo de comer?
-Sí te traje un paquete de harina pan, para que hagas unas arepas.
-¿Eso es todo?
-Bueno no había rebusque allá en el centro.
-¡Sí! ¿Cómo es que, hueles a cerveza?
-Bien, tú sabes como es, en este país te encuentras siempre quien te invita a beber, pero no quien te invite a comer.
-Lara carajo, no podemos seguir de esta manera, no resisto más.
-No te preocupes Mileidi, uno de estos días seremos millonarios dejaremos toda esta pobreza, nos iremos con nuestros muchachos lejos a viajar, viviremos en el este de Caracas, tendremos carros y alguien que te cocine.
-¡¡¡Stas loco!!! Las personas que viven de ilusión mueren de desengaño, y desde que te conozco vives en esa ilusión, que ya estas chiflado.
-¡Mamá! Deja que papá nos cuente, dale sigue entonces.
A falta de televisor, bien valen las fantasía domesticas.
-Iremos a la playa todos los domingos, y comeremos a la orilla del mar, en restaurantes con nombres exóticos.
-¿Nombres exóticos papá?
-¡Sí! Como el rey del pescado frito.
-¡Epa Lara! ¿Negro Lara estas allí?
-¿Asómate por la ventana Mileidi a ver quién es?
La mujer se asoma por el hueco en la pared de cartón, promovido a ventana.
-Es Jaime tú compinche.
-¿El camarada Jaime?
-Sí, el mismito de la guerrilla de los fracasados.
-No hables así, mujer que si hubiéramos vencido, ahora yo tuviera un cargo importante en el comité revolucionario.
-Me lo imagino por lo menos de carretillero en el aseo urbano.
-Que pasa camarada Jaime, pa’ que soy bueno.
-Bien, Negro Lara, estamos convocados a una reunión importante, arriba de Plan de Manzano acompáñame, que es una cosa bien para todos.
-Camarada Jaime, yo me apacigüe tengo familia, hijos; esa guerra ya se perdió, usted sabe que luche duro, y hasta donde me dieron las fuerzas y la conciencia.
-Esta vez es diferente, es para algo bueno, vamos que sí no fuera así, no te llamo, chico.
El hombre asienta con la cabeza, mientras baja la diferencia de nivel que hay entre él y su interlocutor, se ajusta en el bolsillo de atrás del pantalón desteñido, la revista oficial para las carreras en el hipódromo la Rinconada para el día domingo; donde se acaricia el sueño del pueblo.
-¿Cuantos caballos pegaste el domingo Lara?
-4 Caballos, casi pego los otros dos, pero hubo un batacazo.
-Eso, es pura trácala, esos caballos corren dopados, me lo dijo uno que trabaja en el hipódromo, y los caballos buenos los frenan.
-Será drogado, pero los puedo pegar igualito, allí esta el truco.
-Hay, Negro vale, eres porfiado, porque decididamente lo ultimo en morir es la esperanza.
-¿Dime una cosa y cual es el misterio? ¡Suelta el yoyo, ya de una, no joda!
-Deja el yeye y la averiguadera, en lo que lleguemos al sitio se te establece todo.
De esa manera avanzaban uno con su misterio, el otro que no querría saber nada de lo que llamaban política.
En la salida del ahorcado, le indico el sitio de reunión allá están los otros, entraron en una modesta vivienda de bloque gris sin frisar.
Una vez dentro de la habitación dio una breve ojeada, reconoció al Manolo del barrio los Sin Techo, que también había sido compañero de la clandestinidad, Célula Guerrillera Urbana de Bandera Roja.
Más allá estaba el Comandante Jerónimo, entonces por la presencia de él, sintió tranquilidad, el último no lo conocía.
-¿Bueno aquí se conocen todos verdad?
-A este caballero no lo conozco, comandante.
-¿No lo conoces? Ese es ¡Edgarito!
-¿Edgarito?
-¡Sí! Alias el Rey del Joropo.
-Que bien vale, ¡Mucho gusto!
-Comandante Jerónimo, ¿Dígame pa' que soy bueno? Espero que no para tumbar gobierno, porque desde la última paliza, decidí colgar los guantes.
-Camarada Lara, hoy aquí y en este momento nos reúne un problema de Patria Chica.
-¿Patria Chica? ¡Barájame eso comandante que no sé, como se come!
-Aquí los presente menos el Edgarito, pertenecimos a la Célula de Autofinanciamiento Proletario para el Partido Comunista Combatiente.
-¡Eso es positivo mi Comandante!
-Bien ahora cuál es el punto, que fuimos derrotados, el partido no recibe más financiamiento de Cuba, así que quedamos como la guayabera, por fuera.
-¡Entendiste! Lara.
-¡Que va! Soy indio por estas tierras.
-Mire camarada, ahora vamos hacer lo mismo, pero para nosotros, como tú, yo y los otros compañeros estamos en la miseria, no tenemos profesión, estamos ultra fichado en la Digepol, y en la policía judicial, de esa manera nos queda una sola cosa que hacer.
-¿Qué?
-¿Qué, vamos hacer?
-Atracar, un asalto a mano armada, pero para nosotros esta vez, que somos los intereses de la Patria Chica.
El Negro Lara quedo impactado, tuvo una regresión a los tiempos del autofinanciamiento proletario, los asaltos a bancos, a los supermercados, a los blindados porta valores.
El Manolo le interrumpió la memoria.
-¡Mira! ¿Negro Lara cuantas veces atracamos? Más de 40 veces, si esos reales hubieran sido nuestros, ahorita mismo seriamos millonarios, ¿Veldad?
-En cambios estamos en una miseria atrincalabola que no la brinca un venado, ni saltando desde un trampolín olímpico. Camarada tenemos en este momento que luchar por nuestras reivindicaciones sociales y por la dignidad de nuestras familias, ¡Eso es toddy!
-Por eso te convocamos camarada; usted es un elemento que sabe como es la praxis subversiva y como ocupar posiciones de ataque.
-Bueno hermanazo, ahora el pueblo cuenta contigo.
Le vino un sobresalto, él, esperaba ganar el premio millonario de las carreras de caballos, este domingo, como todos los domingos, el gran Derby.
-¡Entonces solo faltas tú Negro Lara, dígalo!
Se levanto con la cabeza baja y luego la alzó vista al frente.
-Bueno compañeros;
“Contra la violencia del sistema violencia del pueblo.”
-Así se habla Camarada, bien, ahora estamos al completo, el armamento lo tengo yo, una ametralladora Uzi y tres automáticas 9 browilin.
-Edgarito tiene dos revólveres, y el plan para asaltar un banco dentro de 10 días.
-El banco en cuestión es el City Bank de la Candelaria.
-¿En pleno centro?
-¡Escucha! Para que veas lo facilito que será: Tiene una salida a la avenida Baralt, al mediodía, antes del cierre tiene un solo policía que le hace la ronda, dos de nosotros tienen que estar ya dentro, dos entran inmediatamente cuando el policía lo hayan desarmado, Manolo se queda al volante del carro, es una cosa que para ustedes es un juego de niños, según el datero, allí seguramente tiene que haber en bóveda 250.000 mil bolívares. De los cuales 25% son del datero y 75% no los repartimos nosotros.
-¿Y los carros?
-Eso esta bajo control ya, los tenemos son dos un Chevrolet Impala y un Lincoln continental para trasbordar en la Pastora.
Los hombres hablaban de los más y de los menos, él, se inició a retirar en sus adentros, y pensar que en todos esos atracos de autofinanciamiento, nunca se le ocurrió tomar una parte para él, estaba así de motivado por la causa que daba por hecho el triunfo de la Revolución Armada.
Fue ya en la tarde noche, que concluidos minuciosamente todos los detalles del plan, bajaron por el callejón, con sus mentes llenas de futuro. No hay como la acción armada para llenarse de estimulo.
Lara, al llegar a su rancho, traía un hambre de esa que llaman de caníbal, hasta a los perros se quería comer, al llegar a su casa, revisó las ollas, pero nada, bueno pensó son solo 10 días, si llegue a esta edad puedo sobrevivir otro poquito, se quitó la camisa, la mujer dormía en un ángulo, en ese momento, viendo a su alrededor, y desde el temor que lo embargaba entro en la claridad de la realidad impactante que lo envolvía y que tomaba dimensiones estupefaciente de la enorme miseria en la que vivía.
Bueno, la lucha de antes, era para salir de la miseria todos, ahora como dice el Comandante Jerónimo se lucha por la patria chica, y esa es mi familia.
Tenía tiempo, hacia mucho tiempo, demasiado tiempo que no rezaba, le parecía que era contrario a sus ideales que debía ser millonario un día por su propio esfuerzo, pero decididamente tomo su escapulario, y dejo que saliera su rezo de extrema marginalidad dentro de la pobreza universal.
Corte celestial, sé que desde hace rato no les rezo, desde que me estaban torturando en los calabozos de la D.I.M. (División de Inteligencia Militar), y saben también que no sé rezar. Así lo que te digo, sencillamente a según como lo siente mi corazón.
Tú me ves padre eterno, que yo ando por allí hecho el loco creyendo en caballos y contando chiste, pero la situación es grave.
A veces ser hombre, va mas allá de ser guapo, es tener la fuerza de aguantar de ver a los hijos con hambre, la olla vacía, sentirse el propio inútil, después de haber demostrado bravura en la subversión armada.
Claro muchos se ganan el sustento, pero Padre Eterno, aquí ya hay una guerra entre pobres, por una chamba (trabajo) se pelean entre hermanos, usted me ha visto que he salido a buscar trabajo, pero cuando te ven así de flaco y desnutrido, lo primero que piensan es que eres un rolo de flojo. Mira como estoy hermanazo mis hijos durmiendo sobre cartón, no hay derecho habiendo tantos recursos en este país, que tú nos has dado para todos.
Te confieso que estoy asustado, y sabes muy bien que esa es la razón porque te rezo, claro tengo valor pero es valor que da el hambre que no se para en dificultad.
Protégeme ese día en especial, aleja la policía, danos ese corone pa' poder comer un día completo, no nos abandones y concédeme la gracia, de ser vencedor antes del ocaso.
Amen.
Se acostó preocupado, tanto era la preocupación que se olvido el hambre, cuando amanecía. Sintió a su mujer que lloraba, cuando aclaro el día se levantó y salió decidido, caminaba apresurado, bajando esas calles de tierra y escaleras rotas, uniformemente asimétricas, llegó a la avenida y fue donde el Portugués.
La bodega estaba repleta de víveres.
-¡Oye Joao! Necesitó que me des un fiado, tengo un negocio dentro de unos días, que té pago hasta los intereses.
-Usted sta mal, me debe ¡ya!
-Lo sé Joao pero es que las cosas no han salido bien como tenían que salir tú ves, pero esta vez, si va a salir bien.
El Portú movía la cabeza y repetía no saber, Lara saco sus últimas fuerzas porque ya empezaba a ver doble.
-Por favor hermano te lo pido de rodillas, que tengo a los muchachos sin comer, hazme este último fiado, por el amor de DIOS.
-¡Sta bien! Pero la última vez carallo.
Toma varios paquetes de harina de maíz, una margarina, varios kilos de caraota (frijoles) y arroz; Dieta dura del proletariado autentico.
Cuando se iba, el Portú lo llamó y le dio un pedazo de queso.
Como alma que lleva el diablo, Lara subió esa cuesta hacia al Plan de Manzano que no se explicaba de donde un hombre saca tanta fuerza.
Los niños lo vieron venir y gritaban;
-¡È Papá, que trae papá!
El hombre entra a la vivienda y pone la bolsa (funda) en el piso.
-¿Yeleina donde esta tú mamá?
-Allá atrás.
Ramoncito él más chiquito repetía continuamente:
-¿Que traes papá?
Cuando abrió la bolsa exclamó en un delirio popular;
¡¡¡È comida, comida!!!
Hubo una mini estampida, pero Lara arrancó la bolsa de la furia colectiva y le pidió al bravo pueblo mantener la calma. La mujer entro como una ráfaga de viento. Tomo un poco de agua de extraño color, pero el hambre no distingue olor, preparo la masa, mientras Yeleina encendía un cartón debajo de una lata de leche con unos hierros cruzados, poco a poco las arepas iban calmando esa hambre que ya era ira popular.
Yeleina empezó a barrer de nuevo el piso, salpicaba gotas de agua y barría. Lara empezó a ponerse nervioso.
-Yeleina deja esa escoba ya, ese piso no va cambiar.
-¡Sí cambia! ahora es mas duro.
-Nunca se ha visto que se haga un piso de esa manera.
-¡Cómo no! La Negra Hipólita tiene uno hecho con tierra que casi brilla.
Siguió barriendo y salpicando agua, hasta que el hombre enfurecido le arrancó la escoba de la mano.
-¡Tú te vas a volver loca hija mía, deja esa vaina ya!
-¡Quiero un piso de cemento! No me gusta vivir aquí.
Empezó a llorar y Lara se angustió:
-Maldita sean todos los gobiernos de este mundo. En aquella ocasión tuvimos que haber peleado más duramente, tuvimos que tener más convicción, por las reivindicaciones populares como de ¡Patria o muerte!
Las lagrimas de su hija, la desesperación de un hombre, la miseria material que embargaba a su familia; la indolencia de una nación, son el marco existencial donde se debate el hombre.
Así se quedo afuera de la barraca, hasta que cayó la noche, viendo el enorme firmamento, del cielo estrellado, que cubre la ciudad de la eterna primavera.
Se llevó la mano al pecho y aferró su escapulario: de nuevo sintió la comunión con DIOS en una correspondencia de tú a tú, Padre todo poderoso;
Padre, me tienes pidiendo cacao desde hace rato, no sé porque me echaste esta vaina, nunca fui un hombre que buscó riquezas, más bien fue lo contrario; esto no es justo que estemos en estas condiciones de miseria extrema, que cuando veo a mis hijos me parecen animalitos, claro, estarás ocupado en mantener el equilibrio de tantas estrellas y constelaciones. A lo mejor me dirás los puse en un paraíso y no quisieron vivir allí, pero el problema es que aquí somos pensantes y mientras unos descansan, otros toman ventajas económicas, no duermen para ver como joden al próximo bien temprano en la mañana.
Espero que el día de la chamba, me pongas todo en orden, no te pido que me des, pero por lo meno déjame agarrar.
Amen
Se quedo mirando hacia el alto de los cielos por si había una respuesta, una señal.
Entró en la casa para recoger una franela; era hora de irse como en los tiempos de la Emancipación Guerrillera antes del 460 se enconchaban (Encerraban) toda la célula por 48 horas antes del Acción Armada.
Yeleina estaba de nuevo barriendo y salpicando agua contra la tierra.
-¡Que vaina mija! ¿Pero te quieres quedar tranquila?
-¿Pero, que estoy haciendo paito?
-Lo que no tienes que hacer, te lo juro Yeleina que si agarro algo de real, lo primero que hago es ese maldito piso de cemento.
Salió de la puerta hacia el callejón del ahorcado, nunca en su vida había estado tan decidido, tanto, que ni los perros le ladraban. Cuando llegó a la casa estaba el Comandante Jerónimo y el Camarada Jaime.
Manolo y el Edgarito habían ido por los vehículos, no había mucho que hablar, los hombres se mantenían en silencio en las horas antes de la acción armada, la tensión aumenta así que cada cuál se concentraba dentro del mismo.
En la noche, llegaron los otros integrantes con los dos vehículos expropiados a la confianza publica, el chevrolet era blanco y techo vinil blanco, fue el que le gusto y se le quedo fijamente mirando.
Dentro de la vivienda el armamento fue expuesto sobre la mesa, la metralleta tenia solamente la mitad del peine lleno con proyectiles, se desmontaron y limpiaron las automáticas, las traqueteo varias veces, como de costumbre, para su correcto funcionamiento.
La estrategia de acción quedó establecida que él y Edgarito, entrarían y desarmarían al policía, luego entraba el comandante Jerónimo y el Jaime, que era quien empuñaba la ametralladora.
En lo individual, cada cuál diseña en su mente su propio croquis.
La mañana cuando llegó como es su costumbre, iluminando el cielo por el oriente, los hombres estaban de pie y dispuestos, no se hablaba, sino meno de lo indispensable, el resto se decía con miradas y gestos.
La Baralt a esa hora esta pocamente transitada, ellos pero se bajaron en la otra calle de frente al Banco Central, entraron al banco, pidieron planillas de deposito, e iniciaron a escribir, el policía entra tranquilo, pero observando a todos, la mano la traía sobre el revolver.
Ambos hombres miraron a polos opuestos, Lara hacia el techo, Edgarito hacia la cajera.
Después se volteo hacia el policía y le pregunto:
-¿Agente usted tiene fósforos? Para encender este cigarrillo.
-¡Sí! ciudadano.
Se llevó la mano al bolsillo de la camisa, mientras Edgarito se le acercaba por el frente.
-Lara desenfundo y le pego el cañón de la pistola en las costillas.
-¡Quieto policía! sino te mando derechito a la ciudad de los acostados.
Breve pausa y el policía en reflejos condicionados, hace un movimiento como para tomar el arma.
Desenfunda Edgarito y Lara, le presionan las pistolas contra las costillas.
-¡No te pongas payaso, policía! ¿Te quieres morir?
Ese fue el instante en que el policía decidió vivir.
-¡No me vayan a matar que tengo hijos!
-También yo tengo los míos.
-No, me veas la cara policía.
En eso entro el comandante Jerónimo y el camarada Jaime, saltó encima de la taquilla del cajero, apuntando con la metralleta, entonces el comandante decreto;
-¡¡¡Quieto Todos!!! ¡Esto es un atraco! Somos de las F.A.L.N. (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional).
-¡No queremos hechos de sangre! ¡Ciudadanos!
Al policía lo amarraron como un cochinito, mientras los otros limpiaron la bóveda rápidamente, sincronizados como una verdadera acción armada reivindicadora y popular.
Manolo se hallaba estacionado, frente al banco con el motor encendido, con las puertas recostadas pero abiertas, los hombres entraron como proyectiles dentro de la unidad, pero una patrulla que estaba haciendo la ronda se percató de la acción.
La sirena rompió el ambiente y los hombres en fuga se preocuparon, el comandante ordeno al chofer de seguir al sitio establecido para el trasbordo.
- Son solo dos, no disparen ahora, al llegar a la Pastora Jaime y Lara hagan el enfrentamiento, yo y Edgarito tapamos la retaguardia, Manolo toma el carro y deja el otro trancando la vía, ¡entendido!
Todos callaron, asumiendo mentalmente la posición asignada.
La Pastora es la parte antigua de la ciudad por su arquitectura colonial tiene calles angostas, así que al bajar, tomaron posición e impusieron su respuesta de fuego, dispararon las automáticas y metralleta, los policías hicieron lo mismo, y a la orden del comandante corrieron hacia la unidad, pero Lara recibió un impacto de bala a la altura de las costillas falsa lado izquierdo, se detuvo detrás del vehículo se miró el daño, se quito la franela y tapo el hueco, midió la distancia al vehículo, esperó que el comandante disparará, corrió y se embarco. Los policías delante a lo intenso de la respuesta de fuego, se quedaron cerca de su unidad, pidiendo refuerzos y el comando aprovecho esta acción para huir.
-¿Que te pasó Lara?
-Nada comandante, es solo una herida en la izquierda, allí no hay órganos, además creo que la bala salió, sola por su cuenta.
-Mantengan la calma camaradas, es la orden; creo que ya coronamos.
El carro se desplaza velozmente, sin pararse hasta donde estaba la concha, al bajar del vehículo, Lara afloja la mano del hueco y se ve el agujero.
-¿Estas doblando el ala camarada?
-¡No! que va comandante, creo que es solo de coser.
-Acuéstate en la mesa, de una Lara.
Manolo Junto a Jaime; cargan las latas con gasolina, y parten nuevamente para abandonar e incendiar el vehículo en la carretera vieja Caracas-La Guaira.
La franela llena de sangre intensa y roja, hace presumir intervención quirúrgica, el comandante se le acerca toma el hueco y lo cierra con los dedos, lo presiona y no se hincha.
-Bien es como tú dices no es complicado, solo de coser.
Calienta agua, saca el equipo: aguja curva e hilo de nylon, con el bisturí corta la piel hasta donde encuentras los vasos sanguíneos rotos por el impacto, y después cose.
Encienden la radio como de costumbre, después de una acción armada se sintoniza en radio Rumbo.
Hasta que el chillón (radio) inicia a gritar;
“¡Extra! ¡Extra!”
-¡¡¡Boletín extraordinario!!! Comando guerrillero en una acción relámpago acaba de asaltar al City bank de la avenida Baralt.
-Nuestro reportero entrevista a los valerosos policías que repelieron a los subversivos.
-¿Díganos sargento como se desarrollaron los hechos?
-Pasábamos en nuestra normal rutina, cuando vimos a un auto Chevrolet rojo, que era abordado violentamente por varios hombres fuertemente armados, así que los perseguimos hasta la Pastora donde tuvimos el enfrentamiento, hasta que huyeron.
-¿Díganos cuantos eran?
-Eran aproximadamente 10 y armados con fusiles automáticos.
-¿Tuvieron miedo por sus vidas?
-En esos momentos, el deber es ante todo.
-Bien seguiremos informando, desde donde se produjeron los hechos, en vivo y directo informo para ustedes radio Rumbo.
Manolo y Jaime; que oían las noticias en la radio del vehículo, rieron fuertemente.
-Oíste camarada vieron diez y con fusiles automáticos.
-No hubiera quedado nada de ellos, sí hubiéramos tenido, solo uno de esos fusiles.
-Aquí esta bien, es el sitio ideal para echarle candela al carro.
Sacaron el auto de la carretera, e iniciaron a rociarlo de gasolina, échale bastante donde están las manchas de sangre así no buscan heridos.
Lanzaron una tela prendida en fuego, empapada de gasolina dentro del auto, y del auto salió una bola de fuego que se revoleteaba sobre si misma, luego se disolvió en una nube de humo negro.
Salieron a la carretera y tomaron un autobús de vuelta a Plan de Manzano.
Mientras en la concha, el conteo final del botín dio.
-Comandante hay en total 125.000 mil bolívares.
-¿Sácale el 25% y haz 5 grupos y dime cuando sale?
-Ya, esta, son 19.000 mil que toca a cada uno.
Bien, pensó Lara con ese capital se reorganiza el pueblo.
Se repartieron el dinero y lo ayudaron a bajar a su casa, caminaba por sus propios pies con la mano en la herida.
Al llegar a la casa Yeleina le pregunto que le pasaba.
-¿Que te pasa papá?
-Nada mija me pico una avispa.
-¿Una avispa? ¿Y era grande como un zamuro para hacerte ese hueco?
-Esta Yeleina, siempre suspicaz en todo.
La mujer se quedó fría recordó otros tiempos, otros hechos, otras vivencias, las mismas heridas por donde sangra el pueblo.
Le entrego la bolsa con el dinero a la mujer, esta la abrió y espalanco los ojos ante la suma, tomó varios billetes y mandó a la hija a pagar la cuenta en el abasto y traer alimentos. Yeleina se fue, pero quedo con la curiosidad, al regresar busco la bolsa y la abrió.
-¿Y ese dinero papá?
-Me gane el cuadro del 5 y 6: un día esos caballos me tenían que hacer ganar, ¿No?
-¡Es maravilloso papá! ¿Pero si las carreras de caballos son los domingos y estamos a viernes?
-Yeleina, mijita no molestes a tú papá que se siente mal.
-¡Papá me prometiste! Que si agarrabas real hacías el piso de cemento, ¡Lo prometiste vale!
El hombre se levanta con todo su dolor físico, sale a la vereda y llega donde Antonio el albañil.
-¡Epa Maestro! ¿Antonio estas en casa?
-Si pa que soy bueno, Negro Lara.
-¿Una preguntita cuando cuesta echarle el piso de cemento al rancho?
-Hago un cálculo, como de 300 bolívares.
-¿Usted se encarga de todo?
-Sí me das los reales, mañana mismo.
-Vengase para el rancho.
-Mileidi, toma 300 bolívares de la bolsa, y se lo entregas al maestro.
El maestro albañil, toma el dinero y va a comprar los materiales, mientras tanto Edgarito, llega con su cuatro, Jaime con una caja de cerveza, Manolo con una botella de ron añejo y una de aguardiente (los mejores amigos del pueblo) el Comandante Jerónimo con el arpa, y felicita a su grupo, se prende el joropo como desde antaño, el pueblo celebra sus gestas de la misma manera.
-Como en los viejos tiempo, lo ven; El pueblo unido jamás será vencido.
-Claro así mismo es; como dijo el comandante Sol en su discurso; “Se cierra una página de historia y es hora de abrir otra.”
Del instrumento musical, comenzó a salir la música de boca del cantante la copla sobre la historia y las proezas que hacen del hombre del tamaño de la situación que enfrenta, así que cuando la noche cubrió la ciudad de la eterna primavera con un manto de brillantes estrellas; el Negro Lara apretó su escapulario y le dio gracias a DIOS;
“Gracias padre que no me tiraste a matar, por lo menos.”
Al día siguientes Antonio el albañil llegó con varias personas del barrio y trajo un barril, Mileidi inició a preparar el sancocho, la cerveza y el hielo se colocaron en el barril así inició la gallapa (Arinca) colectiva para hacerle el piso al rancho.
Quien mezclaba el cemento con la arena, quien lo cargaba y quien lo extendía, el pueblo reunido trabajando hombro a hombro.
Yeleina supervisaba la obra y ella pedía que el piso tuviera, el color rojo que fuera brillante y resbaloso para poder bailar.
La radio trasmitía la música, vecinos y amigos pasaban saludando como si fuera una fiesta de los pueblos. Una de esas emociones colectivas en que todos están de acuerdo.
-¿Que lindo quedo el pavimento no es bello? y tan facilito que era hacerlo, claro papá; ahora con esos muros de cartón piedra, todos torcidos, envejecidos, rotos, sucios, el piso no se ve bien.
-¿Vas empezar otra vez Yeleina, con tú tema?
-¿Cuál tema? No se puede vivir así, en una casa de cartón ni que fuéramos ratones.
-¿Cómo has vivido hasta ahora?
-No juegues papá, tú tienes vainas de contrarrevolucionario, como si estuvieras en contra del progreso de los pueblos.
El hombre se puso la mano sobre la herida, la herida por donde sangra la dignidad de mí pueblo.
Acuérdate de auto convocarte para la próxima revolución.
-------Corria el año 1988-------------------[b]